El Socialismo y el Movimiento Obrero en España
El socialismo es un término que, desde principios del siglo XIX, designa las teorías y acciones de un sistema económico y político que se basa en la socialización de los sistemas de producción y el control de los sectores económicos. Este se oponía al capitalismo. En 1864 se fundó la Primera Internacional (AIT) y, en 1868, se envió a Fanelli para que la organizara. Gracias a la Constitución de 1869, apareció una prensa que propagaba las ideas internacionalistas entre las dos células formadas por Fanelli (Madrid y Barcelona). Años después, debido a que la Comuna de París (1871) aumentó la inestabilidad, la AIT fue represaliada: se prohibieron reuniones y huelgas, se cerraron periódicos y se detuvieron dirigentes. En 1871, la Internacional envió a Lafargue a reunirse con trabajadores. Al año siguiente se celebró el Congreso de Zaragoza, donde se impusieron teorías anarquistas y se expulsó a los marxistas. En 1873, la afiliación contaba con 25.000 miembros, siendo la mayoría de la industria textil catalana y del campo andaluz. En este mismo año, con la Primera República y gracias a las huelgas, se esperaban mejoras laborales, pero esto trajo incidentes que acabaron en represión gubernamental.
Este movimiento obrero se extendió por el Mediterráneo, aunque también se propagaron las ideas federalistas que el gobierno utilizó para reprimir los movimientos obreros, los cuales fueron prohibidos por el general Serrano. En 1881 se fundó la Federación de Trabajadores de la Región Española (FTRE), formada por 5 miembros catalanes que buscaban mejoras para la clase obrera mediante métodos pacíficos. Sin embargo, los andaluces querían una acción directa, por lo cual crearon una organización secreta que realizó atentados, los cuales fueron utilizados por el gobierno para reprimir el movimiento anarquista. Por esta razón, en el siglo XX el anarquismo se volvió más sindicalista y, aunque los movimientos fueron legalizados, tuvieron dificultades e implantaron la FTRE en Cataluña, Valencia, Aragón y Andalucía. Debido a las dificultades y la represión gubernamental, aparecieron dos tendencias: sindical y radical violenta. Los atentados sucedidos en la década de 1890 ilegalizaron el anarquismo. Uno de esos atentados fue contra Martínez Campos, y por el cual el gobierno asesinó a 20 personas. Después, Cánovas fue asesinado en 1897. Debido a la explotación por la clase burguesa, surge el marxismo.
En 1874, los seguidores de Marx se agruparon en la Asociación del Arte de Imprimir, de la cual Pablo Iglesias fue presidente. En este mismo año se legalizó el movimiento marxista y, en 1879, algunos tipógrafos fundaron el PSOE, que se definió como un partido luchador por el poder político. Dentro de este partido apareció el informe Vera, defendiendo la ideología marxista. En 1886 se creó El Socialista y, al año siguiente, hubo una crisis económica por la cual se creó la UGT. El 1 de mayo se celebró por primera vez en 1890, siguiendo los postulados de la Segunda Internacional. Después de esto, surgieron alianzas con los partidos republicanos, creando la Conjunción Republicano-Socialista, de la cual Pablo Iglesias fue diputado.
El Movimiento Obrero en el País Vasco
En cuanto al movimiento obrero en el País Vasco, debido a la industrialización, llegaron los inmigrantes, lo que supuso un cambio en las estructuras socioeconómicas. En 1886, Perezaguas creó la Asociación Socialista de Bilbao. En esta época surgió un aumento de la conflictividad en las zonas mineras y, por ello, en 1890 hubo una huelga general de los mineros en la que pidieron lo siguiente:
- Readmitir a 5 trabajadores.
- Jornada laboral de 10 horas.
- Desaparición de la obligación de residir en barracones.
