1. El Teatro Comercial a Comienzos del Siglo XX
El teatro comercial en España a comienzos del siglo XX se distingue por estar orientado al entretenimiento del público y se agrupa en tres grandes líneas:
- La comedia burguesa, cuyo principal representante es Jacinto Benavente (galardonado con el Premio Nobel en 1922), pone el foco en los conflictos de las clases media y alta, como la infidelidad o la hipocresía social. Entre sus obras más conocidas destacan Los intereses creados y La malquerida.
- Por otro lado, el teatro en verso, influido por el modernismo y el drama romántico, reaparece como una alternativa poética frente al teatro realista. Algunos de sus autores más destacados son Eduardo Marquina (Las hijas del Cid), Francisco Villaespesa (Doña María de Padilla) y los hermanos Machado (La Lola se va a los puertos).
- La tercera corriente es el teatro cómico, que continúa la tradición del entremés clásico y se apoya en el humor popular y en situaciones de la vida diaria. Los principales exponentes de este tipo de teatro son los hermanos Álvarez Quintero, Carlos Arniches (La señorita de Trevélez) y Pedro Muñoz Seca (La venganza de don Mendo).
2. Intentos Renovadores en el Teatro Español
2.1. Teatro del 98: Ramón María del Valle-Inclán (1866–1936)
La producción teatral de Valle-Inclán muestra una evolución desde un modernismo decadente hacia una crítica aguda de la sociedad. Su teatro se puede dividir en cuatro etapas:
- La primera es la decadentista, con obras de estilo modernista como El Marqués de Bradomín.
- La segunda es el ciclo mítico, donde destacan títulos como Comedias bárbaras y Divinas palabras, ambientadas en una Galicia primitiva y trágica.
- La tercera etapa son las farsas, piezas teatrales artificiales y literarias en las que predomina lo grotesco, como La Marquesa Rosalinda.
- Finalmente, en la etapa del esperpento, Valle-Inclán crea un nuevo género con el que representa una visión deformada y grotesca de la realidad española. Su obra más representativa en este estilo es Luces de bohemia, una crítica amarga a la sociedad a través del personaje de Max Estrella.
2.2. Teatro del 27
Los escritores del Grupo del 27 intentaron renovar el teatro incorporando elementos de las vanguardias, conectándolo con el pueblo y dotándolo de un carácter poético. El principal autor teatral de este grupo fue Federico García Lorca. Sus obras, cargadas de simbolismo y crítica social, tratan temas como el conflicto entre los deseos personales y la realidad, así como la opresión que sufre la mujer. En sus primeras obras destacan El maleficio de la mariposa y Mariana Pineda. Más tarde escribe comedias vanguardistas como El público o Así que pasen cinco años, con influencias del surrealismo. Su etapa más importante incluye títulos como Bodas de sangre, Yerma, Doña Rosita la soltera y La casa de Bernarda Alba, en las que predominan personajes femeninos y se cuestionan la autoridad, la tradición y la represión social. Lorca transformó el teatro español al unir poesía, simbolismo y denuncia, llevando a escena realidades locales con un alcance universal.
3. Años 50: El Teatro Realista
Durante los años 50, el teatro realista en España se propuso transformar la escena teatral y denunciar las condiciones impuestas por la dictadura franquista. Las obras abordaban temáticas como la injusticia social, la explotación laboral y las dificultades de las clases medias y trabajadoras. Uno de los autores más destacados fue Alfonso Sastre, con obras como Escuadra hacia la muerte y La mordaza, que reflejan una crítica directa al autoritarismo y la represión. Lauro Olmo trató el tema de la emigración en La camisa, mientras que José Martín Recuerda se centró en el realismo social con tintes documentales en piezas como Las salvajes en Puente San Gil. La figura más representativa de este periodo fue Antonio Buero Vallejo. En su primera etapa, de carácter existencial, retrató la frustración colectiva en Historia de una escalera y exploró la necesidad de alcanzar la verdad en En la ardiente oscuridad. Más adelante, en su fase de teatro social, denunció distintos tipos de opresión en obras como El concierto de San Ovidio y El tragaluz. En sus últimos trabajos, Buero introdujo innovaciones técnicas como los llamados “efectos de inmersión”, que conectaban emocionalmente al espectador con la obra, en títulos como La fundación o La detonación. A lo largo de su carrera, su teatro se mantuvo siempre comprometido, tanto en lo humano como en lo crítico.
4. Años 60 y 70: Renovación Formal y Crisis
En las décadas finales del siglo XX, el teatro español experimentó una transformación importante, articulada en tres grandes líneas:
- Por un lado, el teatro comercial mantuvo su éxito entre el público general gracias a autores como Miguel Mihura, Ana Diosdado, Jaime de Armiñán y, especialmente, Antonio Gala, cuyas obras —como Anillos para una dama o El hotelito— fueron muy bien recibidas.
- Simultáneamente, emergió un teatro experimental que rompía con el realismo tradicional, apostando por nuevas formas estéticas y temáticas. Estas propuestas a menudo se enfrentaban a problemas de representación por su complejidad o por la censura. En esta línea destaca Fernando Arrabal, cuyas obras surrealistas y simbólicas como El triciclo pertenecen al movimiento conocido como “teatro pánico”.
- También aparecieron colectivos de teatro independiente, como Els Joglars o La Fura dels Baus, que rechazaban las fórmulas teatrales convencionales y buscaban sostenerse económicamente por sus propios medios. Tras la muerte de Franco, aunque se esperaban nuevas energías en el mundo teatral, lo que surgió fue una crisis de asistencia del público, a pesar de que el Estado impulsó instituciones como el Centro Dramático Nacional para apoyar el sector. En este contexto, Francisco Nieva se consolidó como uno de los grandes dramaturgos experimentales, con un estilo onírico, surrealista y muy crítico en lo social y lo sexual. También sobresalieron autores como José Sanchis Sinisterra, con obras como ¡Ay, Carmela!, José Luis Alonso de Santos, autor de Bajarse al moro, y Fernando Fernán Gómez, que escribió Las bicicletas son para el verano.