La Implantación del Régimen Liberal en España: 1808-1874
Durante el siglo XIX, España, al igual que gran parte de Europa, experimentó cambios profundos que marcaron la transición del Antiguo Régimen al mundo contemporáneo. Estos cambios, impulsados por procesos como la revolución industrial y las revoluciones burguesas, llevaron al declive de las estructuras sociales, políticas y económicas tradicionales.
Hacia mediados del siglo XIX, el Antiguo Régimen había desaparecido en gran medida, dando paso a una nueva etapa dominada por las clases burguesas en la vida política y social. Desde este momento, Europa conocería un desarrollo económico sin precedentes e iniciaría un proceso de democratización de sus estructuras políticas y sociales.
Absolutismo y Liberalismo: El Inicio de la Transformación (1808-1834)
Durante la primera mitad del siglo XIX, España vivió el complejo paso del Antiguo Régimen hacia la nueva sociedad liberal. Este proceso se puede resumir en los siguientes hitos:
a) La Guerra de Independencia (1808-1814)
Fue una guerra contra el invasor francés. Napoleón Bonaparte ocupó el territorio español, retuvo en Bayona a los reyes de España (Carlos IV y Fernando VII) y nombró a su hermano José Bonaparte como rey de España (José I). Los españoles se rebelaron contra la ocupación.
En este contexto, se formó una Junta Central que inició el proceso de cambio en una España en guerra, convocando unas Cortes Constituyentes. Las Cortes se reunieron en Cádiz en septiembre de 1810. En esta asamblea se congregaron representantes de todas las provincias, representando diferentes grupos ideológicos:
- Los liberales: Partidarios de cambios radicales. Defendían la soberanía de las Cortes.
- Los jovellanistas: Con planteamientos más moderados, partidarios de la soberanía compartida entre el rey y las Cortes.
- Los absolutistas: Enemigos de las reformas y partidarios del Antiguo Régimen.
Estas Cortes aprobaron una serie de medidas que desmantelaron gran parte de los fundamentos políticos, sociales y económicos del Antiguo Régimen.
- Entre las reformas políticas destacó la aprobación de la Constitución de 1812, la primera ley fundamental de España.
- Entre las reformas sociales y económicas destacó la abolición del régimen señorial.
b) El Reinado de Fernando VII (1814-1833)
Tras las guerras napoleónicas, se inició en Europa el período conocido como la Restauración. Desde 1814, los monarcas europeos restablecieron los regímenes absolutistas. En España, el retorno de Fernando VII supuso la anulación de las reformas liberales y el restablecimiento de la Monarquía Absoluta. Sin embargo, esta monarquía absoluta se vio interrumpida durante tres años por el Trienio Liberal.
Durante su reinado distinguimos tres etapas:
1. El Sexenio Absolutista (1814-1820)
- Características: Liquidación de las reformas liberales y anulación de la Constitución de Cádiz.
- Problemas: Deuda exterior y el proceso de independencia de las colonias americanas.
2. El Trienio Liberal (1820-1823)
En 1820 triunfó un pronunciamiento liberal encabezado por el comandante Riego. El rey, Fernando VII, tuvo que aceptar la Constitución de 1812. Se iniciaba así el Trienio Liberal.
3. La Década Ominosa (1823-1833)
En 1823 se abrió la última etapa del reinado de Fernando VII. Supuso la vuelta al absolutismo y, de nuevo, la represión sobre los liberales, pero también fue un período de cierto reformismo administrativo.
Hasta el nacimiento en 1830 de Isabel, la futura Isabel II, fruto del cuarto matrimonio de Fernando VII con María Cristina de Nápoles, el hermano del rey, Carlos María Isidro, había sido el heredero al trono. Ante el cambio sucesorio, Carlos María Isidro se marchó a Portugal y María Cristina se hizo cargo del gobierno durante la enfermedad del rey. Fernando VII falleció en 1833. La heredera al trono sería Isabel II.
Descontentos, los seguidores de Carlos María Isidro iniciaron una guerra civil, conocida como la Primera Guerra Carlista (1833-1839). Se enfrentaban los partidarios de Isabel II (liberales o isabelinos) contra los partidarios de Don Carlos (carlistas o absolutistas).
La Monarquía Constitucional: Progresismo y Moderantismo (1833-1868)
El Reinado de Isabel II (1833-1868)
Durante el reinado de Isabel II se adoptaron medidas legislativas y políticas para asentar en España el estado liberal. Este reinado se divide en:
a) La Minoría de Edad de Isabel II (1833-1843)
Como la heredera sólo tenía tres años cuando murió su padre, fue necesario establecer una regencia, ejercida primero por su madre, la reina María Cristina (1833-1840), y después por el general Espartero (1840-1843).
