La Diversidad Medieval: Los Reinos Cristianos
La Crisis Social en los Reinos Cristianos Peninsulares
La transformación de la economía en los reinos cristianos peninsulares tuvo consecuencias sociales significativas, como el aumento del poder de los señoríos y de los concejos. A ambos se opuso una fuerte resistencia campesina antiseñorial. Paralelamente, se vivió una profunda inquietud espiritual debido a los problemas de la Iglesia, con sucesivos papas y antipapas (unos en Roma y otros en Aviñón), y continuos movimientos de reforma. Este contexto también llevó a la marginación y persecución de las minorías religiosas y los conversos.
La Crisis Política e Institucional
Los cambios durante la Baja Edad Media tuvieron importantes repercusiones en las instituciones políticas de los reinos. Un hito fundamental fue la aparición de las Cortes. Su celebración empezó a ser habitual en los siglos XIII y XIV, aunque se convocaban de forma irregular. Además, los monarcas abordaron la unificación de las leyes mediante la creación de una legislación inspirada en el derecho romano.
La Situación en Castilla
Entre los siglos XIII y XIV, los monarcas castellanos tuvieron que afrontar diversas sublevaciones de la nobleza y guerras civiles. No obstante, se produjo un fortalecimiento del poder monárquico en Castilla, evidenciado por instituciones como:
- La Audiencia o Chancillería Real, que impartía justicia en todo el reino.
- Los alcaldes mayores y corregidores.
- La implantación de una serie de impuestos permanentes.
La Situación en Navarra y Aragón
En estos reinos, los monarcas dependieron en gran medida de las Cortes para gobernar y, por lo general, pactaron con estas. En Aragón, los reyes se vieron obligados a ceder patrimonio, privilegios y derechos a los grandes señores y a hacer todo tipo de concesiones a las Cortes. Surgieron otras instituciones que velaban por que el monarca no vulnerase las leyes de cada reino, como el Justicia Mayor de Aragón o la Generalitat (en Cataluña y en Valencia), que actuaba como una diputación permanente de las Cortes.
Expansión Comercial y Política de Aragón y Castilla
A pesar de los conflictos internos y las guerras entre Aragón y Castilla, ambos reinos mostraron un enorme interés económico y político por las rutas comerciales del Mediterráneo y del Atlántico.
La Expansión de la Corona de Aragón
La expansión aragonesa se basó en un próspero comercio con Italia, el norte de África y Oriente. Hitos importantes de esta expansión incluyen:
- La conquista de Sicilia por Pedro III (1282).
- La creciente influencia sobre el norte de África.
- La conquista de Cerdeña por Jaime II (1323-1324), en un contexto donde Génova alentó una guerra naval.
- La expedición de los almogávares en Oriente.
- La conquista de Nápoles por Alfonso V.
El Atlántico y las Canarias: Rivalidad entre Castilla y Portugal
La ruta hacia el Atlántico norte era la vía principal de exportación de la lana castellana y el hierro vizcaíno, principalmente a través del puerto de Bilbao, con destino a los mercados europeos. Desde Flandes, Castilla importaba manufacturas de lujo. Por otro lado, la ruta del Atlántico sur, en torno al eje Sevilla-Cádiz, estaba controlada por los genoveses y permitía acceder a los productos africanos, así como a los paños y telas italianas y a productos y especias de Oriente. La unión de ambas rutas se producía a través de una densa red de ferias, destacando la de Medina del Campo.
Con el fin de proteger la ruta atlántica del sur y controlar el estrecho de Gibraltar, Castilla colaboró con Portugal y Aragón frente al reino nazarí de Granada y los benimerines. Sin embargo, Portugal se convirtió progresivamente en un poderoso rival en la exploración atlántica.
Las Expediciones a las Islas Canarias
El archipiélago canario, habitado por aborígenes guanches, constituía una excelente base marítima de operaciones y aprovisionamiento para los marinos europeos desde el siglo XIV. Entre 1402 y 1428 se enviaron varias expediciones a las islas. Muy pronto se instalaron en ellas colonos andaluces y empresarios genoveses. La empresa colonizadora fue prácticamente privada hasta la época de los Reyes Católicos.
Una Cultura Plural Abierta a Europa
Entre los siglos XI y XIII, los reinos cristianos peninsulares experimentaron un notable despertar cultural, impulsado por una mayor apertura al resto de Europa occidental y el fructífero contacto con al-Ándalus. La culminación de este desarrollo cultural fue la difusión, en la Europa cristiana, de la ciencia y el pensamiento de la Antigüedad clásica, a menudo preservados y transmitidos a través del mundo islámico.
El Camino de Santiago y la Influencia Europea
El Camino de Santiago se consolidó como una vía fundamental de intercambio cultural y de información con el resto de Europa. Por esta ruta penetraron en la Península la arquitectura románica y las reformas eclesiásticas, propagadas por diversas órdenes religiosas.
La Escuela de Traductores de Toledo
El origen de este crucial núcleo de traductores de textos árabes al latín se encuentra en la labor impulsada por el arzobispo Raymond de Sauvetat en Toledo (aproximadamente entre 1125 y 1151). En esta empresa colaboraron intelectuales extranjeros con estudiosos peninsulares cristianos, mozárabes, musulmanes y judíos. Detrás de los nombres de los traductores más famosos se encontraba el esfuerzo de un equipo verdaderamente multiétnico y multicultural.
Desarrollos Artísticos y Culturales en la Baja Edad Media
El arte románico, estilo artístico procedente principalmente de Francia, estuvo ligado en el siglo XI a las reformas de la Iglesia medieval y sirvió para vincular el arte de la Península con el del resto de Europa occidental. Posteriormente, en la Baja Edad Media, la cultura comenzó a adoptar un carácter más urbano y humanista. En los reinos cristianos peninsulares se produjo el desarrollo de las primeras universidades, la aparición de una literatura cortesana en lenguas vernáculas y la difusión de nuevos estilos artísticos como el gótico y el mudéjar.