Contexto Histórico: España 1939-1946
Político
Entre 1939 y 1945 tuvo lugar la Segunda Guerra Mundial. Se enfrentaron las potencias del Eje (Alemania, Italia y Japón) contra los Aliados (Reino Unido, URSS, EE. UU., entre otros). La guerra finalizó con la derrota del Eje en 1945, la creación de la ONU y los juicios de Núremberg.
En España, tras la victoria franquista en la Guerra Civil, se instauró una dictadura autoritaria bajo Francisco Franco. El nuevo régimen eliminó la democracia, prohibió los partidos políticos y persiguió a los vencidos. Se implantó una estructura política basada en el nacionalcatolicismo, con un poder centralizado y represión ideológica.
Social
La guerra causó millones de muertos, bombardeos y desplazamientos. En España, la dictadura instauró un clima de represión, miedo y censura. Muchos fueron perseguidos, encarcelados o ejecutados por sus ideas políticas. La población vivía en condiciones muy duras, marcada por la posguerra, el hambre y el silencio impuesto. Mientras tanto, a nivel mundial, el Holocausto mostró el horror del racismo institucional, y comenzó a hablarse de derechos humanos.
Económico
Durante la guerra, muchos países pusieron su economía al servicio del esfuerzo bélico. Europa quedó devastada y necesitó ser reconstruida. En cambio, EE. UU. se fortaleció económicamente. En España, Franco apostó por la autarquía: autosuficiencia económica y aislamiento del exterior. Esto agravó la escasez, el hambre y la falta de desarrollo. El país quedó excluido del Plan Marshall y no participó en el crecimiento del mundo occidental tras la guerra.
Cultural
La cultura fue usada como instrumento de propaganda. En el extranjero, el cine, los libros y los diarios reflejaban tanto el sufrimiento como la resistencia. En España, el franquismo impuso la censura, el control ideológico y la glorificación del régimen. La Iglesia tuvo un papel clave en la educación y en la construcción del pensamiento único del Estado.
Análisis de Documentos (1939-1946)
Análisis – Doc. 1: Declaraciones de Franco a la revista francesa Candide en defensa de la autarquía (1939)
En primer lugar, Franco describe España como un país privilegiado que puede valerse por sí mismo. Al afirmar que “tenemos todo lo que precisamos para vivir” y que no es necesario importar nada, defiende la autarquía, un modelo económico basado en la autosuficiencia. Esta postura encaja con la ideología nacionalista del régimen franquista, que tras la Guerra Civil apostaba por el aislamiento económico y político como forma de recuperar el orgullo nacional y reconstruir el país sin depender del exterior. Esta estrategia servía también para legitimar su modelo autoritario.
Por consiguiente, Franco sostiene que la revolución española no debe inspirarse en modelos ajenos, sino “volver a ser fiel a sí misma”. Aquí se refuerza una visión esencialista de la identidad nacional, basada en las raíces y valores tradicionales. El texto adopta un tono espiritual al afirmar que España podrá “elevarse por encima del mundo”, legitimando el régimen como restaurador del espíritu nacional frente a los ideales democráticos.
Finalmente, el mensaje tiene un doble destinatario: hacia fuera, Franco proyecta una España fuerte y autosuficiente; hacia dentro, busca consolidar el apoyo popular apelando al orgullo nacional y al rechazo del extranjero. El aislamiento es presentado como opción voluntaria, no como signo de debilidad.
Análisis – Doc. 2: Ley de Responsabilidades Políticas (1939)
Este documento marca uno de los primeros pasos legales del régimen franquista para consolidar su hegemonía política tras la Guerra Civil. A través de esta ley, el régimen legitima la represión de los vencidos mediante argumentos de orden moral, político y legal.
El texto comienza estableciendo en el Artículo 1º que: “Se declara la responsabilidad política de las personas, tanto jurídicas como físicas […] que contribuyeron a crear o a agravar la subversión de todo orden de que se hizo víctima a España.” Con esta frase, el régimen atribuye a los vencidos una culpa colectiva y retroactiva. Habla de “subversión” para criminalizar toda actividad política o ideológica contraria al franquismo. Al utilizar términos vagos como “contribuir a crear o agravar”, permite una interpretación amplísima que justifica la represión de cualquier persona vinculada, directa o indirectamente, con la República.