Para esto, pedían que les abonaran los salarios en dinero. Sagasta declaró el estado de guerra y España envió al general Loma a negociar con los trabajadores. Con la huelga solo consiguieron que los empresarios respetaran el acuerdo de las 10 horas. Este resultado reforzó al socialismo. En 1891, Manuel Ortega fue el primer concejal del PSOE en Bilbao. En 1910 hubo una exitosa huelga minera dirigida por Perezaguas, en la que el general Aguilar negoció la jornada laboral de 9 horas, que se mantuvo hasta 1919, año en el que se redujo a 8 horas (Huelga de La Canadiense). En 1911, Perezaguas fue apartado de su cargo, que recayó en Prieto. Este último llegó a un acuerdo con los republicanos en 1915 y fue elegido diputado. En 1917 se produjo la Revolución Soviética y los sindicatos tuvieron un gran auge. En 1921 se produjo la ruptura entre el PSOE y el PCE a raíz del Congreso de Moscú, que fue la Tercera Internacional. En 1923, con la dictadura de Primo de Rivera, se ilegalizaron los sindicatos anarquistas y la UGT colaboró con la dictadura.
El Nacionalismo en España
El nacionalismo es un sentimiento fervoroso de pertenencia a una nación y de identificación con su realidad y con su historia, así como la ideología de un pueblo que, afirmando su naturaleza de nación, aspira a constituirse como Estado.
Las principales causas de la aparición del nacionalismo en España fueron que, después de la Tercera Guerra Carlista, la Ley de Abolición de Fueros de 1876 generó dos posturas diferentes: la burguesía, que se aprovechó de las ventajas que supusieron los conciertos económicos, y los defensores a ultranza de los fueros, que deseaban una vuelta a la situación anterior. En la etapa de la Restauración, se produjo la industrialización del País Vasco. A partir de 1875, Cataluña y el País Vasco apoyaron a los carlistas y, al año siguiente, se suprimieron los fueros. La industrialización en el País Vasco supuso la aparición de problemas sociales de los cuales surgió un nacionalismo antiliberal y antiespañol. En 1895 se fundó el Partido Nacionalista Vasco (PNV) y su ideología era la misma que la de Arana. El Domingo de Resurrección de 1882, Sabino y Luis discutieron sobre el carlismo y su base españolista, y Sabino juró aprender euskera y estudiar la historia de Vizcaya. En 1893, Arana pronunció el Juramento de Larrazábal, en el que defendía la independencia de Vizcaya. En este mismo año apareció la revista Bizkaitarra, que pretendía despertar la conciencia nacional. Al año siguiente, en 1894, fue la fundación del Euskeldun Batzokija.
En 1895, Sabino Arana fundó el PNV de ideología abertzale y, en 1903, este murió. Tras su muerte, el partido fue controlado por De la Sota. En 1904 aparecieron los batzokis con la creación de las Juventudes Vascas y, en 1916, se creó la Comunión Nacionalista Vasca.
El Sistema Político de la Restauración (1875-1923)
El 3 de enero de 1874, Castelar reabrió las Cortes y, tras su derrota, el general Pavía entró en el Congreso. El 1 de diciembre, Alfonso XII publicó el Manifiesto de Sandhurst, redactado por Cánovas del Castillo. En el texto se mencionaba una división entre los españoles por la opresión, las incertidumbres y las perturbaciones, y se proponía la monarquía constitucional como solución. La Restauración supuso la restauración de la dinastía borbónica y la reposición del Estado liberal con los cambios necesarios para no repetir los errores del reinado de Isabel II. La primera medida que Cánovas del Castillo implementó fue acabar las guerras en 1874. El 29 de diciembre de este mismo año, Martínez Campos dio un golpe de Estado en Sagunto a favor del rey, lo cual contó con el apoyo del ejército que obligó a Serrano a dimitir, siendo sustituido por el gobierno de regencia de Cánovas. El 19 de enero de 1875, cuando regresó Alfonso XII, hubo una convocatoria de Cortes Constituyentes. Cánovas consiguió la victoria y promulgó la Constitución de 1876, la cual fue la base de la Restauración borbónica y estuvo en vigor hasta que, en 1923, Primo de Rivera la suspendió.
