Fueros y liberalismo

Este texto titulado “Ley del 25 de Octubre de 1839”  trata de introducir los nuevos fueros de las provincias vascongadas y Navarra al marco constitucional. Es un documento histórico de naturaleza jurídica. Su fuente es primaria.Fue escrito por las cortes de Madrid y firmado por María Isabel regenta y se redacto tras la primera guerra
Carlista en la que se enfrentaron liberales y Carlistas.


El contexto histórico de este texto podemos situarlo en la regencia de María Isabel dos meses después del pacto de Bergara en el cual se puso fin a la 1ª guerra Carlista. Esa guerra fue una guerra por a ver quien sucedía el trono de España tras la muerte de Fernando VII, el cual, antes de morir en 1833 impuso la Pragmática Sanción en la cual permitía gobernan a las mujeres y así consecuntemente que gobernara su hija. Esto dejaba a Carlos Isidro, hermano de Fernando VII sin poder gobernar y al cual no le gusto nada eso. Al final terminaran con una guerra que dura 7 años y en la cual se enfrentan liberales y Carlistas.


La 1ª guerra Carlista se desarrollara principalmente en el País Vasco pero también se estendera a Aragón y Cataluña. María Cristina contaba con el apoyo de los liberales, ilustrados burgeses y los primeros obres que apoyaban una constitución y un país laico. También contaba con el apoyo de Inglaterra , Francia y Portugal. Por el otro lado los Carlistas tenia el apoyo de los absolutistas y fueristas, los cuales querían mantener los fueros vascos y navarros.


Los fueros son un congunto de leyes de una ciudad, sitio o grupo social, los cuales, desenpeñaron un gran papel en la historia del País Vasco. El origen de estos fueros puede que fueran unos privilegios del rey o de alguna comunidad, o puede que fuera un derecho de costumbre. Estos fueros hasta que  los reconza el rey no se tomaron como leyes. Una vez reconocidos estos dieron una importante autonomía a las vascongadas y a demás para garantizar los fueros, los reyes para poder ser reyes tenían que juarar los fueros, es decir, una vez reyes no podían modificar los fueros o los derechos ya reconocidos. Ademas el pase foral permitía suspender aquellas leyes que fueses contra los fueros.


Por el otro lado, María Cristina la cual estaba presionada por los liberales para que jurase la constitución de Cádiz de 1812, decio crear el Estatuto Real debido a su mentalidad absoluta.  El esatu real fue firmado en 1834 y era una carta otorgada ya que el pueblo no tenia nada que ver, no recogía ninguna declaración de derechos ni separación de poderes. Esto no les gusto a los progresistas, los cuales, presionaron a María Cristina `para jurar “La pepa” en 1836.  La urgencia que tenían por disponer de una constitución se debía a que en el tiempo que Mª Cristina había tardado en aceptar los cambios, Zumalakarregi había organizado un ejército carlista de 30.000 voluntarios que ahora se acercaba a Madrid. Frente a esta amenaza los liberales progresistas y los moderados se pusieron de acuerdo en elaborar la constitución de 1837, en la cual, los moderados acepatan que los alcades fueran nombrados por el pueblo y no por el gobierno. 


Con la constitución hecha, los Isabelinos organizaron un ejercito el cual se enfrento contra los Carlistas. De entre los Carlistas destaco Zumalakarregi entre otras por que conocía muy  bien la el paisaje vasco y era muy bueno con la tecnia de la guerrilla. Tras un par de batallas todo menos las capitales Vascas y Navarras era gobernadas por los Carlistas. La obsesión de los Carlistas era conquistar Bilbau y en uno de sus intentos moriría zumalakarregi. Poco después de esto el genral Espartero echo a los Carlistas de la ciudad.


A todo esto la guerra siguió, la cual, deja muy tocados a los dos bandos. Maroto era el líder de los Carlistas y tras dos años duros de guerra decidió llegar a unas negocaciones entre el y Espartero, las cuales, traerían la paz. 


La importancia de este texto reside en que confirma por ley el mantenimiento de los fueros y, por lo tanto, se acaba con la 1ª GC, que supuso de 250.000 a 350.000 muertes. Además, significó la consolidación de los liberales en España. El problema foral no quedó solucionado y ya en 1941 resurgirían los conflictos, cuando Espartero impuso la Ley Paccionada en las tres provincias vascas, tras negociarla con Navarra; lo que provocaría levantamientos y la posterior abolición de los fueros, manteniendo solo  las particularidades fiscales y militares. Estos conflictos resurgirían de nuevo en la 3ªGC, que acabaría con ellos en 1876.