En el Artículo 2º, el texto especifica que también serán juzgadas las personas que “hayan apoyado o auxiliado a los partidos o agrupaciones […] que se opusieron al Movimiento Nacional.” Aquí se observa la intención clara de eliminar toda oposición política. La expresión “auxiliado” implica que incluso actos pasivos o simbólicos podían ser considerados delito. Esto convertía la represión en un instrumento total: ningún grado de oposición era tolerado.
El Artículo 3º añade que “la responsabilidad será exigida con independencia de que el inculpado haya observado buena conducta con posterioridad a los hechos.” Esta cláusula anula cualquier posibilidad de redención o perdón. No importa si la persona hubiera cambiado de comportamiento: la culpa se asociaba al pasado político y no a la conducta presente. El objetivo era claramente punitivo, no rehabilitador.
Análisis – Doc. 3: Fuero de los Españoles (1945)
En primer lugar, los artículos 1, 3 y 12 proclamaban derechos fundamentales como la dignidad de la persona, la igualdad ante la ley y la libertad de expresión. Sin embargo, estos derechos estaban limitados por el régimen. La libertad de expresión (art. 12) solo era permitida si no entraba en conflicto con los principios del Estado, impidiendo cualquier crítica al régimen. Además, la igualdad legal (art. 3) no se traducía en igualdad real, ya que la participación política estaba sometida a la lealtad al régimen, excluyendo la pluralidad política.
Por otro lado, los artículos 2 y 7 destacaban los deberes cívicos, como la lealtad al Jefe del Estado y el servicio militar, resaltando la obediencia al régimen y a la “Patria”. También el artículo 10 limitaba la participación política a canales controlados como la familia, el municipio y los sindicatos, excluyendo cualquier sistema democrático.
Por último, el artículo 5 garantizaba la educación, pero siempre dentro de los valores del régimen, y el artículo 11 establecía el mérito como criterio para cargos públicos, pero ligado siempre a la fidelidad al franquismo. En cambio, en el ámbito religioso (art. 6), solo se reconocía la religión católica como oficial del Estado, mientras que otras creencias estaban controladas.
Análisis – Doc. 4: Recomendación de la ONU sobre el régimen franquista (Nueva York, 1946)
Este documento recoge la condena internacional al régimen franquista por parte de la ONU, apenas un año después del final de la Segunda Guerra Mundial. La comunidad internacional, especialmente los vencedores del conflicto, relacionaban el franquismo con el fascismo europeo, y así lo expresan claramente en este texto.
La frase inicial del documento afirma: “Por su origen, naturaleza, estructura y comportamiento general, el régimen de Franco es un régimen fascista.” Esta declaración es contundente y no deja lugar a interpretaciones: la ONU identifica directamente el franquismo con el fascismo, igualándolo al régimen de Hitler en Alemania y de Mussolini en Italia. Esto destruye cualquier intento de Franco de presentarse como neutral o distinto de los totalitarismos vencidos en la guerra.
A continuación, el texto señala que el franquismo fue “implantado en gran parte merced a la ayuda de la Alemania nazi y de la Italia fascista de Mussolini.” Aquí la ONU destaca la dependencia internacional del régimen franquista durante la Guerra Civil, desmontando la idea de que la victoria franquista fuera un proceso interno o espontáneo. Subraya que Franco no llegó al poder solo por fuerza propia, sino gracias al apoyo explícito de las potencias fascistas.
El documento también critica la actitud de Franco durante la guerra mundial, diciendo que “prestó una ayuda muy considerable a las potencias enemigas.” Esto hace referencia a la ambigüedad de Franco durante el conflicto, así como a su simpatía por el Eje. A pesar de mantener oficialmente la neutralidad, España colaboró con la Alemania nazi en diversos ámbitos (como el envío de la División Azul). La ONU ve esto como una traición a los principios democráticos y aliados.
Finalmente, la Asamblea General recomienda que se prohíba a la España franquista formar parte de organismos internacionales hasta que “se forme en España un Gobierno nuevo y adecuado.” Esta condición implica que la comunidad internacional no reconoce la legitimidad del régimen de Franco. Solo una transición política —es decir, la caída del franquismo y la instauración de una democracia— permitiría el reintegro de España en la comunidad internacional.