Características del Sistema Canovista
En el sistema canovista existían dos instituciones previas a cualquier discusión: las Cortes y la Corona. Además, existían dos partidos que aceptaban la Constitución y se daba una alternancia política entre ambos, pero para lograrlo era necesario el control electoral. Estos eran el Partido Conservador, dirigido por Cánovas, y el Partido Liberal, dirigido por Sagasta. Tras la muerte de Alfonso XII en 1885, Cánovas y Sagasta firmaron con la reina regente, María Cristina, el Pacto del Pardo, por el que se comprometían a alternarse de forma pacífica para evitar un golpe de Estado del ejército. Por otro lado, se buscaba la unidad de la patria; para ello, se intentó solucionar la cuestión cubana, uniformizar el Estado eliminando los fueros vascos, impulsar un centralismo administrativo y una conciencia nacional unitaria. El control de la opinión pública garantizaba la estabilidad del sistema y el desarrollo económico. Para asegurar la alternancia política se impuso un sistema electoral fraudulento. En 1890, Sagasta introdujo el sufragio universal. El caciquismo es un hecho sociopolítico donde la élite local utilizaba su influencia para favorecer al candidato y ejercer coerción sobre el grupo social que controlaba. Eran los únicos intermediarios posibles entre el poder central y el pueblo, lo que les garantizaba la fidelidad del lugar en el que residían y creaba una fuerte relación de dependencia; a esto se le llama clientelismo. Los partidos políticos lo necesitaban para poder mantenerse en el sistema electoral y garantizarse el control sobre la ciudadanía.
La Crisis de 1898 y sus Consecuencias
La Guerra de Independencia de Cuba y la posterior con EE. UU. fueron el detonante de la Crisis de 1898. Trajo una crisis económica, social y política. España perdió las últimas colonias que le quedaban y apareció un sentimiento de frustración; España fue consciente de su irrelevancia internacional. La derrota de España frente a EE. UU. se debió a muchas razones, entre ellas la guerra colonial y el atraso económico. Entre 1868 y 1878 se produjo la Guerra de los Diez Años de Cuba, un movimiento encabezado por criollos. En 1878, Martínez Campos firmó la Paz de Zanjón, en la que España se comprometía a conceder una autonomía política a la isla y a revisar la esclavitud, pero no cumplió ninguno de los dos acuerdos. En 1892, José Martí fundó el Partido Revolucionario Cubano, que reclamaba la independencia. Al año siguiente, en 1893, Antonio Maura presentó una ley para conceder una autonomía a los cubanos que fue rechazada por las Cortes españolas.
En 1895, José Martí lanzó el Grito de Baire, que dio comienzo a la Guerra de Independencia Cubana. Para intentar frenar el movimiento revolucionario, España consiguió matar a Martí en una emboscada. Cánovas envió a Weyler, quien utilizó una táctica represiva dividiendo la isla por sectores y concentrando a la población civil en campos para poder atacar a los revolucionarios. En 1897, tras el asesinato de Cánovas, Sagasta accedió al poder y McKinley venció en las elecciones de EE. UU.
La guerra contra EE. UU. tuvo lugar en Filipinas y en el mar de las Antillas. La rebelión comenzó por las protestas de algunos indígenas debido al control que ejercían las órdenes religiosas. En 1892, José Rizal fundó la Liga Filipina, que buscaba la expulsión de los españoles y la confiscación de los latifundios. En 1896 se produjo una insurrección en la provincia de Manila, ante la que España envió al general Polavieja, quien controló la situación y fusiló a Rizal, que fue sustituido por Aguinaldo. Fernando Primo de Rivera derrotó a los independentistas y Aguinaldo fue expulsado a Hong Kong en 1897 con el Pacto de Biak-na-Bato. EE. UU. envió a Dewey, quien derrotó a la escuadra española en la Batalla de Cavite. El intento de enviar refuerzos fue frenado por Gran Bretaña.
