Legado Histórico de España: Monarquía, Liberalismo y Lucha Social en los Siglos XVI y XIX

El Auge del Imperio Español en el Siglo XVI: Carlos V y Felipe II

Con el nombre de Imperio Español denominamos al conjunto de territorios vinculados a la Monarquía Hispánica, fundamentalmente en Europa y América, aunque también en otros continentes como África y Asia. El momento culminante de este Imperio Español se encuentra en el siglo XVI, con el asentamiento de la dinastía de Habsburgo (reinados de Carlos I y Felipe II).

No obstante, es importante destacar el papel ejercido por los reyes Isabel y Fernando, los Reyes Católicos, durante su reinado (1474-1516):

  • Por un lado, a través de su política expansiva: conquista de los reinos de Granada y Navarra, asentamiento en el reino de Nápoles, conquista de Canarias, exploraciones y conquistas en América, etc.
  • Por otro, utilizando los casamientos de sus hijas con miembros de importantes casas reales europeas: Juana con Felipe de Borgoña y María con el rey Manuel I de Portugal.

Estos casamientos serían fundamentales para la llegada de la Casa de Habsburgo (Carlos I) y para la anexión posterior de Portugal (Felipe II).

El Reinado de Carlos I (1516-1556)

La implantación en España de la dinastía de Habsburgo en 1516, con Carlos I (emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V) supuso una importante ampliación territorial. Carlos I unió a los territorios españoles (Castilla, Aragón, Navarra, Canarias, Sicilia, Cerdeña y otras posesiones en Italia) los dominios vinculados a la Casa de Borgoña (Flandes, Luxemburgo, Franco Condado) y los patrimoniales de la Casa de Austria (Austria, Estiria, Carintia y Carniola).

Además, durante su reinado se produjeron numerosos procesos de exploración y conquista en América: dominio de todo el Caribe, Florida, México (con la conquista del Imperio Azteca por Hernán Cortés), Centroamérica y diversas zonas de América del Sur (conquista del Imperio Inca).

El Reinado de Felipe II (1556-1598)

Durante el reinado de Felipe II (1556-1598), los territorios del Sacro Imperio se separaron de la Corona española. Sin embargo, en 1580 fue incorporado Portugal junto con todos sus dominios coloniales en América (Brasil), costa de África (Guinea, Mozambique, Zanzíbar) y Asia (India, Malasia). Navegantes españoles también realizaron la ocupación de Filipinas. Todo esto amplió considerablemente la extensión del Imperio Español, que fue considerado como un imperio «en el que nunca se ponía el sol».

Conflictos Exteriores de Carlos V

La política de Carlos V estuvo determinada por su elección como emperador del Imperio Germánico, así como por la enorme extensión de sus posesiones. Su título imperial le llevó a pensar que podía construir una monarquía universal, convirtiéndose en el líder de la Cristiandad.

Tres fueron principalmente los objetivos de su política exterior:

  • Reafirmar su papel como potencia hegemónica en Europa occidental, fundamentalmente frente a Francia.
  • La defensa del catolicismo ante la expansión de la Reforma Protestante en Alemania.
  • Frenar la expansión del Imperio Turco.

Los principales enfrentamientos fueron:

  • Enfrentamientos con Francia.
  • Lucha contra el Imperio Turco.
  • Defensa de la integridad del catolicismo en Alemania.

Política Exterior de Felipe II

La actuación de Felipe II estuvo marcada por los mismos criterios que la de su padre: la defensa de los intereses dinásticos de la Casa de Habsburgo y de los religiosos del catolicismo. Su desarrollo fue, sin embargo, algo diferente:

  • Se mantuvo el enfrentamiento con el Imperio Turco.
  • El enfrentamiento con los príncipes alemanes luteranos fue sustituido por la Guerra de Flandes.
  • La rivalidad con Francia cambió para producirse ahora una lucha abierta con Inglaterra.

Los principales enfrentamientos fueron:

  • La guerra contra Francia.
  • La lucha contra el Imperio Turco.
  • La Guerra de Flandes.
  • El enfrentamiento con Inglaterra.

Las Etapas del Reinado de Fernando VII

El reinado de Fernando VII (1814-1833) se desarrolló en el marco del período conocido en la historia de Europa como Restauración, ya que las potencias vencedoras de Napoleón Bonaparte, reunidas en el Congreso de Viena (1814-1815), promovieron la vuelta al Antiguo Régimen.

El reinado de Fernando VII está caracterizado por el conflicto entre el mantenimiento del absolutismo (según los deseos del propio rey) y la adopción de un régimen político parlamentario y liberal (planteado por políticos y militares que defendían la labor legislativa de las Cortes de Cádiz y deseaban un cambio de régimen).

