1. La Crisis del Antiguo Régimen: Carlos IV y Godoy (1793-1808)
a) La Política Exterior y las Guerras
Para intentar salvar al rey francés Luis XVI, Manuel Godoy intentó negociar con los revolucionarios franceses. No lo consiguió, y el rey fue ejecutado en 1793. Posteriormente, Francia atacó Cataluña, el País Vasco y Navarra. Godoy se unió a la coalición de monarquías europeas que se enfrentaban a la Francia revolucionaria, iniciando la Guerra de la Convención (1793-1795). El conflicto finalizó con la Paz de Basilea en 1795.
En 1796 se firmó el Tratado de San Ildefonso, que reafirmó la alianza entre los dos países, aunque España quedó subordinada a Francia. En 1797, Francia forzó a España a luchar contra los británicos. Esta guerra desgastó gravemente la economía española, y al final España tuvo que ceder la isla de Trinidad a Gran Bretaña.
Cuando Napoleón Bonaparte accedió al poder, España y Francia volvieron a luchar contra Gran Bretaña, siendo derrotados en 1805 en la Batalla de Trafalgar.
En 1807, Godoy firmó con Francia el Tratado de Fontainebleau, que promovía la invasión de Portugal y su división en tres partes, una de ellas destinada a Godoy. El tratado permitía a las tropas francesas entrar en la península, momento en el que comenzaron a ocupar España.
b) La Crisis Económica y Social
A lo largo del mandato de Carlos IV, se sucedieron ciclos de malas cosechas y epidemias, lo que provocó importantes crisis de subsistencia, agravadas por las guerras. La escasez de ingresos obligó a aumentar los impuestos y a tomar medidas extraordinarias, como la Desamortización de Godoy en 1798. Esta consistió en la expropiación de tierras de la Iglesia para su posterior venta.
El resultado fue una profunda crisis que, si bien no afectó a las clases adineradas, sí generó un gran descontento popular. Esto produjo una conspiración para derrocar a Godoy y a Carlos IV en favor del joven sucesor, Fernando (futuro Fernando VII).
2. La Guerra de la Independencia (1808-1814)
a) El Estallido del Conflicto
Ante la invasión de los franceses, Godoy trasladó las Cortes a Sevilla y aconsejó al rey que se marchara a América. El descontento y las conspiraciones culminaron en el Motín de Aranjuez en marzo de 1808, lo que obligó a Carlos IV a abdicar en favor de su hijo, quien se convirtió en el rey Fernando VII.
En abril de 1808, Fernando VII y Carlos IV acudieron a Bayona, convocados por Napoleón. Con el ejército francés en España y la familia real ausente, las clases populares se levantaron contra los invasores el 2 de mayo de 1808 en Madrid.
Pocos días después, el 6 de mayo, Napoleón obligó a la monarquía a abdicar a favor de su hermano, José Bonaparte, a quien nombró rey de España.
La represión de las tropas francesas contra la rebelión de Madrid encendió a las clases populares del resto del país, que se rebelaron contra las tropas francesas. Así se inició la Guerra de la Independencia (1808-1814).
b) Fases de la Guerra
Junio a Noviembre de 1808: Primeros Éxitos de la Resistencia
Se dieron los primeros éxitos de la resistencia española. El somatén (milicia popular) derrotó al ejército francés en El Bruc, cortando el avance francés hacia Aragón. Otro ejército organizado por la Junta de Sevilla derrotó a los franceses en la Batalla de Bailén. Las tropas de Napoleón se retiraron al norte del Ebro, y José I abandonó Madrid.
Noviembre de 1808 a Enero de 1810: Ofensiva Francesa
Napoleón lanzó una gran ofensiva para dominar las principales ciudades. Se intensificó la guerra de guerrillas, una forma de resistencia popular que desgastó enormemente al ejército invasor. En 1810, los franceses ocuparon Andalucía.
Enero de 1810 a 1814: El Final de la Guerra
Continuaron las victorias francesas, pero la marcha de Napoleón hacia el frente ruso en 1812 redujo significativamente el número de tropas francesas en la península. Los aliados, al mando del británico Duque de Wellington, realizaron una ofensiva decisiva que marcó el final de la guerra.
Napoleón devolvió el trono a Fernando VII con la firma del Tratado de Valençay a finales de 1813. Fernando VII regresó a España en marzo de 1814.
3. Las Cortes de Cádiz y la Constitución de 1812
a) La Convocatoria y Composición de las Cortes
La Junta Central Suprema, que asumió la soberanía en ausencia del rey, convocó las Cortes. Los diputados de Cádiz fueron elegidos por cada junta provincial. Aunque la Junta de Regencia era un organismo propio del Antiguo Régimen, la composición de las Cortes fue variada:
- Miembros de la nobleza, el clero y la alta burguesía de todas las provincias.
- Representación de profesionales liberales e intelectuales.