La Guerra de las Antillas comenzó con el envío por parte de España de tres acorazados a las órdenes del almirante Cervera; este realizó una estrategia de división. El regreso de la flota de EE. UU. impidió la salida de los buques españoles. La derrota era inevitable. Los norteamericanos se adueñaron de la isla y desembarcaron en Puerto Rico. El Tratado de París, firmado en 1898, determinó la renuncia de España sobre Cuba, a la que concedió la independencia, pero mantuvo las Islas Marianas, las Carolinas y Palaos. Por su parte, EE. UU. se quedó con Puerto Rico, Filipinas, Mindanao, Joló y Guam. En 1899, en el Tratado Hispano-Alemán, España vendió aquellas islas. En 1900, en el Tratado Hispano-Norteamericano, vendió a EE. UU. las islas Sibutú y Cagayán.
El Regeneracionismo
Surgió el Regeneracionismo, un movimiento intelectual que buscaba las causas del declive de España; el pensador más importante fue Joaquín Costa. Tras la derrota contra EE. UU., el sistema político fracasó. Antonio Maura defendía la participación de las masas neutras en la política y Canalejas, la eliminación del control que la Iglesia y la oligarquía ejercían sobre la sociedad. Joaquín Costa opinaba que la regeneración del sistema se fundamentaba en desarrollar una economía que combatiera la miseria, la eliminación del caciquismo y el saneamiento del sistema electoral.
El Reinado de Alfonso XIII y la Crisis del Turnismo
En el reinado de Alfonso XIII hubo una permanente crisis política. Como resultado de esta crisis, se produjo un crecimiento de los movimientos obreros y la aparición de los movimientos nacionalistas. En 1899 se establecieron impuestos directos para solventar los gastos de la derrota con EE. UU. Además, en 1901 se agruparon y formaron la Liga Regionalista, encabezada por Cambó. En 1902, Alfonso XIII juró la Constitución de 1876. Entre 1902 y 1907 se dieron las crisis orientales provocadas por la participación del rey. En 1897 murió Cánovas; entonces, Silvela intentó crear un gobierno de concentración. Finalmente, Antonio Maura consiguió la jefatura del partido y, en 1909, el rey le obligó a dimitir.
Dentro del Partido Liberal, en 1898, Sagasta asumió el poder tras la muerte de Cánovas. En 1903 murió Sagasta y el partido se dividió en los que apoyaban a Montero Ríos y los que apoyaban a Segismundo Moret. En 1905, el rey provocó una crisis de gobierno y colocó a un liberal en la jefatura; entre 1905 y 1907 siguió el turno liberal encabezado por Montero Ríos. En 1905, la Liga ganó las elecciones catalanas y, en 1906, se aprobó la Ley de Jurisdicciones. La aprobación de esta ley unificó todas las tendencias catalanas. En 1906, el anarquista Mateo Morral realizó un atentado contra Alfonso XIII el día de su boda.
En 1907, los anarquistas querían Solidaridad Obrera para oponerse a la Solidaridad Catalana. Al mismo tiempo apareció el Partido Republicano Radical. Maura apoyaba al clero y era contrario a la Ley de Mancomunidades, lo que suponía un enfrentamiento con el presidente del territorio catalán. El problema de Marruecos se enmarca dentro del contexto internacional del imperialismo. En 1904, un acuerdo franco-español concedió a España el control del Rif. En 1906, la Conferencia de Algeciras acordó ceder a España el protectorado sobre Marruecos. La Solidaridad Obrera convocó una huelga general después de los altercados. En febrero de 1910 comenzó el gobierno de José Canalejas. Los anarquistas se reorganizaron y apareció la CNT. En 1911 se afrontó el problema marroquí y en 1912 se promulgó la Ley de Mancomunidades. En 1912, Pardiñas lo mató en la Puerta del Sol. Durante el periodo de 1912-1917, los partidos no controlaban todas las tendencias internas; el gobierno estaba controlado por los dos partidos del turno. El primero fue el Partido Liberal, dirigido por Romanones. La Ley de Mancomunidades provocó una división interna en el partido y obligó a dimitir a Romanones. El Partido Conservador eligió como líder a Dato.
