¿Qué diferencias pueden establecerse en la evolución política y social de las zonas republicana y franquista?

B EVOLUCIÓN POLÍTICA Y SITUACIÓN ECONÓMICA EN AMBOS BANDOS


Durante el desarrollo de la guerra, España queda dividida en dos estados diferenciados, cada uno de ellos con su propia evolución política y sus vicisitudes. En ambos bandos hubo una primera fase, hasta Octubre de 1936, caracterizada por la desorganización general y la multiplicidad de poderes autónomos.
Pero mientras el bando de los sublevados, se fortalecíó cada vez más, en el republicano nunca se logró la unidad completa.En el bando de los sublevados nace el Estado franquista, aunque, en sus comienzos, los generales sublevados carecieron de un programa claro. Tras el fracaso del golpe, procedieron a dotarse de estructuras de gobierno regidas por la jerarquía militar de mando. Una semana después de la sublevación, se constituye en Burgos, capital del bando franquista, la Junta de Defensa Nacional, de la que formaban parte los generales golpistas, siendo presidida, como general más antiguo, por Cabanellas, pues el general Sanjurjo, líder de la sublevación, fallecíó en accidente aéreo a los dos días de producirse aquella.
Franco fue adquiriendo cada vez más partidarios entre los generales, además de conseguir el reconocimiento de Hitler y Mussolini. De este modo, en Octubre de 1936 fue nombrado, mediante un decreto, Jefe del Gobierno del Estado y Generalísimo de los ejércitos, desapareciendo así la Junta de Defensa. Pero faltaba cohesión ideológica y política:
Habían sido prohibidos los partidos que formaban parte del Frente Popular, y actuaban, como grupos políticos, Falange Española y la Comunión Tradicionalista (carlistas o requetés), al tiempo que se toleraba a la CEDA. Se plantea entonces la necesidad de un régimen de partido único, a la manera de Italia y Alemania. En Abril de 1937, Franco da a conocer un Decreto de Unificación por el que se creaba el partido único:
Falange Española Tradicionalista y de las JONS (FET de las JONS), quedando unificados carlistas y falangistas, y siendo Franco
Jefe del Partido y Jefe del Estado.
Se adoptaba, además, el uniforme con la camisa azul falangista y la boina roja de los carlistas, así como el saludo fascista. Hubo resistencias a esta unificación entre los carlistas y los falangistas, que fueron solventadas con destierros o prisión. El proceso de institucionalización del nuevo Estado franquista culminó, en Enero de 1938, con la formación del primer gobierno de Franco o gabinete formado por ministros. En ese mismo año se promulga el Fuero del Trabajo, que sienta las bases de la organización corporativa del Estado y del sindicalismo vertical.

Situación económica de los sublevados

Si al comienzo de la guerra la industria estaba bajo el control republicano, los sublevados, en cambio, dispónían de la mayor parte de las tierras de cultivo. Por lo que no tenían problemas importantes de abastecimiento. Sus carencias industriales explican el interés mostrado desde el principio de la guerra por ocupar la franja norte de la Península, con sus recursos mineros y siderúrgicos. El control de la producción fue estricto en las zonas ocupadas por los sublevados, para lo cual contaban con la colaboración de los propietarios rurales, la banca y los grandes financieros. En cuanto a las tierras expropiadas, se restituyeron a sus antiguos propietarios y se anularon todas las disposiciones y actuaciones del republicano Instituto de Reforma Agraria. Respecto a la financiación de la guerra, recibíó ayuda de los regíMenes fascistas de Italia y Alemania. Sus aportaciones de material militar alcanzaron una elevadísima cifra.En el bando republicano, y al poco de comenzar la guerra, se desencadenó la revolución social de carácter colectivista, llevada a cabo por los anarcosindicalistas de la CNT y la FAI, secundadas en parte por UGT, al tiempo que PSOE y PCE se manténían al margen. En Cataluña, las industrias fueron ocupadas y gestionadas por los revolucionarios.
En Andalucía, Murcia, Aragón y Valencia se extendieron las colectivizaciones agrarias.
Crecíó el desorden, con requisas, saqueos, incendios de iglesias y conventos, ejecuciones….Nada más producirse la sublevación militar, dimitíó el gobierno de Casares y se formó otro presidido por Martínez Barrio, que pretendíó negociar el fin de la insurrección, sin éxito, siendo sustituido, al frente del gobierno, por José Giral.
Pero durante el verano y otoño de 1936 el poder del Estado sufríó un desplome total:
La revolución social y la falta de ejército, sustituido por milicias de voluntarios, pusieron a la República en problemas. A principios de Septiembre, Largo Caballero formó un nuevo gobierno del que formaban parte republicanos, socialistas y comunistas, entrando en el mismo, dos meses más tarde, varios ministros anarcosindicalistas, justo cuando el gobierno se traslada a Valencia ante el ataque inminente a Madrid por los sublevados. El gobierno de Largo Caballero se mantuvo hasta Mayo de 1937;
Su acción se basó en recuperar el poder del Estado y en crear un Ejército Popular.
Se trataba, siguiendo la teoría del PCE, de frenar la revolución para ganar la guerra (primero ganar la guerra y, después, hacer la revolución), mientras que los anarquistas y trotskistas eran partidarios de una revolución paralela a la guerra. En Mayo de 1937 se produjeron enfrentamientos sangrientos en Barcelona entre la CNT y el POUM (trotskistas), por un lado, y los comunistas y el gobierno, por otro. Se produjo la disolución del POUM, mediante un proceso controlado por los comunistas, y hubo ejecuciones. Los comunistas se hicieron entonces fuertes (sobre todo, por la ayuda soviética a la República) y presionaron a Largo Caballero para que no fuera éste quien dirigiese la política militar. El Jefe de Gobierno hubo de dimitir y fue sustituido por Negrín, quien formó un gobierno con notable influencia comunista. Basó su política en la persistencia del esfuerzo militar y de la resistencia a ultranza. Ese esfuerzo no fue suficiente.

Situación económica republicana

Cuando comenzó la guerra, la República controlaba todas las zonas industriales y las principales ciudades. El desconcierto provocado en los primeros meses de guerra, supuso la pérdida del control político por parte de las instituciones legales de la República y también perdíó el control sobre la economía. Las colectivizaciones de empresas privadas, que quedaban bajo la dirección de comités obreros, fue la práctica habitual en la zona de Cataluña y Levante donde el movimiento anarquista impulsaba a hacer la revolución al mismo tiempo que la guerra. Pero en el País Vasco, la propiedad fue respetada en la mayoría de los casos. Lo más destacable de la experiencia revolucionaria se produjo en la agricultura, ya que los gobiernos republicanos aceleraron la reforma agraria. Primero expropiaron las tierras no cultivadas y después las de quienes habían apoyado el levantamiento militar, lo que alcanzó un volumen muy considerable. Sin embargo, también en este sector la mala organización de los anarquistas en sus experimentos colectivistas provocó graves problemas en el abastecimiento de alimentos a las ciudades.Para la financiación de los costes de la guerra, la República se vio obligada a recurrir a dos soluciones: La emisión de deuda pública. El depósito en Moscú de las reservas de oro del Banco de España.