Etapas del Reinado de Fernando VII

En su reinado distinguimos tres grandes etapas, dos de ellas absolutistas y una de tipo liberal:

  • La Restauración del Absolutismo (1814-1820)
  • El Trienio Liberal (1820-1823)
  • La Década Ominosa (1823-1833)

La Restauración del Absolutismo (1814-1820)

Después de los seis años que duró la Guerra de la Independencia y con los importantes sucesos que se produjeron durante la contienda (reunión de las Cortes de Cádiz, Constitución de 1812), el retorno de Fernando VII a España a comienzos de 1814 generó incertidumbre:

  • El pueblo español en su conjunto recibió con entusiasmo al rey Fernando.
  • Los diputados liberales que habían promovido los cambios legislativos de las Cortes de Cádiz y habían aprobado la Constitución de 1812 se mostraban expectantes a la espera de la aceptación por parte del rey de las actuaciones realizadas.
  • Por otro lado, los diputados más conservadores e intransigentes deseaban la anulación de la Constitución.

Fernando VII deseaba volver a reinar como rey absoluto. Por ello y apoyado en el conocido como «Manifiesto de los Persas», firmó el Real Decreto del 4 de mayo de 1814 que suponía la disolución de las Cortes, abolía la Constitución de 1812 y toda la labor legislativa llevada a cabo durante su ausencia. De esta manera, quedaba restablecido el absolutismo.

La vuelta al Antiguo Régimen supuso la persecución tanto de los españoles que habían colaborado con los franceses como de los liberales, por lo cual muchos de ellos terminaron marchando al exilio en Francia y Reino Unido. En esta etapa, numerosos militares comenzaron a abrazar las posturas liberales y para hacer frente a la represión se integraron en sociedades secretas de ideología liberal como la masonería. Estos militares protagonizaron diversos intentos de golpe militar o pronunciamientos:

  • Espoz y Mina en 1814.
  • Díaz Porlier en 1815.
  • Lacy en 1817.

Sin embargo, todos esos intentos de golpe fracasaron y fueron duramente reprimidos.

El Trienio Liberal (1820-1823)

En enero de 1820 se produjo un nuevo pronunciamiento por el comandante Rafael Riego en Cabezas de San Juan. Rafael Riego, al frente de un contingente de tropas que se dirigía hacia América, se pronunció a favor de la Constitución de 1812. El apoyo de otras guarniciones militares hizo que el levantamiento triunfara y, finalmente, en Madrid se creó una Junta Provisional de Gobierno. Fernando VII no tuvo más remedio que terminar jurando la Constitución de 1812. No obstante, el rey era un convencido absolutista y trató de obstruir desde un principio la labor de los gobiernos liberales y el normal funcionamiento constitucional.

A lo largo de los tres años que duró este período, las nuevas Cortes liberales llevaron a cabo toda una serie de medidas de carácter reformista:

  • Supresión de mayorazgos y desamortización de tierras de la Iglesia.
  • Se suprimió el Tribunal de la Inquisición y las órdenes religiosas de carácter contemplativo.
  • Hubo un intento de solucionar el déficit de la Hacienda, aprobando nuevos impuestos.
  • Se restableció la Milicia Nacional con objeto de garantizar la defensa del liberalismo y el orden público.

Sin embargo, esta nueva etapa liberal terminó fracasando por varios motivos:

  • En primer lugar, por la división en el seno de los propios liberales.
  • En segundo lugar, por la labor obstruccionista del rey Fernando.
  • Finalmente, por la intervención de las fuerzas armadas de las potencias europeas absolutistas, la Santa Alianza, que envió un contingente militar (los llamados «Cien Mil Hijos de San Luis», abril de 1823), para ayudar a Fernando VII.

El ejército de la Santa Alianza, apoyado por fuerzas españolas que apoyaban al rey Fernando, derrotó a los liberales y puso fin al Trienio Liberal.

La Década Ominosa (1823-1833)

Se trata de la última etapa del reinado de Fernando VII, caracterizada por la anulación de todos los decretos emanados del gobierno anterior y por el restablecimiento de todas las instituciones y autoridades del absolutismo. Los liberales fueron nuevamente perseguidos, teniendo que marchar al exilio. Se restableció la censura y se cerraron periódicos de ideas progresistas.

Los aspectos más destacables de la acción de gobierno durante esta última etapa del reinado de Fernando VII son los siguientes:

  • En 1824 se creó el Consejo de Ministros. A partir de entonces las decisiones de gobierno empezaron a tomarse de forma colegiada, evitando o moderando las arbitrariedades personales de cada ministro.
  • Una reforma de la Hacienda, promovida por el ministro López Ballesteros, que permitió separar los gastos de la Casa Real y organizar un Presupuesto Anual del Estado.
  • También durante este período del reinado de Fernando VII, culminó la independencia de la mayoría de los territorios americanos, surgiendo nuevos estados como Argentina, Venezuela, Colombia, Perú, México, etc. Tan solo Cuba y Puerto Rico continuaron bajo dominio español hasta 1898.

