El Amanecer de las Vanguardias: Impresionismo, Postimpresionismo y la Revolución Cubista

El Amanecer de las Vanguardias: Del Impresionismo al Cubismo

El surgimiento de las vanguardias artísticas en el siglo XX fue el resultado de un largo proceso de transformación cultural y estética que tuvo sus raíces en movimientos anteriores, especialmente el Impresionismo y el Postimpresionismo. Estos movimientos, nacidos en la segunda mitad del siglo XIX, sentaron las bases para futuras revoluciones artísticas.

I. Raíces de la Modernidad: Impresionismo y Postimpresionismo

1. El Impresionismo: La Captura de la Luz y el Momento Fugaz

El Impresionismo, surgido en Francia alrededor de 1870, propuso una nueva manera de observar la realidad, enfocándose en la luz, el color y la captación de momentos fugaces. En lugar de trabajar en estudios, los artistas salían al aire libre (plein air) para captar la atmósfera cambiante. Utilizaban pinceladas sueltas y colores puros, dejando de lado el dibujo riguroso y el claroscuro tradicional.

Claude Monet, con su obra Impresión, sol naciente (1872), que dio nombre al movimiento, es uno de los principales exponentes, junto con Pierre-Auguste Renoir, Edgar Degas, Alfred Sisley, Berthe Morisot y Camille Pissarro.

Monet también realizó series icónicas como la Estación de San Lázaro, la Catedral de Ruan o la serie de los Nenúfares. Los temas solían ser alegres, relacionados con la juventud y la diversión, dando importancia a la figura humana, especialmente la femenina.

2. El Postimpresionismo: Más Allá de la Percepción Visual

El Postimpresionismo surge como una reacción personal de algunos artistas que buscaron ir más allá de la representación visual. Más que un movimiento cohesionado, fue una tendencia que agrupó a creadores con búsquedas individuales profundas:

  • Paul Cézanne, por ejemplo, se centró en la forma y composición, sentando las bases del Cubismo con obras como Los jugadores de cartas.
  • Vincent van Gogh utilizó el color y la línea para expresar sus estados emocionales, como se aprecia en La noche estrellada.
  • Paul Gauguin adoptó el procedimiento del cloisonismo y se liberó de los colores reales de la naturaleza en obras como Mujeres tahitianas.
  • Georges Seurat aplicó la técnica del puntillismo en Una tarde de domingo en la Grande Jatte.
  • Henri de Toulouse-Lautrec destacó como cartelista, pintando los ambientes de los cabarets parisinos y los alegres y sórdidos interiores de la gran ciudad, como en Baile en el Moulin Rouge.

II. Efervescencia Artística en Canarias: Ecos de la Vanguardia

En Canarias también se vio esta efervescencia cultural a finales del siglo XIX y principios del XX. Varios artistas locales incorporaron influencias de las corrientes europeas:

  • Néstor Martín-Fernández de la Torre, representante del Modernismo en Canarias, incorporó influencias postimpresionistas y simbolistas en su obra. Su Poema del Atlántico fusiona elementos clásicos y modernos, reflejando la identidad isleña con una sensibilidad plástica heredada de las corrientes europeas.
  • Nicolás Alfaro, con sus retratos y escenas costumbristas, combinó el realismo con una sensibilidad que anticipaba la apertura hacia nuevas corrientes.
  • Valentín Sanz y Carta destacó por su representación del paisaje canario, capturando la atmósfera local con una sensibilidad cromática que lo conecta indirectamente con los planteamientos impresionistas.
  • Manuel González Méndez, quien tomó contacto con las nuevas tendencias en París, aportó una visión cosmopolita al arte canario, siendo influenciado por el Simbolismo y el impresionismo tardío.
  • Juan Rodríguez Botas Ghirlanda es considerado uno de los primeros modernistas canarios. Su aproximación simbólica, su interés por los contenidos naturales y su uso expresivo del color lo sitúan como un verdadero precursor de las vanguardias en el archipiélago.

III. Obras Fundamentales en la Transición al Arte Moderno: Cézanne y Picasso

Dos obras fundamentales en la evolución del arte moderno son Los grandes bañistas (1906) de Paul Cézanne, conservada en el Museo de Arte de Filadelfia, y Las señoritas de Aviñón (1907) de Pablo Picasso, expuesta en el Museo de Arte Moderno de Nueva York.

Ambas presentan figuras femeninas desnudas, pero sus tratamientos formales, técnicos, estéticos y conceptuales responden a búsquedas muy distintas, que marcan el paso del Postimpresionismo al nacimiento del Cubismo y las vanguardias.

1. Tratamiento Formal

A nivel formal, Cézanne simplifica las figuras humanas con volúmenes geométricos que buscan estabilidad y estructura. El cuerpo de las bañistas se compone a través de formas cilíndricas, esféricas y cónicas, integradas armoniosamente con el entorno natural. En cambio, Picasso adopta una radical fragmentación de las figuras, con rostros y cuerpos divididos en planos angulosos. Dos de las mujeres tienen máscaras influenciadas por el arte africano, lo que introduce una dimensión primitivista que subraya la deshumanización de la figura.

2. Enfoque Técnico

En lo técnico, Cézanne trabaja con pinceladas cortas y moduladas, aplicando capas de color que construyen la forma sin recurrir al contorno lineal. Su paleta es suave, con tonos ocres, verdes y azules, que generan una sensación de unidad visual. Picasso, en cambio, emplea una técnica más agresiva, con pinceladas marcadas, contornos duros y contrastes cromáticos potentes, sin buscar profundidad sino para enfatizar la bidimensionalidad.

3. Dimensión Temática

Temáticamente, ambas obras abordan el desnudo femenino, pero Cézanne presenta a sus bañistas en un entorno idílico y sereno, lejos del erotismo. Son figuras casi anónimas, uniendo cuerpo y naturaleza. Picasso, por su parte, presenta a cinco prostitutas en un burdel de Barcelona. No se idealizan; miran de frente con crudeza, convirtiendo el desnudo en algo confrontacional.

4. Perspectiva Estética

Estéticamente, Cézanne se sitúa dentro de la lógica del orden visual, con una armonía y composición triangular que recuerdan al clasicismo, pero transformado por la modernidad. Picasso, en cambio, rompe todas las convenciones del arte occidental, sin proporciones clásicas, ni perspectiva lineal, ni belleza idealizada.

5. Estructura Compositiva

Desde lo compositivo, Cézanne usa una disposición triangular, con un eje central. El paisaje cobra protagonismo, siendo casi una extensión de las figuras. Picasso elimina todo fondo narrativo coherente; las mujeres se sitúan en un espacio indeterminado, todo en la superficie del lienzo en un plano colapsado.

6. Aspecto Material

Materialmente, ambas obras están ejecutadas en óleo sobre lienzo, pero su tratamiento es muy diferente. Cézanne busca una textura uniforme y una aplicación controlada del color, mientras que Picasso usa el óleo con libertad, creando zonas más planas y otras empastadas.

Conclusión: Un Salto Hacia la Ruptura Artística

En conclusión, Los grandes bañistas representa la culminación del proyecto pictórico de Cézanne, buscando el equilibrio y la estructura. Por otro lado, Picasso, con Las señoritas de Aviñón, hace una declaración de guerra a la tradición, inaugurando el paso a las vanguardias. Aunque separadas por un solo año, ambas obras condensan el paso de un arte en evolución a un arte en ruptura, marcando un hito crucial en la historia del arte moderno.