Géneros novelescos del siglo XVI

En el siglo XVI, favorecida por el desarrollo de la imprenta en el renacimiento español, surge y se consolida la novela de relato extenso en prosa. Su aceptación por el público muestra la floración de numerosas modalidades narrativas de enorme éxito editorial. Los dos tipos de novelas que hay son las novelas fantásticas, que recogen tradiciones literarias de la Edad Media o influencias del Renacimiento italiano, y las novelas realistas, cuya novedad radica en que tienen como protagonistas a héroes humildes, temas extraídos de la vida cotidiana y un estilo sencillo y popular. En el Quijote, cuya primera parte se publicó en 1605, se funden todas estas modalidades narrativas.

Los libros de caballería

Estas novelas, que reciben el nombre de historias para crear ilusión de crónica verdadera, paradójicamente responden al gusto por lo legendario, la idealización y la fantasía. Tienen unos rasgos temáticos, estructurales y estilísticos. Son relatos utópicos y crónicos cuyas acciones se sitúan en un tiempo remoto y en una geografía lejana e imprecisa, muy ajena al mundo próximo del lector. Los protagonistas son caballeros andantes, comprendidos de todas las virtudes físicas, morales y caballerescas. Sus antagonistas son muy variados, desde caballeros que actúan como adversarios legales hasta enemigos desleales que encarnan las fuerzas del mal, como gigantes y gigantas. Entre sus colaboradores y ayudantes, destacan el escudero que le cuida las armas y el caballo, y el amor y las aventuras, íntimamente relacionados. Siguiendo el platonismo, el caballero es el perfecto enamorado de una dama noble de origen y de gran belleza física y espiritual, a la que le guarda gran fidelidad amorosa. El caballero andante lleva una vida interesante a caballo en busca de las aventuras. Las aventuras tienen como notas esenciales su carácter fantástico. El lenguaje literario combina, paradójicamente, el estilo elevado y la retórica, un estilo refinado y artificioso, recursos para suscitar el interés de los lectores. Los libros de caballería son el primer ejemplo de la literatura de masas. Los héroes más populares son el ciclo de Amadís de Gaula y el ciclo de los Palmerines.

Las novelas pastoriles

Se trata de un género plenamente renacentista, cuyo origen inmediato es la Arcadia del italiano Jacobo Sannazaro. La novela recoge los ecos de la poesía bucólica del Renacimiento. En ella, la naturaleza idealizada y armónica, traslación de los mitos clásicos de la Edad de Oro y la Arcadia feliz, es protagonista. Los personajes son pastores y su tema exclusivo es el amor. En estas novelas, la acción se diluye y deja paso a la exposición de sentimientos y al análisis del mundo interior de los personajes, lo que les confiere el carácter de novelas poéticas. Acorde con el tema, el estilo literario es refinado, exquisito, poético, con un tono melancólico. Siguiendo el modelo de la Arcadia de Sannazaro, el género tuvo un gran arraigo en España.

La novela morisca

Se trata de un subgénero literario exclusivamente español que idealiza los últimos años de la Reconquista, siguiendo una tradición iniciada por los romances moriscos. En estas novelas se cuentan episodios ocurridos en la frontera o en el propio reino de Granada.

La novela bizantina

Es un género que se inspira en las antiguas novelas griegas de amor y de aventuras, al tiempo que anticipa las novelas modernas de aventuras del siglo XIX. Son relatos maravillosos de viajes en los que se insertan los más disparatados episodios situados en ambientes fantásticos, exóticos e irreales, como tormentas y naufragios.

La novela picaresca: El Lazarillo

Frente a los géneros novelescos de moda en la época, en los que prima la irrealidad y el carácter imaginativo, El Lazarillo de Tormes inaugura un tipo de narración realista ambientada en un mundo próximo. La novela picaresca tiene unos rasgos formales y temáticos que la identifican y la diferencian de los géneros novelescos contemporáneos. Es un relato más o menos elaborado literariamente, tiene como héroe a un pícaro, personaje humilde y vulgar. Está contada en forma de autobiografía, ya que es el propio pícaro el que cuenta su vida, desde la exposición de su nacimiento y de la condición deshonrosa de sus padres, hasta el fracaso de su deseo de ascender socialmente. El pícaro relata su vida como un mozo de muchos amos. El Lazarillo es el iniciador de un género de gran vitalidad, pero sobre todo, El Lazarillo junto con el Quijote, marca el inicio de la novela moderna europea.

Primeras ediciones de El Lazarillo

La vida de Lazarillo de Tormes y de sus fortunas y adversidades, publicada por primera vez en 1554, aunque quizás hubo alguna edición anterior hoy perdida, en cuatro ediciones simultáneas en Burgos, Medina del Campo, Alcalá y Amberes. Por su fuerte contenido anticlerical, fue prohibida poco más tarde, en 1559, y solo en 1573 se autorizó la publicación de una edición expurgada.

