Dinámicas Políticas y Económicas de los Bandos en la Guerra Civil Española

Este documento compara la evolución política y la situación económica de los dos bandos durante la Guerra Civil Española.

Hasta el final de la guerra, las instituciones republicanas siguieron funcionando sobre la base de la pluralidad y con la Constitución en vigor, pero con crecientes limitaciones económicas. En contraste, en el bando sublevado se produjo un proceso de militarización y mando único, en el que los problemas económicos fueron menores.

La República: Evolución Política y Económica

El Desplome del Estado y la Revolución Social (Verano de 1936)

El 19 de julio, el nuevo gobierno de Giral decretó la licencia de los soldados de reemplazo y el reparto de armas. La necesidad de recurrir a las organizaciones políticas y sindicales de izquierda para hacer frente al golpe de Estado originó la aparición de una estructura de poder popular. El gobierno decretó la disolución del ejército tradicional y la creación de batallones voluntarios en los que debían integrarse las milicias populares.

Durante el verano de 1936, el poder del Estado sufrió un desplome y fue sustituido por organismos dispuestos a imponer un nuevo orden revolucionario –como consejos, comités y juntas– unificados en Consejos Regionales. Esto desencadenó un proceso espontáneo de revolución social, a través de la colectivización de la economía y la propiedad privada en amplios sectores.

También se desató un movimiento anticlerical y antiburgués, con asesinatos (conocidos como checas) de religiosos, militares, empresarios y todo sospechoso de ser derechista, protagonizado sobre todo por grupos descontrolados de las organizaciones obreras. La represión fue menos institucional y disminuyó notablemente a finales de 1936, cuando el Estado republicano volvió a tomar el control. Fueron especialmente graves los casos de Paracuellos del Jarama y la cárcel Modelo de Barcelona.

La Gran Disyuntiva Republicana

Internamente se produjo la gran disyuntiva entre dos posturas principales:

  • Los partidarios de hacer la revolución para ganar la guerra (CNT-FAI, POUM, una parte de la UGT).
  • Los que insistían en ganar primero la guerra para después hacer la revolución o afrontar grandes reformas (PCE, PSOE, republicanos).

Etapas de Gobierno Republicano

Gobierno de Largo Caballero (Septiembre de 1936 – Mayo de 1937)

A finales del verano de 1936, los milicianos no conseguían detener el avance del ejército sublevado y las fuerzas republicanas eran conscientes de la necesidad de formar un ejecutivo fuerte, capaz de aunar esfuerzos para ganar la guerra.

Se constituyó un gobierno de concentración presidido por Largo Caballero, secretario general de la UGT, en el que estaban presentes republicanos, socialistas, nacionalistas catalanes, vascos y comunistas (por primera vez), así como cuatro ministros anarquistas (hecho sin precedentes, entre ellos Federica Montseny en Sanidad, la primera mujer ministra de España).

Su proyecto de “gran alianza antifascista” trataba de recomponer el poder del Estado –estableciendo el orden público y eliminando juntas y comités, manteniendo los Consejos Regionales– y dirigir la guerra militarizando las milicias en el Ejército Popular. Además, se aprobó el Estatuto de Autonomía Vasco (octubre de 1936).

Sin embargo, Largo Caballero tuvo graves problemas con los comunistas (debido a su empeño personal en dirigir la guerra) y los anarquistas (que insistían en las colectivizaciones y se resistían a integrarse en un ejército regular).

Los Hechos de Mayo debilitaron definitivamente al gobierno, cuando se produjeron en Barcelona enfrentamientos armados entre militantes de la CNT y el POUM por un lado, y fuerzas de la Generalitat, el PSUC y ERC por otro. Los primeros fueron derrotados (lo que significó la pérdida de influencia de la CNT, la ilegalización del POUM y la ejecución extrajudicial de su líder por orden de la URSS), forzando la dimisión del presidente.

Gobierno de Juan Negrín (Mayo de 1937 – Marzo de 1939)

Tras la crisis, se formó un nuevo gobierno dirigido por el socialista Juan Negrín, muy apoyado en los comunistas, quienes se fortalecieron y se convirtieron en árbitros. Este gobierno no contó con la presencia de los sindicatos y se caracterizó por un reforzamiento del poder central y del ejército (bajo la influencia de Prieto).

El gobierno permaneció en el poder hasta el final de la guerra y propuso una política de resistencia de la República hasta el fin. Paralelamente, buscó una salida negociada al conflicto que salvaguardara la República, la democracia y el cese de la lucha sin represaliados (los Trece Puntos), pero esta propuesta fue rechazada categóricamente por Franco, quien solo aceptaba una rendición sin condiciones.

Los reveses militares de 1938 fueron minando la moral de la retaguardia republicana (cansancio y falta de recursos básicos), aunque el gobierno insistía en resistir. La derrota en la Batalla del Ebro, la caída de Cataluña y el resultado de la Conferencia de Múnich (claudicación de Francia y Gran Bretaña a la anexión alemana de Checoslovaquia) acabaron con las últimas esperanzas.

El exilio de los gobiernos de la República, la Generalitat y Euskadi evidenció su final. Finalmente, el golpe del coronel Casado contra Negrín y los comunistas, con un intento fallido de negociación con Franco, puso fin a la República.

Situación Económica en la Zona Republicana

Económicamente, la zona republicana tuvo numerosos problemas.

