Felicidad como placer

ÉTICAS MATERIALES Y ÉTICAS FORMALES(intro): Son éticas materiales aquellas que tratan de concretar, de “materializar” lo que es el bien.Las éticas formales no tienen esa pretensión. Entienden que es muy difícil definir el bien y tener el mismo concepto de felicidad. Prefieren tratar de encontrar una fórmula, un procedimiento para saber cómo debemos construir nuestras normas morales.Ese principio será universal, podrá ser utilizado por todos los seres humanos. Cualquier tipo de reflexión ética (material o formal) forma parte de la reflexión filosófica en general.ÉTICAS MATERIALES:*Los sofistas ySócrates:*representan dos modos diferentes y antagónicos de entender el comportamiento moral de los seres humanos.LOS SOFISTAS:En el siglo V a. C., en pleno apogeo de Atenas, aparecen los sofistas, extranjeros enormemente cultos y conocederos de las diversas formas de pensar y vivir de los demás pueblos. Aporta nuevas ideas y nuevos métodos intelectuales. La palabra sofista, fue en principio sinónimo de sabio, y Herodoto, la emplea para referirse a Solon y a Pitágoras. Más tarde adquiriría el sentido peyorativo de “hábil engañador” y “manipulador”, (Sócrates y platón). Cobrar por sus enseñanzas les valíó el desprecio de otros filósofos. Para los sofistas, la ley positiva (nomos) es un producto humano dependiente de cada pueblo y cultura y, por tanto, mutable. A diferencia de la ley de la naturaleza (Fisis) que es eterna e inmutable. La ley natural se reduce a dos principios: la búsqueda del placer y el dominio del más fuerte. Esta ley es la única que afecta a todos los hombres por igual. Manifiestan una actitud relativista y utilitarista:-Todo depende de cada cultura y de cada hombre: para Protágonos el hombre es la medida de todas las cosas. -Lo bueno o lo malo viene determinado por la práctica. Les interesa la vida pública. El bien que puede proporcionar la felicidad es el éxito político y social, y la virtud es la habilidad para conseguir ese éxito.SÓCRATES:Sócrates está en contra del relativismo y utilitarismo de los sofistas y hace de su actividad una constante búsqueda de la verdad objetiva y universal. El bien, la justicia, la verdad,… Tiene que ser algo único igual para todos. Entiende la filosofía como una búsqueda, de un fundamento racional universalmente verdadero, de una verdad absoluta e inmutable que permita superar el relativismo moral.En el conocimiento de uno mismo está el secreto de la virtud, pues en el alma de cada hombre, en su razón o conciencia se encuentra la verdad, el conocimiento del bien.A partir de Sócrates la conciencia quedará constituida como última instancia moral. Por ello “conocete a ti mismo” es la máxima de la ética socrática, que conduce a la virtud y proporciona al hombre su felicidad. El hombre que conoce el bien actúa correctamente, y el vicio es el fruto de la ignorancia (intelectualismo moral).PLATÓN:Su maestro Sócrates. Igual que él cree en la existencia de valores absolutos (ideas): el bien, la verdad, la belleza, la justicia,…  existen, son algo real que el ser humano puede conocer por medio de la razón. Algo no es bueno porque a mí me lo parezca, sino al contrario, porque algo es bueno me lo hace parecer.El conocimiento sensible es inseguro. La fuente de veracidad hay que buscarla en el alma, en la razón, ella se mueve hacia lo puro. El sabio es aquel que ha descubierto el bien y obra de acuerdo con él. El placer, presente en la vida del ser humano, es un sentimiento subjetivo, capaz de contradecirse así mismo. El placer debe ser dominado y ordenado por la medida y la rectitud de la razón. La mezcla adecuada de placer y sabiduría podrá proporcionar al hombre la felicidad en este mundo. La felicidad consistirá, en el desarrollo de la razón que nos permite conocer el bien y satisfacer moderadamente nuestros apetitos y deseos.ARISTÓTELES:Discípulo de platón, es el verdadero iniciador de la disciplina ética. El bien que el ser humano percibe como el mayor y el más deseable es la felicidad. El desarrollo y ejercicio de la razón es la función más propia y perfecta del ser humano, y el fin hacia el que debe tender y la actividad que más felicidad puede proporcionarle. Por otra parte, Aristóteles dice que la felicidad no nos la envían los dioses, sino que la obtenemos por la práctica de la virtud. Entre las virtudes que deben guiar la conducta humana destaca la prudencia, que nos permite establecer el punto medio de nuestros actos. El valor, será el punto medio virtuoso entre la cobardía y la temeridad. La naturaleza humana es esencialmente social, aquel que no puede vivir en sociedad o no tiene necesidad de ella, ha de ser una bestia o un Dios. El hombre tiende a la vida en comunidad, y