Fundamentos de la Epistemología: El Debate Filosófico sobre la Verdad y la Realidad

Creencia y Conocimiento

Se trata de dos conceptos totalmente distintos, porque una creencia puede ser falsa. Esto significa que ni siquiera una creencia verdadera es conocimiento, ya que no se puede acertar por casualidad. Es decir, el verdadero conocimiento debe poder justificarse y, además, debe ser un conocimiento de causa; saber no solo qué o cómo es algo, sino por qué es algo o por qué no podría ser de otra manera.

Podríamos decir que el conocimiento es una creencia verdadera y justificada. Esto no elimina totalmente la posibilidad de error: una prueba puede ser una razón muy buena para creer algo, pero aun así ser un error. Al mismo tiempo, hay conocimientos de los que no tenemos pruebas, pero aun así pueden ser ciertos. «Debemos estar previamente seguros de que una creencia es totalmente verdadera antes de llamarla conocimiento». La idea de que una creencia solo puede calificarse como conocimiento si es imposible que nos lleve al error es el infalibilismo.

¿Es posible el infalibilismo? Si el conocimiento solo es posible en aquellas cosas que son inmunes a los errores, son muy pocas las cosas que podemos saber con certeza.

Cuando emitimos un juicio sobre la realidad, aunque tengamos una base excelente para pensar que algo es así, siempre existe la posibilidad de equivocarnos. Se han propuesto varias definiciones de conocimiento:

Teorías de la Justificación del Conocimiento

Fundacionalismo

El Fundacionalismo sostiene que muchas de nuestras creencias tienen su justificación en otras. Por ejemplo: «Creo que Napoleón existió, porque creo en los libros de historia». Pero estas, a su vez, tienen que ser justificadas, y como no podemos llegar al infinito, tiene que haber un final. El Fundacionalismo justifica que acabaremos llegando a una serie de creencias básicas que no necesitan ser justificadas mediante otras creencias; ese sería el fundamento en el que se asienta el conocimiento.

Confiabilismo (Reliabilismo)

El Confiabilismo dice que una creencia es conocimiento solo si es cierta y se ha llegado a ella a través de un proceso fiable. Por ejemplo: «Tengo un bolígrafo delante de mí (la vista)». Lo que hace que el proceso sea fiable es una “conexión causal” entre el objeto de la creencia y la creencia misma.

El problema es que tengo que estar plenamente seguro de que mis sentidos son fiables, y no hay forma de saberlo.

Estos y otros problemas son los que han hecho que, desde los principios de la filosofía, haya habido filósofos que han negado la posibilidad del conocimiento. Esto es lo que se llama Escepticismo.

El Escepticismo

La duda filosófica que surge de los escépticos aparece cuando nos preguntamos: «¿Cómo sabemos lo que creemos saber? ¿Cómo podemos estar seguros de que lo real es real y de que no nos engañan nuestros sentidos o nuestra razón, o de que no estamos a merced de un superordenador?».

El Escepticismo dice que no podemos establecer con total seguridad un conocimiento cierto sobre el mundo. No tenemos fundamento para pensar que todo es una ilusión. Es igualmente razonable creer que es ilusionario que creer que es real. Por la misma razón, podemos dudar de nuestros sentidos o de nuestra memoria.

Descartes y la Duda Metódica

Uno de los filósofos que mejor ha resumido las razones del escepticismo es Descartes, mediante lo que él llamó el proceso de la duda. Aunque es de los mejores que han resumido esas razones, sin embargo, no es un escéptico. Su objetivo es negar hasta llegar a una primera verdad y alcanzarla.

Según Descartes, podemos empezar dudando de los sentidos porque los sentidos nos engañan, y no es bueno por principio fiarnos de alguien que nos ha engañado. Pero el problema es que no tenemos un criterio para saber cuándo nos engañan y cuándo no.

