Ramón Gómez de la serna

vanguardias españolas: En España  los movimientos vanguardistas son conocidos pronto (Ramón Gómez de la Serna ,pero no crearon ninguna escuela. Los contactos de nuestros artistas con el Vanguardismo europeo habían sido tempranos y decisivos. En España las vanguardias tienen como promotor a Gómez de la Serna. Las revistas más importantes en las que publican los vanguardistas españoles son Ultra, Revista de Occidente y La Gaceta Literaria. cuatro etapas en 1 1909 a 1918. Primeras y nada abun manif futuristas en España relacio con Ramón Gómez de la Serna. 2 1918 a 1927: desde la llegada de Vicente Huidobro hasta los primeros contactos con el Surrealismo. Los años del Ultraísmo y el Creacionismo, con el optimismo 3 1927 a 1930. Es el influjo dominante del Surrealismo. Se inicia un proceso de “rehumanización”.

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1930 hasta 1936. Las urgencias políticas del momento llevan  a una especie de nuevo Romanticismo y al ocaso del Vanguardismo español.

Ramón Gómez de la Serna

  por su temperamento se aproximaba al Vanguardismo. Tanto su obra como su vida son una ruptura con las convecciones. Defendíó y divulgó el arte nuevo. Su obra es extensa y tiene como eje y base la “greguería”, que son apuntes breves que encierran una pirueta conceptual o una metáfora insólita A veces se aproximan al chiste, a veces a la máxima filosófica, a veces se aproxima a lo lírico o al juego verbal.     Con las greguerías se expresa una visión fragmentaria de la realidad: transmiten sensaciones, pinceladas, ideas, juicios.

Las técnicas para transmitir esa visión son variadas:

  • Metáforas y comparaciones, a veces hiperbólicas y asociaciones ingeniosas


    “De la uníón de viuda y viudo sale el niño vestido de luto”.

  • Falsas etimologías

    “Bisabuelo parece querer decir una pareja de abuelos”
  • Paronomasias:
    “Cuando contamos por lustros nuestra edad es que queremos dar lustre a nuestros años”.

  • Dilogías

    “Monomaníaco: mono con manía”, etc.

  • Desaumatización de frases hechas y refranes

    “Más vale soltar el pájaro que tenerlo en la mano”, “Nunca es tarde si la sopa es buena.”

Además, escribíó relatos breves y novelas (como novelista rompe los moldes del género desinterésándose del argumento, sus “novelas libres”, como El torero Caracho
). Escribíó también biografías, memorias, ensayos y contribuyó al teatro de vanguardias con Los medios seres.

El Ultraísmo


Vanguardia surgida en torno a 1920 que recogíó elementos futuristas y algún eco dadaísta, pero que de quien más influencia recibíó fue del Cubismo. Su nombre nos indica la voluntad de ir más allá. En su Manifiesto expresa su voluntad de romper con lo anterior, y de innovación y apertura a todas las vanguardias europeas. En la línea del antisentimentalismo, la deshumanización, la eliminación de la anécdota en el poema, incluye temas maquinistas y deportivos procedentes del Futurismo. Busca imágenes nuevas y metáforas revolucionarias. El representante más importante del Ultraísmo es Guillermo de Torre, sobre todo con su libro Hélices (1923) y el argentino Jorge Luis Borges.

El Creacionismo


La otra vanguardia española pero inventada en París por el poeta chileno Vicente Huidobro, quien viene a España, la trae consigo y aquí triunfa. Dice Huidobro: “Los creacionistas queremos hacer un arte que no imite la realidad” y también “el poeta hará un poema como la naturaleza hace un árbol”. El poema es, pues, un objeto autónomo, creación absoluta. Las imágenes creacionistas se basan en una comparación entre dos realidades de manera arbitraria. Obras destacadas dentro del creacionismo son Altazor de Vicente Huidobro, Versión celeste de Juan Larrea e Imagen y Manual de espumas de Gerardo Diego.

El Surrealismo en España


El Surrealismo en España entra de la mano de Juan Larrea. Gracias a él vamos a  encontrar su influencia en mucho poetas del 27. El Surrealismo español no fue ortodoxo, es decir, no se llegó al extremo de creación inconsciente ni se practicó la escritura automática. En los textos los surrealistas españoles puede percibirse, aunque a veces sea difícil, una idea creadora, un hilo conductor. Lo que sí hubo fue una liberación de la imagen poética, desatada de sus bases lógicas, y un enriquecimiento del lenguaje poético. El Surrealismo significó el fin del ideal de pureza y deshumanización del arte. Con él, lo humano, incluso lo social y político, entran de nuevo en la literatura.De la producción poética de los autores del 27 en la órbita del Surrealismo deben destacarse a Federico García Lorca con su obra Poeta en Nueva York (1930), Rafael Alberti, Sobre los ángeles (1927-1928); Luis Cernuda, Los placeres prohibidos (1931) y Vicente Aleixandre Espadas como labios (1930-1931).