De la Restauración a Primo de Rivera: Crisis y Dictadura en España

España en Crisis: Desde la Restauración a la Dictadura de Primo de Rivera

El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis del Sistema de la Restauración (1902-1923)

En 1902, Alfonso XIII asumió el trono con plenos poderes, pero la desaparición de Cánovas y Sagasta dejó a sus partidos divididos en facciones, debilitando el sistema de la Restauración. Esto obligó al rey a involucrarse más en los gobiernos, lo que aumentó el rechazo hacia la monarquía. La inestabilidad política se reflejó en 13 gobiernos y 9 presidentes entre 1902 y 1907. Además, su inclinación militarista fortaleció el papel del ejército en el poder civil, como con la Ley de Jurisdicciones y el apoyo a la dictadura de Primo de Rivera.

Regeneracionismo y Revisionismo

Entre 1902 y 1914, los principales críticos del turnismo fueron los Regeneracionistas, que pedían una reforma total del sistema y denunciaban su corrupción, con Joaquín Costa como figura destacada. Por otro lado, los Revisionistas, dentro de los partidos dinásticos, aceptaban el sistema, pero proponían reformas, como hicieron Silvela y Maura. Finalmente, prevaleció el revisionismo, y el régimen de la Restauración se mantuvo con su bipartidismo y la Constitución de 1876.

La “Revolución desde Arriba” de Antonio Maura (1902-1910)

Antonio Maura impulsó la “Revolución desde arriba” (1902-1910) para fortalecer el sistema con reformas sociales, incluyendo:

  • Ley electoral (1907) para reducir el fraude.
  • Ley de Administración Local para acabar con el caciquismo.
  • Creación del Instituto Nacional de Previsión.
  • Ley de huelga (1909).

La Semana Trágica de Barcelona (1909)

La confianza en el turnismo se rompió tras la Semana Trágica de Barcelona (1909), originada por la cuestión de Marruecos. España, tras la Conferencia de Algeciras (1906), obtuvo el control del Rif como protectorado. En 1909, el gobierno conservador de Antonio Maura inició su ocupación militar para asegurar Ceuta y Melilla. Sin embargo, la resistencia rifeña provocó la matanza del Barranco del Lobo, donde murieron más de 100 soldados y cuatro trabajadores españoles. En respuesta, el gobierno llamó a filas a reservistas, principalmente catalanes y obreros, lo que generó un fuerte rechazo social y desencadenó la crisis.

La llamada a filas de reservistas provocó una fuerte reacción social, sumándose a las tensiones previas. Los partidos obreros y anarquistas convocaron una huelga general, que derivó en la Semana Trágica de Barcelona (26-31 de julio de 1909). La ciudad vivió una revuelta con barricadas y quema de iglesias, lo que llevó al gobierno a decretar el estado de guerra. La brutalidad de la represión forzó la dimisión de Antonio Maura y agravó la crisis entre conservadores y liberales.

El Revisionismo Liberal de José Canalejas (1910-1912)

Entre 1910 y 1912, el gobierno liberal de José Canalejas impulsó el Revisionismo Liberal o regeneración democrática, con reformas sociales y políticas hasta su asesinato en 1912. Sus principales medidas fueron:

  • Regulación del trabajo femenino.
  • Supresión del impuesto de consumos.
  • Ley del Candado.
  • Ley de Reclutamiento (1912).
  • Ley de Mancomunidades.

Crisis del Turnismo y Oposición al Régimen

Tras el asesinato de Canalejas en 1912, la crisis de liderazgo en conservadores y liberales agravó sus diferencias. Su relación pasó del consenso al enfrentamiento, y el Turno de Partidos se rompió cuando los conservadores rechazaron seguir pactando, al ver que los liberales se acercaban a republicanos y socialistas tras la Semana Trágica de 1909.

La oposición al régimen de Alfonso XIII incluía republicanos, nacionalistas, socialistas y anarcosindicalistas.

