Impacto Económico Global: De la Primera Guerra Mundial a la Crisis del 29

1. Impacto Económico Post-Primera Guerra Mundial

1.1 Las Consecuencias Económicas de la Guerra

La Primera Guerra Mundial tuvo importantes repercusiones sobre el poder económico de Estados Unidos y de Europa. La contienda tuvo consecuencias muy negativas, provocadas por las discrepancias entre los propios aliados acerca de cómo pagar las deudas y de cómo organizar las relaciones económicas internacionales, y por los efectos de los tratados de paz. El Tratado de Versalles exigió fuertes indemnizaciones a los vencidos, especialmente a Alemania, que perdió un 13% de su territorio y el 10% de su población, lo que significó una disminución del número de consumidores. Austria y Hungría también vieron restringido su mercado interior, mientras la economía de Bulgaria, Turquía y Rusia acabó seriamente afectada. El principal motivo de tensión fue la firmeza de los vencedores para exigir el pago de reparaciones de guerra. Todo ello creó grandes problemas en las relaciones entre los propios vencedores. Por otro lado, gran parte de la población alemana consideró una humillación la carga impuesta en las reparaciones. El pago de esas cantidades comportó la quiebra de su sistema monetario en 1923, y provocó una inflación sin precedentes que arruinó a todos los que tenían unos ingresos fijos.

1.2 El Declive Británico y la Supremacía Americana

Las consecuencias de la Primera Guerra Mundial aceleraron la supremacía de Estados Unidos, y con ello, el aumento de desequilibrios en el mercado internacional. Por una parte, la diferencia económica existente entre Estados Unidos y Europa, y por otra, el exceso de oferta de alimentos y materias primas, lo que provocó la caída de precios. La mayor competitividad de Estados Unidos provocó que la balanza comercial se inclinara hacia la gran potencia. El déficit comercial europeo se vio compensado por las inversiones de capital estadounidense en Europa. Pero la retirada de las inversiones americanas a partir del inicio de la Crisis del 29 comportó la caída de los intercambios comerciales. A estas dificultades se sumó un desequilibrio similar entre países industrializados y los que exportaban alimentos y materias primas.


2. La Prosperidad y Crisis de los Años 20

2.1 Los Felices Años 20

Estados Unidos desempeñó el papel de proveedor de mercancías y de capital; durante estos años, aceleró su crecimiento económico, impulsado por los cambios en la estructura de su economía. Estados Unidos se convirtió en el primer inversor mundial, dejando a Gran Bretaña en el segundo lugar. El aumento de sus exportaciones incrementó su presencia en casi todos los mercados, generando un creciente superávit en su balanza comercial. La expansión de Estados Unidos se basó en una profunda transformación productiva dominada por la innovación técnica. Fue durante la década de los años 20 cuando se popularizó el uso del teléfono, de los automóviles y de los electrodomésticos; aunque su coste era muy elevado, muchas familias pudieron adquirirlos a plazos. La difusión de las compras mediante este sistema, junto al aumento del consumo, se ha denominado la revolución de los consumidores, y esa fue una de las principales causas de la expansión económica. El sector emblemático de este auge fue el del automóvil y, especialmente, la salida al mercado del Modelo T de Ford, fabricado casi íntegramente mediante la producción en serie con las cadenas de montaje. También tuvo efectos muy positivos sobre el empleo y la demanda la construcción de grandes rascacielos. Pero los resultados positivos de este progreso no se distribuyeron homogéneamente. Mientras los beneficios de las empresas y los dividendos de sus accionistas crecieron a un ritmo espectacular, los salarios experimentaron un aumento casi inapreciable. El sector agrario vio cómo sus ingresos se reducían y muchos trabajadores de los sectores de la industria tradicional se vieron obligados a cambiar de empleo y a instalarse en barrios sin equipamientos.

2.2 Auge y Crisis de la Bolsa

El auge bursátil, es decir, el aumento de la demanda de acciones y su consiguiente subida de cotización, dio paso a lo que se conoce como una burbuja especulativa. Basándose en los beneficios que se obtenían de la compra/venta de las acciones, muchos inversores se endeudaron para adquirir más. Mientras el precio de las participaciones mantuvo su tendencia al alza, la euforia continuó, aunque las cotizaciones dejaron de tener relación con los beneficios empresariales, ya que estos crecían muy por debajo del precio de la cotización de las acciones. Sin embargo, cuando la inclinación del mercado cambió y las cotizaciones se hundieron, muchos inversores se encontraron empeñados y sin poder hacer frente a sus deudas. El 24 de octubre de 1929 se provocó una oleada de ventas que se transformó en el “Jueves Negro” de la historia financiera de Estados Unidos, debido al convencimiento de que los precios de las acciones no iban a seguir subiendo permanentemente. Un episodio similar tuvo lugar el 29 de octubre, el “Martes Negro”, cuando muchos bancos exigieron el pago de los préstamos concedidos para la compra de acciones, lo cual forzó la venta de las acciones para poder devolver los créditos.