Conceptos Fundamentales de la Justicia
La Justicia en la Filosofía Clásica
La Justicia como Orden y Armonía (Platón)
Para Platón, la justicia es el equilibrio y la armonía tanto en el alma individual como en la sociedad. En el individuo, el alma tiene tres partes: razón, ánimo y apetito. La justicia se alcanza cuando cada parte cumple su función y la razón gobierna sobre las demás. En la sociedad, hay tres clases: gobernantes, guardianes y productores. La justicia se logra cuando cada clase desempeña su rol adecuado, manteniendo el orden y la armonía en el Estado ideal.
La Justicia como Equilibrio y Equidad (Aristóteles)
La justicia, para Aristóteles, es la virtud social por excelencia, puesto que consiste en hacer lo que conviene a los otros, encontrando un equilibrio que evita la injusticia de dar a alguien menos o más de lo que le corresponde. Toda virtud consiste en elegir siempre un término medio entre dos extremos: uno por defecto y otro por exceso.
Perspectivas Históricas y Modernas de la Justicia
La Justicia Humana y la Justicia Divina (Pensamiento Cristiano)
El pensamiento cristiano distingue entre la justicia terrenal, propia de los seres humanos, y la justicia divina, que emana directamente de Dios.
La Justicia como Utilidad Pública (Edad Moderna)
En la Edad Moderna, la justicia deja de entenderse como una virtud personal y pasa a vincularse con la organización política. Se rechaza su origen divino y se plantea que nace de un pacto entre individuos libres que deciden vivir en comunidad. A partir de este pacto, se reconocen derechos iguales para todos, basados en la naturaleza humana. Se considera injusto todo aquello que viole esos derechos. Así, será justa toda acción, norma o institución que genere el mayor placer y el menor sufrimiento posible para el mayor número de personas (principio utilitarista).
La Justicia como Igualdad (Corrientes Socialistas)
Las diferentes corrientes socialistas surgidas en el siglo XIX coincidieron en que la injusticia social tiene su origen en los privilegios de los que gozan unos en detrimento de otros.
La Justicia como Imparcialidad (John Rawls)
John Rawls critica el utilitarismo porque puede beneficiar a la mayoría a costa de perjudicar gravemente a unos pocos. Él defiende que una sociedad justa solo puede lograrse si se garantiza la imparcialidad. Para ello, propone imaginar que elaboramos normas sin saber qué lugar ocuparemos en la sociedad, es decir, ocultando información sobre género, clase o capacidades. A esto lo llama “velo de la ignorancia“, y busca asegurar que las decisiones sean justas para todos. De este planteamiento surgen dos principios: el de la libertad, que garantiza derechos básicos iguales para todos, y el de la diferencia, que acepta desigualdades solo si benefician a los más desfavorecidos.