El Empirismo de David Hume: Percepciones, Causalidad y Conocimiento

Introducción a David Hume

David Hume (siglo XVIII, Edimburgo) fue un filósofo escéptico que desarrolló la teoría empirista.

Teoría del Conocimiento

La teoría del conocimiento de Hume se basa en los siguientes principios:

  • Todo nuestro conocimiento procede de la experiencia.
  • No existen las ideas innatas.
  • Todos los contenidos de la mente humana son percepciones. Todo lo que conocemos, lo conocemos a través de la experiencia, a partir de percepciones.

Tipos de Percepciones: Impresiones e Ideas

Las percepciones se dividen en dos tipos:

  • Impresiones: Son percepciones en el presente que entran con toda la fuerza y viveza (presente). Son percepciones directas que corresponden tanto a la realidad externa como a nuestros estados internos (sentimientos, emociones). Por ejemplo, al ver una mancha azul, se recibe la impresión del azul; no se está imaginando, se está percibiendo.
    • Impresiones de la sensación: Provienen de la realidad externa (un sonido, un aroma, un color).
    • Impresiones de la reflexión: Provienen de estados internos (estar enamorado, tener bronca).
  • Ideas: Son imágenes débiles de las impresiones (pasado). No tienen la misma fuerza y viveza que las impresiones. Por ejemplo, imaginar una mancha azul en la mente. La idea es dependiente de la impresión; las ideas no producen impresiones, sino al revés.

Impresiones e Ideas Simples y Complejas

Las impresiones e ideas pueden ser complejas o simples:

  • Simples: Cuando nos referimos a un solo elemento (un color determinado, por ejemplo, marrón). No se pueden separar.
  • Complejas: Son la unión de percepciones simples. Se pueden dividir en partes. Por ejemplo, un erizo, que no se compone de un solo color, sino que tiene una forma, olor, tacto, etc.

Origen de las Ideas Complejas

¿Por qué tenemos ideas de cosas que no existen, es decir, no hay impresión previa? Porque tenemos la imaginación, que nos permite variar y combinar nuestras ideas simples.

Origen de las Ideas Simples

Todas nuestras ideas simples provienen de impresiones simples. Hume ofrece dos argumentos para esto:

  1. Considerar el orden en que aparecen unas y otras: Siempre aparecen primero las impresiones, y nunca al revés. Toda impresión es seguida por una idea que se asemeja a esa impresión.
  2. Hay personas que tienen impedimentos en el uso de los sentidos o que nunca los han puesto en funcionamiento: Estas personas carecen de ciertas impresiones y, por lo tanto, de las ideas correspondientes.

Memoria e Imaginación

La memoria preserva el orden de las ideas tal como aparecen originariamente en las impresiones. Este orden no está presente en la imaginación.

Crítica a la Causalidad Necesaria

No tenemos impresiones ni experiencia directa del futuro, por lo que tampoco tenemos certeza de lo que va a suceder. Las predicciones sobre el futuro se fundamentan en la costumbre o el hábito, en la creencia y en la esperanza de que todo siga igual.

Hume plantea un escepticismo moderado: cambiamos la certeza por la probabilidad.

La Ética

La ética, según Hume, debe ser laica; debemos juzgar con nuestra razón natural, no con lo que dictan las religiones. Hume cree que es la emoción, y no la razón, la que nos ayuda a diferenciar lo correcto de lo incorrecto. El fin último de la ética es la felicidad.

Hume cree que la felicidad es una conquista que requiere fortaleza, ánimo, valor y energía. Puedes engañar a los demás, pero no a ti mismo; si actúas mal, te sentirás mal.

La Asociación de Ideas

La posibilidad de relacionar ideas está guiada por un conjunto de principios, las leyes de asociación de ideas. Según Hume, existe entre las impresiones e ideas una especie de fuerza natural por la que nuestro pensamiento es llevado de una idea a otra. Las leyes que explican estas conexiones son:

  • Asociación por semejanza: Un paisaje nos conduce a pensar en otro similar; un momento feliz nos lleva a pensar en otras situaciones igual de felices.
  • Asociación por contigüidad: La habitación de una casa nos lleva a pensar en las habitaciones contiguas; un amigo lo vinculamos con las personas que solemos ver con él.
  • Asociación por causa-efecto: Una persona con un moretón nos lleva a pensar en una caída o un golpe; el humo lo relacionamos con el fuego.