Por un lado, se produjo una colectivización de la economía y gran parte de la propiedad industrial y agraria, al calor de la revolución social y sancionadas por decretos del Gobierno central y la Generalitat. Diversos comités se encargaban del control de fábricas, suministros urbanos y militares, y transportes. En el campo, continuaban las expropiaciones de la reforma agraria o se iniciaban experiencias de socialización o colectivización que produjeron también graves tensiones con parte del campesinado que no las aceptaba.

El Banco de España se convirtió en el principal soporte para financiar la guerra, vendiendo sus reservas en oro, principalmente a la Unión Soviética (como pago al contado del armamento). El gobierno también tomó la iniciativa en el control estatal del sistema financiero, la nacionalización de empresas abandonadas, el ferrocarril y la CAMPSA.

Finalmente, las penurias económicas, el hambre y la falta de productos básicos (como el cereal) se convirtieron en una constante que se incrementó a lo largo de la guerra y que causó situaciones críticas en grandes ciudades como Madrid.

El Bando Sublevado: Organización Política y Finanzas

Establecimiento del Orden y Liderazgo

Desde el primer momento, hubo un orden mantenido por la disciplina militar y la proclamación del estado de guerra, a pesar de que algunos de los generales sublevados actuaban también como pequeños virreyes en su territorio (Mola en Navarra y Queipo de Llano en Sevilla).

La muerte accidental del general Sanjurjo el 20 de julio (considerado el líder del futuro directorio militar) y el hecho de que la insurrección no triunfara, originando una guerra, plantearon el problema del liderazgo.

La Junta de Defensa Nacional (24 de Julio de 1936)

Integrada por militares y presidida por Cabanellas (como general de mayor antigüedad). Su misión era gobernar el territorio ocupado y sus medidas fueron: prohibir la actividad de los partidos políticos, suspender la Constitución y paralizar la reforma agraria.

El Mando Único de Franco

El general Franco fue ganando cada vez más adeptos y su liderazgo se impuso gracias al peso del Ejército de África, la liberación del Alcázar de Toledo y el apoyo de Mussolini y Hitler.

El 30 de septiembre fue elegido jefe del Alzamiento y el 1 de octubre, en un decreto, se le nombró “jefe del gobierno del Estado español” –que por un retoque legal posterior acabó fusionando la jefatura del estado y del gobierno en un solo cargo, además de suprimir su carácter transitorio– y “Generalísimo” de los Ejércitos, iniciando una dictadura de carácter personal de casi 40 años.

El Caudillo –según la propaganda fascista– concentraba todos los poderes y solo estaba asesorado por una Junta Técnica del Estado.

La Represión Institucionalizada

A diferencia del bando republicano, la represión en la zona sublevada fue sistemática e institucionalizada, buscando la eliminación del enemigo y la oposición como una de las tareas básicas del alzamiento y utilizando una violencia extrema y exhaustiva que aterrorizó a la población y continuó después de la guerra.

Los asesinatos (conocidos como sacas y paseos) se aplicaron sobre militares leales al gobierno, autoridades republicanas, dirigentes del Frente Popular, sindicalistas, intelectuales y funcionarios de izquierdas (maestros), con algunas masacres como las de Sevilla, Málaga o Badajoz.

Además, se legalizó en la Ley de Responsabilidades Políticas (1939) con carácter retroactivo a 1934, para depurar totalmente a “subversivos” y colaboradores de la República.

El Partido Único (Abril de 1937)

Había un mando militar único e incontestable, pero faltaba la uniformidad política. Se habían prohibido todos los partidos políticos y sindicatos. Solo eran legales Falange Española y de las JONS y Comunión Tradicionalista, y se toleraban la CEDA y grupos monárquicos, es decir, los apoyos de la sublevación.

Tras militarizar primero las milicias de los partidos del golpe e inspirándose en el modelo de estado fascista italiano y alemán, Franco aprobó el Decreto de Unificación por el que se creaba un partido único, Falange Española Tradicionalista y de las JONS (conocido como Movimiento Nacional), donde se integraron todas las fuerzas “nacionales” y se reprimió a los que se opusieron.

Muerto José Antonio, se nombró a Franco Jefe Nacional, concentrando otro poder más. Sus símbolos son:

  • Camisa azul falangista
  • Boina roja carlista
  • El yugo y las flechas
  • Saludo fascista

Este fue un paso más hacia el estado totalitario.

La Institucionalización del Régimen (Enero de 1938)

Franco decidió formar un gobierno en Burgos, suprimiendo la Junta Técnica, con ministros militares y civiles de las distintas tendencias políticas que apoyaron la sublevación.

El nuevo estado defendía un modelo social basado en el conservadurismo, el catolicismo y el corporativismo fascista. Las primeras leyes se orientaron a asentar el régimen totalitario y la dictadura militar:

  • Abolición de la legislación republicana (social, económica y laboral).
  • Supresión de las libertades (religiosa, política y sindical) y los estatutos de autonomía.
  • Aprobación de la 1ª Ley Fundamental, el Fuero del Trabajo (sindicalismo vertical).
  • Legislación muy favorable a la Iglesia católica (conocida como “cruzada nacional”).

Situación Económica en la Zona Sublevada

Económicamente, los sublevados tuvieron una situación mucho más desahogada debido a la aplicación de la ley marcial y la rápida centralización del poder, reorganizando la economía encaminada directamente al esfuerzo de guerra, y a encontrar sin mucha dificultad crédito interior (gracias a figuras como Juan March) y exterior (de Alemania e Italia para financiar la guerra).

Además, iniciaron un dirigismo financiero creando otro Banco de España en Burgos para controlar los préstamos financieros y el endeudamiento por la compra de material bélico.