Causas de la caída de la segunda república

2. LA DICTADURA DE Primo de Rivera. DE LA MONARQUÍA ALFONSINA A LA SEGUNDA REPÚBLICA 2.1 .El Golpe de Estado
El 13 de Septiembre de 1923, con el Golpe de Estado de Primo de Rivera en Barcelona, Alfonso XIII le ordena a éste establecer un nuevo régimen. Así llegó el fin del régimen parlamentario de la Restauración.Necesitamos acabar con lo anterior fue el argumento de Primo de Rivera para el golpe, acabar con un régimen débil y sin fruto, con la constante conflictividad social y con división nacional. Su discurso tenía tono regeneracionista y popular, para ganarse el apoyo del pueblo. La victoria del Golpe de Estado se debíó en gran parte al apoyo social por parte de la clase media (pedían recuperar el orden) y de los burgueses, sobretodo los catalanes (querían acabar con el movimiento obrero y con el sistema de la Restauración). Además no respondieron los movimientos obreros (incluso colaboraron con el régimen UGT y el PSOE). Hubo dos fases dentro de la dictadura:- El Directorio militar (1923-25) era provisional, buscaba arreglar los problemas urgentes, como restablecer el orden.- El Directorio civil (1925-30) establecíó el régimen con institución.

2.2. El Directorio Militar

Integrado únicamente por militares. Las primeras medidas que tomaron fueron la supresión de la Constitución, disolver las Cortes, poner fin a las autoridades civiles, prohibir los sindicatos y los partidos, militarizar las fuerzas del orden público y usar la violencia contra los radicales obreros (comunistas y de la CNT). Además el gobierno administró los municipios y puso fin al caciquismo. Posteriormente se creó la Uníón Patriótica, el cual era un partido gubernamental sin programa ideológico, para proporcionar apoyo social a la Dictadura. Estaba formado por burgueses, carlistas, católicos, conservadores, propietarios, etc. Pretendiendo acabar con el problema colonial, Primo de Rivera mandó el desembarco de Alhucemas, obteniendo el éxito militar definitivo que necesitaba para lograr éxito político y popular como dictador.

2.3. E1 Directorio Civil

Presidido por Primo de Rivera, era un gobierno completamente civil. Se creó la Asamblea Nacional Consultiva, sin sufragio, aún gobernándose por decreto. En cuanto a política económica, con unas circunstancias internacionales positivas de economía, hubo una fuerte intervención del Estado en varios campos: Se buscaba un impulso de la agricultura, comercio exterior e industria usando protecciones y subvenciones; La mejora de las obras públicas y de los servicios públicos (ferrocarril, carreteras, obras hidráulicas…); para controlar las relaciones entre capital y trabajo, se establecieron comités paritarios, poniendo fin a los conflictos laborales. Estas medidas agraviaron el ya notable déficit público.

2.4. La oposición y la caída de la Dictadura

Hubo diferentes grupos de detractores de la dictadura: Los monárquicos (partidos de turno) y los catalanistas dejan de apoyar al régimen por varias razones. Los primeros, con la excesiva duración de la dictadura, eran alejados del poder y los segundos porque el gobierno tomó ciertas medidas anticatalanista. Los republicanos, apoyados por CNT, PCE y PSOE, se oponen ideológicamente y también, los intelectuales (Ortega, Unamuno, etc.) y universitarios.Alfonso XIII deja de apoyar a dictadura en 1930, y por ello nombra a dos gobiernos temporales sucesivos (De Berenguer y Aznar) para el cambio hacia el régimen constitucional, pero se demoró en exceso.

2.5. El Pacto de San Sebastián y la caída de la Monarquía

En el Pacto de San Sebastián se reunieron republicanos, catalanistas y socialistas para acercar la República. En este pacto hubo dos líneas de actuación, el pronunciamiento de militares en Jaca, fracasado, y la actuación de la prensa y políticos contra la monarquía. Se convocaron elecciones municipales, previas a las generales con las Cortes. Todo esto se convirtió en una resolución popular sobre la monarquía. Una mayoría de concejales republicanos fueron elegidos en las grandes ciudades y se generalizó el clamor público de la República.