España y la Primera Guerra Mundial
En agosto de 1914, tras estallar la Primera Guerra Mundial, Dato publicó un decreto de neutralidad y de no intervención con el que España se declaró neutral en el conflicto. Las causas de la neutralidad de España fueron su debilidad diplomática y, como consecuencia, hubo un enfrentamiento ideológico en España entre izquierdas y derechas. Se produjeron cambios económicos que provocaron un aumento de la desigualdad social, y la clase política fue incapaz de hacer frente a los desafíos de la guerra y al incremento de la actividad sindical. Los gobiernos liberales no tuvieron la capacidad para aunar todas las voluntades y fueron incapaces de aprovechar los beneficios que se obtenían en el exterior. En 1917 se dio un desabastecimiento de los mercados y, en febrero, Romanones cerró las Cortes para evitar un debate sobre Marruecos. Se produjeron tres crisis consecutivas: las Juntas de Defensa, la Asamblea de Parlamentarios y la Huelga General.
Las Juntas de Defensa
Las Juntas de Defensa fueron creadas por los militares peninsulares, quienes eran contrarios al sistema de ascensos que beneficiaba a los africanistas. Se produjo una protesta generalizada del ejército que firmó el Manifiesto de las Juntas el 1 de junio de 1917. El 8 de junio, el gobierno de Dato permitió una subida salarial y la creación de la Junta de Clasificación para controlar los ascensos en una ley del ejército que se publicaría en 1918. En febrero de 1917, Romanones cerró las Cortes para evitar un debate sobre Marruecos y, en junio, fue nombrado presidente del gobierno. El 1 de julio, Cambó convocó una reunión en la que surgió la convocatoria de una Asamblea Nacional de Parlamentarios para el día 19. Las manifestaciones populares eran cada vez más radicales y la burguesía tenía miedo a una revolución social, asustada por la crisis económica. Se propuso una huelga general con los objetivos de unir los partidos republicanos, forzar la salida del rey y formar un gobierno provisional. En marzo de 1917, los sindicatos y los partidos sociales organizaron una huelga general indefinida que obligó al gobierno a cambiar su política. La huelga general se generalizó el 13 de agosto. En 1918 comenzó la crisis económica y la Guerra Mundial terminó. En junio de este mismo año, el Congreso Anarcosindicalista de Sants negó la vía política y definió la huelga y la acción directa. En 1919 comenzó la Huelga de La Canadiense y el gobierno concedió la jornada de ocho horas y mejoras salariales. El recrudecimiento de la posición obrera conllevó la aparición de los Sindicatos Libres.
El Desastre de Annual y el Golpe de Primo de Rivera
Martínez Anido aplicó la Ley de Fugas. En 1921 hubo el asesinato de Dato y en 1923 el asesinato de Salvador Seguí. En 1902, Francia intervino activamente en la zona y obligó a España a intervenir para garantizar las fronteras, pero los objetivos solo se fueron cumpliendo en 1920 y 1921. Dámaso Berenguer ocupó la zona occidental y Fernando Silvestre ocupó la zona oriental. Abd-el-Krim atacó Alhucemas y ocupó Annual. En 1921, Fernández Silvestre se lanzó a un ataque contra Abd-el-Krim.
