El franquismo en el País Vasco

Dictadura franquista en el PV

El franquismo instauró una dictadura legitimada únicamente por la victoria en la Guerra Civil caracterizada por un totalitarismo extremo, un caudillismo en la figura de Franco, una concepción centralista y unitaria del Estado, un control de los medios de comunicación expuestos a una rígida censura y una represión sistematizada a cualquier tipo de oposición.
Tres serían los grandes pilares institucionales del régimen:
El ejército, el partido único de la Falange Española Tradicionalista y de las JONS (que crearía el Frente de Juventudes, la Sección Femenina, el SEU y el Sindicato Vertical) y la Iglesia católica, además de sustentarlo tres familias que sustentaron la estructura política, los falangistas, los que se unieron a la sublevación una vez iniciada como los miembros de la CEDA, y la Iglesia con organizaciones como la del Opus Dei.

En la situación de País Vasco supuso un cambio caracterizado por la supresión de los conciertos económicos de Vizcaya y Guipúzcoa, mientras que se manténían en Álava y Navarra y la anulación de la legislación republicana; la dirección de la vida política por franquistas procedentes del tradicionalismo carlista y de la Falange; la adhesión al franquismo de un sector encabezado por la alta burguésía vasca; y una fuerte represión sobre estas provincias y una oposición clandestina más acentuada que en otras zonas.

La demografía en las tres provincias sufríó cambios como la duplicación de la población entre 1940 y 1975, la transformación de la población activa que de superar el sector primario un 20% en Vizcaya y Guipúzcoa y un 25% en Álava pasaría a un 5% y donde la población urbana aumentaría hasta el 70%, además de mantener una tasa de mortalidad inferior y una natalidad superior a la media española.

La situación económica se caracterizó por un crecimiento económico superior a otras zonas. Disminuiría aun así la mano de obra y la población cualificada, aumentaría la actividad económica de la industria pesada y se destruiría y disminuiría la industria de bienes de consumo, sin interés nacional.

La evolución económica de los 50 vendría dada por la apertura al exterior que permitiría la importación de materias primas y bienes de equipo, el fin de las restricciones energéticas y el racionamiento, la subida de salarios y de la productividad y las empresas con oligopolio y proteccionismo. Aparece además el Cooperativismo de Mondragón que crearía Ulgor en 1956.

El Plan de Estabilización llevaría así en los años 60 a una época de desarrollismo mediante la financiación procedente de las remesas de inmigrantes, el turismo, las inversiones exteriores, el aumento de las exportaciones y la presencia de multinacionales.Todo ello contribuiría a que las provincias vascas ostentaran los primeros puestos en cuanto a renta per cápita, gracias a que de ingresos extranjeros un 10% sería invertido en el País Vasco y al apoyo del gobierno de Madrid a la burguésía de Neguri. Surgirán nuevas ramas industriales además de que se expandirá el Cooperativismo de Mondragón en una línea de fabricación de electrodomésticos, distribución y créditos, destacando también la industrialización de Navarra.El franquismo, un régimen basado en la represión, supuso para el País Vasco la negación de su cultura, tradición y lengua. En los años cuarenta la oposición se relegó a la actuación en la clandestinidad. Así, los maquis o las organizaciones guerrilleras apenas tendrían escasa presencia en algunas zonas de Navarra, mientras que en el exilio las organizaciones políticas siguieron existiendo, con el Gobierno Vasco presidido por Aguirre, que sería un gobierno de coalición del PNV, ANV, Uníón Republicana, PSOE y PCE (que quedó fuera en 1948).El nacionalismo se mantendría y desarrollaría en el exilio. En el PNV, por un lado Irujo redactaría un proyecto de constitución vasca e intentaron establecer un acuerdo con las fuerzas francesas, y por otro, Aguirre se mostraría más conciliador con las fuerzas no nacionalistas su gobierno.Se confiaba en la intervención aliada que daría fin al régimen franquista cuando las potencias fascistas fueran vencidas en la Segunda Guerra Mundial. Fruto de esta esperanza fue la alianza del Pacto de Bayona (1945) que reforzaría el programa autonomista y las convicciones democráticas. A finales de los 50 se constituiría ETA como un movimiento socialista vasco de liberación nacional. El PNV rechazó sus planteamientos, aunque a veces le manifestaría su apoyo. A partir de la su V Asamblea (1966) llevará a cabo sus primeras acciones armadas en 1968. Se sucederían entonces varios estados de excepción y las movilizaciones de apoyo culminarían con la condena a muerte de seis etarras en el Proceso de Burgos. ETA tuvo así un gran protagonismo, siendo su atentado más destacado el que acabó con el presidente Carrero Blanco en 1973.En 1937 el PSOE vasco creó un Comité Central Socialista de Euskadi como organización autónoma dentro del PSOE en busca de un programa que combinase sus aspiraciones sociales con las nacionalistas. Existieron dos tendencias: la más unitaria encabezada por Indalecio Prieto; y la más colaboracionista con el PNV. En 1945 el Pacto de Bayona establecería una línea de colaboración en el exilio y el interior.La Iglesia vasca sería un elemento de gran protagonismo e influencia en la movilización social,; en 1960 la aparición de un movimiento de oposición con la firma por parte de curas vascos de un manifiesto en defensa de las libertades y derechos del pueblo vasco y la denuncia de su represión; el apoyo al movimiento obrero; la implicación en los movimientos independentistas; una represión contra el clero disidente; y, finalmente, el caso Añoveros en 1974 con la publicación de una pastoral crítica con el régimen. Todo ello reflejan un mayor distanciamiento del régimen respecto a otras zonas y la oposición de amplios sectores del clero.En cuanto a la producción cultural cabe destacar que en la literatura castellana tuvo gran resonancia la poesía social, que hubo una revitalización de Euskaltzaindia, el esfuerzo intelectual de unificar la normativa del euskera,y el movimiento de ikastolas. La censura y represión franquista no acallaría los sentimientos nacionalistas y se desarrollaron así movimientos de afirmación cultural que permitieron el resurgir cultural vasco en la transición y hasta la actualidad.