3. LA SEGUNDA REPÚBLICA (1931-1936)



3.1. Proclamación de la República, la Constitución de 1931 y el bienio reformista

Las elecciones municipales de Abril de 1931 acabaron con la monarquía, porque la mayoría de los concejales elegidos en las grandes ciudades eran republicanos. Ese mismo día Alfonso XIII se exilió. Tras el fin de la de la monarquía, se forma un gobierno republicano temporal, conformado por nacionalistas catalanes y galleguistas, republicanos de diferentes bandos (Maura, Zamora, Azaña, Lerroux) y socialistas (Largo Caballero y Prieto). No estuvieron en el grupo los anarquistas, los comunistas, la derecha monárquica, ni los nacionalistas vascos. Primeramente al mando, convocaron elecciones para Cortes constituyentes, comenzaron a trabajar en los pactos de catalanes y vascos para las autonomías y establecieron decretos ministeriales para la reforma agraria y para la reforma del ejército.

Constitución de 1931

Tras la proclamación de la república, fue aprobada por una aplastante mayoría en las Cortes constituyentes. El prólogo de la Constitución afirma el sistema político como una “República de trabajadores de todas clases” y en cuanto a la organización de los territorios españoles, que España es un Estado “íntegro” pudiendo proporcionar a ciertas regiones la autonomía.La Constitución condensa una rica declaración de derechos y libertades. Además de la libertad de expresión y religiosa, la igualdad ante la ley, la seguridad jurídica y la propiedad privada, la Constitución de la Segunda República defiende el derecho a la educación, al trabajo, al matrimonio civil, y al divorcio. Reconoce en el derecho de propiedad privada, símil a la del 69, la expropiación a la fuerza, como posibilidad, previa indemnización, para uso público y la nacionalización de los servicios públicos.Desde la división de poderes, el poder legislativo se suma en unas Cortes unicamerales que tendrán una control absoluto sobre el resto de las instituciones del Estado y de sufragio universal (23 años), incluyendo a las mujeres; el poder ejecutivo está en manos de ministros y del Presidente de la República. Éste es elegido por las Cortes y sus poderes son muy limitados. El poder ejecutivo está bajo control del poder judicial, formado por tribunales independientes.El Estado laico es fijado con esta Constitución con la separación entre Estado e Iglesia, la libertad de culto y el fin presupuestario de culto y clero.

Partidos y sindicatos

Todo el período constituyente estaba caracterizado por el intenso debate político tanto de la opinión pública como en el revitalizado Parlamento y en la prensa. Se caracterizó también por la creciente y radicalizada oposición al régimen tanto de la derecha como de la izquierda. Los partidos políticos se convirtieron en partidos de masas con gran capacidad de movilización.Las formaciones de izquierda eran los republicanos, socialistas, comunistas y anarquistas. Los republicanos tenían más prestigio que fuerza electoral, excepto la nacionalista Esquerra Republicana de Cataluña. Todos ellos eran partidarios de grandes reformas pero no revolucionarios. El partido más sólido de la izquierda era el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) cuya fuerza crecíó de manera espectacular durante la República. Dentro de él existían dos tendencias, la socialdemócrata (Julián Besteiro e Indalecio Prieto) y la revolucionaria (Largo Caballero, secretario general de UGT). El Partido Comunista de España (PCE), bolchevique, también crecíó rápidamente entre el movimiento obrero y campesino. Frente a él surgirá en 1936 el POUM antiestalinista. El sindicato CNT, de militancia creciente, se dividía entre los netamente sindicalistas, que mostraban un cierto apoyo a la República, y el sector más radical que defendía la vía insurreccional y armada y que se agrupó en la Federación Anarquista Ibérica (FAI).Los partidos republicanos de centro-derecha, como el Partido Radical de Alejandro Lerroux, contribuyeron al advenimiento de la República, pero derivaron hacia posiciones conservadoras contrarias a las reformas del gobierno republicano.El gran partido de la derecha católica y conservadora fue la Confederación Española de Derechas Autónomas (CEDA) creada en 1933 y dirigida por José María Gil Robles. Defendía la propiedad agraria, los intereses de los propietarios, la religión católica, el peso de la Iglesia y del Ejército. La derecha estaba representada en Cataluña y en el País Vasco por partidos nacionalistas conservadores como la Liga Regionalista y el PNV respectivamente.En orden de creciente intensidad hostil hacia la República encontramos a grupos monárquicos (Renovación Española de José Calvo Sotelo) y carlistas que defendían abiertamente la necesidad de un Golpe de Estado y a grupos fascistas como Falange Española creada por José Antonio Primo de Rivera en 1933, con una ideología inspirada en el fascismo italiano. Era un partido antidemocrático, ultranacionalista, partidario de la formación de grupos paramilitares de acción directa contra la izquierda. (Se unirá a otros grupos fascistas formando FET de las JONS)