El autor

Aunque El Lazarillo está escrito en primera persona, lo probable es que se trate de una invención literaria, de una autobiografía ficticia, por lo que el autor y el protagonista no serían la misma persona, y la forma autobiográfica sería un simple artificio literario. El autor se esconde en el anonimato, lo que ha hecho que se atribuya la novela a diversos personajes de la época, aunque en ningún caso con datos fehacientes. El político y el diplomático son algunos de los personajes a los que se les ha atribuido la novela. Lo único cierto es que el autor oculta su nombre por razones que desconocemos, podrían ser las siguientes: es posible que fuera un personaje importante de la vida pública o de una alta jerarquía de la iglesia, quizás se trate de un cristiano reformista influido por las ideas de Erasmo o tal vez sería un judío converso. Otros, como el profesor Tierno Galván, consideran que El Lazarillo y la novela picaresca están escritos desde la perspectiva de las clases privilegiadas para burlarse de los humildes.

Una vida entre luces y sombras: Cervantes

Miguel de Cervantes nació en Alcalá en 1547, en el seno de una familia no demasiado sobrada de recursos y sospechosa de ascendencia judía. En 1569, tras un oscuro lance de armas, marchó a Italia, donde entró en contacto con la desbordante actividad cultural del Renacimiento, que le proporcionó un conocimiento de primera mano. Pronto ingresó en el ejército y combatió heroicamente en la batalla naval de Lepanto, donde perdió la mano izquierda para gloria de la diestra. En Argel, sufrió un largo cautiverio vivido entre la desesperación y la esperanza de la fuga o el rescate. Una vez rescatado, tuvo algunos empleos que apenas le permitieron malvivir, pensando incluso en emigrar a las Américas. A partir de 1587, como comisario de la Hacienda Real, Cervantes vivió en un periodo gris, durante el cual recorrió los caminos y lugares de Andalucía, conoció a todo tipo de gente y sufrió varios procesos y encarcelamientos debido a la poca claridad de sus cuentas. Excomulgado en Alcalá y Sevilla, acosado por las dificultades, la incomprensión e incluso la miseria, en 1605 apareció publicada la primera parte del Quijote. Entre 1605 y 1615, mientras las ediciones de las historias de Don Quijote se multiplican, en 1615 aparecen las ocho comedias y ocho entremeses nuevos y la segunda parte del Quijote. Y el 19 de abril de 1616, firma Cervantes la dedicatoria y el prólogo de Persiles.

Obras en verso

Su obra en verso es una parte muy considerable de su producción literaria y se extiende a lo largo de toda su vida. En verso escribió odas, sus comedias, algunos entremeses, el poema extenso Viaje al Parnaso y las numerosas poesías sueltas. Aunque la valía de su obra poética ha sido puesta en entredicho, Cervantes es un buen poeta.

El teatro: comedia y entremeses

Como señalamos al hablar del teatro renacentista, Cervantes mostró siempre un gran entusiasmo por la literatura dramática y la cultivó toda su vida, aunque no tuvo demasiado éxito, pues los gustos del público se inclinaban ya por la nueva fórmula teatral de Lope de Vega. De su producción teatral se conservan nueve comedias y una tragedia, así como ocho entremeses.

Cervantes novelista

Cervantes es ante todo novelista. El resto de su producción queda ensombrecida por sus dotes como narrador, que le convierten en un maestro de la literatura universal. Cultivó todos los géneros novelescos de su época: novela picaresca, pastoril, caballeresca, etc.

Las novelas pastoriles: La Galatea

La primera parte de La Galatea, publicada en 1585, es su primera novela. Sigue los moldes de la novela pastoril, con amores idealizados, naturaleza bucólica y un estilo culto y cuidado en el que se mezclan la prosa y el verso.

Las novelas ejemplares

Son doce novelas cortas publicadas en 1613. Cuando Cervantes dice en el prólogo que es el primero que ha novelado en lengua castellana, debemos entender que se jacta de haber sido el primero en cultivar en España la novela, un relato breve de origen italiano. El calificativo de “ejemplares” es propio de Cervantes. Su característica es la variedad de temas, personajes y estilo. En las novelas idealistas, de influencia italiana, predomina la temática amorosa y los conflictos sentimentales en un ambiente refinado e ideal. Sus protagonistas son de gran belleza física y moral, como La gitanilla, Las españolas inglesas, La fuerza de la sangre y La ilustre fregona. Y en las novelas realistas se refleja una mayor observación de la realidad, la presencia de tipos y ambientes cotidianos y la utilización literaria del lenguaje ordinario y coloquial, como El celoso extremeño, Rinconete y Cortadillo y El coloquio de los perros.

La novela bizantina

Los trabajos de Persiles y Sigismunda es su última obra, publicada postumamente en 1617. Su temática responde al género de las novelas bizantinas. Los protagonistas, Persiles y Sigismunda, hijos respectivamente del rey de Tule y de la reina de Finlandia, recorren los parajes exóticos del norte de Europa, desembarcan en Lisboa y, atravesando España, llegan a Roma, donde se casan.