necesita de la “polis” tanto para satisfacer sus necesidades materiales como para recibir la educación encaminada a alcanzar la virtud. Sólo en el seno del Estado, de sus leyes y de sus costumbres, puede el hombre vivir de una forma plena y feliz. Para ello es preciso que el estado se muestre como una comunidad de valores en los que educar a los ciudadanos en la “arete” (virtud) y la “eudaimonia”. La ética de Aristóteles se ha calificado “edemonista” por establecer el fin último de las acciones humanas en la felicidad (Edamonia), consiste en el ejercicio firme y constante de la virtud.LOS EPICÚREOS:Tiene su origen en Epicuro de Samos, el cual, en el 306, crea en Atenas su escuela: el jardín. Para esta escuela, el placer es el auténtico fin del hombre. Establecer la búsqueda del placer (hedoné) como única ley de la naturaleza hace que esta escuela sea calificada como “hedonista”. Los dioses viven felices, indiferentes a la marcha del mundo, y no intervienen en la vida de los hombres. Por lo tanto, el hombre debe tener como máxima fundamental “vivir conforme a la naturaleza”. El placer no es para ellos el puro goce momentáneo de los sentidos, sino la ausencia de dolor en el cuerpo (Apónía) y la liberación de las turbaciones del espíritu (ataraxia). Es preciso, que el hombre sepa escoger los placeres y controle sus necesidades. No todos los placeres deben aceptarse, ni rechazarse todo dolor, sino que deben rechazarse los placeres que originan un dolor mayor. Se requiere como norma de conducta un arte de calcular y medir los placeres. Y este arte se adquiere con la virtud. Las virtudes son imprescindibles para alcanzar la felicidad. Y de ellas la más importante es la prudencia, pues es la que proporciona ese “discernimiento” correcto para calcular y elegir los placeres. Epicuro recomienda no intervenir en política, pues esta actividad turba el espíritu. El hedonismo se nos presenta como una ética individualista. Recomienda al hombre prudente que evite crearse enemigos y procure rodearse de amigos.LOS ESTOICOS:Zenón de Citio, su fundador. Fue discípulo de la escuela cínica. Se propone como ideal una vida conforme a la naturaleza y defiende el valor de la renuncia y del aguante( abstine et sustine). La escuela toma este nombre: “EStoa”, por el lugar en que se encontraba, el pórtico pintado (Stoa Poikile). Dios es el alma del mundo, la razón universal, el logos que lo ordena. La razón universal cuida de todo, es la providencia que prescribe las leyes naturales y vela por todo. La verdadera sabiduría consiste en aceptar el destino serenamente. La virtud consiste, en vivir según la razón para obrar de acuerdo con la naturaleza (tanto universal como humana). La recta razón descubre la necesidad presente en ella y por eso las acciones que aconseja hacer son un deber. La virtud será, el hábito creado mediante la elección y realización de las acciones debidas. Es necesaria la voluntad. El bien y la felicidad, para los estoicos es el vivir conforme a la naturaleza, y eso exige actuar según el deber que la razón impone, y lograr el autodominio (autarkia) y la imperturbabilidad de ánimo (apatheia).EL UTILITARISMO:Surge en Inglaterra en el Siglo XVIII y 19, dentro del Marco de la ilustración y de acuerdo con las ideas que representa la corriente positivista. Es un intento de aplicar los principios establecidos en el campo de la ciencia natural y de la economía. Se busca la producción de bienes útiles y se relaciona con ellos el placer y la felicidad. Sus principales representantes son Jeremy Bentham y John Stuart Mill. La teoría de Bentham parte del hecho psicológico de que todo ser humano busca por naturaleza el placer y trata de evitar el dolor: “la naturaleza ha colocado a la humanidad bajo el gobierno de dos señores soberanos, el dolor y el placer.” Para Bentham en el fondo de toda intención late un egoísmo ético: hay que buscar el interés de los más posibles porque eso asegura el mío propio. Según él, se puede hablar de una aritmética de los placeres, considera que todos ellos son iguales. Para Stuart Mill las cosas son un poco diferentes. Los placeres no se distinguen solo por la cantidad, sino también por la cualidad: hay placeres inferiores y superiores, y el hombre debe buscar estos últimos preferentemente. Se ha de buscar el interés general porque lo que verdaderamente importa es la felicidad de la sociedad. Esto hace que la felicidad individual esté supeditada a la felicidad general (altruismo). Para esta corriente ética la utilidad es el valor supremo y la felicidad ha de consistir en conseguir lo que es verdaderamente útil para el hombre: obtener placer y evitar dolor, pero no desde una perspectiva consumista y egoísta, sino social y solidaria.