Proceso de hominizacion y humanización

3. La antropogénesis: hominización y humanización

La Palabra antropogénesis proviene del griego y está formada por el Concepto Ántropo, Que significa hombre, y por el concepto génesis, Que significa origen o comienzo. Teniendo esto en cuenta la palabra Antropogénesis significa literalmente “origen del hombre” y se Refiere al surgimiento evolutivo de los rasgos marcadamente humanos, Es decir, al surgimiento de nuestra especie. Pero la evolución de Nuestra especie no es una evolución solamente física, sino que es Una evolución cultural también, en cuanto que el ser humano es un Ser racional capaz de utilizar un lenguaje para establecer normas y De usar utensilios. En este sentido debemos entender por proceso de hominización al Desarrollo evolutivos de los aspectos físicos de la especie humana, Y por humanización Al desarrollo evolutivo de nuestra dimensión cultural, que está Compuesta por todo aquello adquirido socialmente: conocimientos, Técnicas, hábitos, normas, en definitiva, formas de vida.

3.1. La hominización

Si Hemos dicho que la hominización es el proceso de cambios que se Producen en el género humano a través del tiempo, es necesario que Veamos cuáles son esos cambios que nos permiten distinguirnos de Otros homínidos.

Los Antropólogos afirman que, al observar los registros fósiles de Homínidos, lo primero que se pone de manifiesto es el progresivo Desarrollo de la configuración de los huesos para posibilitar y Consolidar la posición vertical, que permite caminar de manera Con­fortable, utilizar las manos y desarrollar la capacidad Craneal.

Con La adaptación progresiva al suelo, (quizá debido a una Deforestación masiva por las condiciones climáticas) el homínido Tuvo que “bajar” al suelo, y aquí necesitaba mantenerse lo Más erguido posible con el fin de poder explorar y vigilar Atentamente el entorno. Resulta fácil comprender el valor de Supervivencia que supuso sostenerse habitualmente de pie y andar Erguido sin gran fatiga para buscar el alimento y para pre­caverse Del ataque de sus enemigos carnívoros.

El Mantenerse erguidos trajo consigo ciertos cambios anatómi­cos Tales como:

  • Pérdida De la capacidad prensil de las extremidades inferio­res, dejando De ser oponible el dedo gordo.

  • El Acortamiento de los dedos del pie.

  • La Modificación de la planta del pie, plana y musculosa en los Póngidos, que adquiere en el homínido una forma arqueada.

  • La Modificación de la pelvis, que se hizo más ancha y corta con el Fin de soportar las vísceras abdominales y reforzar la musculatura De la cadera y de las piernas.

  • La Curvatura en forma de S de la columna vertebral, que hace que la Configuración de los huesos de la pelvis y del sacro sea tan Carácterística en el ser humano.

  • La Aparición del agujero entre los huesos largos de la pierna, tibia y Peroné, permitiendo un mayor refuerzo muscular.

  • La Verticalidad de la cabeza con respecto a la columna verte­bral, Favorecida por el desplazamiento del agujero occipital, que Posibilita mirar mejor hacia adelante

Liberación De las manos


Como Consecuencia de la adaptación de la posición erecta y la marcha Bípeda, se produjo otro rasgo anatómico que resultó de suma Importancia en el proceso de hominización: la liberación De las manos.
Éstas, Al no ser ya necesarias para los desplazamientos, se fueron haciendo Más cortas y anchas y quedaron mejor dispuestas para servirse de útiles.

En El homínido, las manos se fueron modificando: los dedos De­sarrollaron un movimiento más armónico y el dedo pulgar Quedó apuesto a los demás, posición que permitíó el efecto Pinza, es Decir, el poder agarrar los objetos. De este modo, las manos fueron Adaptándose progresivamente para poder manejar útiles con eficacia E incluso fabricar herramientas de diverso uso.

