Conceptos Fundamentales de la Economía
La Economía es la ciencia que estudia la administración de los recursos, la creación de riqueza, la producción, distribución y consumo de bienes y servicios para satisfacer las necesidades humanas. También se enfoca en cómo utilizar eficientemente los recursos escasos para maximizar su rendimiento.
Macroeconomía y Microeconomía
- Macroeconomía: Analiza la gestión óptima de los recursos escasos a nivel agregado (nacional, internacional o regional).
- Microeconomía: Se enfoca en la toma de decisiones individuales o empresariales para optimizar el uso de recursos limitados y generar ingresos.
Teorías del Valor y la Producción
Teoría del Valor-Trabajo
La Teoría del Valor-Trabajo postula que el costo de un producto depende de la cantidad de mano de obra invertida en su realización. Esta teoría, inspirada en el pensamiento económico marxista, fue fundamental en los sistemas socialistas.
Oferta y Demanda
La ley de Oferta y Demanda establece que el precio de los bienes y servicios está determinado por la interacción entre la disponibilidad del producto (oferta) y el deseo de los consumidores de adquirirlo (demanda). Si muchas personas desean un producto, su precio tenderá a subir.
Modos de Producción Históricos
Los Modos de Producción describen la forma en que una sociedad organiza su actividad económica, incluyendo la producción de bienes y servicios y su distribución.
- Comunismo Primitivo: Caracterizado por una división social rudimentaria y la ausencia de propiedad privada, similar a la organización de las comunidades animales.
- Modo Asiático: El valor y el poder se centraban en el control de recursos hídricos, crucial para la agricultura.
- Modo Esclavista: La riqueza y el poder se basaban en la posesión de esclavos como principal fuerza de trabajo.
- Feudalismo: Sistema basado en la propiedad de la tierra, donde el vasallo trabajaba para el señor feudal a cambio de protección y el uso de la tierra, pagando con bienes o servicios.
- Capitalismo: Surge con la emergencia de la burguesía, que desafió las rígidas estructuras de las sociedades estamentales, donde la clase social era inmutable.
Transición Económica y Orígenes de la Industrialización
Los avances tecnológicos, como las técnicas de navegación, fueron cruciales para aumentar la producción y mejorar la distribución de bienes. Un ejemplo histórico es el Imperio Romano, cuya grandeza se sustentó en la capacidad de transportar grano desde Egipto y Medio Oriente a España por vía marítima.
Los habitantes de los Países Bajos (actuales Holanda y Bélgica) fueron pioneros en la generación de mayor riqueza a través de la producción y exportación de textiles a toda Europa. La oposición del Imperio Español a esta expansión comercial condujo a la Guerra de los Ochenta Años, que culminó con la independencia de los Países Bajos de la Corona Española.
Setenta años más tarde, la Revolución Gloriosa en Inglaterra (1688) impulsó los sistemas productivos en el Reino Unido. Este proceso se combinó con el fomento de la Corona Inglesa al desarrollo científico y el descubrimiento de nuevas fuentes de energía, como el carbón, lo que sentó las bases para la Revolución Industrial.
Las repúblicas del norte de Italia, las más ricas del mundo en el siglo XIV, fueron eventualmente superadas por los Países Bajos. Los sistemas económicos innovadores desarrollados en los Países Bajos, tras su independencia del Imperio Español, fueron posteriormente adoptados y adaptados por la Corona Inglesa.
La Revolución Industrial y sus Consecuencias
La Revolución Industrial (siglo XVIII) se caracterizó por la invención de máquinas que hicieron más eficiente la producción textil. Inicialmente, estas fábricas dependían de la energía hidráulica y eólica, por lo que se instalaron junto a los ríos, marcando el origen de las fábricas. La invención de la máquina de vapor (siglo XVIII) y la primera locomotora en 1830 revolucionaron aún más la producción y el transporte.
La energía del vapor, que requería grandes cantidades de carbón, sustituyó progresivamente a la energía hidráulica. Las ciudades industriales crecieron rápidamente, pero las condiciones de vida y laborales eran insalubres y deplorables. Este contexto social y económico inspiró a Karl Marx a escribir el Manifiesto del Partido Comunista.
Movimientos Obreros y Urbanización
Durante el siglo XIX, surgieron los movimientos obreros para defender los derechos de la clase proletaria. Aunque los trabajadores de las fábricas a menudo ganaban más que los del campo, sus condiciones eran precarias. Las ciudades experimentaron un rápido y, a veces, desorganizado proceso de urbanización. El crecimiento económico industrial demandaba grandes cantidades de materias primas, que los países industrializados obtenían mediante comercio o, en ocasiones, por medios coercitivos.
A partir de 1850, el crecimiento económico se aceleró, generando una marcada desigualdad: los dueños de las fábricas se enriquecían mientras los trabajadores percibían salarios mínimos. La publicación del libro de Karl Marx en 1848 (referencia al Manifiesto) coincidió con este período. Con el tiempo, las condiciones de vida en las ciudades y las condiciones laborales mejoraron, y la organización de los trabajadores contribuyó a mitigar los abusos.
La Primera Guerra Mundial (1914-1918) fortaleció la posición de los trabajadores. Posteriormente, la Crisis de 1929 obligó a los gobiernos a implementar políticas públicas de bienestar, como la provisión de educación, salud y pensiones para los trabajadores. Durante la guerra, la movilización de hombres al frente propició que las mujeres asumieran roles productivos en las fábricas.
El Modelo Económico Capitalista
El término Modelo Económico Capitalista, acuñado por los marxistas, describe un sistema cuyo principal motor es la acumulación de capital por parte de la burguesía, a menudo mediante la explotación de la fuerza de trabajo. Según esta perspectiva, el concepto de valor-trabajo implica que solo el trabajo es capaz de generar valor o plusvalía a los bienes, siendo el dueño del capital quien acapara la mayor parte de esta plusvalía.
Historia Económica de México
Época Prehispánica
Periodo Preclásico
Preclásico: Caracterizado por una economía rudimentaria, sin horarios laborales ni salarios, propia de una comunidad primitiva enfocada en la subsistencia (alimentación, bebida y reproducción).
Periodo Clásico
Clásico: Desarrollo de la agricultura que permitió el surgimiento de asentamientos permanentes y la erradicación de la hambruna.
Periodo Posclásico
Posclásico: Establecimiento de mercados complejos y extensas vías de comercio.
Este periodo concluye con la Caída de Tenochtitlan.
Época Colonial
La Época Colonial se caracterizó por la explotación minera y el esclavismo. El texto menciona a Adam Smith y el metalismo, lo cual hace referencia a las teorías económicas de la época, donde la riqueza se asociaba a la acumulación de metales preciosos.
Siglo XIX: Independencia y Porfiriato
El siglo XIX, tras la Independencia, representó una etapa de ruptura y reconfiguración económica. Hacia finales de siglo, el Porfiriato impulsó el desarrollo de la industria ferroviaria.
Siglo XX: Nacionalización y Desafíos
El siglo XX se inició con un periodo de aparente abundancia. La expropiación petrolera por parte del presidente Lázaro Cárdenas nacionalizó el petróleo de México. La frase “nos quedamos sin dinero gracias a políticos” es una opinión que refleja desafíos económicos posteriores.
Siglo XXI: Diversificación Industrial y Globalización
El siglo XXI se caracteriza por una diversificación industrial que incluye los sectores petrolero, minero, químico, agrícola, ganadero y pesquero. Se observa un crecimiento en los ensambles industriales y la presencia de trabajo extranjero, consolidando el desarrollo industrial del país.