Descartes proponía que, para llegar a esa primera verdad, dejáramos de lado los saberes de los sentidos. Aun dudando de los datos de los sentidos, hay dos cosas de las que razonadamente no podemos dudar, aunque las hayamos percibido por los sentidos, y son: que hay un mundo y que yo tengo un cuerpo.

Pasos de la Duda Cartesiana

  1. Duda de los Sentidos: Los sentidos nos engañan.
  2. Duda de la Existencia del Mundo y del Cuerpo: Podría ser que todo fuera un sueño, y no disponemos de un criterio para separar el sueño de la vigilia. Pero aun dudando de todo eso, hay algo de lo que no podemos dudar: las matemáticas.
  3. Duda de la Propia Razón (Hipótesis del Genio Maligno): Supongamos que existe un genio maligno, un ser todopoderoso que usa todo su poder para engañarnos, de manera que no puedo estar seguro ni de las verdades matemáticas más elementales.

Ahora bien, Descartes no es un escéptico y piensa llegar a una primera verdad, y esa es que piensa, y si piensa, es que hay algo. Por lo tanto: COGITO ERGO SUM (Pienso, luego existo). Soy una res cogitans (cosa pensante).

Descartes a continuación demuestra la existencia de Dios, con lo que invalida la hipótesis del genio maligno, y a partir de ahí cree que puede conocer otras cosas, como que existen los demás y que existe el mundo.

El Escepticismo Radical: Pirrón de Elis

El padre del escepticismo es un filósofo del siglo IV a.C. llamado Pirrón, que negaba la posibilidad de llegar a conocimientos indudables, basándose en dos argumentos:

  1. La diversidad de las opiniones humanas: Así como las contradicciones que encontramos en los propios filósofos. Sobre cualquier cuestión, siempre hay opiniones diversas. Y por otra parte, no hay doctrina por extraña que sea que no haya sido defendida por algún filósofo, y además es casi imposible encontrar a dos filósofos que piensen igual.
  2. La relatividad del conocimiento: Es decir, lo que se entiende por verdad varía según las distintas épocas, culturas y hasta según los individuos.

Ahora bien, según Pirrón, el afán que tenemos de conocer las cosas es lo que nos hace vivir intranquilos, de tal manera que la única forma de alcanzar la tranquilidad, la ataraxia, es la Epojé (abstenerse de emitir juicios sobre las cosas).

Objeciones al Escepticismo Pirrónico

A Pirrón y a los escépticos se les hicieron dos objeciones:

  1. Contradicción: Se dice que el escepticismo es contradictorio porque afirma que no podemos saber nada, pero al mismo tiempo sabe algo: que no se puede saber. Pirrón respondía que él no afirmaba nada; lo que decía es que no hay más razones para pensar esto que aquello. Incluso decía: «No más esto que aquello».
  2. Imposibilidad de la vida: La segunda objeción es que el escepticismo hace imposible vivir, hace imposible la vida en sociedad. Pirrón respondía diciendo que él vivía conforme a la apariencia, lo que las cosas parecen ser, y que vivía conforme a las leyes de su país.

Protagoras y el Relativismo

Otro escéptico importante es Protágoras, anterior a Pirrón, que pertenece a los llamados sofistas.

La filosofía de Protágoras se resume en la siguiente expresión: «El hombre es la medida de todas las cosas».

No hay verdades absolutas; es verdad lo que al hombre le parece que es verdad. Es decir, no hay episteme (conocimiento cierto), hay solo doxa (opinión).

Si no hay verdades absolutas, ¿en qué se diferencia un sabio de otro que no lo es? Se decía que un sabio es aquel que es capaz de convencer de que su opinión es verdad. Pero la pregunta es: ¿qué entendía Protágoras por hombre? El término tiene tres sentidos:

  • Si por hombre entiende la especie, su escepticismo sería moderado, porque lo que estaría diciendo es que los seres humanos nunca podemos estar seguros de conocer la verdad, pero no negaría la probabilidad de que todos estuviéramos de acuerdo en que algo es verdad.
  • Si está pensando en épocas, culturas o sociedades distintas, su escepticismo es mucho mayor y es lo que llamamos relativismo. Cada época, cada cultura tiene sus propias verdades, al igual que tiene sus principios éticos, sin decir que unos son mejores que otros.
  • Si por hombre entiende a un individuo, su escepticismo es absoluto. Lo que dice es que cada cual tiene sus verdades y no establece una verdad general. Es lo que denominamos subjetivismo. Platón dice que se refiere a esto último.