Críticas al Racionalismo

Hume cuestiona la supuesta existencia de ideas innatas, sostenida por el racionalismo. También afirma que algunas palabras como “sustancia“, “causalidad“, “yo” y “libertad” carecen de significado claro, ya que no podemos identificar la impresión de la que supuestamente deriva la idea que representan.

Crítica de la Idea de Sustancia

Sustancia” puede considerarse sinónimo de “cosa”; así, una manzana o una silla serían sustancias. Diferenciamos estas “cosas” por sus atributos o cualidades (“la manzana es dulce”). Sin embargo, tendemos a pensar en la “cosa” (la manzana) como algo distinto de sus atributos (ser dulce, verde, redonda). Ese “algo distinto” es lo que consideramos su esencia o aquello por lo que la llamamos manzana.

“Sustancia” proviene del latín “substare”, que significa “lo que está por debajo”. En un momento dado, podemos percibir que una manzana es verde y pequeña, y con el tiempo observar que cambia de color y aumenta su tamaño, pero seguimos diciendo que es una manzana. Si repetidamente encontramos que las impresiones asociadas a “manzana” aparecen juntas, esto crea un hábito o costumbre, lo que nos lleva a creer que una manzana es algo más que una conjunción de impresiones simples. Esta creencia no es más que una proyección en la realidad, surgida de la costumbre.

La “manzana sentida” no es otra cosa que el conjunto de impresiones que experimentamos. Las impresiones son tan vivaces y fuertes que nos llevan a creer que pertenecen a una sustancia o cosa que existe fuera de nosotros.

Crítica de la Idea de Causalidad

Llamamos causalidad a una relación entre dos hechos, uno de los cuales identificamos como causa y el otro como efecto. Este concepto está constantemente presente en nuestra vida cotidiana. Vemos un cuadro (efecto) y lo relacionamos con la persona que lo pintó (causa). Se asume que existe una conexión necesaria entre los hechos: si ocurre A (causa), necesariamente se producirá B (efecto).

Esto es lo que Hume cuestiona. Si todas las ideas derivan de las impresiones, la idea de causalidad debería haberse originado en alguna impresión. Según Hume, en el proceso que llamamos causal solo percibimos:

  1. Un hecho A y un hecho B.
  2. Que A es anterior a B.
  3. Que cuando ocurre A ocurre B.

No tenemos impresión de la conexión necesaria entre A y B.

Consideremos el ejemplo de golpear un vidrio con un martillo y que este se rompa. Concluimos que el golpe del martillo es la causa que provoca la rotura del vidrio como efecto. Según Hume, solo percibimos:

  1. El martillazo y el vidrio roto.
  2. El martillazo es anterior al vidrio roto.
  3. Al darse el martillazo, el vidrio se rompe.

Pero no percibimos la “fuerza” o conexión necesaria del martillazo para producir la rotura del vidrio.

El enlace constante entre los fenómenos se manifiesta a nuestros sentidos siempre en un mismo orden. Esta repetición produce en nosotros un hábito o costumbre que nos lleva a creer que ese vínculo necesario existe realmente, que depende objetivamente de una realidad externa. Pero esa necesidad es solo mental. La causalidad es una idea compleja que se explica por la ley de asociación de causa-efecto; es un fenómeno que se produce en el sujeto por influencia de la costumbre, pero que no tiene un fundamento directo en una impresión sensible.

¿Qué Podemos Conocer?

Según Hume, nuestras certezas se limitan a dos ámbitos: las relaciones entre ideas y las cuestiones de hecho.

  • Las puras relaciones entre ideas son propias de disciplinas como la Geometría, el Álgebra y la Aritmética. Sus entidades (números, figuras) son ideas abstractas que, en última instancia, se originan en la experiencia sensible. Al no referirse a hechos del mundo externo, el nexo entre estas ideas es exclusivamente lógico. Por lo tanto, la verdad de las afirmaciones en estas disciplinas es demostrable y necesaria (verdad de razón).
  • En cuanto a las cuestiones de hecho, solo podemos conocer nuestras propias percepciones y sus relaciones espaciales y temporales inmediatas. Nuestras afirmaciones sobre el mundo externo serán ciertas únicamente en la medida en que se limiten a describir lo que percibimos en el presente.

El empirismo de Hume deriva así en un escepticismo moderado. Cuestiona la pretensión de validez universal y necesaria del conocimiento científico de la naturaleza, especialmente en su carácter explicativo (causalidad) y predictivo (futuro).