El 13 de septiembre de 1923, Miguel Primo de Rivera dio un golpe de Estado. El gobierno fue incapaz de reaccionar y Alfonso XIII no apoyó explícitamente al gobierno, lo que provocó su caída. Los motivos de este golpe fueron la derrota de Annual, con el consiguiente desprestigio militar y de las Juntas de Defensa; el crecimiento de los movimientos nacionalistas en Cataluña y Euskal Herria; la aparición en 1921 de un Partido Comunista disgregado del PSOE, relacionado con la Tercera Internacional y defensor del leninismo; el sindicalismo radical de la CNT; y la aparición en Europa de los movimientos fascistas. Por otro lado, Primo de Rivera viajó a Madrid para solicitar al gobierno plenos poderes para terminar con el terrorismo en Barcelona, pero no consiguió el apoyo del gobierno.
La Industrialización en el País Vasco
La economía en la Restauración era un punto difícil de tratar debido a que seguía el estilo canovista, que beneficiaba a la oligarquía española, la cual seguía haciendo que España fuese un país agrícola, con una sociedad rural y una economía de autoconsumo que intentaba una política de inversiones exteriores, lo que seguía favoreciendo el enriquecimiento de los burgueses. En el sector primario español, los sectores que más producían se dedicaban a la exportación para obtener beneficios, pero en cuanto a estructura social, seguía siendo un sector controlado por una oligarquía burguesa, con algunos pequeños propietarios y lleno de proletarios jornaleros que debían trabajar tierras ajenas, con mano de obra barata, abundante y poco especializada. En cuanto al sector secundario, al que España se unió con retraso debido a la escasez de productos y fuentes de energía, una falta de espíritu empresarial, un capital escaso, un atraso tecnológico, la desventaja de que España era ahora una segunda potencia con falta de colonias y con una política económica inadecuada.
Características y Localización Industrial
Como características principales en la estructura industrial, tenemos el dominio de los sectores textil y siderúrgico, un déficit en cuanto a maquinaria, una investigación inexistente, una dependencia del capital extranjero, un minifundio empresarial y una población activa en el sector secundario del 16%. La localización industrial más exitosa se encontraba en Andalucía, gracias al aprovechamiento de minerales y los altos hornos de Málaga (los cuales se encontraban en decadencia), en Asturias y País Vasco por ser emisores de materias primas o fuentes de energía, la industria algodonera catalana y algún foco industrial disperso como Madrid. La industria catalana en la década de 1860 contaba con el 90% de la oferta y era el 25% de la producción industrial del país, presentando carencias como la falta de materias primas, energía, maquinaria y tecnología, que salieron a flote gracias a la ayuda económica de la burguesía catalana, lo que permitió que se triplicase la producción durante la Restauración. Sin embargo, sufrió una crisis en la década de 1880 que hizo que se diversificaran las inversiones (sector papelero, químico, eléctrico). Se crearon bases suficientes para afrontar una Segunda Revolución Industrial y con ello se desarrolló la urbanización de Barcelona.
Con ello, apareció el concepto de dos velocidades de desarrollo, como la catalana y la vasca, haciendo que la cornisa cantábrica y la costa mediterránea se desarrollaran como dos regiones punteras, con el subdesarrollo de Madrid como centro administrativo. La industrialización en el País Vasco fue un fenómeno de importancia relevante para la economía, la demografía, la política y la cultura. Transformó un país rural en un país moderno y liberal, lo que dio paso a la aparición del nacionalismo y el socialismo. En Vizcaya sucedió en el siglo XIX, en Guipúzcoa en la década de 1920 y en Álava y Navarra en la década de 1960.
Desarrollo Industrial en Vizcaya
En el siglo XIX, en Vizcaya, hubo una concentración geográfica en torno a la ría del Nervión y otra económica en torno a un reducido grupo burgués debido a la explotación de las minas y la formación de una nueva burguesía. Se dotó a Vizcaya de infraestructuras: comunicaciones y el puerto de Bilbao. En 1841, la mayoría de las empresas que habían aparecido quebraron por el traslado de las aduanas a las costas. En ese mismo año apareció el alto horno de Santa Ana de Bolueta, que fue el primero del País Vasco; la técnica fue importada de Francia. El grupo Ibarra, en 1846, compró la fábrica de Guriezo; en 1855 la trasladaron al margen izquierdo del Nervión, construyendo el primer alto horno de carbón de coque.