Origen del Conocimiento: Racionalismo, Empirismo y Kant

Hay tres grandes familias en la teoría del conocimiento: Racionalismo, Empirismo y la síntesis de Kant.

El Racionalismo Moderno (Siglos XVII-XVIII)

En el racionalismo moderno (siglos XVII-XVIII) hay tres grandes figuras: Descartes, Spinoza y Leibniz.

El “retrato robot” de lo que es un conocimiento racional se divide en seis aspectos:

  1. El verdadero conocimiento tiene su origen en la razón, porque los datos de nuestros sentidos son engañosos y nos suministran siempre un conocimiento parcial, impreciso y confuso. El ejemplo de la cera demuestra que las cosas no las conocemos porque las veamos o las toquemos, sino porque las pensamos.
  2. El conocimiento más inmediato que tenemos no es la realidad externa, sino mi propia conciencia, mi yo. Como dijo Descartes, podemos dudar de todo menos de que pienso. Pienso, luego soy.
  3. Existen ideas innatas; nacemos con ellas, es decir, no se adquieren por los sentidos, como por ejemplo la idea del infinito, la idea de la perfección y la idea de Dios.
  4. El modelo de conocimiento para los racionalistas son las matemáticas. De la misma manera que en matemáticas, a partir de una serie de axiomas y mediante una serie de razonamientos deductivos y las leyes lógicas, se derivan una serie de teoremas, la filosofía debe ajustarse lo más posible a ese modelo y tratar de llegar a otras verdades. Por lo tanto, el método por excelencia de los racionalistas es la deducción.
  5. El criterio de verdad de los racionalistas es la evidencia: algo es verdad si es evidente. La evidencia se caracteriza por dos rasgos: la claridad y la distinción. Una idea es distinta cuando las partes que la componen también las conocemos con total claridad. De lo que se trata entonces es de partir de principios evidentes y, basándose en ellos, deducir otras verdades igual de evidentes.
  6. El optimismo racionalista. Los racionalistas creen que la razón bien empleada puede alcanzar conocimientos con validez absoluta y universal. Más aún, piensan que la razón puede llegar a conocerlo todo.

El Empirismo: La Antítesis del Racionalismo

Se pueden mencionar tres nombres: Locke, Berkeley y Hume.

  1. Todo nuestro conocimiento procede de la experiencia, de los datos de los sentidos. Como ellos dicen: «No hay nada en el entendimiento que no haya pasado antes por los sentidos».
  2. El conocimiento más inmediato y evidente que tenemos es el que nos proporcionan los sentidos: la existencia del mundo.
  3. No hay ideas innatas de ningún tipo; venimos al mundo como una hoja en blanco (tabula rasa) y todo lo que se escribe, lo va escribiendo la experiencia.
  4. El único criterio de verdad es la experiencia. Dejando a un lado aquellas verdades evidentes en sí mismas, algo es verdadero solo si tiene un correlato en la experiencia, es decir, si podemos señalar la experiencia de la que ha surgido esa idea. De lo contrario, se trata de una idea puramente ficticia.
  5. Frente a la deducción matemática como procedimiento preferido por los racionalistas, los empiristas prefieren la inducción como herramienta de trabajo, aunque Hume critica la inducción, por eso Hume se puede considerar como un escéptico.
  6. Los empiristas son mucho más pesimistas respecto a las posibilidades de la razón y consideran que, excepto en el ámbito de la lógica y de las matemáticas, es muy difícil llegar a conocimientos con validez absoluta y necesaria.

