Historia de España: De la Prehistoria al Reformismo del Siglo XVIII

Prehistoria en la Península Ibérica

La Prehistoria abarca desde la aparición del ser humano hasta la invención de la escritura. Se divide en tres grandes etapas: Paleolítico, Neolítico y Edad de los Metales. El yacimiento más importante es Atapuerca, donde se hallaron restos de Homo antecessor.


Paleolítico (1.200.000 – 5.000 a.C.)

Durante este periodo, el ser humano era nómada, vivía de la caza, la pesca y la recolección, y se organizaba en pequeños grupos sin jerarquías sociales claras.

  • Paleolítico Inferior: aparecen los primeros homínidos (Homo antecessor y Homo heidelbergensis). Usaban herramientas simples como lascas, choppers y bifaces.
  • Paleolítico Medio: predominan los neandertales, quienes ya conocían el fuego y enterraban a sus muertos. Destaca la industria musteriense.
  • Paleolítico Superior: llega el Homo sapiens, mejora la tecnología y aparecen instrumentos especializados como azagayas y buriles.

Arte Paleolítico

Se desarrolla en el Paleolítico Superior, principalmente en cuevas del norte peninsular (zona cantábrica). Representa animales de forma naturalista y polícroma, con un posible sentido mágico o religioso. Destacan las cuevas de Altamira, El Castillo y Tito Bustillo.

Arte levantino: aparece cronológicamente después, en abrigos al aire libre. Se caracteriza por figuras humanas esquematizadas y escenas de caza.


Neolítico (5.000 – 2.500 a.C.)

Se inicia la agricultura y la ganadería, lo que provoca el sedentarismo. Se comienza a fabricar cerámica y tejidos. Surgen poblados estables y enterramientos colectivos, destacando el megalitismo (dólmenes y tholos).


Edad de los Metales (3.000 – 1.000 a.C.)

Comienza el desarrollo de la metalurgia.

  • Edad del Cobre: destaca la cultura de Los Millares y el fenómeno del vaso campaniforme.
  • Edad del Bronce: sobresale la cultura de El Argar, caracterizada por sus enterramientos individuales.
  • Edad del Hierro: se generaliza el uso del hierro y aparecen los pueblos prerromanos junto a los colonizadores mediterráneos.

Pueblos Prerromanos

  • Los íberos vivían en el este y sur; practicaban la agricultura, el comercio y conocían la escritura. Destaca su refinado arte escultórico.
  • Los celtas ocupaban el interior y el norte; vivían en castros y tenían una economía fundamentalmente ganadera.
  • Los celtíberos mezclaban rasgos de ambos grupos y eran reconocidos como grandes guerreros.

Colonizadores

  • Los fenicios fundaron Gadir y explotaron el comercio y la metalurgia.
  • Los griegos se asentaron en el norte del litoral mediterráneo con fines comerciales.
  • Los cartagineses dominaron militarmente el sur y fundaron Cartago Nova.
  • Tartessos fue una civilización rica y avanzada basada en la metalurgia y el comercio en el suroeste peninsular.

Hispania Romana

Roma conquistó la Península entre el 218 y el 19 a.C., tras conflictos prolongados como la Guerra de Numancia y las Guerras Cántabras.

La romanización fue el proceso de asimilación cultural que difundió el latín, el derecho romano, la vida urbana y, posteriormente, el cristianismo. La economía se basó en la tríada mediterránea, la minería y el comercio. La sociedad estaba jerarquizada en senadores, caballeros, plebe y esclavos.


El Siglo XVIII en España (Resumen–Chuleta)

Introducción

El siglo XVIII fue una etapa de transición entre el Antiguo Régimen y la Edad Contemporánea. Comenzó con el cambio dinástico tras la llegada de los Borbones y la Guerra de Sucesión. Se implantó un modelo de monarquía absoluta, centralista y reformista. En política exterior, España perdió peso internacional y pasó a ser una potencia secundaria, centrada en la defensa del comercio colonial frente a Inglaterra.


1. Cambio dinástico y Guerra de Sucesión

Carlos II, último rey de la casa de Habsburgo, murió sin descendencia, lo que provocó un conflicto sucesorio. Nombró heredero a Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, quien fue proclamado como Felipe V.

La Guerra de Sucesión (1701-1713) fue un conflicto tanto internacional como civil:

  • Internacional: las potencias europeas temían la unión de Francia y España bajo una misma corona.
  • Interior: Castilla apoyó a Felipe V (modelo centralista) y la Corona de Aragón al archiduque Carlos (modelo foralista).

