La Construcción del Estado Liberal en España (1833-1874): Política y Economía del Siglo XIX

I. El Establecimiento del Régimen Liberal y las Regencias (1833-1843)

El Enfrentamiento Ideológico: Moderados y Progresistas

El liberalismo español del siglo XIX se dividió en dos grandes facciones:

  • Moderados: Defendían la soberanía compartida entre las Cortes y el rey. Eran partidarios de unas Cortes bicamerales con un Senado, una organización administrativa uniforme y el sufragio censitario (muy restringido).
  • Progresistas: Partidarios de un liberalismo más amplio, buscaban mayores limitaciones al poder de la Corona. Defendían la existencia de la Milicia Nacional y los ayuntamientos electivos.

La Regencia de María Cristina (1833-1840)

Tras la muerte de Fernando VII, su esposa, María Cristina, fue nombrada regente. Inicialmente, el gobierno, liderado por Cea Bermúdez, intentó oponerse tanto a los carlistas como a los liberales. Sin embargo, la presión obligó a un cambio de rumbo.

El Estatuto Real de 1834 y la Revolución Liberal

Martínez de la Rosa buscó un equilibrio entre las tendencias liberales y el carlismo, lo que llevó a la aprobación del Estatuto Real (1834), una carta otorgada que establecía una ley electoral con un sufragio muy restringido. Martínez dimitió en junio de 1835, siendo sustituido por el conde de Toreno, del sector moderado.

La formación de Juntas revolucionarias de signo progresista en varias capitales obligó a la regente a llamar a Mendizábal, un liberal progresista, para formar gobierno en septiembre de 1835. Bajo su mandato:

  • Se amplió el alistamiento de hombres para el ejército.
  • Se aprobó la desamortización de bienes eclesiásticos del clero regular (19 de febrero de 1836).

Tras la dimisión de Mendizábal, Francisco Javier Istúriz formó un gobierno de corte moderado que no contaba con el apoyo de las Cortes. El 12 de agosto de 1836 tuvo lugar el motín de La Granja, que obligó a María Cristina (MC) a restablecer la Constitución de 1812.

La Constitución de 1837

El nuevo gobierno, con Calatrava y Mendizábal en Hacienda, se propuso acabar con las instituciones del Antiguo Régimen e implantar un régimen liberal con una monarquía constitucional. Esto culminó con la promulgación de la Constitución de 1837, que:

  • Reconocía la soberanía nacional.
  • Establecía unas Cortes bicamerales.
  • Mantenía el sufragio censitario.
  • El Senado era designado por el rey.

Tras la aprobación de la Constitución, se convocaron elecciones que fueron ganadas por los moderados. El enfrentamiento entre Espartero (cabeza de los progresistas) y Narváez (de los moderados) se agudizó. La aprobación de una Ley de Ayuntamientos que Espartero rechazó provocó su renuncia.

La Primera Guerra Carlista (1833-1839)

Tras la muerte de Fernando VII, su hermano Carlos reclamó el trono desde Portugal. Se desató no solo una guerra dinástica, sino un enfrentamiento entre los partidarios del Antiguo Régimen y los que querían convertir a España en un Estado liberal.

Los Bandos Enfrentados

  • Carlistas: Partidarios del absolutismo monárquico, la defensa de la religión y de los fueros.
  • Isabelinos (o Cristinos): La reina regente contó con el apoyo de parte de la nobleza, los liberales y la Iglesia.

Desarrollo Bélico

  1. Primera fase (1833-1835): Destacan los triunfos carlistas. Zumalacárregui muere sin conquistar Bilbao.
  2. Segunda etapa (1835-1837): Caracterizada por las grandes expediciones carlistas, que no lograron consolidar el carlismo en ningún punto.
  3. Tercera fase (1837-1839): Se caracteriza por el agotamiento de los carlistas, culminando con la firma del Convenio de Vergara con Espartero.

La Regencia de Espartero (1840-1843)

Los problemas para Espartero vinieron de su forma de gobernar, muy personalista y autoritaria, apoyándose en sus amigos personales (una camarilla de militares afines) y alejándose del sector mayoritario del grupo progresista en las Cortes. Los sucesos de Barcelona, incluyendo el bombardeo de la ciudad, contribuyeron a desprestigiarlo.

Sin apoyos, Espartero terminó abandonando el país. Las Cortes adelantaron la mayoría de edad de Isabel II. La reina encargó a un político moderado, González Bravo, la formación de un gobierno, que fue sustituido por otro dirigido por Narváez. Con él daba comienzo la Década Moderada.