La Síntesis Kantiana

Frecuentemente se dice que el pensamiento de Kant es una síntesis y una superación del racionalismo y el empirismo.

La posición de Kant se denomina Idealismo Trascendental o Apriorismo.

Según Kant, tanto el racionalismo como el empirismo tienen parte de razón, pero se equivocan cuando extreman sus posiciones.

Según Kant, todo nuestro conocimiento empieza por la experiencia, pero lo que da validez al conocimiento no es la experiencia (y eso es en lo que se equivoca el empirismo), sino nuestra estructura mental (y es en lo que tiene razón el racionalismo).

El Conocimiento de la Realidad: Realismo e Idealismo

El Realismo

El Realismo afirma la existencia objetiva de la realidad independientemente del sujeto. El realismo es iniciado por Aristóteles, y según él, hay una realidad objetiva con unas características objetivas que el sujeto capta y conoce.

Incluso en el realismo hay una posición extrema que se llama Realismo Ingenuo, que dice que la percepción de un objeto demuestra dos cosas: que existe ese objeto y que es tal y como yo lo percibo. Esto era defendido en la antigua Grecia por Epicuro y los Estoicos.

¿Por qué esto es una ingenuidad? Porque que percibamos algo no significa que esto exista, ya que, dentro del agua, por ejemplo, un palo se ve distorsionado, y el tamaño del sol es el mismo que el de una moneda de dos céntimos.

El Idealismo

El Idealismo lo que dice es que de lo único que podemos estar seguros es de nuestras representaciones, y aunque podemos sospechar que hay una realidad de la que estas provienen, nunca podemos estar seguros de conocerla y mucho menos de que sea tal y como creemos que es.

Esta posición es inaugurada por Descartes y es predominante en la época moderna, por ejemplo, en Kant.

Los esquemas mentales a priori, que son el espacio, el tiempo y las categorías, filtran la realidad y nos permiten conocerla tal y como es para nosotros, pero sin poder conocerla en sí misma. Como dice Kant, conocemos fenómenos, que es lo que las cosas son para nosotros, pero no podemos estar seguros de conocer el noúmeno (sea lo que sea la realidad en sí misma). De esta manera, Kant dice que nuestras ciencias son válidas porque siempre vamos a captar lo mismo, no porque podamos estar seguros de que las cosas son tal y como son, sino únicamente por nuestra forma de captarlas.

Idealismo Extremo: George Berkeley

En el idealismo también hay una posición extrema que es la de un filósofo llamado George Berkeley. Berkeley era un obispo cuya intención era demostrar la existencia de Dios. Parece que ha razonado de esta manera: ¿quién niega la existencia de Dios? Los materialistas. En lugar de demostrar la existencia de Dios, lo que demuestra es que no existe la materia, de manera que, si no existe la materia, no puede haber materialismo.

Berkeley niega que exista una realidad material más allá de mis percepciones. Las cosas no son más que una suma de representaciones, es decir, un conjunto de ideas. La única realidad que tienen es la de ser percibidas: Esse est percipi (Ser es ser percibido).

La Verdad

El problema de la verdad se ha entendido como:

  • La verdad como propiedad de las cosas.
  • La verdad como propiedad del entendimiento.
  • La verdad como propiedad de la acción.

1. La Verdad como Propiedad de las Cosas

Esta concepción se defendió en la filosofía antigua y medieval. En la filosofía griega, los que entienden la verdad de esta manera son los presocráticos. Ellos entienden la verdad como desvelamiento (Alétheia) de las cosas. La naturaleza tiene su propia verdad que se desvela al sabio, que es aquel que ha visto tras la totalidad de las cosas el principio en el que esta se sostiene. El principio se denomina Arjé (primer principio).

Esta teoría también se encuentra en un famoso filósofo cristiano, San Agustín (siglo V). Las cosas son verdaderas en tanto que son. El error surge cuando hacemos juicios acerca de ellas y establecemos relaciones donde no las hay.