La guerra terminó con la victoria borbónica, facilitada por el hecho de que el archiduque Carlos heredara el Imperio alemán en 1711.

Tratado de Utrecht (1713)

  • Felipe V fue reconocido como rey de España, renunciando a sus derechos al trono francés.
  • España perdió sus territorios europeos (Países Bajos e Italia).
  • Inglaterra obtuvo Gibraltar, Menorca y ventajas comerciales (asiento de negros y navío de permiso). Supuso el inicio de la hegemonía británica.

2. Absolutismo borbónico y política interna

Felipe V implantó un modelo absolutista y centralista, inspirado en el sistema francés. Tras él reinaron Fernando VI (caracterizado por una política de neutralidad) y Carlos III.

Decretos de Nueva Planta (1707-1716)

Abolieron los fueros e instituciones propias de la Corona de Aragón, imponiendo el modelo administrativo castellano. Navarra y el País Vasco conservaron sus fueros por su apoyo inicial a Felipe V.

Consecuencias:

  • Centralización del poder en Madrid.
  • Uniformización legal y administrativa en todo el territorio.
  • Pérdida de la autonomía regional de los reinos orientales.
  • Nuevo modelo territorial basado en provincias, capitanes generales, audiencias e intendentes.

La administración central se reorganizó mediante las Secretarías de Despacho, antecedentes directos de los actuales ministerios.


3. Política exterior de los Borbones

Los objetivos principales fueron recuperar Gibraltar y Menorca, y asegurar territorios italianos para la descendencia real. Esta política se basó en:

  • La alianza con Francia a través de los Pactos de Familia.
  • El enfrentamiento constante con Inglaterra.

Felipe V logró colocar a sus hijos en Nápoles, Sicilia y Parma. Fernando VI mantuvo una política de neutralidad activa. Carlos III retomó la alianza francesa y participó en guerras contra Inglaterra; tras el Tratado de Versalles (1783), España recuperó Menorca y Florida. Finalmente, Carlos IV se vio condicionado por el estallido de la Revolución Francesa.


4. Despotismo ilustrado y reformismo

El rey Carlos III encarnó el modelo del despotismo ilustrado, bajo el lema: “Todo para el pueblo, pero sin el pueblo”.

Principales Reformas

  • Agricultura: se realizaron intentos de reforma agraria (impulsados por Campomanes y Jovellanos), aunque fracasaron por la firme oposición de la nobleza y el clero.
  • Industria: creación de las Reales Fábricas y fomento del desarrollo textil catalán.
  • Comercio: decreto de liberalización del comercio con América (1778).
  • Hacienda: creación del Catastro de Ensenada y del Banco de San Carlos.

El Motín de Esquilache (1766) evidenció los límites del reformismo y tuvo como consecuencia directa la expulsión de los jesuitas (1767).


5. Economía y sociedad en el siglo XVIII

La economía experimentó una recuperación desigual, siendo más dinámica en la periferia. La agricultura siguió siendo técnicamente atrasada, la industria limitada y el comercio creció notablemente gracias al mercado americano.

La población aumentó un 50% durante el siglo. Se produjo una disminución relativa de nobles y clero, mientras crecían las ciudades y la burguesía.

Sociedad estamental:

  • Privilegiados: nobleza y clero, poseedores de tierras y exentos de impuestos.
  • Burguesía y clases medias: comerciantes, funcionarios y militares.
  • Mayoría popular: artesanos, labradores y jornaleros. Persistían fuertes desigualdades sociales.

6. Cultura de la Ilustración española

La Ilustración en España buscó la modernización del país a través de la educación y la ciencia. Se fundaron las Reales Academias y las Sociedades Económicas de Amigos del País.


7. Carlos IV y la crisis de la monarquía

El reinado de Carlos IV (1788-1808) coincidió con la crisis del Antiguo Régimen. El impacto de la Revolución Francesa frenó las reformas ilustradas y provocó una gran inestabilidad política.

Manuel Godoy, su principal ministro, llevó a cabo una política exterior errática:

  • Guerra contra la Francia revolucionaria y posterior alianza con Napoleón.
  • Graves derrotas navales frente a Inglaterra, destacando la Batalla de Trafalgar (1805).
  • Profunda crisis económica y descontento social.

El Motín de Aranjuez (1808) provocó la caída de Godoy y la abdicación de Carlos IV en su hijo, Fernando VII. La entrada de las tropas francesas y las Abdicaciones de Bayona desencadenaron finalmente la Guerra de la Independencia.