Héroe a mi pesar

El Lazarillo de Tormes es una autobiografía fingida en la que Lázaro cuenta, en primera persona, la historia de su vida. Frente al héroe épico , dotado de cualidades extraordinarias, Lázaro es un perdedor, un ser vencido por las circunstancias y forjado con modelos negativos. Por ello, El Lazarillo se considera la primera novela moderna. El Buscón El Lazarillo es una novela picaresca, pero también es una novela epistolar y una novela de aprendizaje, porque está escrito en forma de carta y Lázaro experimenta una evolución a lo largo de su vida.
El Lazarillo está escrito en forma de carta. Lázaro de Tormes, pregonero de la ciudad de Toledo le dirige una carta a «Vuestra Merced» para explicarle «su caso», es decir, para explicarle por qué acepta que su mujer viva amancebada con el arcipreste de San Salvador. Para justificarse relata su vida. Lázaro aprende a medrar socialmente 2.
Los tres capítulos iniciales de la novela forman una unidad cuyo núcleo es el hambre. Con cada uno de sus tres primeros amos Lázaro pasa más hambre y necesidad que con el anterior. En estos tres capítulos el muchacho vive en una extrema pobreza y ha de recurrir a la mendicidad para subsistir. Gracias a este trabajo, Lázaro conoce al arcipreste de San Salvador, con quien cree alcanzar «la cumbre de toda buena fortuna».
Lo lamentable es que Lázaro consigue su bienestar material a costa de su degradación moral. En los tres primeros capítulos, Lázaro se comporta de acuerdo con los valores cristianos . En los cuatro últimos tratados, Lázaro deja de ser caritativo y se envilece para medrar, hasta el punto de aceptar el trato deshonroso que le ofrece el arcipreste de San Salvador. Sucede que el arcipreste tiene una amante y, como tanto la ley civil como los preceptos de la Iglesia prohibían que los clérigos tuvieran relaciones sexuales, decide buscar una forma de ocultar sus amores.
Lo que hace es casar a su amante con Lázaro para que nadie sospeche y seguir acostándose con ella en secreto. Y lo sorprendente es que Lázaro acepta con agrado este pacto indignante. Lázaro y el resto del mundo Lázaro se declara feliz y está convencido de que ha alcanzado la honra
. Así se lo muestra a «Vuesta Merced» en una carta en la que le explica su propia vida.
Así, Lázaro cree haber alcanzado la máxima honra, un don que en la época se considerada reservado a las personas con un cierto nivel social y económico. Sin embargo, con toda seguridad, cualquier persona de la época pensaría que Lázaro vivía «deshonrado y envilecido». Los más conservadores pensaban que la honra era un privilegio exclusivo de quienes descendían de la aristocracia, así que no estaba al alcance de Lázaro y los más innovadores, como los erasmistas, no aceptarían la «honra» de Lázaro, pues sólo es honrado quien ejerce la virtud, y es evidente que Lázaro no vive de forma virtuosa. La obra tuvo un éxito fulminante, pero cinco años más tarde fue prohibida.
Autor El Lazarillo es de autor anónimo. El narrador escribe la carta en primera persona, es decir, narrador y protagonista coinciden. Este narrador quiere hacer creer al lector que la suya es una autobiografía real. El «engaño» sólo podía funcionar si el autor publicaba su libro sin nombre, ya que por los conocimientos eruditos que a veces tiene Lázaro, su conocimiento de la Iglesia etc., es difícil pensar que el escritor real fuera de origen tan humilde como pretende.
Se ha supuesto que pudiera ser un erasmista, pues algunas de sus ideas sintonizan con Erasmo de Rótterdam, influyente filósofo que vivíó a caballo entre los siglos XV y XVI y que era muy crítico con la corrupción moral que imperaba en buena parte de la Iglesia. Otra posibilidad que se baraja es que fuera judío converso, dada la crítica que se lleva a cabo en el Lazarillo sobre los asuntos de honra. Contexto histórico El Lazarillo fue escrito en el reino de Castilla en la primera mitad del Siglo XVI. En la novela se lee que el padre de Lázaro murió en la expedición naval «de los Gelves», una desastrosa aventura militar emprendida en 1510 que pretendía iniciar la conquista de África.
El protagonista concluye su historia cuando Carlos V entra victorioso en Toledo a celebrar cortes. El autor refleja una realidad contemporánea. Durante el reinado de Carlos I, España alcanza unos diez millones y medio de habitantes. La Iglesia tiene gran poder.
Los artesanos y campesinos carecían de «honra», y no podían aspirar ni a la hidalguía. Esto daba lugar a situaciones grotescas, como la del escudero del Lazarillo, que supuestamente tenía «honra», pero en la práctica no tenía ni un triste pan que llevarse a la boca y sobrevivía engañando a los caseros. En el Siglo XVI, Europa sufre grandes conmociones, con la Reforma y con el Humanismo. – La Reforma protestante fue iniciada por Lutero en 1517, cuando este clavó en la iglesia de Wittenberg sus 95 tesis, en las que atacaba la venta de indulgencias y esbozaba lo que sería su doctrina sobre la salvación sólo por la fe.
Las 95 tesis se difundieron rápidamente por toda Alemania gracias a la imprenta, y Lutero se convirtió en un héroe para todos los que deseaban una reforma de la Iglesia Católica. Países como Alemania, Inglaterra, Suiza y Países Bajos se unieron a la reforma protestante, de manera que la unidad cristiana de la Edad Media quedó rota. – El humanista del Siglo XVI más influyente fue el holandés Erasmo de Rótterdam . Los humanistas hablan de la dignidad del hombre, y de la libertad individual, es decir, creen en el antropocentrismo .
Creen que las lenguas griega y latina son el camino que conduce a la recuperación de la dignidad del hombre. Realismo y visión crítica El Lazarillo ofrece una visión realista y crítica de la España de la época. Frente al emperador que no conoce la derrota militar y que es dueño de un Imperio inmenso nos encontramos con la realidad tristísima del hombre que ha tenido que renunciar a su propia dignidad para tener una casa y poder alimentarse. – La obsesión por la honra.
El Lazarillo denuncia una concepción superficial de la honra, fundada en las apariencias y la limpieza de sangre. Así, el escudero al que sirve Lázaro no tiene apenas para comer, pero mantiene los signos externos de su condición social. La obra contiene una importante carga anticlerical. Estilo y lengua del Lazarillo El Lazarillo es una novela escrita por un autor culto, pero narrada por un hombre sin estudios, de ahí que en la obra se perciban dos niveles lingüísticos casi antagónicos.
Por ejemplo, cuando el narrador dice que «ven a mi mujer hacer la cama», el lector va más allá del sentido literal de la expresión y entiende que la mujer de Lázaro no se limita a ordenar la cama del arcipreste, sino que además se acuesta con él.