2. La Verdad como Propiedad del Entendimiento

Esta postura, por el contrario, dice que la verdad, como la falsedad, se encuentra en los juicios que nosotros emitimos sobre la realidad. La postura lo que dice es que la verdad es patrimonio nuestro, al igual que el error. Hay distintas posiciones que son:

Teorías de la Verdad como Propiedad del Juicio

  1. Verdad como Correspondencia o Adecuación: Esta postura la inició Aristóteles. Es la que entiende la verdad como concordancia entre los juicios elaborados por el entendimiento y la realidad externa. En la Edad Media, esta posición es defendida por otro filósofo famoso cristiano, quizás el más importante, Santo Tomás de Aquino. En su versión, esta posición se denomina verdad como adecuación. La verdad consiste en la adecuación entre la realidad y la mente.
  2. Verdad como Coherencia: Es la doctrina de un filósofo alemán, quizás el filósofo más difícil, Hegel. Hegel dice que el criterio de verdad es la coherencia o la conexión entre el conjunto de proposiciones de un sistema. Más que en las proposiciones aisladas, la verdad se encuentra en el sistema. Muy similar a esto es la verdad formal, que es la que entendemos por verdad en lógica. Un razonamiento es verdadero si la conclusión se deduce de las premisas, y eso al margen de que sea verdadero o no en la realidad.
  3. Verdad como Certeza: El principal representante de esta postura es Descartes. Algo es verdad cuando resulta intuitivamente evidente. Ahora bien, no es lo mismo certeza que verdad, porque la certeza es siempre un estado psicológico y la verdad es un hecho objetivo. Es decir, se puede tener la certeza de que algo es falso.

3. La Verdad como Propiedad de la Acción (Pragmatismo)

Esta postura es lo que se llama Pragmatismo o Utilitarismo. Es una postura dominante en la filosofía de lengua inglesa. Los americanos prefieren la denominación de pragmatismo y los ingleses la de utilitarismo, aunque viene a ser lo mismo. Sus representantes son: Dewey, James y Schiller.

Esta postura equipara la verdad a la actividad y considera que algo es verdad si resulta útil para la acción, y falso en caso contrario. Es decir, algo es verdad si nos permite actuar con éxito y falso si nos lleva al fracaso.

El problema de esta postura es que la definición de útil es relativa. Una creencia no es verdadera porque produzca efectos satisfactorios. Hay veces que la verdad es muy amarga y resulta muy desagradable, pero no por ello deja de ser verdad, y pasa lo mismo con las mentiras: hay algunas que nos resultan útiles, pero no por ello dejan de ser mentira.

Ontología: El Problema de la Realidad

Finito e Infinito

Para los filósofos griegos, lo finito (aquello que tiene límites) es lo auténticamente real, aquello que es determinado; lo que carece de límites, lo indeterminado, precisamente por ser indeterminado, es el no-ser, el puro caos. Con el cristianismo, por el contrario, lo infinito será considerado más real que lo finito.

Esencia y Existencia

La esencia es aquello que hace que una cosa sea lo que es, lo que tienen por tanto en común todos los individuos que pertenecen a un mismo género y que no tienen ningún otro individuo que no pertenezca a él. A partir de la filosofía moderna, esencia significará también las condiciones de posibilidad de algo. Así, para Kant, solo podemos tener experiencia de un objeto percibiéndolo espacial y temporalmente. En consecuencia, espacio y tiempo serán las condiciones de posibilidad o la esencia de toda experiencia.

La existencia será obviamente la constatación de que algo es real (las sirenas tienen esencia, consistente en mujer más pez, pero no existencia). En general, decimos que algo existe cuando puede ser de alguna manera percibido. A veces se ha pensado que lo existente es lo verdaderamente real, pero otras se ha pensado lo contrario. Así, para Platón, lo verdaderamente real son las esencias.