Oposición Republicana

Los republicanos, principales opositores en las Cortes, defendían el progreso y la justicia social, con el apoyo de intelectuales como Ramón y Cajal, Galdós y Blasco Ibáñez. Se dividieron en varias formaciones:

  • Unión Republicana (1903): creada por Nicolás Salmerón, se coaligó con regionalistas en 1907, pero una escisión dio lugar al Partido Radical (1908).
  • Partido Radical: fundado por Alejandro Lerroux, tenía un discurso populista y anticlerical.
  • Partido Reformista (1912): de Melquíades Álvarez y Gumersindo de Azcárate, vinculaba el progreso con la educación y era más moderado, aceptando incluso la monarquía.
Nacionalismos

El nacionalismo catalán fue el más influyente, representado por la Lliga Regionalista (1901), fundada por Prat y liderada por Francesc. Unidos en Solidaritat catalana, lograron la Mancomunidad de Cataluña, primer paso hacia la autonomía. En 1922, Francesc Macià fundó Estat Català, de carácter independentista.

El nacionalismo vasco seguía centrado en el PNV, que amplió su base social, pero mantuvo su enfoque conservador y tradicionalista.

Movimiento Obrero

El PSOE, fundado por Pablo Iglesias en 1879, junto con la UGT, comenzó a participar en el parlamento sin abandonar su objetivo de revolución social. En 1910, en coalición con republicanos, Pablo Iglesias obtuvo el primer escaño socialista.

Los anarquistas, tras la Semana Trágica, crearon en 1910 la CNT, que promovía el anarcosindicalismo, basado en la acción directa y la huelga general, con fuerte arraigo en Cataluña.

La Crisis de 1917 y el Trienio Bolchevique (1918-1920)

La triple crisis de 1917 fue una grave crisis política, social y económica en España, que afectó a amplios sectores de la población. Entre las manifestaciones destacaron la Rebelión militar de las Juntas de Defensa, la oposición política con la Asamblea de Parlamentarios de Barcelona, y la huelga general de agosto de 1917. Estos eventos fueron parte de un clima de creciente agitación social.

El Trienio Bolchevique (1918-1920) fue una etapa de agitación social en España, impulsada por los efectos de la Revolución Rusa de 1917. Los conservadores formaron gobiernos de concentración para intentar salvar el sistema, proponiendo reformas constitucionales y reconociendo la autonomía para Cataluña. Sin embargo, la violencia entre trabajadores y patronos aumentó, especialmente en Barcelona. Los sindicatos UGT y CNT organizaron huelgas, ocuparon fincas, repartieron tierras y tomaron ayuntamientos. El gobierno respondió con la declaración del Estado de Guerra y la represión de los movimientos obreros. La fundación del Partido Comunista en 1920 y las acciones anarquistas culminaron con el asesinato de Eduardo Dato en un atentado anarquista.

El Problema de Marruecos y el Desastre de Annual

La Entente Cordial (1904) permitió el reparto de Egipto y Marruecos entre Gran Bretaña y Francia, pero para evitar que Francia controlara el estrecho de Gibraltar, en la Conferencia de Algeciras (1906) se otorgó a España el protectorado del norte de Marruecos. La ocupación española del Rif generó conflictos constantes. En 1909, la resistencia rifeña derrotó a España en el Barranco del Lobo, provocando la Semana Trágica de Barcelona por el rechazo al reclutamiento de reservistas.

Tras la Primera Guerra Mundial, España reanudó la ocupación bajo el mando del general Fernández Silvestre, quien adoptó la estrategia de los blocaos (pequeños puestos militares vulnerables). En 1921, el líder rifeño Abd el-Krim lanzó un ataque que causó la derrota de Annual, donde murieron 13.000 soldados españoles, acelerando la crisis del sistema de la Restauración. La derrota de Annual desató una crisis política en la que se exigieron responsabilidades al ejército, al gobierno y al rey Alfonso XIII. Se creó una comisión parlamentaria que elaboró el Expediente Picasso, revelando graves fallos en la estrategia militar. La oposición pidió el abandono de Marruecos, aumentando el malestar en el ejército.

El Golpe de Estado de Primo de Rivera (1923)

La combinación de crisis política, descontento militar y agitación social sirvió de pretexto para el golpe de Estado del general Miguel Primo de Rivera el 13 de septiembre de 1923, poniendo fin al régimen de la Restauración.

Causas del Golpe

El 13 de septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera protagonizó un golpe de Estado que acabó con el régimen parlamentario en España. Las principales causas de este golpe fueron la crisis social y política, la radicalización del movimiento obrero, el auge del nacionalismo, el fracaso de España en la Guerra de Marruecos, y el malestar en el ejército tras la Comisión de Investigación del desastre de Annual. Influenciado por el fascismo italiano, Primo de Rivera justificó su golpe como una medida regeneracionista.

