Fundamentos Antropológicos de la Ética: La Persona como Eje Moral
La reflexión ética se fundamenta en los atributos intrínsecos de la persona. La persona es una unidad sustancial que existe por sí misma, poseyendo un carácter individual (único e irrepetible) que la distingue tanto de los seres de otras especies como de los de su misma especie.
- Es portadora de dignidad, dotada de derechos inalienables, siendo un fin en sí misma y no un medio o instrumento para alcanzar otros fines.
- La persona está dotada de razón e inteligencia, un conocimiento teórico y especulativo que le permite alcanzar la verdad (ámbito del ser). Asimismo, está dotada de libertad, el postulado fundador de la moralidad, un conocimiento práctico que se inscribe en el ámbito del deber ser.
Diferencias Clave entre Ética y Moral: Conceptos Fundamentales
- Moral:
- Es práctica, la moral vivida. Ofrece pautas para la vida cotidiana. Se refiere a normas para un colectivo. Influye en la conducta de una persona desde el exterior o el inconsciente.
- Ética:
- Es teórica, la reflexión sobre la moral, la moral pensada. Enuncia principios generales o universales inspiradores de toda conducta. Se refiere a normas para el individuo. Influye en la conducta de una persona desde su propia conciencia y voluntad.
Los Estadios del Desarrollo Moral de Kohlberg: Una Perspectiva Psicológica
El psicólogo contemporáneo Lawrence Kohlberg, discípulo de Jean Piaget, ha estudiado el desarrollo de la conciencia a partir del examen de los juicios morales, especialmente los razonamientos formulados por las personas ante dilemas éticos. Kohlberg concluye que, si bien las normas morales o los valores de una cultura pueden diferir de los de otra, los razonamientos que los fundamentan siguen estructuras o pautas similares. Todas las personas seguimos esquemas universales de razonamiento, vinculados a la propia psicología, y evolucionamos de esquemas más infantiles y egocéntricos a esquemas más maduros y altruistas.
De manera resumida, el psicólogo Kohlberg considera que el desarrollo moral de una persona atraviesa tres grandes niveles: el preconvencional, el convencional y el postconvencional. Cada uno de ellos contiene dos estadios o etapas, sumando un total de seis estadios de madurez creciente, cada uno con razonamientos morales distintos.
El Relativismo Moral de los Sofistas: Convención vs. Naturaleza
La moral es convencional porque los valores y las normas cambian a través del tiempo y difieren entre culturas. Esta es la tesis del relativismo moral y cultural, defendida por primera vez por los sofistas. Lo único que permanece inmutable es la naturaleza humana, que sería lo esencial del ser humano si eliminamos todo aquello que hemos adquirido mediante las enseñanzas recibidas. Según los sofistas, solo existen dos normas naturales de comportamiento: la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte. En conclusión, para los sofistas, la moral es o bien antinatural o contraria a la naturaleza.
El Intelectualismo Moral de Sócrates: Conocimiento y Virtud
Para Sócrates, el objetivo de su filosofía era el ser humano en su dimensión ética y política. Si nadie se interesa por conocer lo que es bueno, malo, justo o injusto, entonces reinará el caos personal y social. La posición de Sócrates suele ser calificada como un intelectualismo moral. Según esta teoría, nadie obra mal a sabiendas; quien conoce el bien actuará correctamente.
Desde este punto de vista, no existe la culpa, sino la ignorancia. Sócrates busca un conocimiento útil, propio y exclusivo de la razón. Sócrates afirma: «Solo sé que no sé nada», porque no ha llegado al conocimiento final de la verdad, pero también descubre la ley moral en el alma.
Ética de Mínimos y Ética de Máximos: Coexistencia y Aspiración
Ética de Mínimos:
- 1º. Elementos básicos de consenso para asegurar la convivencia y la vida democrática.
- 2º. Conforma principios, valores y actitudes no negociables de carácter colectivo social.
- 3º. Expresan un ideal de justicia: son exigibles a cualquier ser humano racional y, por tanto, universales.
Ética de Máximos:
- 1º. Afirman modelos de excelencia (perfección).
- 2º. Poseen un carácter individualista, ya que no todos compartimos una misma jerarquía de valores.
- 3º. Su ideal es promover la vida buena: son aconsejables, pero no exigibles.