El Quijote: síntesis de las novelas del siglo XVI

La primera parte del ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha fue publicada por primera vez en 1605. En 1614, Cervantes escribía la segunda parte, un imitador interesado que firmaba con el seudónimo de Alonso Fernández de Avellaneda. En 1615, un año antes de su muerte, apareció la verdadera continuación de Cervantes con el título de la segunda parte. El Quijote supone la síntesis y la superación de todas las formas novelescas contemporáneas. Es como un crisol en el que convergen y se funden todos los géneros novelescos de moda en el siglo XVI. El Quijote surge en el mundo concreto, a partir del comienzo del siglo XVII. Su argumento y personajes reflejan la sociedad y las corrientes literarias de la época, e incluso toma como pretexto una motivación anecdótica, la destrucción de los libros de caballerías, pero su contenido se desborda de estas referencias a la realidad contemporánea para convertirse en una novela moderna. El Quijote se basa en una parodia, en la imitación burlesca de los libros de caballerías. El Quijote se organiza en función del viaje, que da lugar a la estructura episódica. El camino lleva al encuentro de las aventuras, que constituyen los diversos episodios enlazados por la presencia y la acción de los protagonistas. En su época, El Quijote fue poco valorado literariamente, fue entendido como una obra cómica y divertida, y en definitiva, anecdótica. Solo a partir del siglo XVIII, sobre todo en el XIX, se comenzó a considerar El Quijote una obra maestra.

Tema 8: Prosa novelesca

1. Contexto siglo XVII: época de crisis y decadencia en todos los ámbitos. Crece la intolerancia social, racial y religiosa: persecución de minorías, revalorización del cristiano viejo, Contrarreforma y corrupción, sensación de inseguridad y caos.

Géneros novelescos

Los libros de caballería desaparecen, las novelas pastoriles y bizantinas van extinguiéndose. Las novelas picarescas proliferan a partir de 1599 con la publicación de Guzmán de Alfarache de Mateo Alemán. Las novelas al estilo italiano perviven, autores como Lope de Vega y María de Zayas. Nuevas modalidades son las narraciones costumbristas y narraciones de carácter satírico-moral, autores como Quevedo y Gracián. Es propiamente barroca, con intención crítica o moralizadora, con actitud burlesca (Quevedo) o con postura reflexiva (Quevedo y Gracián).

El nuevo lenguaje literario

El estilo conceptista es breve y conciso, pero muy considerado en cuanto al contenido. Abundan las paradojas, las hipérboles, los equívocos, las dilogías y las metáforas disparatadas. También las alegorías, todo con la intención de criticar y caricaturizar la realidad.

Autores más representativos

Quevedo: estilo personal y original, perseguido por el pesimismo y el desengaño. Tiene obras en prosa, obras satíricas y festivas en tono burlesco, fantásticas satírico-morales como Los sueños y La hora de todos y la Fortuna con seso; tratados políticos como La vida de Marco Bruto y una novela picaresca como El Buscón, relato autobiográfico ficticio de un personaje miserable pero que no justifica su narración. Algunos líricos discuten su clasificación como novela picaresca.

Baltasar Gracián: el jesuita Gracián escribió bajo seudónimo para evitar tener que pedir permiso a su orden para publicar. Su obra se dirige a una minoría y su finalidad es la enseñanza de normas basada en la razón y la prudencia para llegar a la superación personal. Su obra más conocida es El Criticón, que representa una alegoría sobre la vida humana. Equipara las etapas de la vida del hombre con las estaciones del año. Los protagonistas son Critilo (un anciano naufrago que representa la experiencia y la prudencia) y Andrenio (joven salvaje criado por una fiera que representa la ignorancia del mundo y el impulso instintivo). Gracián tiene una visión pesimista y crítica del mundo, típicamente barroco. El hombre solo puede salvarse buscando la virtud y el bien. Su obra contiene muchas sentencias y un lenguaje artificioso. Influyó mucho en intelectuales europeos posteriores.

Tema 10: Escenarios y modalidades del teatro barroco

Frente a la ausencia de escenarios, de compañías estables de cómicos en el siglo anterior, en la transición al siglo XVII crece la actividad teatral. Existía un teatro popular destinado al público en general, que se representaba en los corrales de comedias, compuestos por un patio cubierto por toldos en el que se situaban los hombres de pie, los ruidos mosqueteros frente al escenario y al fondo, en las cazuelas, las mujeres. También había un teatro cortesano, destinado al público selecto de la corte. Una tercera modalidad era el teatro religioso, cuya tradición arranca de la Edad Media y alcanza un gran auge con los autos sacramentales.

Rasgos estructurales y formales de la comedia

Lope de Vega es el verdadero creador de la comedia barroca, entendiendo el término como sinónimo de teatral. Este teatro supone el rechazo de las reglas y preceptos del teatro clásico, sustituidos por la imitación de la riqueza y variedad de la vida, de una forma libre y natural. Se rechazan las tres reglas de acción, tiempo y lugar. Se mezcla lo trágico y lo cómico en una misma obra, como ocurre en la vida. Se divide la obra en tres actos o jornadas. Se busca la variedad del estilo, que se ajusta a la regla del decoro, es decir, cada personaje debe comportarse y hablar de acuerdo con su caracterización y estado social. Y en definitiva, se defiende la naturalidad y adaptación a los gustos del público.