El novecentismo o Generación del 14

El Novecentismo —


Con el nombre de Novecentismo (o Generación del 14) se conoce a un grupo de escritores nacidos en la década de los 80 que se distancian de la bohemia de fin de siglo y del autodidactismo del 98 y del Modernismo, incorporando nuevas técnicas y una nueva sensibilidad. En líneas generales, estas son sus carácterísticas: —Predican un reformismo burgués que va desde el liberalismo absoluto a posiciones socialdemócratas, siempre bajo el ideal republicano. Sus componentes eran conscientes no sólo del arte que defendían, sino de la actitud política que, como intelectuales, debían desempeñar en el país. Por eso, muchos novecentistas, Azaña, Marañón u Ortega y Gasset, participaron activamente en la vida política, en partidos y agrupaciones. —El novecentismo lo integra un nuevo tipo de intelectual, lejos de la bohemia modernista, con una sólida preparación universitaria, formados muchos de ellos en el extranjero, pretenden realizar un examen sereno y objetivo de los problemas de España con una voluntad de claridad racional. —Frente al casticismo, se definen por su europeísmo, viendo en Europa el conocimiento científico que le faltaba a España. —El tema de España sigue presente, desde una perspectiva castellana, política y administrativa; es frecuente la idea de la revolución desde arriba, desde el poder como concreción del elitismo que los caracteriza. -Huida del sentimentalismo, abandono del tono vehemente, apasionado. -Intelectualismo, literatura culta, para minorías. De ahí su sólida formación intelectual. Estas carácterísticas hacen que su literatura sea una literatura minoritaria y elitista. —
Busca de un ideal de “arte puro”, con un lenguaje que huye de lo fácil y lo descuidado, que recurre a la expresividad poética a través de la perfección formal con un lenguaje depurado.

En cuanto a la literatura, prefirieron el ensayo (Ortega y Gasset, Eugenio d’Ors, Gregorio Marañón), con el que podían emitir opiniones y juzgar las ideas y la política española, aunque también hay novelistas como Gabriel Miró o Ramón Pérez de Ayala, quien se decanta hacia una novela intelectual y cuyos personajes polemizan sobre actitudes vitales, siempre desde una perspectiva abierta. 

Ensayistas–José Ortega y Gasset (Madrid, 1883-1955) es el más influyente filósofo español del Siglo XX. Sus teorías, recogidas en ensayos y artículos con un estilo elegante y pulcro, abarcan los más variados temas: filosofía, sociología, pintura, literatura… Catedrático de Metafísica de la Universidad Central, en Madrid, en 1923 fundó la Revista de Occidente, revista periódica y editorial que introdujo en España las nuevas corrientes de pensamiento artísticas y filosóficas. Al comienzo de la II República fue elegido diputado, cargo que mantuvo durante un año.  Fundó –junto a Pérez de Ayala y Marañón– la Agrupación al Servicio de la República. Desde 1936 vivíó fuera de España, a donde volvería de forma intermitente a partir de 1945.Entre sus obras destacan España invertebrada (1921), La deshumanización del arte (1925), cuyos postulados serán asumidos por la Generación del 27, y La rebelión de las masas (1930), donde expone su teoría de que la sociedad está formada por una gran masa (el hombre–masa) que debe ser dirigida por una minoría selecta. —-
Gregorio Marañón (1887-1960) tuvo una gran influencia personal en la vida del país y sus estudios históricos son de cierto interés. Sus ideas aceca de Don Juan influyeron en muchos escritores de su generación.—
Manuel Azaña (1880-1940). Su obra política ha oscurecido su labor literaria. Escribíó una memorias noveladas: El Jardín de los Frailes (1926) y numerosos ensayos literarios –obtuvo el Premio nacional de Literatura en 1926 por su Vida de don Juan Valera.

Novelistas—


Destacan Gabriel Miró y Ramón Pérez de Ayala, siendo también interesante la novela de Wenceslao Fernández Flórez y Benjamín Jarnés. Todos ellos se caracterizan por una superación de los patrones narrativos y estilísticos del Realismo, por su tendencia al lirismo, al intelectualismo, o, incluso al humor.

Gabriel Miró (1879-1930).-


Destaca por su gran sensibilidad, su temperamento voluptuoso y su capacidad de captar sensaciones: luces, colores, sonidos y sabores. Su narrativa está llena de lirismo, de emociones y belleza. En sus novelas, la acción deja de ser el elemento fundamental y pasa a ser soporte para sus espléndidas descripciones. Destacan Las cerezas del cementerio (1910), un amor apasionado en un sensual ambiente levantino; Nuestro padre san Daniel (1921) y El obispo leproso (1926) forman un bloque: suceden en Oleza (trasunto de Orihuela), atmósfera estancada en la que la inocencia y las ansias vitales se estrellan en el muro de la intolerancia religiosa.

Ramón Pérez de Ayala (1880-1962).—


Representa la llamada novela intelectual. Entre 1907 y 1913 publica varias novelas protagonizadas por Alberto Díaz de Guzmán, trasunto del propio autor, donde intenta novelar la crisis de la conciencia española desde el 98: Tinieblas en las cumbres (1907), Quizá su mejor novela sea Belarmino y Apolonio (1921), donde los dos zapateros protagonistas ilustran diferentes actitudes ante la vida