La Regencia de María Cristina (1833-1840)
- La Primera Guerra Carlista fue una guerra civil que enfrentó a los seguidores de Isabel II contra los seguidores de Carlos María Isidro, pero la disputa no sólo era por el trono, porque los dos bandos representaban formas diferentes de entender España.
- El Liberalismo se movió entre las tendencias moderadas (liberalismo doctrinario) y las tendencias progresistas.
El liberalismo progresista defenderá:
- Limitar la autoridad real.
- Realización de reformas profundas y radicales.
- Ampliar el cuerpo electoral y elección popular de alcaldes y concejales en los ayuntamientos.
- Defender el liberalismo económico y reducción de los aranceles aduaneros.
Liberales moderados y progresistas se alternarán en el poder hasta 1868.
Durante la Regencia de María Cristina se alternaron en el gobierno los moderados y los progresistas:
- El gobierno de los liberales moderados: La Regente, María Cristina, sabía que para asegurar a su hija en el trono frente a los carlistas necesitaba atraerse a los liberales y pensó que con leves reformas (como el Estatuto Real de 1834) lo lograría. Este estatuto no contentó a los liberales progresistas, que pedían una constitución más amplia y apoyaron las revueltas populares que se produjeron en muchas ciudades, entre ellas Madrid y Barcelona.
- El gobierno de los liberales progresistas: Se inicia en 1836. Los ministros progresistas impulsaron medidas para acabar con el Antiguo Régimen. Uno de los más destacados fue Juan Álvarez Mendizábal. Esta etapa de gobierno se inició tras un pronunciamiento militar, el de los sargentos de La Granja de San Ildefonso. Este pronunciamiento obligó a la reina regente a reimplantar la Constitución de 1812, hasta que se redactara y aprobara una nueva constitución (la de 1837). Los objetivos del proceso desamortizador impulsado por Mendizábal fueron: financiar la guerra carlista, sufragar la deuda pública y conseguir apoyos sociales y políticos para el régimen liberal.
La Regencia de Espartero (1840-1843)
Espartero, un militar prestigioso por sus éxitos en la guerra carlista, desplazó a María Cristina del poder y gobernó apoyado por los militares progresistas. Su acción de gobierno fue progresista en muchos aspectos, pero su talante dictatorial suscitó recelos en muchos liberales progresistas. La situación de malestar se materializó en una revuelta civil y militar. El pronunciamiento del general Narváez acaba con la regencia. Es 1843 e Isabel II, con sólo 13 años, es declarada mayor de edad y se convierte en reina de España.
b) El Reinado Efectivo de Isabel II (1843-1868)
Durante esta etapa, se procedió a la construcción de un estado liberal, unitario y centralista. Los moderados dominaron la vida política durante la mayor parte de este período. Podemos distinguir en estos años varias fases:
La Década Moderada (1844-1854)
Los gobiernos moderados, liderados principalmente por Narváez, establecieron las bases del nuevo estado (Constitución de 1845, Guardia Civil, reforma fiscal). Sin embargo, perdieron popularidad por sus actitudes autoritarias. La oposición crecía: los carlistas reaparecieron (Segunda Guerra Carlista), los liberales progresistas se oponían cada vez más, y surgió un nuevo grupo, los demócratas, defensores del sufragio universal, la libertad religiosa y la educación gratuita. Un pronunciamiento militar (Vicalvarada) y la presión popular llevaron a la Reina a entregar el poder a Espartero, que lo compartió con O’Donnell. Se iniciaba el Bienio Progresista.
El Bienio Progresista (1854-1856)
La labor más importante en este periodo fue la desamortización civil de Madoz (1855), que afectó especialmente a las tierras y propiedades de los municipios, junto con un proyecto constitucional (la ‘non nata’ de 1856) que nunca vio la luz. La inestabilidad política producto de pactos entre moderados y progresistas, la conflictividad obrera y campesina (huelga general en Barcelona en 1855) y la reacción de la burguesía conservadora abrieron una nueva etapa marcada por los moderados y la Unión Liberal.
Etapa Moderada y Unionista (1856-1868)
Durante los últimos doce años del reinado de Isabel II, se alternaron en el poder O’Donnell (Unión Liberal, un grupo político de centro) y Narváez (liberal moderado). Fue un periodo de relativa estabilidad inicial y política exterior activa, pero acabó marcado por el autoritarismo, la crisis económica y el descrédito de la monarquía. La oposición al sistema (progresistas dirigidos por Prim, demócratas y republicanos) se organiza (Pacto de Ostende) para acabar con la Monarquía de Isabel II. Es el fin del reinado de Isabel II.
El Sexenio Democrático (1868-1874)
Varias causas explican la caída de Isabel II:
- El descrédito de los últimos gobiernos isabelinos ante la opinión pública.