El bienio reformista (1931-33)

El gobierno presidido por Manuel Azaña y formado por mayoría de republicanos de izquierda y socialistas, impulsó el programa de reformas iniciado durante el período constituyente.La reforma del ejército tenía por objetivo crear un ejército profesional y democrático sometido al poder civil para acabar con el golpismo. La reforma, que no logró aplicarse en su totalidad, provocó tensiones con el ejército, especialmente con el africanista. La cuestión religiosa osa tenía por objetivo limitar la influencia de la Iglesia en la sociedad española y secularizar la vida social. Para ello se toman diversas medidas (secularización de los cementerios, prohibición de ejercer la enseñanza a las órdenes religiosas, disolución de la orden de los jesuitas…) además de las contenidas en la Constitución. Esta política religiosa le creó al régimen sus mayores enemigos, los católicos y la jerarquía eclesiástica. Se produjo un clima de fuerte tensión acentuada por el anticlericalismo de las clases populares que, esporádicamente, se manifestó en la quema de conventos. La reforma agraria es uno de los más importantes problemas económicos y, sobre todo sociales, que se le plantean al régimen republicano en un país todavía eminentemente rural. El gobierno puso en práctica diversas medidas con el objetivo de mejorar la situación de jornaleros y arrendatarios y de poner fin al atraso de gran parte de la agricultura española, pero la ley fundamental fue la Ley de Reforma Agraria que establecía la expropiación de latifundios y el asentamiento de campesinos. Esta ley produjo graves consecuencias sociales. Por un lado, los propietarios agrícolas se unieron a los enemigos del régimen, que ya formaban un bloque compacto. Por otro, la lenta aplicación de la ley por su complejidad técnica y por la escasez de presupuesto, hizo que los campesinos, frustradas sus expectativas, se orientaran hacia posturas más revolucionarias y acciones violentas. La reforma del Estado centralista. Las autonomías. La Constitución reconocía el derecho de las regiones con sentimiento nacionalista a tener un estatuto de autonomía. Cataluña presentó rápidamente su proyecto de estatuto (Estatuto de Nuria) que fue aprobado por las Cortes (1932) con la fuerte oposición de la derecha parlamentaria. (Esquerra Republicana de Cataluña, con Macia, obtuvo la mayoría parlamentaria en las primeras elecciones autonómicas). El País Vasco, debido a la división de sus fuerzas políticas (PNV y carlistas, republicanos de izquierda y socialistas), retrasó la presentación de su proyecto, que finalmente fue aprobado ya iniciada la guerra (Octubre 36). Galicia, con un nacionalismo mucho más débil que el vasco o el catalán, desarrolló un proceso estatutario mucho más lento y, debido a la guerra, no llegó a ser aprobado en Cortes. Las reformas sociales fueron reformas laborales impulsadas por el socialista F. Largo Caballero desde el Ministerio de Trabajo. Estas reformas, que mejoraban las condiciones de trabajo (reducción de la jornada, salarios mínimos, seguros sociales, negociación colectiva…) provocaron la irritación de las organizaciones patronales. El gobierno emprendíó, por último, una importante reforma educativa a la que asignó muchos recursos y que tuvo una gran trascendencia popular. El objetivo primordial era la implantación de un modelo de escuela mixta, laica, obligatoria y gratuita. La reforma extendía, por primera vez, la educación a toda la población y pretendía acabar con la hegemonía de la enseñanza religiosa. Por otro lado el gobierno republicano, convencido de la necesidad de mejorar el nivel cultural de la población y, especialmente, el de las capas más humildes, promovíó campañas culturales como las llamadas Misiones Pedagógicas con el apoyo de muchos intelectuales y artistas, profesores y estudiantes (La Barraca, organizada por F. García Lorca) Las reformas provocaron la polarización y creciente radicalización de las derechas, que representaban a los sectores más afectados por la política reformista (Iglesia, Ejército, terratenientes, patronal) y las izquierdas (socialistas, comunistas y anarquistas). Sectores del ejército, dirigidos por el general Sanjurjo, intentaron un Golpe de Estado (Agosto del 32) que fracasó y crearon después la UME (Uníón Militar Española) con una clara orientación golpista. Las izquierdas (UGT, PCE y CNT) intentaron propiciar la revolución social fomentando la conflictividad laboral (huelgas generales), las insurrecciones campesinas (Casas Viejas, Castilblanco) y el anticlericalismo (esporádicas quemas de conventos). Ello provocó un desgaste del gobierno que llevó a la dimisión de Hazaña y a la convocatoria de elecciones para Noviembre de 1933.

