El Problema de Dios en Nietzsche
Friedrich Nietzsche fue un filósofo, filólogo y escritor alemán, conocido por su crítica a la moral tradicional, la cultura occidental y la religión. Su pensamiento cuestionó el cristianismo y la metafísica, defendiendo la idea del “Superhombre”, un ser que trasciende para crear sus propios valores. Sus conceptos de “voluntad de poder” y “Dios ha muerto” marcaron un antes y un después en la filosofía moderna.
Dios es para Nietzsche el concepto que sintetiza y fundamenta la suma de los valores de una tradición cultural que, negando la vida, ha conducido al vacío moral y existencial en que consiste, esencialmente, el “nihilismo”. La expresión “Dios ha muerto” viene a diagnosticar, por tanto, el fracaso de todo un modo de simbolizar la realidad. Bien es cierto que la expresión no es original, puesto que había aparecido ya en un contexto religioso en Eckhart, Lutero y Hegel para significar la pérdida de la visión cristiana de la existencia, es decir, el proceso de secularización de la cultura.
Este abandono es patente en la sustitución progresiva de la idea de Dios como sentido del mundo, garante del orden moral, respaldo de la autoridad establecida, etc., por ideas como la razón (la Diosa Razón de la Francia revolucionaria), el progreso, etc.
Dios representa una determinada ontología, un modo de concebir la realidad que niega “el sentido de la tierra” y sitúa las expectativas humanas en un plano ilusorio, soporte de una moral de renuncia y de negación de la realidad espacio-temporal. Dios es “el vampiro de la vida”. Su eliminación supone el fin de los valores absolutos, y abre la posibilidad de una transformación radical del horizonte humano. La “muerte de Dios” entraña una crítica radical de la religión, la moral y la metafísica, y la liberación del ser humano de una carga abrumadora que ha gravitado sobre él desde que el cristianismo consagrara la dualidad mundo aparente-mundo “verdadero” instaurada por Platón, inventando un trasmundo ideal (una ilusión “óptico-moral”) para desvalorizar el mundo terrenal, lo que hace del cristianismo una especie de “platonismo para el pueblo”.
El cristianismo, en la radical visión de Nietzsche, supone una negación de la vitalidad, del instinto y del goce, estigmatizado como “pecado”. Significó el fin del mundo antiguo y aniquiló las formas y valores más nobles de la vida, convirtiendo toda verdad en mentira.
El Problema de la Sociedad y la Política en Marx
Karl Marx fue un filósofo, economista y sociólogo alemán, considerado el padre del socialismo científico y el comunismo moderno. Denunció la explotación de la clase trabajadora. Su obra principal es El Capital, donde explica su crítica al sistema capitalista y propuso una revolución proletaria para alcanzar una sociedad sin clases.
Según Marx, no es la conciencia (el pensamiento) de los seres humanos la que determina la realidad, sino la realidad social la que determina la conciencia.
Marx distingue dos elementos en la sociedad:
- Estructura económica (elemento determinante): Abarca las relaciones de producción (las relaciones de propiedad).
- Superestructura (elemento condicionado por la estructura económica): Abarca la ideología y la organización jurídica y política que está al servicio de la ideología dominante.
Marx distingue dos significados del término ideología:
- En sentido amplio, ideología es el sistema de representaciones de los seres humanos en una época y en una sociedad.
- En sentido restringido, ideología es una interpretación falsificadora de la realidad que favorece los intereses de la clase dominante y sirve para justificar su dominio.
Según Marx, una sociedad no desaparece hasta que ha desarrollado completamente sus fuerzas productivas. Además, las nuevas relaciones de producción solo surgirán cuando las condiciones materiales necesarias hayan madurado dentro de la sociedad anterior.
Las fuerzas productivas son el conjunto de elementos que una sociedad emplea para producir bienes esenciales para su subsistencia. Incluyen los recursos naturales, los conocimientos y avances tecnológicos utilizados en la producción, así como la capacidad de trabajo del ser humano.
Las relaciones de producción son el conjunto de relaciones que se establecen entre los seres humanos como consecuencia de la producción o trabajo.
En las relaciones de producción el marxismo distingue entre:
- Relaciones técnicas: Dan lugar a la división del trabajo.
- Relaciones sociales: Los vínculos sociales entre los individuos en el proceso productivo, estructurando las clases sociales en dos grupos fundamentales: propietarios y no propietarios de los medios de producción.
El capitalismo se fundamenta en la propiedad de los medios de producción por la burguesía y la explotación del proletariado. Su propia dinámica genera contradicciones internas que, al desarrollarse plenamente, conducirán a su superación y transformación en una nueva sociedad.
La explotación extrema del proletariado conducirá a su revolución y al establecimiento de la dictadura del proletariado, donde la mayoría impondrá su dominio sobre la minoría.
La dictadura del proletariado es una fase transitoria que prepara la llegada de una sociedad sin clases, sin opresores ni oprimidos. En este sistema, el Estado desaparecerá porque ya no será necesario un aparato ideológico de dominación.
Esta visión de la historia, que avanza hacia un desenlace emancipador, convierte al marxismo en una filosofía de la historia.