II. El Reinado de Isabel II: La Década Moderada y el Bienio Progresista

La Década Moderada (1844-1854)

La Década Moderada está íntimamente ligada a la figura de Narváez. Aunque el primer gobierno estuvo presidido por González Bravo, las medidas legislativas que definieron al nuevo Estado liberal moderado se consolidaron bajo Narváez:

Las Reformas Moderadas y la Constitución de 1845

  • La Constitución de 1845: Excluyó toda pretensión de pacto con los progresistas. Establecía la soberanía compartida entre la monarquía y las Cortes, y la exclusividad de la religión católica.
  • Estado Centralizado y Uniforme: Se reforzó el centralismo, incluyendo la designación de los alcaldes de los municipios por el gobierno central.
  • Reconciliación con la Iglesia: Se suspendió la venta de bienes eclesiásticos.
  • Reforma de la Hacienda (1845): Se establecieron tarifas a la entrada de las poblaciones.
  • Ley Electoral de 1846: Redujo drásticamente el número de electores al doblar los requisitos de fortuna para poder votar.

Desarrollo Político y Conflictos

El matrimonio de la reina con Francisco de Asís reavivó el enfrentamiento con los carlistas, lo que dio lugar al estallido de la Segunda Guerra Carlista (1846-1849) o “Guerra del Matiners”, centrada en Cataluña. Ramón Cabrera regresó de Inglaterra para ponerse al frente de las partidas guerrilleras.

Al último gobierno de Narváez (1847-1851) le sucedió el encabezado por Bravo Murillo. Durante su mandato se firmó el Concordato con la Santa Sede (1851).

El Bienio Progresista (1854-1856)

En Manzanares, el general Serrano se unió a la sublevación y convenció a O’Donnell para dar al pronunciamiento un giro hacia el progresismo. Con esa finalidad, Cánovas del Castillo redactó el “Manifiesto de Manzanares”. En distintas ciudades se constituyeron Juntas revolucionarias.

Medidas Progresistas

Las Cortes Constituyentes dieron el triunfo al nuevo partido de la Unión Liberal, liderado por O’Donnell, que nació como una opción de centro. Las principales medidas fueron:

  • La Constitución de 1856: Aunque elaborada, no fue promulgada (conocida como la Non Nata).
  • Ley de Desamortización de Madoz (1855): Afectó a los bienes de la Iglesia y, fundamentalmente, a los bienes municipales.
  • Ley General de Ferrocarriles: Facilitó la inversión de capital extranjero.
  • Ley de Bancos de Emisión y de Sociedades de Crédito: Destinadas a favorecer la movilización de los capitales.

La crisis que acabó con el gobierno de Espartero, y con el Bienio, fue consecuencia del clima de conflictividad social.

El Retorno al Moderantismo y la Crisis Final (1856-1868)

La última etapa del reinado de Isabel II fue de alternancia en el poder entre los moderados y la Unión Liberal. O’Donnell suprimió la Milicia Nacional, disolvió las Cortes y restableció la Constitución de 1845. Se aprobó la Ley de Instrucción Pública (1857).

La crisis final del reinado (1863–1868) se debió a la misma Corona, empeñada en contar solo con gobiernos moderados o presididos por O’Donnell, lo que anulaba los fundamentos del sistema liberal. Los progresistas, liderados por Juan Prim, solo confiaban en el pronunciamiento como única salida. Tras la represión de O’Donnell, la reina volvió a llamar a Narváez.

El Pacto de Ostende (1866) unió a progresistas y demócratas con el propósito de destronar a Isabel II y convocar unas Cortes constituyentes elegidas por sufragio universal.

III. El Sexenio Democrático (1868-1874)

La Revolución de 1868, la “Gloriosa”

La caída de la monarquía de Isabel II se debió al poder político que ejercía el partido moderado y al éxito del Pacto de Ostende. La revolución triunfó gracias a la acción de Juan Prim, Serrano y Topete. En España se formaron juntas revolucionarias de demócratas y republicanos.

El Gobierno Provisional y la Constitución de 1869

El Gobierno Provisional fue presidido por Serrano, con Prim, Sagasta, Zorrilla y Figuerola. Sus primeras medidas incluyeron la disolución de las juntas revolucionarias y la adopción de la peseta como nueva moneda. Además, se estableció que todos los varones mayores de 25 años podían votar.

El principal objetivo de las Cortes fue elaborar una Constitución que trazara las líneas generales de un nuevo régimen. La Constitución de 1869, promulgada en junio, fue la más avanzada de su tiempo:

  • Proclamaba la soberanía nacional.
  • Instauraba una monarquía “democrática”.
  • Incorporaba una amplia declaración de derechos y libertades.
  • Las Cortes eran bicamerales (Congreso y Senado), elegidas ambas por sufragio universal.

