Tendencias Clave en la Poesía Española Contemporánea

La Lírica Española de los Años 70 a Nuestros Días

La Poesía en los Años 70: Los Novísimos

Bajo este nombre se encuentran autores que representan las nuevas tendencias nacidas en escritores que poseen una mentalidad mucho más abierta y tienen más posibilidades de viajar. Todos ellos son poetas nacidos después de la guerra, entre 1939 y 1949.

El nombre de Novísimos procede de una antología publicada en 1970 por José Mª Castellet, “Nueve novísimos poetas españoles”, que incluía a Pere Gimferrer (Arde el mar) como principal figura y a otros como Guillermo Carnero (El sueño de Escipión). Otros poetas, algunos más jóvenes, cercanos a estos son: Antonio Colinas, Luis Alberto de Cuenca, Jaime Siles.

Estos poetas, a los que se conoce también como Generación del 98 [Nota: Esta denominación es incorrecta en el contexto de los Novísimos], ya no creen en la poesía como vehículo de comunicación, abandonarán el tono intimista y autobiográfico de la década anterior y llevarán a cabo una renovación total del género: desde su propia concepción, hasta la temática y las técnicas.

Características de los Novísimos:

  • Bagaje intelectual: En contacto con las corrientes culturales de vanguardia. Sus temas están nutridos de culturalismo: expresan un sentimiento o experiencia personal.
  • Distanciamiento ético: Distanciamiento de los preceptos éticos de la literatura anterior. Como referencia toman a poetas hispanoamericanos con tradición de renovadores como Vallejo, Borges o a algunos poetas del 27 como Cernuda, el Lorca más surrealista y a grupos poéticos españoles de posguerra.
  • Sociedad de consumo y ambientes decadentes: Ruptura con la inspiración tradicional. No ocultan su admiración por la cultura pop.
  • Ineficacia de la poesía: Defienden la ineficacia de la poesía para cambiar el mundo. Es frecuente la poesía como tema, la reflexión metapoética. Como no existe vínculo entre poesía y mundo o realidad, el poeta se centra en el lenguaje, el cuidado de la forma, la experimentación lingüística.
  • Nuevo vanguardismo: Defienden la libertad absoluta del poeta: utilización de la escritura automática, uso amplio del verso libre, poemas visuales, la prosa libre… Todo vale como material poético. La libertad formal es total, lo que afectará al verso, a la puntuación y a la disposición gráfica del texto.

Poesía de los Ochenta: Postnovísimos, Poesía de la Experiencia y Poesía del Silencio

La estética novísima es la dominante de 1966 hasta 1985. Tras la muerte de [¿Franco? ¿la dictadura? – el texto original es ambiguo aquí, mantengo la frase original “Tras la muerte de culturalistas” aunque parece incompleta o errónea]. Poco a poco, el formalismo de la poesía experimental de los años 70 va dejando paso a una poesía más interiorizada y de temas cotidianos.

En 1980, con la publicación de la antología Las voces y los ecos, se comienza a hablar de poesía postnovísima. Decae la estética de los novísimos y se produce un cambio al que se suman varios de sus integrantes, como Luis Alberto de Cuenca. La nueva poesía rescata la continuidad con el pasado literario español. Una nueva promoción entra en escena, son poetas nacidos entre 1954 y 1968. En 1988 [Nota: La antología Postnovísimos de Villena es de 1988, no 1968], son presentados en una nueva antología, Postnovísimos, preparada por Luis Antonio de Villena.

Características de la Poesía de los Ochenta:

  • Recuperación de los poetas de los sesenta: En especial Gil de Biedma. Vuelta al concepto de poesía como comunicación.
  • Relectura de la tradición: Se pone énfasis en la experiencia, en la emoción y en la percepción del texto. Se recuperan la métrica, la rima y la estrofa.
  • Vuelta a la narración y lenguaje coloquial: Empleo del lenguaje coloquial. Se introducen términos cotidianos y del lenguaje publicitario.
  • Renovación de temas.
  • Empleo del humor, pastiche y parodia: La ironía y el distanciamiento son asimismo característicos.
  • Presencia femenina: Sobresalen también en los 80 importantes poetas como Ana Rosetti, Blanca Andreu.

Últimas Tendencias Poéticas

De todas las tendencias de la poesía de los ochenta hay dos que parecen imponerse en la década de los noventa:

Poesía del Silencio

Una poesía que reivindica las vanguardias, compuesta de poemas breves en los que se elimina la anécdota. Se trata también de una poesía reflexiva, filosófica, intelectual. Los adscritos a esta tendencia buscan el uso de una palabra que se quiere esencial y tensa, en la estela de los presupuestos de la “poesía pura”. Destacan poetas como Jaime Siles (Música de agua, 1983).

Poesía de la Experiencia

Esta corriente dominó el panorama poético durante una década: mitad de los 80 hasta mediados de la década de los 90. Propugnan una nueva sentimentalidad. Una poesía realista, que habla de la vida y de la realidad, con una expresión coloquial, y que revaloriza la experiencia, el humor y la emoción. La poesía de la experiencia vuelve a situar el texto en un aquí y un ahora y busca un público más amplio. La presencia de la anécdota conduce muchas veces a poemas narrativos. Estos prefieren un estilo basado en el lenguaje conversacional y en el monólogo dramático. Destacan poetas como Luis García Montero y obras como Rimado de ciudad (1983), Habitaciones separadas (1994).

Tendencias Recientes (Años 90 y Siglo XXI)

En la década de los noventa y principios del nuevo milenio destaca el contraste entre la poesía de la experiencia y la poesía del silencio. A finales de la década de los 90 un grupo de poetas reaccionará contra este predominio de la que también se llamó “poesía mediática”. Se trata de la llamada poesía de la diferencia, representada por el poeta y crítico cordobés Antonio Rodríguez Jiménez, que propugna la libertad creativa individual y acusa a los poetas de la experiencia de una relación “clientelista”.

Otra alternativa la ofrecen estos últimos años los poetas agrupados en torno al colectivo valenciano Alicia bajo cero y las llamadas Voces del Extremo, quienes se reúnen en los encuentros que se celebran en Moguer desde 1999. Estos poetas reivindican una poesía comprometida, crítica, pero con un lenguaje muy diferente al del realismo social. Progresivamente, se fue manifestando un compromiso social del poeta frente a un mundo injusto e insolidario con el sufrimiento ajeno, una poesía del compromiso civil.

El hombre de la calle (2001) es el título de una antología publicada por Fernando Beltrán, que cultiva una poesía “entrometida” en la que se desarrollan temas como la globalización, las guerras imperialistas o el neoliberalismo.

Las últimas generaciones de poetas son muy difíciles de clasificar, pues falta perspectiva temporal para ello. En general se caracterizan por un lenguaje poético intimista, y por atenuar el barroquismo y el culturalismo de los poetas de la generación de los novísimos. Y se puede señalar, como característica generalizada, el cambio en los canales de comunicación poética que ha supuesto la popularización de Internet y un nuevo género que florece muy acorde con los tiempos, la micropoesía.