Comentario de la mezquita de Córdoba

•Desde la visión occidental, puede parecer caótico pero tiene su lógica: la calle no es lugar de encuentro sino mero lugar de tránsito.

•La unidad básica de la ciudad era la casa, considerada por los musulmanes como fortaleza cerrada de la intimidad de la familia. •Lo importante es el interior, dominado por un patio que sirve para distribuir los espacios. Las habitaciones son pequeñas y destinadas a distintas funciones.  

Hay que distinguir entre las mezquitas menores de barrio y la mezquita mayor de cada ciudad.

Siguiendo el modelo de la casa de Mahoma en Medina, se dividía en dos grandes zonas: el patio y la sala de oraciones.

Un patio abierto (sahn), rodeado de muros y con una fuente en el centro parar ealizar las abluciones rituales. En uno de sus lados, se situaba el alminar ominarete, torre alta desde la que se llamaba a la oración.

Una sala de oración cubierta (haram). Normalmente era amplio y estabad dividido en varias naves por filas de columnas. En el centro del muro de fondo

(llamado muro de la quibla), casi siempre orientado a La Meca, se abre el

mihrab, un nicho simbólico, muy decorado, que recuerda la presencia del

Profeta.

o La zona alrededor del mirhab suele ser la más ricamente decorada y en

ella se sitúan:

la maqsura, un recinto destinado al califa o, en general, al representante

Político


el mimbar, especie de púlpito, realizado en madera originalmente, pero

después en piedra.

2. Arte Califal

Los musulmanes estuvieron casi ocho siglos en la P. Ibérica (desde 711 hasta 1492).  Podemos distinguir los siguientes periodos:

 EMIRATO DEPENDIENTE DE DAMASCO (711-756)

2. EMIRATO INDEPENDIENTE (756-929)

3. CALIFATO DE CÓRDOBA (929-1031)

4. REINOS DE TAIFAS (1031-1212)

5. REINO NAZARÍ DE Granada (1232-1492)

•Los musulmanes entraron en la Península Ibérica, desde el norte de África, en el año 711. Las primeras décadas fueron de conquista y consolidación del poder; poco adecuadas, por tanto, para grandes empresas artísticas.  

Pero en el año 756, llega a Córdoba Abderramán I, un príncipe, de la familia de los omeyas, que ha salido de Damasco huyendo de la matanza que ha acabado con su familia. Se convierte en emir de Al-Ándalus. En el año 786, dos años antes de morir, comienza la contrucción de la Mezquita de Córdoba, sobre el solar de la iglesia visigoda de San Vicente.

LA MEZQUITA DE CÓRDOBA

EXTERIOR

El exterior parece una muralla salpicada con diversas puertas pero sin una fachada

principal. Sobresalen los contrafuertes, terminados en almenas.

Las puertas, de inspiración romana, constan de tres cuerpos: uno, central, con la

apertura de acceso, y dos laterales, que simulan puertas ciegas. La parte superior está

decorada con arcos de herradura o lobulados, y celosías.

PLANTA

El sahn, de gran tamaño y conocido como “Patio de los naranjos” alberga cuatro

fuentes para las abluciones de los fieles.

Al fondo del patio, se abren 19 arcos de herradura, que se corresponden con las 19

naves del haram o sala de oración.

Las naves, separadas por arcadas sobre columnas, están situadas de manera perpendicular para conducir la mirada del creyente hacia la quibla, el muro de cabecera orientado hacia La Meca.

En la quibla, se sitúa el mirhab, armario sagrado donde se guarda el Corán y desde el

que se dirige la oración; y delante de este, la maqsura, espacio reservado a las

autoridades.

INTERIOR

La sala de oración está formada por 514 columnas de jaspe, granito y mármol.

En el edificio original, el construido por Abderramán I, se utilizaron fustes romanos y

visigodos, procedentes de edificios que ya había en Córdoba. Al problema de que la

altura de los fustes era insuficiente le dieron una solución ingeniosa: la superposición

de arquerías. Esta innovación les permitíó elevar la cubierta a 11,5 metros y dar al

edificio una gran ligereza.

El sistema constructivo es el siguiente:

Sobre cada columna se levanta una pilastra, que sirve de apoyo a un arco de

herradura.

Estos arcos permiten que las pilastras sostengan un segundo nivel de arcos. En

la transición de la columna, hay modillones de rollo, que proporcionan al pilar

una base suficientemente ancha como para admitir, en la cubierta, canales de

recogida de aguas pluviales.

Sobre esta segunda hilera de arcos, se apoya la cubierta a dos aguas.

Tras la ampliación de Al-Hakem II, parte de la sala de oración quedaba en penumbra.

Para iluminarla, se añadieron cuatro cuerpos de ventanas, uno en el centro y tres

delante de la maqsura. Para sustentar estas cúpulas, se perfecciónó el sistema de

arquerías del edificio original: dos columnas superpuestas eran flanqueadas por tres

hileras de arcos lobulados entrelazados que le daban estabilidad. Estos arcos lobulados

estaban casi cegados por tracerías que filtraban la luz como si fueran exquisitas

celosías. Las cúpulas se levantaron sobre arcos que se entrecruzan formando polígonos

estrellado; las ventanas se situaron entre los nervios de las cúpulas.

Esta parte de la mezquita construida por Al-Hakem II es la más ricamente decorada de

todo el conjunto:

Se recurríó al yeso, con gran variedad de formas y colores. Su versatilidad dio

lugar a que se utilizara con todo tipo de motivos: geométricos (lacerías),

vegetales (atauriques), caligráficos o mezclados entre ellos.

Se completó la fachada del mirhab y su cúpula interior se revistió de mosaicos

importados de Bizancio.