El Gótico en España se desarrolló entre los siglos XIII al XVI, con origen en Francia. Los dos reinos principales, Castilla y Aragón, dieron primacía a las ciudades y catedrales como centros urbanos, producto de la repoblación.
En Castilla, el esplendor del siglo XIII, tras la Batalla de las Navas de Tolosa y la conquista de Córdoba y Sevilla, aseguró Andalucía. El reparto de territorios y la prosperidad beneficiaron a la nobleza y el clero, cuyas propiedades y la ganadería lanar fueron la base de su poder en la Baja Edad Media. La nobleza y los cabildos catedralicios construyeron catedrales para deslumbrar a los fieles. La ruta del Gótico se asoció a la ruta de la lana. La menor dependencia del exterior, el menor desarrollo artesanal y la menor fuerza de la burguesía se tradujeron en la presencia de artistas franceses, alemanes o flamencos. La influencia del Císter francés llegó a la Meseta, pero fue modificada por la influencia mudéjar.
El siglo XIV, marcado por la Peste Negra, el estancamiento y los conflictos civiles, frenó los impulsos constructivos. El Gótico renacerá en el siglo XV con la introducción del estilo Hispano-Flamenco, un momento de esplendor que coincidió con la unión de la península.
En Aragón, la toma de Mallorca y Valencia impulsó la expansión mediterránea. El siglo XVI vio el desarrollo del comercio y una burguesía activa, manifestado en construcciones civiles con predominio de artistas locales. La expansión comercial y artística, con influencias francesas e italianas, dio lugar al Gótico Mediterráneo, caracterizado por un menor interés en la altura, líneas horizontales, espacios anchos que se difuminan pero están bien ligados.
Fases del Gótico en España
1. Protogótico (Finales del siglo XII – Principios del XIII)
Destacan los edificios cistercienses con sus notas estilísticas de funcionalismo y sobriedad en cabeceras, girolas y capillas. Ejemplos incluyen el Monasterio de Meira. En la Meseta Norte, se observan edificios de transición con bóvedas de ojivas, como la Catedral de Ávila. En la Meseta Sur, encontramos ejemplos más góticos con bóvedas sexpartitas, como la Catedral de Cuenca.
2. Fase Clásica (Castilla, siglo XIII)
Se introducen las formas francesas. Es la época de las grandes catedrales de Burgos, Toledo y León. La Catedral de León, obra del Maestro Enrique, es la más francesa y luminosa, con muros reducidos a lo indispensable, tres naves, crucero, girola, cinco ábsides y esculturas.
3. Fase Manierista (Levante, siglo XIV)
En el siglo XIV, el Gótico catalán presenta construcciones importantes con parámetros distintos, marcados por el pragmatismo y la actividad comercial. Se prescinde del exceso de ornamentación, buscando logros técnicos. Predomina la disposición horizontal, la nave única y un interior poco iluminado. Se impone el Gótico Mediterráneo, con poca diferencia de altura entre las naves, reforzamiento de contrafuertes para aprovechar los espacios interiores, soportes de menor grosor y paramentos lisos. La distribución de elementos estructurales lleva a ventanas a menudo pequeñas. La Catedral de Barcelona presenta una planta de salón con tres naves, crucero no sobresaliente, triforio reducido, capillas duplicadas, claustro y girola. Sus pilares son esbeltos y no utiliza arbotantes. La fachada es del siglo XIX.
4. Gótico Tardío o Flamígero (Siglos XV-XVI)
En Aragón, se desarrolla el Gótico Mudéjar. En el Levante, el Gótico Civil está representado por las Lonjas, como la de Palma de Mallorca, con arcos rebajados, saledizos, galerías en tres lados y escaleras adosadas. En Castilla, el estilo Hispano-Flamenco o Gótico Flamígero culmina en el estilo Isabelino. La planta de la Catedral de Sevilla influirá en el Renacimiento americano.
Artistas y Obras Destacadas:
- Taller de Toledo: Hanequin de Bruselas (Puerta de los Leones de la Catedral de Toledo), Juan Guas (Castillo de San Juan de los Reyes, Toledo, edificio representativo del cenit del estilo Hispano-Flamenco, y San Juan de los Reyes de Toledo).
- Taller de Burgos: Juan de Colonia (Cartuja de Miraflores, con su nave única), Simón de Colonia (fachada de San Pablo de Valladolid).
Dentro de la escuela castellana, destacan las Casas Castellanas con arco de medio punto y alfiz, como la Casa de los Momos.