3.2. El bienio radical-cedista (1933-36)

Las elecciones de 1933 dieron la victoria a los partidos de centro-derecha, el Partido Radical de A. Lerroux y la CEDA, que inmediatamente inician una paralización de las reformas. El primer gobierno, presidido por Lerroux y formado exclusivamente por republicanos, llevó a cabo una política de desmantelamiento de la obra reformista del bienio anterior, los que produce el enfrentamiento con las fuerzas nacionalistas del País Vasco y de Cataluña y la radicalización del PSOE y de la UGT que se traduce en la proliferación de huelgas y conflictos. La CEDA exige entonces entrar en el gobierno para endurecer las medidas de orden público. El segundo gobierno, presidido también por Lerroux, cuenta con ministros de la CEDA (Gil Robles ministro de Guerra) y este hecho desencadena la revolución de Octubre de 1934. La Revolución de Octubre es una acción conjunta de socialistas, comunistas y anarquistas. Se produce en un contexto de huelga general en las grandes ciudades que condujo a dos episodios revolucionarios:- El más emblemático fue el de Asturias donde los mineros llevaron a cabo una revolución social que finalizó en diez días con la intervención de la Legión y el resultado de centenares de muertos y ejecuciones sumarias. La violencia del conflicto asturiano fue un preludio de la Guerra Civil.- En Cataluña la revuelta tuvo un carácter más político que en Asturias, fue una revuelta nacionalista más que social, y no alcanzó la violencia del movimiento asturiano. Cuando el gobierno Lerroux paralizó la transferencia de competencias, el presidente de la Generalitat, Luís Companys, proclamó la República Catalana dentro de la República Federal Española. La rebelión fue sofocada y la autonomía catalana suspendida. Las consecuencias de la Revolución de Octubre fue el aumento de la influencia de la CEDA en el gobierno. Sus pretensiones eran reformar la Constitución en un sentido conservador (devolver propiedades, poder a la Iglesia, derogar divorcio y matrimonio civil, etc.) y endurecer la represión del movimiento obrero. Sin embargo, la crisis de la coalición gubernamental radical-cedista llevó al presidente de la República, Alcalá Zamora, a convocar elecciones en contra de las pretensiones de Gil Robles de presidir un nuevo gobierno.