Contexto Histórico: España 1953-1973
Político
En 1953 España firmó acuerdos con EE. UU. (Pactos de Madrid), lo que ayudó a salir del aislamiento tras la dictadura. Desde entonces, España fue aceptada poco a poco en organismos internacionales (como la ONU en 1955), aunque internamente seguía siendo una dictadura sin libertades, partidos ni elecciones libres. En 1973, Luis Carrero Blanco, sucesor designado de Franco, fue asesinado por ETA, lo que desestabilizó el régimen y mostró la oposición creciente al franquismo.
Social
La población empezó a cambiar: millones emigraron del campo a las ciudades o al extranjero (Francia, Alemania, Suiza…). Subió el nivel de vida, pero no había libertad política. Crecieron las protestas obreras, estudiantiles y de grupos nacionalistas (como el vasco o catalán), aunque eran duramente reprimidas. La sociedad empezaba a modernizarse, pero el régimen seguía reprimiendo.
Económico
En 1959, el Plan de Estabilización abrió la economía española al mundo tras años de autarquía. Esto permitió el inicio del milagro económico de los años 60. Se pusieron en marcha los Planes de Desarrollo (como el de 1964), que invirtieron en infraestructuras, atrajeron empresas, fomentaron el turismo y la industria, y ayudaron a crear empleo. España creció muy rápido y se convirtió en un país más moderno, aunque con muchas desigualdades.
Cultural
A pesar de la censura y el control ideológico, hubo cierta apertura cultural: más cine, literatura, turismo, televisión… La influencia exterior y el contacto con Europa trajeron nuevas ideas, aunque el régimen seguía controlando las lenguas, religiones y expresiones artísticas no oficiales.
Análisis de Documentos (1953-1973)
Análisis – Doc. 1: Convenio defensivo entre España y Estados Unidos publicado en el diario ABC (1953)
En primer lugar, tras la Segunda Guerra Mundial, España se encontraba internacionalmente aislada debido al carácter autoritario del régimen de Franco y a su relación con la Italia fascista y la Alemania nazi. Sin embargo, el estallido de la Guerra Fría y el miedo occidental a la expansión del comunismo facilitaron la apertura de puertas para un nuevo posicionamiento estratégico del Estado español: “Frente al peligro que amenaza al Mundo Occidental…”. Este convenio fue clave para que España fuera acercándose a las relaciones exteriores.
Además, el contexto internacional de la Guerra Fría condiciona el acercamiento entre los dos países. Los Estados Unidos, preocupados por la defensa del mundo occidental frente a la URSS, vieron en España un territorio geográficamente privilegiado para establecer bases militares. Por otra parte, Franco vio en esta oportunidad un modo de romper el aislamiento diplomático y obtener apoyo material para modernizar su ejército.
Por último, el acuerdo incluye el suministro de material bélico por parte de los EE.UU.: “Por parte de los Estados Unidos, el apoyo del esfuerzo defensivo español…”, y la cooperación con la industria militar española, lo que permitió al régimen reforzar su capacidad militar al tiempo que legitimaba su posición internacional. Así, España entraba en una dinámica de colaboración con el bloque occidental, aunque sin llegar a formar parte de la OTAN en aquel momento.
Análisis – Doc. 2: Cuadro con la relación de ingresos de España en organismos internacionales (1951-1960)
El segundo documento presenta un cuadro con las fechas de ingreso de España en distintos organismos internacionales entre 1951 y 1960, hecho que ilustra claramente la progresiva reintegración del Estado español en la comunidad internacional durante la década de los años 50.
La incorporación de España a la FAO en 1951 marca el inicio deste proceso, mostrando un interés inicial por la cooperación en cuestiones alimentarias y agrícolas. Poco después, en 1953 (el mismo año del convenio con Estados Unidos), España entra en la UNESCO, lo que supone un paso relevante hacia la normalización de sus relaciones culturales y educativas con el mundo.
La entrada en la ONU en 1955, un hito clave, simboliza ya la plena aceptación del régimen franquista en el sistema internacional, a pesar de su carácter dictatorial. Esta sucesión de ingresos sigue una línea ascendente: España se une a la OTI (Organización Internacional del Trabajo), a la OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica), a la OCDE, al FMI y al BIRF, integrándose no solo en el ámbito político, sino también en el económico y tecnológico.