La Escultura del Renacimiento
Contexto Histórico y Cultural
El Renacimiento, un periodo de profunda transformación, sitúa al hombre como centro de interés y valoración. Se produce un retorno a los principios de la cultura clásica para crear un nuevo Humanismo, que sustituye la omnipresencia medieval y compagina la afirmación del mundo y del ser humano. A la concepción estática medieval se opone una concepción dinámica del mundo, experimentada en todos los campos. Las formas artísticas buscan un nuevo lenguaje, la definición absoluta de la belleza, concebida como armonía y proporción. El artista se convierte en un teórico, no en un improvisador; su trabajo implica un estudio profundo y se considera un científico. El saber universalista libera al artesano, que ahora es considerado un genio. Su desarrollo está ligado a los mecenas (burguesía y nobleza) que protegen a los artistas para transmitir su fama como benefactores.
Es lógico que el Renacimiento surgiera en Italia, que ofrecía las condiciones ideales para el arte en el siglo XV: una situación económica y social favorable, y el contacto directo con los restos clásicos que ofrecían alternativas a las formas medievales. Gestado en el siglo XIV, la primacía del arte italiano en Europa fue incuestionable hasta el siglo XVII. El Humanismo racional, gestado en las universidades laicas, reclamaba un lenguaje a su medida. El Renacimiento busca trasplantar las medidas exteriores griegas, predominando la horizontalidad. A diferencia de la catedral gótica, que ofrece múltiples puntos de vista, el arte renacentista busca la captación instantánea del conjunto. La escultura gótica, con su complejidad, no siempre era correcta; el Renacimiento busca la simplicidad del conjunto y el tratamiento de la perspectiva real. En pintura, la perspectiva central permite una aprehensión casi instantánea del conjunto.
Características de la Escultura Renacentista
- Representación del desnudo: Basada en estudios y cánones de anatomía.
- Vuelta a la naturaleza e imitación de modelos de la Antigüedad clásica.
- Perfección y clasicismo: Siguiendo el canon de Policleto, aunque a veces se extiende a 9 o 10 cabezas.
- Fusión de realismo e idealismo.
- Materiales: Piedra, mármol, madera, terracota, yeso y bronce.
- Géneros: Estatuas, bustos, relieves, medallones o tondos.
- Temas: Religión, mitología, historia. Se desarrollan el retrato, la animalística y la escultura ecuestre.
- La cuna de la escultura fue Florencia durante el Quattrocento, trasladándose a Roma en el Cinquecento.
- Descubrimiento de la perspectiva y el schiacciato donateliano: Superposición de finas capas de relieve para crear una matemática espacial y una atmósfera.
Artistas Destacados del Quattrocento
Lorenzo Ghiberti (1378-1455)
Fue un orfebre. Su estilo, inicialmente blando y con reminiscencias medievales, evolucionó hacia una forma individual, con fluidez en los ropajes y una gran resolución en la anatomía, composición y movimiento. Su obra cumbre son las Puertas del Paraíso (terceras puertas del Baptisterio de Florencia), con diez escenas bíblicas, destacando por su composición escénica, visión pictórica y el difuminado de los espacios lejanos.
Jacopo della Quercia (1374-1438)
Considerado un anticipo de Miguel Ángel. Estudió escasamente el paisaje. En Lucca, realizó el Sepulcro de Ilaria del Carretto, con reminiscencias góticas en los pies. En 1409, comenzó en Siena la Fonte Gaia, de forma poligonal gótica, y trabajó en el Palacio Acca Laurenzia de Siena.
Donatello (1386-1466)
El verdadero creador de la escultura renacentista. Viajó a Roma para estudiar las esculturas clásicas y los arcos de triunfo. Le interesó el estudio humano en distintas edades, plasmando la figura humana en todo tipo de actitudes, donde lo decorativo pierde importancia. En su obra de relieves narrativos, destaca la técnica del schiacciato. Obras notables incluyen el San Marcos, las Tribunas de las Catedrales de Florencia y Prato, y el Altar Mayor de la Basílica de San Antonio.
Luca Della Robbia (1400-1482)
Representa el lado amable de la vida. Utilizó el esmalte cerámico para sus obras, como la Virgen y el Niño, creando una escuela continuada por Andrea y Giovanni. Sus personajes majestuosos aparecen en reposo. Destaca su trabajo en la Catedral de Santa María del Fiore en Florencia.
Andrea Verrocchio (1435-1488)
Fue pintor y maestro de Leonardo da Vinci. Destaca por su realismo, decorativismo y estudios anatómicos. Entre sus obras se encuentran el David y la Estatua Ecuestre del Condotiero Bartolomeo Colleoni.