Las elecciones de 1936 y el Frente Popular

Durante el período electoral desaparece el multipartidismo anterior y las fuerzas políticas se unen en dos bloques claramente enfrentados de cara a las elecciones de Febrero:- Los partidos de izquierda (republicanos, socialistas y comunistas) se unen en el Frente Popular con un programa común: amnistía para los encarcelados de Octubre (5000 en Asturias), reintegración de los represaliados y aplicación de la legislación reformista suspendida por la coalición radical-cedista. Su objetivo era salvar el régimen republicano democrático y el reformismo social amenazados por la derecha.- Los partidos de derecha formaron diferentes coaliciones pero no lograron presentar una candidatura única ni redactar un programa común. Las elecciones de Febrero del 36 dieron el triunfo, aunque muy ajustado, al Frente Popular. Manuel Hazaña fue nombrado presidente de la República y se formó un gobierno, sólo de republicanos, que reanudó el proceso reformista (asentamientos campesinos, traslado de generales golpistas…)Sin embargo, se acentuó el clima de tensión social y de enfrentamiento civil. Los grupos de izquierda (CNT, PCE y el sector socialista de Largo Caballero) prosiguieron la movilización popular para alcanzar objetivos revolucionarios. Frente a ellos, Falange Española fundó patrullas callejeras uniformadas y armadas que se enfrentaron a los militantes de izquierdas creando así un clima de gran violencia. Entretanto los sectores más conservadores conspiraban para efectuar un Golpe de Estado que pusiera fin al régimen republicano. La conspiración fue planificada y dirigida por un grupo de generales (Mola elaboró el plan) y apoyada por las fuerzas políticas derechistas, creándose así una red de enlaces militares y civiles (CEDA, falangistas, carlistas…). El asesinato del monárquico Calvo Sotelo precipitó el golpe ya minuciosamente preparado. La sublevación se inició en Marruecos (general Franco) el día 17 de Julio de 1936 y se extendíó a la Península el día siguiente. El fracaso del golpe militar en buena parte de España desencadenó la Guerra Civil.

4. LA Guerra Civil (1936-1939)



4.1. La sublevación militar y el estallido de la Guerra Civil

La oposición de los sectores conservadores a la democratización política y al reformismo social de la II República se tradujo en una acción golpista que se inició el 17 de Julio de 1936 en las posesiones españolas en África (Marruecos) y se extendíó el día 18 a la Península. El alzamiento tuvo éxito en gran parte de la España interior, en Galicia y en la Andalucía del Guadalquivir, en decir, en las zonas agrarias más atrasadas y conservadoras. Fracasó en la España más desarrollada e industrializada del norte y del este, con mayor número de obreros industriales y una agricultura más evolucionada. Enseguida se consolidaron dos bandos y el alzamiento militar fracasado se convirtió en una Guerra Civil:- Los sublevados eran un conglomerado de militares, terratenientes, empresarios, campesinos católicos del interior y pequeña burguésía de ciudades pequeñas. Ideológicamente eran monárquicos, afiliados a los partidos de la derecha, y católicos (con el apoyo total de la Iglesia). Estaban apoyados e inspirados por el fascismo, cuyas formas acabaron imitando.- Los leales a la República eran los obreros y empleados urbanos, los campesinos sin tierra y la clase media de las ciudades. Obreros y jornaleros estaban afiliados mayoritariamente a las organizaciones socialistas, comunistas y anarcosindicalistas. La clase media apoyaba a los partidos republicanos, aunque siempre temíó que pudiera producirse una verdadera revolución social. Así pues, la Guerra Civil española fue un enfrentamiento entre los viejos grupos dominantes de la España de la Restauración, cuyo instrumento fue el ejército, y los grupos emergentes obreros y la clase media de las grandes ciudades que querían establecer un sistema político realmente democrático y un orden social más justo, pero también se produjeron intentos revolucionarios por parte de los grupos izquierdistas más radicalizados.

4.2. El desarrollo de la guerra: Etapas y evolución de las dos zonas

Durante los treinta y tres meses de duración del conflicto armado pueden distinguirse cuatro grandes etapas:

Los inicios del conflicto y el avance hacia Madrid (Julio- dic. 36)

Tras cruzar el Estrecho, las tropas de África consiguieron enlazar Andalucía occidental con el norte después de eliminar la resistencia de Badajoz, creando así una zona continua. A partir de ahí Franco avanza hacia el este, ocupa Toledo (liberación del Alcázar) y llega a las puertas de Madrid (Octubre del 36), pero la capital logró resistir el fuerte ataque gracias a las columnas de las milicias de partidos y sindicatos (Durruti) y a la llegada de las primeras Brigadas Internacionales. El gobierno republicano se trasladó a Valencia.