Aumento De la capacidad craneal


En La posición vertical, el homínido ya no necesitaba defenderse ni Atacar con la boca, sino que ahora lo haría, sobre todo, también Con las manos, con lo cual sus grandes mandíbulas y sus podero­sos Músculos faciales anteriores dejarían de ser funcionales y Tenderían, por tanto, a desaparecer; así mismo disminuyeron en Ta­maño los labios y los dientes incisivos y caninos.

La Posición erecta, la liberación de las manos y una conducta cada vez Más compleja, como consecuencia de una actividad de mayor Cooperación entre individuos y del progreso experimentado en el Manejo y fabricación de los útiles empleados, iría desarro­llando El sistema nervioso central del homínido. Así, la relación Cabeza-cuerpo fue progresivamente aumentando en favor de la ca­beza, Montada ya sobre la columna vertical, y, a su vez, el cerebro se fue Haciendo cada vez mayor en volumen y en complejidad neu­rológica.

Consecuentemente, El desarrollo De la mano, posibilitado A su vez por la posición vertical, que la capacitaba para la función Téc­nica, y el desarrollo Del cerebro, que Capacitaba a éste para la fun­ción teórica, guardan una Singular relación en la evolución del ho­mínido al ser humano.

Paralelamente Y en estrecha vinculación con las situaciones y cambios hasta aquí Descritos, el homínido fue disponiendo de úti­les cada vez más Perfectos y buscando la cooperación necesaria para procurarse una Mejor defensa frente a sus depredadores y la utilización de una Mayor variedad de alimentos, disputados a otras especies, cuya Transformación y conservación permitían, a su vez, una digestión Más ligera. En consecuencia, el homínido en su evolución hacia el Ser humano avanzaba también en la adquisi­ción de nuevos rasgos Fisiológicos.

Cambios En la alimentación


Las Especies animales adaptan su cuerpo al alimento. Por el con­trario, La especie humana adapta el alimento a su cuerpo, lo trans­forma Con el fin de adaptarlo a su capacidad manual, masticatoria y Digestiva. A ello contribuyó el descubrimiento y utilización del Fuego para asar los alimentos, haciéndolos más blandos y Mastica­bles, o para cocerlos en agua, eliminando substancias Tóxicas o amargas y hacerlos así más agradables y digeribles.

Neotenia O juvenilización de la especie


La Necesidad de cuidar del fuego y de preparar los útiles pudieron Conducir a que el homínido se fuera acostumbrando a acampar en Lugares protegidos o fáciles de vigilar. En estas condiciones y con Unas pautas de cooperación desarrolladas, una digestión aligerada, Hembras no cíclicas en su receptividad sexual y una población más Numerosa, resulta fácil comprender que las relaciones de Dependen­Cía social fueran en aumento hasta desembocar en otro Rasgo carac­terístico del ser humano: la neotenia o Juvenilización de la especie.

Se Entiende por neotenia el fenómeno Por el cual se conservan en el ser humano caracteres juveniles tras Haberse alcanzado el es­Tadó adulto. En El ser humano se mantienen permanentemente ciertos rasgos que en Otras especies emparentadas con nosotros son transitorios y únicamente se encuentran en individuos jóvenes. Así, por ejemplo, Existe más parecido entre un hombre adulto y un chimpancé joven que Entre un hombre y un chimpancé adultos.

Desde Su nacimiento, el ser humano está prácticamente acabado desde el Punto de vista estructural. Sin embargo, su desarrollo se caracteriza Por su lentitud:
los Dientes tardan en crecer, las suturas craneales se sueldan Lentamente, la pubertad es tardía, etc. En el proceso evolutivo del Homínido al ser humano se ha re­trasado la ontogenia (desarrollo Del individuo) seguramente debí­do a que se ha acentuado la Dependencia del joven frente al adulto y se ha impuesto una mayor Necesidad de adiestramiento.

Fisiológicamente Hablando, el ser humano es inmaduro, nunca llega a desarrollarse Plenamente, su necesidad de aprender se ha hecho permanente, siempre Está abierto a nuevos aprendizajes y adaptaciones.