Subjetividad y objetividad en los textos

EL TEXTO CIENTÍFICO

Los textos científicos abordan temas relacionados con las Ciencias de la Naturaleza (Química, Geología, Biología…). Pueden ser divulgativos o especializados, dependiendo del tratamiento del tema y del destinatario al que van dirigidos.
Este tipo de textos presentan tres rasgos distintivos: la objetividad, la precisión y claridad y la universalidad.

El principio de objetividad consiste en la ausencia de cualquier marca afectiva o emocional en favor del rigor y la exactitud, es decir, la precisión y la claridad. El principio de universalidad se entiende como la superación de las limitaciones espacio-temporales en la formulación de las leyes científicas. Estas tres particularidades se manifiestan en diferentes niveles del código lingüístico.
En el nivel léxico, destaca el uso de un léxico denotativo, en el que abundan los tecnicismos o palabras específicas de una determinada especialidad (monosemia). En un mismo texto, es frecuente la repetición léxica de conceptos clave (célula, agua…). Los tecnicismos científicos son menos estables que los humanísticos y los jurídicos, debido a los continuos progresos de la ciencia.
En el nivel morfosintáctico, destaca la presencia de oraciones enunciativas y de construcciones con indeterminación de agente (pasiva refleja, impersonal refleja), así como el uso de adjetivos especificativos o construcciones de relativo que precisan el significado de las nombres (la célula eucariota). El uso del artículo generalizador y del presente atemporal son dos marcas lingüísticas que inciden en el principio de universalidad (el agua está formada por dos moléculas…).
Los textos científicos pueden adoptar dos modalidades discursivas: la descripción y la exposición. En el nivel textual, predominan los localizadores espaciales en los textos científico-descriptivos (a la derecha, al lado…); y en los expositivos, los nexos de adición (además, asimismo…), oposición (no obstante, pero), causativos (por lo tanto, por consiguiente…) y reformulativos (por último, en conclusión…).

EL TEXTO HUMANÍSTICO

Los textos humanísticos abordan el estudio del hombre y sus múltiples actividades artísticas y culturales (Filosofía, Sociología, Pedagogía, Lingüística…). Los textos que se generan en el ámbito de las disciplinas humanísticas son muy variados (discursos, monográficos, ensayos…) y sus características dependen de factores como la extensión del escrito, el grado de profundidad del tema, la intencionalidad del autor, el destinatario y el medio elegido para su transmisión.
Por lo general, adoptan las formas discursivas de la exposición y la argumentación, muchas veces combinadas. En la modalidad expositiva, los textos humanísticos reúnen ciertos rasgos que los asemejan a los textos científicos y administrativos: la objetividad, la precisión y claridad y la universalidad.
En el nivel léxico, destaca el uso de tecnicismos o palabras específicas de una determinada especialidad. En el nivel morfosintáctico, la presencia de oraciones enunciativas y de construcciones con indeterminación de agente (pasiva refleja, impersonal refleja), así como el uso de adjetivos especificativos o construcciones de relativo que precisan el significado de las nombres. El uso del artículo generalizador y del presente atemporal son dos marcas lingüísticas que inciden en el principio de universalidad (La Edad Media es…).
En la modalidad argumentativa, aparecen la subjetividad y la voluntad de estilo del autor. Las marcas lingüísticas más destacables son el empleo de un léxico connotativo (en el que las palabras se impregnan de significados añadidos), y la presencia de recursos y artificios literarios (paralelismos, metáforas, antítesis, interrogaciones retóricas…).
En una y otra modalidad, se advierte la presencia de nexos de adición (además, asimismo…), oposición (no obstante, pero), causativos (por lo tanto, por consiguiente…) y reformulativos (por último, en conclusión…).


 


EL TEXTO PERIODÍSTICO

Los textos periodísticos se agrupan en diferentes géneros: los informativos, que cumplen la función representativa del lenguaje (noticia, reportaje y entrevista), los de opinión, que adoptan la función expresiva del lenguaje (artículo de opinión, columna y editorial, viñeta gráfica) y los mixtos, que combinan ambas funciones (crónica y crítica). Estos géneros dependen de la intencionalidad del emisor y, responden a las principales finalidades del periodismo: informar y formar opinión.
El estilo de los géneros informativos se basa en la objetividad, la claridad y la concisión.
Los rasgos lingüísticos más destacables son una constante actualización léxica (neologismos, siglas, préstamos) y el contagio con otros tipos de discurso, según el ámbito informativo (lenguajes específicos -administrativo, científico, literario-).
El estilo de los géneros interpretativos se fundamenta en la argumentación y, como consecuencia, aparecen en los textos marcas de subjetividad, periodos sintácticos complejos y también figuras literarias como el paralelismo, la interrogación retórica o las metáforas.
En el mensaje periodístico, se combinan diferentes códigos: lingüístico (preferentemente el registro formal)
, icónico (fotografías, viñetas…) y paralingüístico (columnas, separadores, tipografías, color…).