La Nueva Monarquía Borbónica: Decretos de Nueva Planta y Reformas del Estado
El reinado de Felipe V (1700-1746) marcó el inicio de la dinastía Borbónica en España. Le sucedió Fernando VI (1746-1759).
La dinastía Borbónica introdujo el modelo de Estado francés, caracterizado por una monarquía absoluta de origen divino y un fuerte centralismo, concentrando todo el poder en el monarca. Esto implicó una búsqueda de uniformidad en la administración y el gobierno de España.
La Ley Sálica se implantó en 1713, durante el reinado de Felipe V, excluyendo a la línea sucesoria femenina del trono.
Se suprimieron la mayoría de los antiguos consejos, a excepción del Consejo de Castilla, que se consolidó como el principal órgano asesor del rey. Se crearon las Secretarías de Despacho (Estado, Guerra, Marina, Hacienda, Justicia e Indias), y posteriormente se estableció la Junta Suprema de Estado.
Los Decretos de Nueva Planta (1707-1716)
Los Decretos de Nueva Planta (1707-1716) centralizaron la administración siguiendo el modelo castellano. Estos decretos suprimieron los fueros e instituciones propias de la Corona de Aragón, como castigo por su apoyo a Carlos de Austria durante la Guerra de Sucesión. Sin embargo, se respetaron los fueros de los territorios vascos y navarros, que habían apoyado a los Borbones en el conflicto.
Reorganización Territorial y Administrativa
Para una administración más eficiente del territorio, España se dividió en provincias, gobernadas por:
- Los Capitanes Generales (máxima autoridad militar y política).
- Los Intendentes (encargados de la economía y la hacienda).
- Las Reales Audiencias (administración de justicia).
En los ayuntamientos, se mantuvieron figuras como los Corregidores, los Alcaldes Mayores y los Síndicos Personeros del Común. Además, en América se crearon dos nuevos virreinatos: el de Nueva Granada y el del Río de la Plata.
Reformas en Hacienda, Ejército y Regalismo
La monarquía borbónica intensificó la política regalista, buscando la supremacía del poder real sobre la Iglesia. Esto se manifestó en un mayor control de la Inquisición y la sonada expulsión de la Compañía de Jesús por Carlos III en 1767.
En el ámbito económico, hubo importantes intentos de reformar el sistema de Hacienda, destacando el Catastro de Ensenada en 1749, así como la búsqueda de unificación monetaria y racionalización del sistema fiscal.
Finalmente, se llevó a cabo una profunda reforma del Ejército, donde los regimientos sustituyeron a los antiguos tercios, y de la Armada, con la creación de la Academia de Guardiamarinas.
La Guerra de los Treinta Años y el Declive de la Hegemonía Española
El Reinado de Felipe III (1598-1621): Un Periodo de Paz Relativa
El reinado de Felipe III (1598-1621) se caracterizó por una política exterior más pacífica. Durante su mandato, se firmó la paz con Inglaterra y se acordó la Tregua de los Doce Años (1609-1621) con las Provincias Unidas.
Felipe IV (1621-1665) y la Guerra de los Treinta Años
El reinado de Felipe IV (1621-1665) estuvo marcado por constantes conflictos bélicos, en lo que se conoce como el “Siglo de Hierro” (siglo XVII). La monarquía hispánica participó activamente en la Guerra de los Treinta Años (1618-1648), apoyando al emperador Habsburgo y a los príncipes católicos alemanes. El fin de la Tregua de los Doce Años (1609-1621) reabrió el frente con las Provincias Unidas, añadiendo complejidad al conflicto.
Inicialmente, los Habsburgo lograron importantes victorias, como la toma de Breda a los holandeses y los triunfos en Nördlingen y la Montaña Blanca en el frente germánico. Sin embargo, la entrada de Suecia y Francia en el conflicto cambió el rumbo de la guerra, llevando a significativas derrotas españolas, como la naval de las Dunas y la terrestre de Rocroi (que afectó gravemente a los tercios).
Estas derrotas condujeron a la firma de la Paz de Westfalia (1648), que reconoció la independencia de las Provincias Unidas. No obstante, la guerra contra Francia continuó, culminando con la derrota en las Dunas (Dunkerque, bajo el mando de Juan José de Austria) y, finalmente, la Paz de los Pirineos (1659). Mediante este tratado, Felipe IV cedió a Francia el Rosellón, la Cerdaña y algunas plazas en Flandes. Además, se acordó el matrimonio entre Luis XIV de Francia y María Teresa de Austria, hermana de Felipe IV, sellando así una nueva era de relaciones.
El Reinado de Carlos II (1665-1700) y el Fin de la Dinastía Habsburgo
El reinado de Carlos II (1665-1700) se caracterizó por la debilidad de la monarquía, que se mostró incapaz de frenar el expansionismo francés de Luis XIV. España se vio obligada a ceder diversos territorios europeos en las Paces de Nimega, Aquisgrán y Ryswick. La muerte de Carlos II sin descendencia directa provocó la Guerra de Sucesión Española (1701-1713).
