Evolución de la Literatura Española de Posguerra: Poesía y Narrativa (1939-1975)

La Literatura Española de Posguerra: Poesía y Narrativa (1939-1975)

En 1936 estalló una sublevación militar que desencadenó una Guerra Civil y dividió al país. En concreto, la poesía fue la manifestación literaria más afectada por la censura característica de la posterior dictadura.

La Poesía de Posguerra: Corrientes y Evolución

Poesía hasta los años 50: Arraigada y Desarraigada

La Generación del 36, en la que destaca Miguel Hernández, buscaba la vuelta a los clásicos y la rehumanización de la poesía contra el arte puro vanguardista. Sus maestros fueron autores del 27 como Antonio Machado y Unamuno.

Por su parte, los poetas afines a la dictadura idealizaban los valores del régimen en lo que Dámaso Alonso denominó como poesía arraigada. Estos se reunían en torno a una revista llamada Garcilaso, que recuperaba la poesía tradicional y el soneto. En este grupo encontramos autores como Luis Rosales y Leopoldo Panero con La estancia vacía.

La reacción a esta poesía surgió de la llamada poesía desarraigada, cuyos autores se reunieron en torno a la revista Espadaña tras la publicación de Hijos de la ira de Dámaso Alonso. Estos escritores representaban la realidad con toda su crudeza, preguntándose por qué Dios parecía haber abandonado al hombre. Esta idea influyó notablemente en la poesía social de los 50, usada como instrumento de denuncia por Blas de Otero y Gabriel Celaya.

Otras corrientes menores fueron el postismo, que sentó la base de la poesía de los 60 con autores surrealistas como Chicharro; y el grupo Cántico, poetas religiosos influenciados por Cernuda y que optaron por el barroquismo en sus poemas.

Poesía desde los años 50: Renovación y Experimentación

En 1962 se publicó una antología en la que los «niños de la guerra», como Ángel González, pretendían romper con la poesía anterior. Esta Generación del 50 se preocupó más por la forma, utilizando la metáfora y el verso libre como vía de indagación moral.

Sin embargo, no tardó en generalizarse el descontento con la poesía social, especialmente por su pobreza estética. En los 70, Castellet reunió en la antología Nueve novísimos poetas españoles a poetas como Colinas, cuyo objetivo era la experimentación. En busca de la vanguardia poética, incorporaron elementos de la cultura popular y del surrealismo.

De este modo, e impulsadas por el fin de la dictadura, surgieron multitud de revistas y tendencias. Estas corrientes de finales del siglo XX confluyen en la actualidad de diferentes maneras, aunque los autores comparten rasgos como el tono intimista y narrativo, o la visión del mundo de manera distante e irónica. Autores como Antonio Lucas o María Eloy-García son el resultado de influencias heterogéneas de décadas de literatura.

La Narrativa Española de Posguerra: Del Tremendismo a la Renovación

Novela Existencial y Tremendismo: La Generación de Posguerra (Años 40)

Tras el exilio de los escritores durante la guerra, es posible hablar incluso de una «desertización cultural», donde predominó una literatura evasiva al servicio de los vencedores. Sin embargo, con el tiempo aparecieron obras alternativas clave, como La familia de Pascual Duarte de Camilo José Cela en el género narrativo. De hecho, es posible observar una progresión literaria por décadas, conforme la censura franquista se hizo más permisiva.

En los años 40 predominó un tipo de literatura que se centró en los conflictos y angustias individuales. Llegó incluso a convertirse en un realismo centrado en los aspectos más desagradables de la realidad, lo que se conoció como tremendismo. Quienes mejor plasmaron esta realidad cotidiana tras la guerra fueron Camilo José Cela y Carmen Laforet, de quien destaca su novela Nada. No obstante, la mayoría de escritores de la generación se desarrollaron de forma más notoria en las décadas posteriores, siendo dignos de mención Miguel Delibes y Gonzalo Torrente Ballester.

Novela Social: La Generación de Medio Siglo (Años 50)

En la década de los 50, los llamados «niños de la guerra» mostraron su preocupación por difundir la injusticia y la realidad española mediante el objetivismo y la sencillez. Pese a todo, las obras más relevantes provinieron de escritores de la anterior generación. Ejemplos de ello son El camino de Miguel Delibes y La colmena de Camilo José Cela.

Renovación Narrativa: La Generación de los 60

El cansancio del realismo imperante comenzó a manifestarse por fin en los años 60, y con ello la necesidad de una renovación formal y enfoques más complejos. Los aspectos más importantes que cambiaron fueron la alternancia de múltiples puntos de vista y la omnisciencia subjetiva del narrador, así como el desorden cronológico y estructural y el contrapunto de varias anécdotas.

Del mismo modo, en busca de la vanguardia lingüística, se mezclaron elementos como variedades discursivas y personas gramaticales. Autores que destacaron netamente fueron Juan Goytisolo con Señas de identidad o Luis Martín-Santos con Tiempo de silencio. De nuevo, su prestigio quedó ensombrecido por novelistas anteriores, como Miguel Delibes con Cinco horas con Mario y Camilo José Cela con San Camilo, 1936.