- El desprestigio personal de la reina.
- La crisis económica europea (financiera, industrial y de subsistencias) que tuvo repercusiones importantes en España: carestía de los productos de primera necesidad, hambrunas, endeudamiento estatal y aumento de la presión fiscal.
- La acción conjunta de la oposición política.
Todo ello hizo posible el triunfo del pronunciamiento militar de septiembre de 1868 (la Revolución Gloriosa). En Cádiz, los jefes militares Juan Prim y Francisco Serrano se sublevaron contra la reina. Pronto consiguieron la adhesión de otros militares y de gran parte de las masas populares que se manifestaron en las calles. La reina abandona España y marcha hacia Francia. Se inicia el Sexenio Democrático (1868-1874), un período en que se intentó democratizar el país.
Durante estos seis años distinguimos varias etapas:
- Un periodo transitorio: el Gobierno Provisional (octubre de 1868 – junio de 1869) y la Regencia de Serrano (junio de 1869 – diciembre de 1870).
- El Reinado de Amadeo de Saboya (enero de 1871 – febrero de 1873).
- La Primera República (febrero de 1873 – diciembre de 1874).
El Gobierno Provisional y la Regencia de Serrano
En octubre de 1868 se constituyó el Gobierno Provisional, un gobierno salido de la revolución y formado por progresistas y unionistas. Este gobierno estaba presidido por Serrano. La labor más importante de este gobierno fue la convocatoria a Cortes Constituyentes por sufragio universal masculino.
Estas Cortes aprobaron la Constitución de 1869, que defendía:
- La soberanía nacional.
- El sufragio universal masculino y directo.
- La monarquía parlamentaria pero con fuertes limitaciones del poder real.
- La división de poderes.
- La libertad de cultos religiosos.
- El reconocimiento de amplios derechos y libertades, entre ellas la libertad de asociación y de reunión.
Una vez aprobada la Constitución, y como esta establecía la monarquía como forma de gobierno, el Gobierno Provisional dio paso a la Regencia de Serrano. Esta regencia tuvo como objetivo fundamental la búsqueda de un rey para el trono español.
El Reinado de Amadeo I
Tras barajar varios candidatos, se eligió al italiano Amadeo de Saboya, hijo de Víctor Manuel II de Italia, que contaba con el apoyo del jefe de gobierno español, el general Prim. Las Cortes apoyaron al candidato y Amadeo I llegó a España a principios de enero de 1871, iniciando así su reinado. Sin embargo, su principal valedor, Prim, fue asesinado poco antes de su llegada. El reinado de Amadeo I estuvo marcado por una enorme inestabilidad política, la división entre los partidos que debían apoyarle, el recrudecimiento de la guerra en Cuba, el estallido de la Tercera Guerra Carlista y la oposición republicana y alfonsina. Ante la imposibilidad de gobernar, Amadeo I abdicó en febrero de 1873.
La Primera República
Tras la abdicación de Amadeo, las Cortes proclamaron la República el 11 de febrero de 1873. La acción de gobierno de la República tuvo objetivos muy claros: hacer reformas de contenido social, popular y democratizador:
- Supresión de impuestos sobre el consumo (consumos).
- Supresión de las quintas (servicio militar obligatorio), sustituyéndolas por un ejército voluntario. Esta medida tuvo que suspenderse porque el país tenía que afrontar dos guerras: la Tercera Guerra Carlista y la Primera Guerra de Independencia Cubana.
- Se reconoció la mayoría de edad a los 21 años.
- Se separó la Iglesia del Estado y la República dejó de subvencionar a la Iglesia católica.
- Se elaboró un nuevo proyecto constitucional (1873) para convertir a España en una República federal, que no llegó a aprobarse.
La República se enfrentó a graves problemas:
- La división interna entre los propios republicanos (unitarios y federales, y dentro de estos, moderados e intransigentes).
- La Tercera Guerra Carlista: se sublevó el nieto de Carlos María Isidro, Carlos VII.
- La Primera Guerra de Independencia de Cuba (iniciada en 1868).
- El movimiento cantonalista: sublevaciones que proclamaban cantones (estados regionales) independientes, especialmente en Levante y Andalucía.
- Las conspiraciones militares alfonsinas, que buscaban restaurar la monarquía borbónica en la figura de Alfonso, hijo de Isabel II.
De todos estos problemas, el gobierno republicano, especialmente tras el giro conservador liderado por Castelar y luego por Serrano (que asumió poderes dictatoriales tras un golpe de estado), sólo logró sofocar la rebelión cantonal. Finalmente, el pronunciamiento del general Martínez Campos en Sagunto en diciembre de 1874 proclamó rey a Alfonso XII. Es el fin de la Primera República y el comienzo de una nueva etapa en la historia de España: La Restauración.