1. Ser Racional: La Distinción Humana
El ser humano se diferencia del resto de los animales porque posee la capacidad de razonar. Mientras que los animales actúan movidos por el instinto y responden automáticamente a las situaciones, el ser humano se hace preguntas, duda y busca explicaciones. Esta capacidad racional nos obliga a intentar comprender el mundo que nos rodea, preguntándonos por qué suceden las cosas y qué significan.
A diferencia del instinto animal, que produce soluciones prácticas inmediatas, el pensamiento humano tiene un carácter teórico: necesitamos construir ideas, hipótesis y teorías que den sentido a los fenómenos. Por eso, desde los primeros tiempos, el ser humano ha sentido la necesidad de comprender la realidad, incluso aunque no supiera todavía cómo hacerlo. Esta inclinación natural a la explicación es el origen de todo conocimiento humano.
2. Los Mitos: Autoridad, Trascendencia y Arbitrariedad
En un primer momento, la humanidad no contaba con herramientas racionales suficientes para explicar la naturaleza. Como había miedo, desconocimiento e incertidumbre, surgieron los mitos. Los mitos son narraciones fantásticas protagonizadas por dioses o seres sobrenaturales que intentan explicar aquello que los seres humanos no entendían.
Estos relatos se aceptaban como verdaderos no porque se demostraran, sino porque los transmitían sacerdotes, chamanes o personas de autoridad dentro del grupo. Por eso decimos que seguían el principio de autoridad.
Además, sus explicaciones eran:
- Trascendentes: situaban la causa del mundo en un plano superior y misterioso, más allá de lo humano.
- Arbitrarias: ya que dependían del capricho de los dioses; los fenómenos no seguían leyes constantes, sino la voluntad divina.
Todo esto hacía que los mitos tranquilizaran, pero no permitieran comprender realmente el mundo.
3. El Sentimiento ante los Mitos: De la Inseguridad a la Protección
Antes de los mitos, las personas vivían en una sensación constante de inseguridad y miedo. Cualquier fenómeno natural —una tormenta, una sequía, una muerte inesperada— era interpretado como algo caótico, incomprensible y amenazante. Esta falta de comprensión generaba angustia, porque lo desconocido siempre despierta temor.
Con la aparición de los mitos, ese miedo empezó a reducirse, ya que los seres humanos sintieron que los dioses, aunque caprichosos, podían actuar a su favor si les ofrecían sacrificios, rezos u ofrendas. De esta forma, la inseguridad inicial se transformó en una sensación de protección. Los mitos daban la impresión de que no estábamos solos, de que había fuerzas superiores que velaban por nosotros. Aunque la explicación no fuese racional, proporcionaba estabilidad emocional y cohesionaba a la sociedad alrededor de creencias compartidas.
4. Del Caos al Orden Narrativo
El mundo, antes de los mitos, parecía caótico porque no se entendía. La lluvia, las estaciones, las enfermedades o los desastres naturales sucedían sin explicación, como si fueran hechos aleatorios. Esto hacía que la realidad pareciera un desorden total.
Los mitos introdujeron un primer tipo de orden: no era un orden científico, pero sí narrativo. Cada fenómeno tenía una causa atribuida a un dios, lo que proporcionaba una cierta estructura. Por ejemplo, las estaciones se explicaban por el estado de ánimo de la diosa Deméter, y un terremoto se justificaba como un golpe de Poseidón. Aunque estas explicaciones no eran verdaderas en sentido racional, permitieron que las personas pasaran de ver el mundo como un caos absoluto a verlo como un cosmos narrado. Fue un orden “inventado”, pero orden al fin y al cabo, que permitió a las sociedades desarrollarse cultural y religiosamente.
5. Logos: Racionalidad, Inmanencia y Necesidad
El gran cambio llega en el siglo VI a. C., en Grecia, cuando los primeros filósofos presocráticos deciden buscar explicaciones no basadas en los dioses, sino en la razón. Este paso del mito al logos supone una transformación enorme en la historia de la humanidad.
Principios del Logos
El logos se basa en:
- Principio de Racionalidad: Algo es verdadero no porque lo diga alguien importante, sino porque puede explicarse y comprenderse.
- Inmanencia: Las causas de los fenómenos dejan de ser trascendentes y pasan a estar en este mundo, no en otro.
- Necesidad: Los fenómenos naturales suceden siempre de la misma manera, siguiendo leyes que se pueden descubrir y explicar.
Esto permite predecir acontecimientos, como hizo Tales al predecir un eclipse. Con el logos nace el pensamiento científico y se abre el camino del conocimiento racional.
6. El Sentimiento con el Logos: De Protegidos a Poderosos
El cambio emocional que acompaña al paso del mito al logos también es muy profundo. En la etapa mítica, los seres humanos se sentían protegidos por los dioses, pero al mismo tiempo dependientes de ellos. Con la aparición de la explicación racional, las personas empiezan a sentirse poderosas, porque descubren que pueden comprender el mundo sin necesidad de recurrir a seres sobrenaturales.
La capacidad de predecir fenómenos naturales, de construir herramientas basadas en cálculos y de tomar decisiones informadas da una sensación de dominio y control. Ya no se trata de esperar que un dios quiera ayudarnos, sino de usar nuestro propio pensamiento para resolver los problemas. Esto marca el inicio de una nueva forma de entender la realidad y a nosotros mismos: somos capaces de pensar, analizar y transformar el mundo con nuestras propias manos.
7. De la Ciencia al Nacimiento de la Filosofía
El logos no solo cambia la explicación del mundo, sino que da lugar a dos nuevas disciplinas fundamentales: la filosofía y la ciencia.
Desarrollo Disciplinar
- Filosofía: Nace como el deseo de comprender racionalmente el universo, el ser humano y la verdad. Los presocráticos buscan el principio fundamental de la naturaleza, los sofistas estudian la sociedad y las leyes, y Platón y Aristóteles construyen sistemas filosóficos completos.
- Ciencia: Comienza a desarrollarse gracias a la observación, el análisis y la formulación de leyes generales.
La humanidad pasa de un mundo explicado por relatos simbólicos a uno explicado por teorías racionales. Este proceso continúa a lo largo de la Edad Antigua y la Edad Media, donde la filosofía se mezcla con la religión en la Escolástica, pero mantiene siempre la idea central de que el ser humano puede —y debe— buscar explicaciones razonadas. Así se crea la base del pensamiento moderno.