En 1854, los hermanos Ibarra construyeron la Fábrica de Hierro de Nuestra Señora del Carmen; al mismo tiempo, construyeron infraestructuras. En 1855 se introdujo en Gran Bretaña el convertidor de Bessemer, que necesitaba hierro no fosfórico. Para financiar los proyectos industriales, en 1858 se creó el Banco de Bilbao. Se produjo una concentración de la propiedad relacionada con la Desamortización de Madoz. Las líneas de ferrocarril que unían las minas y el puerto estaban en manos de empresas extranjeras que tenían la capacidad técnica suficiente. Entre 1841 y 1865 se materializaron las vías férreas entre Bilbao y Tudela, proyecto en el que participó toda la burguesía vasca. Todo el hierro que se obtenía en las minas se exportaba a Gran Bretaña. Se crearon bancos y empresas financieras que dieron un espaldarazo definitivo a la industrialización y al desarrollo capitalista. Entre 1876 y 1891, la industria vizcaína creció. La margen izquierda del Nervión se transformó con la aparición de altos hornos y de empresas auxiliares. Pero estas empresas comenzaron a tener problemas en la extracción del material. Para poder competir, en 1882 intentaron diversificar la producción buscando capitales en el extranjero. Desde 1878 se instaló el primer horno Siemens.
En 1887, San Francisco y Vizcaya se interesaron por el mercado español, pero se necesitaba una legislación proteccionista. En 1891 se publicaron leyes arancelarias; para superar la crisis, en 1896, se impuso un arancel a los productos extranjeros para garantizar un mercado a la industria vasca. La crisis fue superada en 1914 por la imposibilidad de los países en guerra de competir en el mercado. En 1888 se construyeron tres acorazados y tres cruceros para el ejército español. En 1891 comenzó la diversificación industrial para abastecer al mercado. Sota y Aznar controlaban las minas, tenían embarcadero propio, compraban sus embarcaciones en el extranjero y mantenían beneficios constantes porque dependían del mercado inglés. En ese mismo año apareció el Banco de Comercio y la Bolsa de Bilbao; se construyeron ferrocarriles industriales y se creó el puerto de Bilbao, y aparecieron industrias dedicadas a generar electricidad. El desarrollo económico vizcaíno mantenía las características del siglo XIX, marcado por el desarrollo inglés. Entre 1898 y 1901, Inglaterra estuvo en una guerra colonial. En 1899 se incorporaron nuevos sectores a la economía y con ello la burguesía vasca empezó a invertir en otros lugares del territorio.
Por otro lado, España repatrió los capitales cubanos tras la Paz de París y Vizcaya se transformó en el lugar de Europa que recibió mayor número de inversiones. En 1901 se produjo una crisis financiera relacionada con la especulación bursátil y una crisis de superproducción por la reincorporación al mercado de Gran Bretaña tras sus conflictos coloniales. Para salir de esta crisis se creó un trust llamado AHV que controlaría de forma monopolística el espacio español. En 1914 estalló la Primera Guerra Mundial (1GM), que duró hasta 1918, y donde se crearon empresas dedicadas a la maquinaria-herramienta y la siderurgia. El final de la guerra supuso un ajuste. El programa de desarrollo rural favoreció las obras públicas y las industrias básicas como la metalurgia obtuvieron beneficios.
La Industrialización en Guipúzcoa
La industrialización en Guipúzcoa fue posterior a la de Vizcaya. Aprovechó sus condiciones naturales para la creación de una industria moderna, con inversiones en el sector energético; sus bosques eran abundantes y, además, su situación geográfica era muy adecuada en la frontera con Francia. La industrialización se hizo de una manera más equilibrada; se desarrollaron todas las comarcas y se instalaron industrias de distintos sectores que permitieron sortear la crisis de mejor manera que en Vizcaya.