Las batallas en torno a Madrid y la ocupación del norte (dic. 36- oct. 37)

Esta segunda fase se caracterizó por la regularización de ambos ejércitos, especialmente del republicano. La República creó el Ejército Popular de la República en el que debían integrarse las milicias. Franco también militarizó sus cuerpos de voluntarios (requetés, falangistas). Fracasado el primer intento de tomar la capital, los sublevados planearon dos maniobras envolventes (batalla del Jarama y batalla de Guadalajara) para aislar Madrid por el este, su única vía de comunicaciones, pero no lograron su objetivo. Franco decidíó entonces trasladar las ofensivas al norte, a la franja cantábrica. El bombardeo de Guernica, arrasada por la aviación alemana, fue el primer ataque aéreo de la historia sobre la población civil, hecho que fue inmortalizado por Pablo Picasso en su obra “Guernica”, símbolo de la ignominia del fascismo contra una población desarmada. Sucesivamente fueron cayendo Bilbao, Santander y Asturias, pese a que la República, para aliviar la presión en el norte, desencadenó las ofensivas de Brunete (Madrid) y Belchite (Zaragoza).

El avance hacia el Mediterráneo (nov. 37- Junio 38)

Tras la ocupación del norte el ejército de Franco lanzó la campaña de Aragón y consiguió llegar al Mediterráneo por Castellón. De esta forma el territorio republicano quedaba dividido en dos zonas. Franco se dirigíó entonces hacia el sur para intentar conquistar Valencia, capital de la República, pero su ofensiva quedó detenida cuando el ejército republicano lanzó el ataque en el Ebro, en la provincia de Tarragona.

La batalla del Ebro y el fin de la guerra

La batalla del Ebro inició la última fase de la guerra. En ella el ejército republicano se empleó a fondo para tratar de obtener una victoria decisiva, pero sus esfuerzos fueron baldíos, tras un ligero avance rompiendo las líneas enemigas, se vio obligado a retroceder y sus efectivos quedaron muy mermados. Franco decidíó entonces emprender la ofensiva de Cataluña. Ocupó Barcelona (Enero 39) sin encontrar resistencia y, en poco tiempo, toda Cataluña. El gobierno republicano (Hazaña, Negrín), instalado en Barcelona (desde oct. 37), las cortes republicanas, el gobierno de la Generalitat (Companys) y el gobierno vasco tuvieron que huir a Francia junto con miles de refugiados.Tras la ocupación de Cataluña (Febrero 39) a la República no le quedaba más territorio que la llamada Zona Centro (Madrid y regíón mediterránea Valencia-Almería), pero ya no hubo ninguna batalla importante. Francia y Gran Bretaña reconocieron el gobierno de Franco y Hazaña presentó en París su dimisión como presidente de la República. Los jefes de la defensa de Madrid intentaron negociar con Franco su rendición, pero éste no aceptó condiciones y a finales de Marzo sus tropas entraron en la ciudad sin ninguna dificultad. Los últimos en seguir luchando fueron los comunistas, pero no pudieron impedir la ocupación de la franja mediterránea. El día 1 de Abril de 1939 Franco firmó en Burgos el último parte de guerra.
Evolución política de las dos zonas
La zona republicana: la revolución contenida
En el verano-otoño de 1936 el poder del Estado se desplomó porque carecía de un ejército, ya que gran parte de la oficialidad se había sumado a la sublevación militar, y porque la CNT y la UGT inmediatamente después de producirse el alzamiento militar iniciaron una revolución social de carácter colectivista que propónía cambiar el sistema de propiedad y destruir el poder del Estado. En Cataluña partidos y sindicatos obreros entraron a formar parte del gobierno de la Generalitat (Companys) y colectivizaron la industria. Las colectivizaciones agrarias se extendían por Aragón, Valencia, La Mancha y Andalucía. En muchas ciudades y pueblos se constituyeron Juntas y Comités populares dirigidos por la UGT y la CNT que, dispuestos a imponer el nuevo orden revolucionario, saquearon e incendiaron iglesias y conventos, detuvieron y asesinaron a eclesiásticos, propietarios y católicos y requisaron sus bienes. Las Juntas y Comités llegaron a constituirse en Consejos Regionales autónomos controlados por los sindicatos y partidos obreros. Y, entretanto, las tropas rebeldes a la República avanzaban.Ante esta situación los republicanos acordaron poner al frente del gobierno a Largo Caballero, secretario general de la UGT, para que frenara la revolución social y uniera a obreros y burgueses en un único esfuerzo de guerra. El gobierno de Largo Caballero (Valencia sept. 36-Mayo 37) estaba formado por republicanos, socialistas, comunistas y anarcosindicalistas (algo sin precedentes en el mundo). Su objetivo era recomponer el poder del Estado eliminando Juntas y Comités y crear el Ejército Popular sobre la base de las Brigadas Mixtas (milicias de partido y oficialidad leal del ejército). Pero el gobierno de Largo Caballero tuvo serios problemas por los enfrentamientos con los comunistas, que pretendían controlar la política militar de la República, y con los anarcosindicalistas y el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), que no renunciaron a practicar su propia política colectivista, se resistían a integrar sus milicias en el ejército republicano e intentaron hacerse con el poder en Cataluña donde fueron combatidos por los comunistas y los republicanos. El resultado fue la crisis del gobierno de Largo Caballero. El nuevo gobierno, presidido por el socialista Juan Negrín y con notable influencia de los comunistas, practicó una resistencia militar a ultranza y, a la vez, buscó una salida negociada a la guerra porque la falta de alimentos, los reveses militares y el cansancio de la población hacían la situación insostenible. Pero Franco sólo aceptaba una rendición incondicional.

