Tomás de Aquino: Armonía entre Fe y Razón
Tomás de Aquino fue un filósofo y teólogo de la Edad Media que intentó demostrar que la fe y la razón no están enfrentadas, sino que se pueden complementar. Él sostenía que tanto la razón como la fe provienen de Dios, por lo que no puede haber contradicción entre lo que se descubre por la razón y lo que se cree por fe.
Por un lado, la fe nos da verdades reveladas por Dios (como la existencia de la Trinidad), que nosotros aceptamos aunque no podamos demostrarlas con la razón. Por otro lado, la razón es la capacidad humana para pensar, investigar y entender el mundo, y también puede llegar a conocer algunas verdades que también enseña la religión, como la existencia de Dios.
Tipos de Verdades según Santo Tomás
Tomás decía que hay dos tipos de verdades:
Las que la razón puede alcanzar por sí sola (por ejemplo, la existencia de Dios o la inmortalidad del alma).
Y las que solo conocemos por la fe, porque trascienden nuestra capacidad de comprensión racional (como la Encarnación de Jesús o la vida eterna).
Filosofía y Teología: Disciplinas Complementarias
Además, Tomás no veía la filosofía y la teología como cosas separadas. Para él, la filosofía (que usa la razón) puede ayudar a entender mejor la teología (que parte de la fe). De hecho, afirmaba que la filosofía es una herramienta útil para explicar y defender la fe.
En resumen, Tomás de Aquino buscó armonizar la fe cristiana con el pensamiento racional, especialmente a través de la filosofía aristotélica. No rechazaba ninguna de ellas, sino que consideraba que cada una posee su propio ámbito y que, juntas, contribuyen a un conocimiento más completo de la verdad.
Aristóteles: Conceptos Metafísicos Fundamentales
Aristóteles explica la realidad a través de tres conceptos metafísicos fundamentales: hilemorfismo, naturaleza y teleología.
Hilemorfismo
Según Aristóteles, todos los seres físicos están compuestos por materia (el sustrato del que están hechos) y forma (aquello que les confiere su estructura y esencia). Por ejemplo, una estatua: el mármol es la materia, y la figura que representa es la forma. Materia y forma siempre se encuentran unidas en la realidad concreta.
Naturaleza
Cada ser posee una naturaleza, entendida como un principio interno que determina su ser y dirige su desarrollo. Una semilla de roble, por ejemplo, contiene en sí misma la tendencia intrínseca a convertirse en árbol. Esta tendencia no proviene de una causa externa, sino de su propia naturaleza.
Teleología
Todo en la naturaleza posee un fin (telos). Los seres cambian y se desarrollan para alcanzar dicho fin. Una semilla crece para llegar a ser árbol. El ser humano también persigue un fin último: alcanzar la felicidad (eudaimonía) mediante el ejercicio de la razón. Esto es lo que se denomina teleología: la doctrina que sostiene que los seres naturales actúan con una finalidad inherente.
Platón: Ética y Política en la Ciudad Ideal
Ética y política en Platón
Para Platón, la ética y la política se encuentran intrínsecamente unidas: una sociedad justa solo es posible si sus ciudadanos también lo son.
Ética: El Alma Tripartita
El ser humano posee un alma tripartita:
Racional: busca la verdad y debe gobernar las otras partes.
Irascible: representa la voluntad, el coraje y la valentía.
Apetitiva: asociada a los deseos, los placeres y las necesidades corporales.
Una persona es justa cuando estas tres partes del alma se encuentran en equilibrio, y la razón ejerce su dominio. La justicia, en este sentido, no es meramente el cumplimiento de leyes externas, sino una profunda armonía interior.
Política: La Estructura de la Polis Justa
La polis (ciudad-estado) ideal refleja la estructura del alma individual:
Gobernantes (razón): los sabios o filósofos, quienes deben dirigir la ciudad.
Guerreros (ánimo/irasible): encargados de la defensa y de hacer cumplir la ley.
Productores (deseo/apetitiva): se dedican al trabajo productivo y a la economía.
La justicia política consiste en que cada clase social cumpla su función específica sin interferir en las de las otras.
El Bien y los Filósofos-Reyes
El Bien es la Idea suprema y solo los filósofos, a través de la razón, pueden conocerla. Por ello, solo ellos deben gobernar: la ciudad alcanzará la justicia si es dirigida por aquellos que han contemplado el Bien.