Actores Sociales y Consecuencias de la Industrialización
El hierro vasco reunía las condiciones necesarias para el convertidor de Bessemer; los propietarios de las minas controlaban el sistema político, que era usado para explotar las minas y favorecer la industrialización del territorio. Se crearon empresas dedicadas al transporte y a la siderurgia, aprovechando los problemas que tenía Gran Bretaña. En 1901 se produjo la descapitalización de algunas empresas y la necesidad de crear un trust para eliminar los costes y la competencia. Su ideología era favorable al canovismo.
Después nos encontramos a la pequeña y mediana burguesía, la cual quedó marginada después de la Tercera Guerra Carlista; solían controlar las propiedades rurales y las ferrerías, pero los problemas llegaron cuando la alta burguesía tomó el control de las minas. Tiempo después se dedicaron al transporte y, posteriormente, a los astilleros durante la Primera Guerra Mundial. En 1903 murió Sabino Arana y, en 1906, De la Sota controló el PNV y consiguió la alcaldía en Bilbao. Después tenemos al clero, que estaba en contra del socialismo y el anarquismo; dejaron de ser un grupo hegemónico y su función fue la construcción de centros de educación en los barrios burgueses, pero mantuvieron su religión carlista en las zonas rurales.
Y por último, estaban las clases urbanas, donde el proceso de urbanización hizo que Bilbao se transformara en una ciudad moderna con áreas metropolitanas, donde se desarrollaron infraestructuras y un urbanismo moderado. Aparecieron los barrios. A partir de 1876, la tasa de emigración se elevó, lo que causó la falta de mano de obra. En 1900, 2.000 personas trabajaban en hornos y 12.000 en las minas; se trabajaba 250 días al año, el salario medio era de 3 pesetas, y los trabajadores tenían que vivir obligatoriamente en zonas creadas por las empresas. Había poca higiene, pocas medidas de seguridad en el trabajo y la comida era cara y de baja calidad. Mantenían la forma de vida del Antiguo Régimen, sobre todo el sistema de herencia. El mundo rural perdió importancia tras la desaparición de las Juntas Generales. La Tercera Guerra Carlista y la industrialización fueron los detonantes de ese declive; la mayoría de los agricultores eran propietarios, trabajaban las tierras y vivían en el propio caserío, tenían la ideología del carlismo, y solo en la zona sur se extendieron ideologías anarquistas y socialistas entre los trabajadores de la tierra.
Impacto Demográfico y Medioambiental
Con la industrialización, el crecimiento urbano se concentró en los barrios burgueses del Ensanche y los barrios obreros, pero luego se fueron pasando a ciudades jardín, donde se instalaron electricidad, agua corriente, alcantarillado e iluminación nocturna. En las casas de los obreros, no tenían servicios básicos y por eso se transmitían enfermedades con gran facilidad. Las consecuencias demográficas fueron el aumento de la población. A finales del siglo XIX y principios del XX, había una gran tasa de mortalidad, y las muertes estaban relacionadas con enfermedades contagiosas como viruela, sarampión y otras enfermedades. La alimentación de los trabajadores era escasa y por eso la esperanza de vida era baja.
Las consecuencias medioambientales, debidas a los residuos urbanos que se arrojaban en las aguas, incluían malos olores, propagación de enfermedades y la transformación de los paisajes por las infraestructuras mineras. Por otra parte, apareció el tiempo libre: se abrieron teatros, cines, el deporte se profesionalizó y se popularizó el fútbol. Políticamente, aparecieron movimientos obreros con ideologías de base socialista, pero en el primer cuarto del siglo XX también el comunismo. La burguesía impulsó la ideología de Abertzale (nacionalista), y la aparición del PNV se relaciona con la desaparición de los fueros.