“por tierras de España y Portugal” Unamuno

Miguel DE Unamuno

Nacido en Bilbao, Unamuno estudió en la Universidad de Madrid, donde se doctoró en Filosofía y Letras con la tesis titulada Crítica del problema sobre el origen y prehistoria de la raza vasca (1884), que anticipaba sus posturas contrarias al nacionalismo vasco de Sabino Arana. Fue catedrático de griego en la Universidad de Salamanca desde 1891 hasta 1901, en que fue nombrado rector. En 1914 fue obligado a dimitir de su cargo académico por sus ataques a la monarquía de Alfonso XIII; sin embargo, continuó enseñando griego. En 1924 su enfrentamiento con la dictadura de Miguel Primo de Rivera provocó su confinamiento en Fuerteventura (Islas Canarias). Más tarde se trasladó a Francia, donde vivíó en exilio voluntario hasta 1930, año en que cae el régimen de Primo de Rivera. Unamuno regresó entonces a su cargo de rector en Salamanca, que no abandonaría hasta su muerte. Aunque al principio fue comprensivo con la sublevación del Ejército español que en seguida encabezó el general Francisco Franco, pronto la censuró públicamente: en un acto celebrado en la Universidad de Salamanca, su comentario “venceréis, pero no convenceréis”, provocó la respuesta del general Millán Astray, uno de los sublevados: “¡Viva la muerte y muera la inteligencia!”. Terminó sus días recluido en su domicilio de Salamanca.

Obra filosófica

Su filosofía, que no era sistemática, sino más bien una negación de cualquier sistema y una afirmación de “fe en la fe misma”, impregna toda su producción. Formado intelectualmente en el Racionalismo y en el positivismo, durante su juventud simpatizó con el socialismo, escribiendo varios artículos para el periódicoEl Socialista, donde mostraba su preocupación por la situación de España, siendo en un primer momento favorable a su europeización, aunque posteriormente adoptaría una postura más nacionalista. Esta preocupación por España (que reflejó en su frase “¡Me duele España!”) se manifiesta en sus ensayos recogidos en sus libros En torno al casticismo (1895), Vida de Don Quijote y Sancho (1905), donde hace del libro cervantino la expresión máxima de la escuela española y permanente modelo de idealismo, y Por tierras de Portugal y España (1911). También son frecuentes los poemas dedicados a exaltar las tierras de Castilla, considerada la médula de España. Más tarde, la influencia de filósofos como Arthur Schopenhauer, Adolf von Harnack o Sören Aabye Kierkegaard, entre otros, y una crisis personal (cuando contaba 33 años) contribuyeron a que rechazara el Racionalismo, al que contrapuso la necesidad de una creencia voluntarista de Dios y la consideración del carácter existencial de los hechos. Sus meditaciones (desde una óptica vitalista que anticipa el existencialismo) sobre el sentido de la vida humana, en el que juegan un papel fundamental la idea de la inmortalidad (que daría sentido a la existencia humana) y de un Dios (que debe ser el sostén del hombre), son un enfrentamiento entre su razón, que le lleva al escepticismo, y su corazón, que necesita desesperadamente de Dios. Aunque sus dos grandes obras sobre estos temas son Del sentimiento trágico de la vida (1913) y La agonía del cristianismo (1925), toda su producción literaria está impregnada de esas preocupaciones.

Obra literaria

Cultivó todos los géneros literarios: fue poeta, novelista, autor teatral y crítico literario. Su narrativa comienza con Paz en la guerra (1897), donde desarrolla la “intrahistoria” galdosiana, y continúa con Niebla(1914) —que llamó nivola, en un intento de renovar las técnicas narrativas—, La tía Tula, y San Manuel Bueno, mártir (ambas de 1933). Entre su obra poética destaca El Cristo de Velázquez (1920), mientras que su teatro ha tenido menos éxito, pues la densidad de ideas no va acompañada de la necesaria fluidez escénica; en este terreno destacan Raquel encadenada (1921), Medea (1933) o El hermano Juan (estrenada en 1954). Yo entre todas sus nivolas he escogido la Tía Tula.

LA Tía TULA

La nivola de la Tía Tula trata de dos hermanas, Rosa y Gertrudis (a la que llaman Tula ), Rosa se casa con Ramiro y tienen tres hijos: Ramiro, Elvira y Rosa. Rosa muere al poco tiempo de dar a luz a la ultima de sus hijas y en el lecho de muerte le pide a Tula que se case con Ramiro para que sus hijos no tuvieran una madrastra. Tula no se lleveba muy bien con Ramiro, pero cuidaba todos los días a los niños, como lo había hecho desde que nació el primero. Ramiro la pidió que se casara con el, insistió tanto que Tula dijo que se lo pensaría, pero no le gustaba estar a solas con el, ni que los niños la llamaran mamá Tula, como les decía Ramiro.
Miguel de Unamuno escribió la Tía Tula en 1920, cuando tenia cincuenta y seis años y una figura severa, apasionada y seca, cuya madurez empezaba a anunciar una vejez temprana y enérgica. Unamuno dejo esta novela tan reducida a un relato intimo y estremecido, que apenas hay huellas de un lugar y un tiempo determinado, aunque puede parecer que que se desenvuelve en una provincia española, como puede ser Salamanca.