Kant: La Teoría del Conocimiento y sus Límites
Teoría del conocimiento de Kant
Kant busca establecer un punto medio entre el racionalismo y el empirismo: el conocimiento comienza con la experiencia, pero no todo el conocimiento proviene de ella.
Conocer: Sensibilidad + Entendimiento
Sensibilidad: facultad que capta los datos del exterior (las impresiones sensibles). Utiliza dos formas a priori:
Espacio y tiempo, que son estructuras subjetivas que el sujeto impone para ordenar lo que percibe.
Entendimiento: facultad que organiza esos datos sensibles mediante categorías a priori (conceptos puros como causalidad o sustancia). Sin estas estructuras mentales innatas, no podríamos pensar ni comprender lo que percibimos.
Fenómeno y Noúmeno: Lo Cognoscible y lo Incognoscible
Fenómeno: la realidad tal y como se nos aparece, es decir, lo que podemos conocer.
Noúmeno: la “cosa en sí”, la realidad tal como es independientemente de nuestra percepción. Es incognoscible para el ser humano.
Conclusión: Los Límites del Conocimiento
Solo podemos conocer aquello que se nos aparece, filtrado y estructurado por nuestras facultades y categorías mentales. Kant establece así los límites del conocimiento: no podemos conocer entidades metafísicas como Dios, el alma o la libertad, porque no son objetos de la experiencia sensible.
Aristóteles: Ética de la Virtud y Política del Bien Común
Ética y política en Aristóteles
Para Aristóteles, la ética y la política están profundamente interconectadas: el ser humano solo puede alcanzar la felicidad (eudaimonía) plena viviendo en sociedad. Por ello, tanto la vida individual como la organización política deben orientarse hacia el bien común.
Ética: La Felicidad como Fin Supremo
Toda acción humana persigue un fin, y el fin último y supremo del ser humano es la felicidad.
La felicidad no se identifica con el placer ni la riqueza, sino con vivir de acuerdo con la razón, que es la facultad distintiva del ser humano.
Para alcanzarla, es necesario desarrollar la virtud, entendida como el hábito de actuar correctamente.
La virtud moral (como la justicia o la valentía) se encuentra en el justo término medio entre dos extremos viciosos (por ejemplo, la valentía es el punto medio entre la cobardía y la temeridad).
Política: El Ser Humano como Animal Político
Aristóteles afirma que el ser humano es un animal político (zoon politikon) por naturaleza: su plena realización solo es posible viviendo en comunidad.
La ciudad (polis) existe para permitir que los ciudadanos vivan bien y puedan desarrollar plenamente sus virtudes.
La mejor forma de gobierno es aquella que busca el bien común. Aristóteles prefiere un gobierno mixto (que combine elementos de monarquía, aristocracia y democracia) para evitar los excesos y degeneraciones de las formas puras.
Kant: La Ética del Deber y la Autonomía Moral
Ética de Kant
La ética de Kant es eminentemente racional y formal, lo que significa que no se fundamenta en los sentimientos ni en las consecuencias de las acciones, sino en el deber. Actuar moralmente implica obrar por respeto a la ley moral, no por inclinación o interés personal.
La Buena Voluntad y el Deber
Lo único que es bueno en sí mismo, sin restricción alguna, es la buena voluntad: la voluntad que quiere hacer el bien por deber, y no por las consecuencias o beneficios que pueda obtener.
Una acción posee valor moral solo si se realiza por deber, y no por inclinación (sentimiento) o por el resultado esperado.
El Imperativo Categórico: La Ley Moral Universal
Kant formula la ley moral a través del imperativo categórico, es decir, una norma universal y obligatoria para todos los seres racionales, sin condiciones ni excepciones.
Esto implica que, antes de actuar, uno debe preguntarse: ¿Podría mi máxima convertirse en una ley universal? Si no se puede querer que la propia acción se convierta en una ley universal para todos, entonces esa acción no es moralmente válida.
Autonomía Moral: La Libertad como Auto-legislación
El ser humano es verdaderamente libre cuando se da a sí mismo la ley moral (autonomía). No obedecemos por miedo al castigo o por la expectativa de un premio, sino porque nos reconocemos como seres racionales y responsables de nuestras propias acciones.
Por ello, Kant sostiene que la moral exige tratar siempre a los demás como fines en sí mismos, y nunca meramente como medios.