Los años finales del reinado estuvieron marcados por el problema sucesorio. Al no tener hijos varones, Fernando procedió a la promulgación de la Pragmática Sanción de 1830, que derogaba la Ley Sálica. Esto haría que, a su muerte, pudiera convertirse en reina su hija Isabel, pero originó un grave problema que afectó a España durante todo el siglo XIX: las Guerras Carlistas.

Los Orígenes y la Evolución del Movimiento Obrero Español durante el Siglo XIX

El nacimiento y evolución del movimiento obrero está relacionado con el desarrollo de la Revolución Industrial y el sistema fabril en España, especialmente a partir de la segunda mitad del siglo XIX. Sus bases ideológicas se encontraban en el marxismo y el anarquismo, que canalizaron la acción de asociaciones de trabajadores y sindicatos con el uso de la huelga como principal acción reivindicativa. Además, a lo largo de este período también se produjeron numerosas revueltas campesinas, debido a la desigual distribución de la propiedad de la tierra.

Orígenes y Primeras Manifestaciones (Hasta 1868)

Hasta 1868 el movimiento obrero español se circunscribió casi en exclusividad a Cataluña, dado su carácter de principal región industrializada. Sus actuaciones fueron aisladas y violentas en algunos casos, como el incendio de la fábrica Bonaplata de Barcelona en 1835. En los años 1835-1840 se crearon también en Cataluña las primeras «mutualidades obreras», organizadas según oficios (tejedores, hiladores, blanqueadores, impresores, etc.), que pretendían ayudar a sus miembros en casos de enfermedad, accidente o invalidez.

Durante las décadas de 1840 y 1850 se extendieron las asociaciones de trabajadores, reivindicando el aumento del salario y la reducción de las jornadas laborales. Con objeto de presionar a los patronos utilizaron la huelga, aunque esta medida de actuación estaba prohibida. En 1855 se produjo la primera huelga general en Barcelona, como respuesta a la introducción de unas nuevas máquinas hiladoras, las selfactinas, que ahorraban mano de obra y dejaron a muchos trabajadores en paro.

Expansión y la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT)

En 1864 se fundó en Londres la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), que pretendió impulsar el movimiento obrero a nivel internacional y que tuvo una gran acogida en Francia, Bélgica, Italia y España. Dentro de la AIT convivieron dos corrientes ideológicas, la marxista (liderada por Karl Marx y Friedrich Engels) y la anarquista (con Mijaíl Bakunin).

El Movimiento Obrero durante el Sexenio Democrático y la Restauración

Durante el Sexenio Democrático, la Constitución de 1869 reconoció la libertad de asociación, lo que permitió a las asociaciones obreras salir a la luz y expandirse. El movimiento obrero se organizó así dentro de las dos grandes corrientes ideológicas, el marxismo y el anarquismo.

No obstante, tras el golpe de Estado del general Pavía (enero de 1874), que ponía fin a la Primera República, el Gobierno declaró ilegales las asociaciones obreras ligadas a la AIT y se inició la persecución de las mismas. Durante los primeros años de la Restauración (con los gobiernos conservadores de Cánovas del Castillo), la situación de las asociaciones obreras no varió. La legalización de estas asociaciones se produciría durante los gobiernos del liberal Sagasta, en un primer momento en 1881, y de forma definitiva tras la ley de 1887.

La Corriente Anarquista

La corriente anarquista del movimiento obrero español surgió muy pronto. En 1868, Mijaíl Bakunin envió a España al italiano Giuseppe Fanelli, para que fomentara el asociacionismo dentro de la ideología anarquista. Esta ideología (supresión del Estado, colectivización, apoliticismo, etc.) tuvo mucho arraigo entre el proletariado catalán y el campesinado andaluz. Su principal líder en España fue Anselmo Lorenzo.

En 1881 se creó la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), que tuvo gran implantación en Cataluña y Andalucía. La estrategia de los anarquistas se centró en dos tipos de acciones: la acción violenta (atentados contra la burguesía industrial en Barcelona, asesinato de Cánovas del Castillo en 1897) y la utilización de la huelga general. En 1910 crearon su principal sindicato, la Confederación Nacional del Trabajo (CNT).

La Corriente Marxista

La corriente marxista del obrerismo español evolucionó a partir del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), fundado en 1879 en la clandestinidad por Pablo Iglesias y Jaime Vera. El socialismo defendía el fin de la sociedad capitalista mediante la revolución obrera para establecer una dictadura del proletariado. Sin embargo, con el tiempo el PSOE evolucionó hacia posiciones reformistas (corriente socialdemócrata) presentando candidatos a las elecciones.

En 1888 Pablo Iglesias fundó el sindicato Unión General de Trabajadores (UGT), que centró su lucha en la mejora de las condiciones de trabajo: aumento de los salarios, jornada de ocho horas, descanso dominical y prohibición del trabajo infantil. Una de sus principales iniciativas fue la celebración, a partir de 1890, de la Fiesta del 1 de Mayo.