La Regencia de Serrano y el Reinado de Amadeo I

Serrano fue elegido regente, mientras Prim gobernaba. El gobierno enfrentaba graves problemas: deudas en Hacienda, el inicio de la Guerra de Cuba y la búsqueda de un rey.

El Reinado de Amadeo de Saboya (1870-1873) comenzó sin apoyo. Se formaron dos grupos principales: los constitucionales (con Sagasta) y los radicales (con Zorrilla). El reinado se caracterizó por la inestabilidad política y las presiones recibidas por fuerzas de derecha e izquierda:

  • Oposición de Derecha: Carlistas, alfonsinos, clero y alta burguesía (incluyendo industriales catalanes).
  • Oposición de Izquierda: Republicanos y sociedades obreras.

La oposición del rey a la aprobación de una ley que reformaba el arma de artillería fue la gota que colmó el vaso. Al día siguiente, Amadeo I renunció, y por primera vez se proclamó una República.

La Primera República (1873-1874)

La República nacía en un momento lleno de dificultades: una Hacienda sin fondos, dos guerras abiertas (la carlista y en Cuba), y movilizaciones de obreros (en Cataluña) y campesinos (en Andalucía) que buscaban una revolución social.

La Asamblea Nacional designó a Estanislao Figueras jefe de gobierno. Se aprobó la abolición de la esclavitud en Puerto Rico y se suprimieron las quintas. Las elecciones a Cortes Constituyentes debían decidir si la República sería unitaria o federal. Se acordó proclamar la República Democrática Federal.

El Problema Federalista y el Cantonismo

Entre los republicanos existían diferencias entre federales y unitarios, e incluso entre los mismos federales:

  • Federales Intransigentes: Deseaban implantar un Estado federal sin esperar la aprobación de una Constitución.
  • Federales Legales: Esperaban la aprobación constitucional.

Pi y Margall pasó a ser el nuevo presidente. Un mes después, la política se agravó con la huelga general en Alcoy (obrera) y una revolución cantonista. Pi dimitió y le sucedió Nicolás Salmerón, quien dimitió a su vez. Entró Emilio Castelar, quien reforzó el ejército y enfrentó a los cantonalistas.

El Fin de la República y la Restauración

Las tropas de Pavía dieron un golpe de Estado en 1874, poniendo fin a la República. Se estableció la República de Serrano (1874), de signo autoritario (una dictadura sin Cortes ni Constitución), que pretendía frenar la inestabilidad hacia la izquierda.

Los alfonsinos, dirigidos por Cánovas del Castillo, ganaban cada vez más apoyos. En 1874, Martínez Campos se pronunció a favor de Alfonso (hijo de Isabel II), quien entró en 1875, dando comienzo a la Restauración.

IV. Las Transformaciones Económicas del Siglo XIX

La Agricultura y los Cambios en la Propiedad Agraria

España era un país fundamentalmente agrario con una distribución de la propiedad de la tierra muy desigual. La desamortización puso fin a la propiedad amortizada de la Iglesia y de los municipios. El Estado expropiaba estos bienes y los ponía a la venta en subasta pública.

El golpe mortal para los bienes de la Iglesia provino de la desamortización eclesiástica de Mendizábal (clero regular, desde 1836) y de Espartero (clero secular, desde 1841). Más adelante, la desamortización de Madoz en 1855 puso en venta bienes del Estado, de la Iglesia y de los municipios.

Evolución de la Agricultura

Los cambios en la propiedad, junto con la mejora de los transportes, el aumento de la población y la política proteccionista de los gobiernos moderados a favor de los cereales, contribuyeron a incrementar la producción agrícola. A finales de siglo, la política proteccionista se acentuó (Arancel de 1891) para intentar frenar la crisis agraria.

Desarrollo Industrial

La Industria Textil Algodonera

La primera máquina de vapor en esta industria se instaló en 1833. Hacia 1860, la hilatura estaba completamente mecanizada, aunque el tejido lo estaba solo en un 45%. La mecanización permitió la reducción de los costes. Además, la política proteccionista de los gobiernos, al poner elevados aranceles a la penetración en Cuba y Puerto Rico de tejidos no fabricados en España, permitió a la industria catalana sustituir a los tejidos ingleses en el mercado español.

La Industria Siderúrgica

La siderurgia se alimenta de hierro y de carbón. Entre 1830 y 1860, la producción de hierro se concentró en Andalucía, específicamente en Marbella y Málaga, aprovechando sus minas de hierro. A partir de 1880, se impuso sobre las demás la siderurgia vasca, gracias a la disponibilidad de carbón y la exportación de hierro de alta calidad.