La zona sublevada: la creación de un Estado totalitario

Los grupos políticos y sociales que apoyaban el alzamiento militar estaban divididos, no tenían un proyecto político común, por lo que aceptaron la supremacía del ejército que fue el encargado de organizar el nuevo Estado surgido del conflicto bélico. Muerto Sanjurjo (19 de Julio, accidente de aviación), considerado el jefe de la sublevación, los militares sublevados crearon en Burgos un órgano director (Junta de Defensa Nacional) formado por militares (Mola, Franco, Queipo de Llano…) y encargado de la gobernación del territorio ocupado. Pocos meses después (oct. 36) Franco fue elegido “jefe del gobierno y del Estado” y “Generalísimo de los Ejércitos Españoles” y la Junta de Burgos se disolvíó. Los méritos militares y políticos de Franco parecían indiscutibles ya que fue él quien consiguió el apoyo de Hitler y de Mussolini al alzamiento. El proceso de institucionalización del nuevo Estado franquista siguió el modelo del Estado fascista italiano. Se creó un partido único, Falange Española Tradicionalista de las JONS, en el que debían integrarse todos los demás y cuyo jefe sería Franco. El Generalísimo y “caudillo de España” concentraba la jefatura del Estado, del Gobierno y del Partido.Ya antes de que acabara la guerra, el nuevo Estado legisló sobre múltiples asuntos. Se configuró como un Estado corporativo que agrupaba a empresarios y trabajadores (Fuero del Trabajo), se establecíó el control de los medios de comunicación, la confesionalidad del Estado….4.3. La dimensión política e internacional del conflicto. Las consecuencias de la guerra Dimensión política e internacional del conflicto La Guerra Civil fue el estallido final de muchos problemas sociales, políticos y económicos que la sociedad española venía arrastrando. Fue un conflicto netamente español entre propietarios, Iglesia y Ejército contra no propietarios, contra un movimiento obrero cada vez más radicalizado y contra unas clases medias que querían la democratización del sistema político. La Dictadura de Primo de Rivera intentó frenar el conflicto, pero no lo consiguió. Sin embargo, la guerra tuvo también una indiscutible dimensión internacional. La llamada “Guerra de España” produjo una enorme expectación mundial. Los demócratas y los partidos obreros de todo el mundo, con la URSS a la cabeza, se pronunciaron a favor de la República porque ésta representaba la lucha por la democracia y la libertad contra el fascismo que se expandía por Europa. El gobierno conservador británico vio el alzamiento de Franco como un freno a la expansión del comunismo. La mayoría de los católicos y el Papado se pusieron del lado de los sublevados. Pocas guerras han dado lugar a tal cantidad de producción periodística, literaria, fotográfica y fílmica como la “Guerra de España” en la que muchos vieron un preludio de la Segunda Guerra Mundial que se avecinaba entre las democracias y los fascismos. Con el inicio de la guerra los sublevados y el gobierno de la República pidieron ayuda, armamento y apoyo político, al exterior. Francia, con un gobierno de Frente Popular, estaba dispuesta a apoyar a la República, pero la frenó Gran Bretaña y ambos países adoptaron una postura común consistente en aislar el conflicto para evitar su generalización. De esta forma impulsaron la creación de un Comité de No-Intervención (Agosto 36) formado por veintisiete países incluidos Alemania, Italia y la URSS que sí intervinieron en el conflicto español. La política de No-Intervención privó a la República de su legítimo derecho como Estado soberano a adquirir armas para defenderse de la insurrección