Pilares de la Psicología: Teoría del Apego, Emociones Básicas y Modelos de Freud y Jung

Tipos de Apego: Un Vínculo Fundamental

La teoría del apego fue desarrollada por John Bowlby, psiquiatra y psicoanalista, a partir de postulados que, aunque influenciados por Freud, se basaron en gran medida en la etología y la psicología del desarrollo.

El apego se define como un vínculo emocional profundo y duradero que se forma entre un individuo y una figura de cuidado principal, buscando seguridad, consuelo y protección. Aunque el texto original menciona una dependencia de ‘objetos exteriores’ y una ‘falta de capacidad para desarrollar plenamente su proceso de individuación’, es crucial entender que la teoría de Bowlby se centra en la búsqueda de proximidad con una figura de apego para obtener seguridad emocional. La referencia a ‘el apego a los objetos raros’ como conducta típica de niños autistas es una observación específica que puede relacionarse con patrones de interés restringido, pero no es la definición general de apego en el contexto de la teoría de Bowlby.

Podemos diferenciar cuatro tipos de apego:

1. Apego Seguro

Está caracterizado por la incondicionalidad. El niño sabe que su cuidador no va a fallarle. Se siente querido, aceptado y valorado. Depende, en gran medida, de la constancia del cuidador, que debe proporcionar cuidados y seguridad.

Los niños con apego seguro son activos, interactúan de manera confiada con el entorno y hay una sintonía emocional entre el niño y la figura vincular de apego.

2. Apego Ansioso-Ambivalente

El niño no tiene confianza en sus cuidadores y tiene una sensación constante de inseguridad, de que a veces los cuidadores están y otras veces no están. La inconsistencia en las conductas de cuidado y seguridad es lo constante del apego ansioso-ambivalente.

El comportamiento más frecuente es el miedo y la angustia ante las separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve. En la edad adulta, se manifiesta con una intensa dependencia emocional.

3. Apego Evitativo

Los niños con un apego de tipo evitativo han asumido que no pueden contar con sus cuidadores, lo cual les provoca sufrimiento. Se conoce como “evitativo” porque los bebés presentan distintas conductas de distanciamiento.

Tales conductas, que no han generado suficiente seguridad, originan que el menor desarrolle una autosuficiencia compulsiva con preferencia por la distancia emocional, también en su vida adulta.

4. Apego Desorganizado

Es una mezcla entre el apego ansioso y el evitativo, en el que el niño presenta comportamientos contradictorios e inadecuados. La constante en los cuidadores ha sido la presencia de conductas negligentes o inseguras, como en casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el niño es la pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, llegando incluso a sentir miedo por esta.

Los menores tienen tendencia a conductas explosivas, destrucción de juguetes, reacciones impulsivas, así como grandes dificultades para entenderse con sus cuidadores y con otras personas. De adultos, suelen ser personas con gran frustración, ira y relaciones conflictivas.

Tipos de Emociones Básicas según Paul Ekman

El psicólogo norteamericano Paul Ekman desarrolló una lista de emociones básicas a partir de investigaciones transculturales en individuos de una tribu de Papúa Nueva Guinea. Son las siguientes, con su correlato a nivel muscular-facial. Haciendo un análisis introspectivo, podrán identificarlas:

  • Alegría.
  • Ira: fruncimiento de cejas, dilatación de orificios nasales, tensión mandibular.
  • Miedo: contracción pupilar, arqueo de cejas, aumento de la actividad auditiva.
  • Asco: cierre de los orificios nasales.
  • Sorpresa: arqueo de cejas.
  • Tristeza: arqueo de labios hacia abajo.

El Inconsciente Colectivo según Carl Jung

Es un término utilizado por este autor, considerado como el fundamento de la imaginación común a todos los pueblos a través de las edades, que se manifiesta en las religiones, los mitos y las doctrinas esotéricas. Jung realizó una inmensa tarea de investigación a través de viajes por todo el mundo en los que estudió las religiones primitivas y orientales, lo cual le confirmó su creencia en un fondo común universal, productor de arquetipos, imágenes y símbolos independientes del tiempo y del espacio. Partiendo de la psicología analítica, los arquetipos son las “dominantes del inconsciente colectivo”.

El inconsciente colectivo contiene la totalidad de los arquetipos como la cristalización de las experiencias generales de la humanidad. Las formas de las representaciones arquetípicas (no su contenido) son hereditarias y comparables a los esquemas congénitos de los animales. (Ejemplos de figuras arquetípicas incluyen: el héroe, el inocente, el explorador, el rebelde, entre otros).

Sigmund Freud y la Teoría Psicosexual

Freud rompió con la creencia de que la sexualidad nacía en la adolescencia, pues él afirmaba que esta es una constante en la vida del sujeto desde el nacimiento, se estructura a lo largo del tiempo y, además, pasa por diferentes etapas.

Esta organización depende de cómo se interrelacionan tres procesos fundamentales en el individuo: los biológicos, los psicológicos y los socioculturales.

Freud explica que los primeros años de vida son decisivos en el desarrollo de la personalidad; es aquí donde la sexualidad cobra mayor importancia, pues comienzan a surgir los conflictos entre los impulsos biológicos sexuales del niño y los límites impuestos por la sociedad.

Dentro del Psicoanálisis, la Teoría Psicosexual explica que existen tres componentes fundamentales de la personalidad: el Ello, el Yo y el Superyó. El Ello es la instancia psíquica donde se satisfacen los deseos y donde aparecen los primeros impulsos de la mente humana. Opera bajo el principio del placer, sin noción del tiempo ni de lo bueno o lo malo, buscando la satisfacción inmediata de las necesidades.

Por su parte, el Yo es la parte consciente que media entre el Ello y la realidad externa. Opera bajo el principio de realidad, buscando la satisfacción de los deseos de manera realista y adaptada al entorno.

Por último, el Superyó es la instancia relacionada con la moral y la ética, internalizando las normas y valores aprendidos desde la infancia. Estas enseñanzas provienen de diversas fuentes (padres, colegio, religión, etc.) y actúan como un freno o regulador de la conducta. Así, Freud estipuló una parte inconsciente en el individuo (el Ello), una parte consciente (el Yo) y una parte moral (el Superyó).