Éticas Materiales vs. Éticas Formales: Criterios de la Conducta Moral
Éticas Materiales:
Lo que guía la conducta moral del ser humano es la búsqueda de la felicidad. Las éticas de la felicidad, las éticas de la responsabilidad o las éticas materiales afirman que la conducta moral se determina por sus resultados. Una conducta es buena moralmente si nos permite conseguir un determinado fin, que normalmente coincide con la felicidad. Las características de las éticas de la felicidad son las siguientes:
- Sus normas están dirigidas a la consecución de un bien supremo y fin último, que todos los seres humanos perseguimos y que coincide con la felicidad.
- En las distintas éticas materiales, la felicidad se entiende de diferente manera: placer, autorrealización, bienes materiales (éxito, dinero, fama), salvación eterna, justicia social, utilidad individual o colectiva.
- Sus normas no pueden ser universales y necesarias. Son hipotéticas y no categóricas, ya que solo valen bajo ciertas condiciones, pues son medios para conseguir un fin: la felicidad entendida de una determinada manera. Pero no todos perseguimos ese fin ni entendemos la felicidad de esa manera.
Éticas Formales:
Lo que guía la conducta moral del ser humano es el deber, que manda o prohíbe una acción determinada. Las normas de las éticas formales o del deber están formuladas de manera categórica, y sus principales características son:
- Establecen la forma general o intención con la que debemos actuar, sea cual sea la conducta concreta de que se trate. Por ejemplo, tenemos el deber de estudiar.
- Una conducta es buena si está realizada con una determinada intención. Por ejemplo, respetar nuestro deber o ser fieles a nosotros mismos, independientemente de los resultados y, por tanto, de si nuestra conducta nos hace feliz o no.
Las principales éticas formales o del deber son las formuladas por los filósofos Kant, Nietzsche, Sartre y Habermas.
Nietzsche: La Moral de los Señores y la Moral de los Esclavos
Según Nietzsche, siempre han existido dos tipos de personas:
- Los señores y su moral: Son las personas fuertes, superiores, distinguidas, poderosas; individuos que no aceptan sujetarse a normas, que no aceptan ser masa y, por ello, viven en permanente lucha y peligro, arriesgando su seguridad sin temor. Su moral es la moral del dominador. Son personas autónomas porque se dan a sí mismos sus propias normas de conducta, creando sus propios valores.
- Los esclavos y su moral: Son las personas débiles, inferiores, plebeyas, vulgares, cobardes, el rebaño, la masa. Se sienten incapaces de exteriorizar su cólera, de ahí su resentimiento, rencor y su deseo de venganza; carecen de fuerza y valor. Promueven aquellos valores que sirven para proteger su debilidad: la compasión, la dulzura, la igualdad, la paciencia, la humildad, la bondad, la piedad, la pasividad, entre otros.
La Ética Existencialista de Jean-Paul Sartre: Libertad y Responsabilidad
Esta ética considera que el ser humano es un ser libre, un proyecto abierto, cuya existencia está por hacer. El ser humano está condenado a ser libre. Sin valores ni ideas que resuelvan de antemano lo que ha de hacer, el ser humano intenta construirse un proyecto individual. Precisamente cuando elegimos que sean otros los que decidan por nosotros, actuamos de mala fe y estamos siendo inmorales.
Finalmente, Sartre afirma la posibilidad de una cierta moral común, pues el ser humano debe comprometerse a querer, al mismo tiempo que su propia libertad, la libertad de los otros.
La Ética Comunicativa o del Discurso: Hacia un Consenso Moral
El objetivo de la ética comunicativa o del discurso es establecer las condiciones en las que una comunidad podría alcanzar, a través del diálogo, un consenso universal sobre cuáles deben ser sus valores, normas y fines morales. Las condiciones son las siguientes:
- El diálogo debe ser público e inclusivo. No puede excluirse a nadie que pueda hacer una aportación relevante.
- Igualdad en el ejercicio de las facultades de comunicación. A todos se les conceden las mismas oportunidades para expresarse sobre la materia.
- Exclusión del engaño y la ilusión. Los participantes deben creer lo que dicen.
- Ausencia de coacciones. La comunicación debe estar libre de restricciones, ya que estas evitan que el mejor argumento pueda salir a la luz y predeterminan el resultado de la discusión.