de una parte de su propio ejército y de esta forma contribuyó a su derrota. La República sólo logró la ayuda de la URSS con la que firmó un convenio para el suministro de armamento y asesoramiento militar, lo que se traduciría en la creciente influencia del Partido Comunista en la dirección de la guerra. Esta ayuda se pagó con las reservas de oro del Banco de España que el gobierno de Largo Caballero envió a Moscú. El otro apoyo a la República fue el de las Brigadas Internacionales formadas por voluntarios procedentes de toda Europa y América, de ideología de izquierdas (demócratas, socialistas, comunistas y anarquistas). En la organización de estas Brigadas Internacionales tuvo un papel primordial la Internacional Comunista. Los sublevados fueron más favorecidos por el apoyo extranjero. Alemania e Italia aportaron gran cantidad de armamento y algunas unidades de combate (Legión Cóndor) a las tropas del general Franco.
Alemania probó en España las armas que pensaba utilizar en la Segunda Guerra Mundial Las consecuencias de la guerra
En la guerra hubo víctimas de uno y otro bando por diversas causas, por los combates, por la represión del enemigo que se practicó en ambos bandos y por las penalidades de la retaguardia (hambre, enfermedades, bombardeos). La escasez de alimentos fue especialmente grave en la zona republicana, ya que las grandes zonas cerealistas habían quedado en manos de los sublevados. A los pocos meses del inicio de la guerra ya escaseaba el pan en Madrid. Por otra parte la producción industrial conocíó un fuerte descenso debido a la movilización de la población masculina y pese a la incorporación de las mujeres al mundo laboral, especialmente en la zona republicana. Además, la producción industrial se destinaba a las necesidades del ejército, dejando desabastecida a la población civil. En consecuencia, el racionamiento de alimentos básicos, la desnutrición, la subida de precios y el mercado negro crecieron con la guerra. La guerra significó también la destrucción de gran parte de las infraestructuras y las comunicaciones. Los bombardeos afectaron duramente a la población civil, especialmente en la zona republicana. Los sublevados utilizaron los bombardeos, con aviones alemanes e italianos, como un instrumento de terror y como un arma de destrucción de las ciudades republicanas (Madrid, Barcelona, Valencia…) A éstas se suman otro tipo de víctimas, los encarcelados, desterrados y exiliados. Desde los primeros días de la guerra en ambos bandos se practicó la persecución indiscriminada e ilegal de todos los contrarios, lo que provocó éxodos de población de una zona a otra, por temor a la represión que podían sufrir por sus ideas políticas. Los refugiados republicanos se concentraron especialmente en Levante y Cataluña mientras varios miles de niños fueron embarcados desde el norte, aislado del resto de la zona republicana, con destino a diversos países europeos y americanos y hacia la URSS. En los últimos meses de la guerra los republicanos iniciaron el camino hacia el exilio exterior. Aproximadamente medio millón de españoles, civiles y soldados en retirada, cruzaron la frontera francesa para ser internados en campos de refugiados improvisados. Poco después volvieron la mitad y el resto inició un largo y penoso exilio. Un importante grupo logró embarcar hacia la América hispana (México, Chile, Cuba, Argentina, Venezuela), entre ellos había muchas personalidades intelectuales y políticas que acabaron constituyendo un gobierno de la República en el exilio en México, obviamente de carácter simbólico. México fue uno de los países que más ayudó a los exiliados.