El Sexenio Democrático en España: Revolución, Monarquía y Primera República (1868-1874)

1. La Revolución Gloriosa de 1868

Estalló la denominada «Revolución Gloriosa», iniciada con una sublevación militar en Cádiz. A ella se llegó por el agotamiento y la impopularidad del moderantismo y de la monarquía de Isabel II.

La escuadra concentrada en la bahía de Cádiz, al mando del brigadier Topete, se sublevó al grito de «España con honra» contra el gobierno de Isabel II. Prim se reunió con los sublevados y rápidamente consiguieron el apoyo de la población de Cádiz. Las consignas eran parecidas en todos los lugares: sufragio universal, supresión de las quintas

Cuando las escasas tropas fieles al gobierno fueron derrotadas en el Puente de Alcolea, el gobierno no vio más salida que dimitir. Isabel II partió al exilio hacia Francia.

2. El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869

Los firmantes del Pacto de Ostende tomaron la dirección del movimiento. Constituyeron un Gobierno Provisional, con Prim y Serrano como hombres fuertes, que decretó la disolución de las Juntas y asumió el ideario democrático de las Juntas Revolucionarias.

Tras la huida de Isabel II a Francia, se formó un gobierno provisional encabezado por Prim y Serrano. El gobierno pudo convocar elecciones a Cortes Constituyentes, que habrían de elegirse por sufragio universal directo.

La campaña electoral se desarrolló en medio de la polémica sobre la forma de Estado: monarquía o república. Los resultados dieron mayoría a los partidos de la coalición en el poder: unionistas, progresistas y un sector de los demócratas.

Características de la Constitución de 1869

La Constitución de 1869 fue un hito. Sus características principales fueron:

  • Regulación de los derechos fundamentales y de las libertades públicas, y el reconocimiento de la soberanía nacional.
  • La monarquía como forma de Estado y la división radical de poderes.
  • La «cuestión religiosa»: se aprobó la libertad de cultos.
  • El centro del poder residía en las Cortes, formadas por el Congreso de los Diputados y el Senado.
  • Regulación de la situación de las colonias de ultramar.

Aprobada la Constitución, el general Serrano fue elegido regente, y Prim pasó a dirigir el gobierno. Su objetivo era triple: aunar los partidos políticos detrás de un programa que permitiera estabilizar el régimen; legislar la Constitución; y buscar un candidato al trono de España.

3. La Monarquía Democrática de Amadeo de Saboya (1871-1873)

Fue elegido Amadeo de Saboya, un monarca liberal que contaba especialmente con el apoyo de Prim.

El reinado de Amadeo I significó el primer fracaso de la monarquía democrática en España. En primer lugar, nunca logró hacerse popular. En segundo lugar, por la ausencia del hombre que le había traído a España y que mantenía unido al partido progresista y a la coalición gobernante: el general Prim. Pero el elemento fundamental que condujo a la crisis final fue la desintegración de la coalición gubernamental, que dejó al monarca sin el apoyo necesario para hacer frente a los graves problemas del país. Especialmente tras la muerte de Prim, se inició una lucha ininterrumpida entre los posibles sucesores, quienes acudían al monarca para intentar la eliminación política de sus adversarios. Amadeo siempre rechazó esa cuestión, por lo que fue abandonado por los políticos.

Finalmente, Amadeo renunció al trono y regresó a Italia. El Senado y el Congreso, reunidos en Asamblea Nacional, proclamaron la República.

4. La Primera República Española (1873-1874)

El primer presidente fue Figueras. Bajo su presidencia estallaron motines federales por todas partes; el gobierno no era obedecido por nadie, y a la quiebra financiera del Estado se sumaba la precaria situación del sector agrario. Figueras, desesperado, abandonó no solo la presidencia, sino también España, convencido de que era imposible gobernar. Tras Figueras, asumió la presidencia Francisco Pi y Margall, un defensor del federalismo, y se comenzaron a proclamar repúblicas federales por todas partes.

Se redactó la «Constitución de 1873», que no llegó a entrar en vigor, aunque sí se terminó de tramitar.

A esto se unía la nueva guerra carlista, iniciada todavía en época de Amadeo, con el reconocimiento como rey de D. Carlos VII, joven e inteligente, y con un claro programa de gobierno basado en los derechos del pueblo, la representatividad y la preocupación social.

El cantonalismo dio al traste con el mandato de Pi y Margall.

El tercer presidente, Nicolás Salmerón y Alonso, intervino contra el cantonalismo, pero dimitió porque no quiso firmar penas de muerte contra insurrectos cantonalistas.

La República se hundía cuando Castelar subió al poder. Este reforzó el poder del Estado, llamó al ejército, aplicó la pena de muerte…

5. El final de la República y la Restauración Borbónica

La República dio un claro vuelco hacia la derecha. Castelar no tenía mayoría en las Cortes, suspendió las sesiones parlamentarias y gobernó autoritariamente. Un sector importante de los diputados de este grupo (Figueras, Pi y Salmerón) tenía la intención de volver a controlar el gobierno y dar un giro a la izquierda.

El gobierno de Castelar fue derrotado por 120 votos contra 100. El general Pavía invadió el hemiciclo con fuerzas de la Guardia Civil y disolvió por la fuerza la Asamblea.

Este gobierno se convirtió en un mero prólogo de la Restauración borbónica, cuando el general Martínez Campos, en Sagunto, proclamó a Alfonso XII rey de España. El príncipe Alfonso había firmado un manifiesto que defendería el orden social, pero que garantizaría el funcionamiento del sistema político liberal.