Estos pasos muestran una clara estrategia del régimen franquista: buscar legitimidad internacional a través de la participación en organismos multilaterales, reforzando así su posición tanto interna como externa. En última instancia, la entrada en el GATT en 1960 representa también el inicio de una nueva etapa para España en el comercio internacional, preludio de la liberalización económica que se consolidaría en los años 60.
Análisis – Doc. 3: I Plan de Desarrollo Económico (1964)
Este documento refleja el cambio de rumbo económico del régimen franquista a partir de los años 60, cuando se abandona parcialmente la autarquía y se apuesta por el desarrollo mediante políticas planificadas y apertura al capital exterior. El I Plan de Desarrollo Económico de 1964 fue el primero de un conjunto de planes que buscaban modernizar la economía española y reducir las desigualdades regionales.
El texto señala que el plan “instrumenta una amplia e intensa acción del Estado a favor de las zonas geográficas menos desarrolladas”, lo que muestra una voluntad de corregir los desequilibrios entre territorios. Esto respondía a la fuerte desigualdad existente entre zonas industriales como Cataluña o el País Vasco, y zonas agrícolas y empobrecidas como Andalucía, Extremadura o Galicia. La intervención estatal buscaba fomentar una mayor cohesión territorial a través de la inversión pública.
La actuación del Estado se organiza “principalmente a través de una doble línea de actuaciones: la mejora agraria y las de fomento de la industrialización.” Esta frase refleja la intención de modernizar tanto el sector primario como el secundario. En el medio rural, se prioriza la transformación técnica de la agricultura y la conservación de los recursos naturales. En el sector industrial, se promueve la instalación de industrias en zonas poco desarrolladas a través de los llamados “polos de desarrollo”.
El texto concreta que se destinaron “sesenta y ocho mil millones a las obras de transformación agraria”, lo que evidencia la magnitud de la inversión estatal en este ámbito. Esta cifra muestra el papel central del Estado como motor del crecimiento económico, alejándose del aislamiento económico anterior y acercándose a modelos de economía mixta, donde el sector público planifica e impulsa el desarrollo.
También se menciona que se facilitará el asentamiento industrial “en aquellas poblaciones que, aun sin reunir las condiciones indispensables para crear en ellas polos de desarrollo o de promoción, permitan el establecimiento de industrias.” Aquí vemos que el plan intenta ser flexible y adaptarse a la realidad de ciertas zonas que, sin ser prioritarias, podrían beneficiarse también del impulso industrial. Esto amplía el alcance de la política de desarrollo y responde a una estrategia más inclusiva.
Análisis – Doc. 4: Reivindicación del atentado contra Carrero Blanco por la organización ETA (1973)
Este documento recoge la reivindicación oficial de ETA por el atentado que acabó con la vida de Luis Carrero Blanco, presidente del Gobierno español durante el franquismo, el 20 de diciembre de 1973. Este hecho marcó un punto de inflexión en la historia reciente de España, debilitando la dictadura y acelerando el proceso de transición democrática.
El texto comienza señalando que “La Organización revolucionaria-socialista vasca de liberación nacional Euskadi Ta Askatasuna (ETA) asume la responsabilidad del atentado”. Esta frase refleja claramente la autoría del ataque y permite entender la naturaleza ideológica de ETA, que se definía como un movimiento revolucionario y nacionalista vasco, contrario a la dictadura franquista y defensor de la independencia de Euskadi.
A continuación, se afirma que el atentado “ha producido la muerte del señor Luis Carrero Blanco, presidente del actual Gobierno español”. Con esta expresión, el documento sitúa el hecho en su contexto histórico y político: Carrero Blanco era el sucesor designado por Franco y símbolo de la continuidad del régimen. Su muerte supuso una grave crisis para el franquismo, dejándolo sin claro relevo y debilitando las estructuras del poder dictatorial.
Este documento es significativo porque ilustra el clima de tensión y violencia política que se vivía en la España de los últimos años del franquismo. ETA, que ya llevaba años operando en la clandestinidad, dio con este atentado un golpe de enorme impacto mediático y político, que tuvo repercusión internacional y precipitó cambios en la política interna del régimen.