Al-Ándalus: Economía, Sociedad y Cultura
Economía de Al-Ándalus
La economía de Al-Ándalus se caracterizó por su dinamismo y las innovaciones introducidas por los musulmanes:
- Agricultura: Se implementaron novedosas técnicas de regadío, como la noria y la acequia. Se introdujeron nuevos cultivos (zanahoria, berenjena, caña de azúcar), aunque los cereales, el olivo y la vid siguieron siendo predominantes.
- Ganadería: Hubo un descenso en el consumo porcino, compensado por el desarrollo de la ganadería ovina y equina, así como la apicultura.
- Manufactura: Destacó la producción textil, con famosos brocados cordobeses y tejidos de Zaragoza. También se desarrollaron industrias como la del papel, vidrio, armas y cerámica.
- Comercio: Fue muy intenso, tanto con los países islámicos como con la Europa cristiana. Se exportaban productos agrícolas (azúcar, uvas, aceite) e importaban especias, armas, esclavos, pieles, entre otros. El dinar de oro fue clave para favorecer el intercambio dentro del mundo islámico.
Sociedad de Al-Ándalus
La sociedad de Al-Ándalus se estructuraba en una compleja división basada en criterios étnico-religiosos:
- Musulmanes:
- Árabes y Sirios: Ocupaban los puestos más importantes y de mayor prestigio.
- Bereberes: Desempeñaban roles inferiores y eran una parte fundamental del ejército.
- Muladíes: Cristianos convertidos al islam, representaban la mayoría de la población musulmana.
- No Musulmanes (Gentes del Libro):
- Judíos y Mozárabes (cristianos): Pagaban impuestos específicos y gozaban de cierta autonomía. Los judíos, aunque minoría, eran muy activos económicamente.
- Esclavos: Constituían el escalón más bajo de la sociedad.
Cultura y Ciencia en Al-Ándalus
La cultura andalusí fue un crisol de conocimientos, donde los musulmanes recopilaron y tradujeron textos fundamentales del mundo persa, griego, indio y chino. Destacaron figuras en diversas áreas:
- Poesía: Ibn Hazm.
- Historia: Ibn Jaldún.
- Filosofía: Ibn Rushd (Averroes).
En el ámbito científico, adoptaron el sistema numérico indio (lo que hoy conocemos como números arábigos) y realizaron importantes avances en medicina, donde cobró gran popularidad Abulcasis con su enciclopedia médica y quirúrgica.
Los Reinos Cristianos en la Edad Media: Organización, Régimen Señorial y Sociedad
Panorama de la Península Ibérica a Finales del Siglo XIII
A finales del siglo XIII, la mayor parte de la península ibérica, a excepción del Reino Nazarí de Granada, estaba ocupada por los reinos cristianos de Castilla, Aragón, Portugal y Navarra.
Modelos Políticos: Monarquía Autoritaria y Pactista
Tanto el Reino de Castilla como la Corona de Aragón utilizaron el Derecho Romano para fortalecer el poder de sus respectivas coronas, aunque con modelos de monarquía distintos:
- Castilla: La monarquía era de carácter autoritario. Centralizó la administración del reino (hacienda, justicia y defensa), lo que fortaleció significativamente el poder del monarca.
- Corona de Aragón: La monarquía era pactista. Estaba compuesta por una confederación de reinos (Cataluña, Aragón, Valencia), cada uno con sus propias leyes y un virrey. El poder del monarca era más limitado y dependía de llegar a acuerdos con la nobleza y las Cortes.
El Régimen Señorial
El régimen señorial fue un sistema característico de la monarquía feudal. Los señoríos eran territorios concedidos por el rey a un noble o a una institución (eclesiástica o militar). Podían ser de dos tipos:
- Señoríos territoriales: Basados en la propiedad de la tierra y la explotación económica.
- Señoríos jurisdiccionales: Otorgaban al señor la capacidad de ejercer justicia y cobrar impuestos en el territorio.
Ambos tipos de señoríos se sustentaban en la renta de sus tierras, que podía ser pagada en dinero o en trabajo.
La Sociedad Estamental
La sociedad medieval estaba rígidamente estructurada en estamentos, cada uno con sus propias leyes y privilegios:
- Estamentos Privilegiados:
- La Nobleza (bellatores o guerreros): Exenta de impuestos y poseedora de grandes señoríos.
- El Clero (oratores o los que rezan): También exento de impuestos, completaba sus ingresos con el diezmo.
- Estamento No Privilegiado (Estado Llano o laboratores):
- Comprendía a la inmensa mayoría de la población, desde el campesinado (con obligaciones hacia sus señores) hasta la burguesía de las ciudades. Eran los únicos que pagaban impuestos.
Además, existían minorías religiosas y étnicas marginadas, como los judíos y los mudéjares (musulmanes que vivían en territorio cristiano).