Apoyos al Golpe

El golpe fue apoyado por la Iglesia, la oligarquía, el empresariado catalán y las clases medias acomodadas. Aunque al principio dudoso, el rey Alfonso XIII aceptó el golpe y encargó a Primo de Rivera formar un gobierno, uniendo su destino al de la dictadura.

El Directorio Militar (1923-1925)

Tras el golpe, se instauró el Directorio Militar, encabezado por Primo de Rivera, con medidas autoritarias que incluyeron la disolución de las Cortes, la prohibición de partidos políticos (exceptuando la Unión Patriótica), la suspensión de la Constitución de 1876, y la restricción del uso de la bandera y el himno catalán, limitando el uso del catalán al ámbito privado. También se prohibieron manifestaciones y huelgas, y se disolvieron sindicatos, que pasaron a la clandestinidad. Aunque el régimen no tenía una ideología clara, mostró simpatías hacia el fascismo italiano, adoptando el modelo de sindicato vertical.

El régimen de Primo de Rivera se basó en principios conservadores y tradicionalistas, promoviendo la Patria, el rey, el orden social y la moral católica, con el lema “menos política y más administración”. Se adoptaron medidas como el centralismo político, la reorganización de la administración local y provincial con mandos militares, y la implantación del Estado de Guerra, lo que limitaba las libertades públicas y censuraba la prensa. Se persiguió a los anarquistas, pero mostró cierta tolerancia hacia los socialistas.

El Fin de la Guerra de Marruecos

Uno de los grandes éxitos iniciales del régimen fue el fin de la Guerra de Marruecos. A pesar de la intención inicial de abandonar el protectorado, un error de Abd-el-Krim permitió la intervención de fuerzas franco-españolas. El desembarco en Alhucemas en 1925 resultó en la rendición de Abd-el-Krim y el fin de la guerra en 1927.

El Directorio Civil (1925-1930)

Entre 1925 y 1930, Primo de Rivera instauró el Directorio Civil, buscando consolidar su dictadura y fomentar el crecimiento económico. Para ello, incorporó civiles de ideología conservadora, como José Calvo Sotelo y Enrique Aunós. Se crearon iniciativas como el partido Unión Patriótica y la Asamblea Nacional Consultiva (1927), en reemplazo de las antiguas Cortes. También se proyectó una nueva constitución en 1929, aunque nunca se promulgó.

En el ámbito económico, el régimen adoptó medidas proteccionistas, como el aumento de aranceles, un plan de obras públicas para modernizar el país, y la creación de empresas públicas en sectores estratégicos, como Iberia, Telefónica y CAMPSA. Sin embargo, la crisis económica mundial de 1929 frenó drásticamente estos planes.

El Declive y Caída de la Dictadura

La dictadura de Primo de Rivera, inicialmente aceptada como provisional, empezó a desgastarse debido a su intento de perpetuarse, lo que generó una oposición generalizada. Los republicanos fundaron la Alianza Republicana en 1926 y lanzaron una campaña internacional contra el régimen, con el apoyo de intelectuales como José Ortega y Gasset y Unamuno. Además, obreros y estudiantes se reorganizaron en la Federación Universitaria Estudiantil y la Federación Anarquista Ibérica (FAI), aumentando las protestas. Los partidos tradicionales pidieron elecciones y la restauración de la Constitución de 1876. La crisis económica de 1929 también impulsó a sectores como el PSOE y parte del ejército a exigir la dimisión de Primo de Rivera.

Con la pérdida de apoyos, Primo de Rivera dimitió en enero de 1930 y se exilió en París. Tras su dimisión, Alfonso XIII nombró a Dámaso Berenguer como jefe de gobierno para intentar restaurar el sistema de la Restauración, pero con escaso éxito debido a la oposición por su complicidad con la dictadura. En agosto de 1930, la oposición antimonárquica firmó el Pacto de San Sebastián, que reunía republicanos, nacionalistas y socialistas, y creó un comité revolucionario presidido por Niceto Alcalá Zamora. A pesar de algunos intentos fallidos de pronunciamientos militares republicanos en Jaca y Cuatro Vientos, la causa republicana ganó apoyo, especialmente entre los intelectuales. En febrero de 1931, el almirante Juan Bautista Aznar sustituyó a Berenguer y convocó elecciones municipales. Aunque los monárquicos ganaron, los republicanos triunfaron en las principales ciudades, lo que llevó a la proclamación de la Segunda República el 14 de abril de 1931.