Las Cortes se proclamaron a sí mismas Asamblea Nacional Constituyente y asumieron la soberanía nacional. Este fue el primer paso de la revolución liberal en España. Para lograr el liberalismo, se introdujo la Constitución de 1812 y se propusieron diferentes reformas.
b) Ideologías de los Diputados
Las Cortes se formaron con el objetivo principal de recuperar a Fernando VII, pero estaban compuestas por diputados de diferentes ideales:
- Liberales: Eran intelectuales y miembros de la burguesía. Vieron la guerra como una oportunidad para instaurar un régimen liberal.
- Jovellanistas o Ilustrados: Querían continuar con las instituciones y estructuras del Antiguo Régimen, aunque con reformas modernas y limitando el poder real.
- Absolutistas o Serviles: Querían recuperar la monarquía absolutista. Eran miembros del clero y la burguesía terrateniente.
c) La Labor Legislativa y la Constitución de 1812
La labor legislativa de las Cortes fue fundamental: aprobaron decretos de carácter liberal, pero su obra más importante fue la redacción de la Constitución de 1812 (conocida popularmente como La Pepa).
Principios de la Constitución de 1812
En esta Constitución aparece el concepto de Nación Española, definida como la reunión de todos los españoles de ambos hemisferios, y se declaró que la nación era libre e independiente.
- Soberanía Nacional: El poder reside en el pueblo y se ejerce a través de sus representantes.
- Sistema de Gobierno: Se propuso una monarquía constitucional. Fernando VII fue considerado el único rey legítimo.
- División de Poderes: La Constitución de Cádiz dividió el poder en tres: Ejecutivo (Rey), Legislativo (Cortes unicamerales) y Judicial (Tribunales).
- Participación Política: Se planteó la participación de la población mediante sufragio universal masculino indirecto.
- Ciudadanía: Los españoles dejaron de ser súbditos para ser ciudadanos. Se reconoció la igualdad de los ciudadanos ante la ley.
- Religión: Se estableció un estado confesional, con la religión católica romana como única y oficial.
4. El Reinado de Fernando VII (1814-1833)
a) El Sexenio Absolutista (1814-1820)
Fernando VII entró en España el 22 de marzo de 1814 con un gran apoyo popular. A su llegada a Valencia, recibió dos apoyos clave: uno político y otro militar. El general Elío, capitán general de Valencia, apoyó el regreso al absolutismo. Además, diputados conservadores presentaron el Manifiesto de los Persas, un escrito que solicitaba la abolición de la Constitución y la restauración del poder absoluto.
Fernando VII derogó la Constitución y restauró el absolutismo. Los liberales fueron condenados a prisión o al destierro, y los sectores más conservadores recuperaron sus poderes. Se reinstauró el Tribunal de la Inquisición. El rey se negó a devolver las propiedades desamortizadas.
b) El Trienio Liberal (1820-1823)
Los primeros años del reinado de Fernando VII fracasaron. Sin embargo, en enero de 1820, el coronel Rafael de Riego proclamó la Constitución. Fue apoyado por un ejército acantonado en Cádiz que iba a ser enviado a las colonias americanas.
La rebelión tuvo seguimiento en otras importantes ciudades como A Coruña, Zaragoza, Barcelona y Murcia. El rey se vio obligado a jurar la Constitución, lo que hizo en 1820.
Cabe destacar la creación de la Milicia Nacional, un cuerpo de voluntarios armados encargado de conservar el orden público y defender el régimen liberal.
Problemas del Trienio Liberal
En esta etapa liberal surgieron problemas internos. Los liberales eran aún una minoría y empezaron a dividirse en facciones:
- Moderados (Doceañistas): Partidarios de la reforma de 1812, querían un gobierno más conservador y pactar con el rey.
- Exaltados (Veinteañistas): Más jóvenes y radicales, querían leyes más profundas y revolucionarias.
También existió una oposición absolutista constante ejercida por las clases privilegiadas y el mismo monarca. En las áreas rurales, los realistas ganaron terreno gracias al descontento de la población por los nuevos impuestos.
El gobierno liberal sobrevivió a estos problemas internos, pero su caída se debió a una intervención extranjera. Fernando VII llamó a la Santa Alianza para derrocar a los liberales.
En 1823, los llamados Cien Mil Hijos de San Luis, un ejército absolutista francés, invadieron España, derrocaron el liberalismo e implantaron el absolutismo otra vez.
c) La Década Ominosa (1823-1833)
Al recuperar el absolutismo, se inició una época de intensa represión. La mayor parte de las personas que habían estado en el gobierno liberal fueron perseguidas.
El Tribunal de la Inquisición no fue restaurado, pero los obispos crearon otro organismo llamado el Tribunal de Fe. Este, junto con la Secretaría de Gracia y Justicia, se encargaba de proteger el absolutismo. También se cerraron periódicos y universidades, y se censuraron todos los libros contrarios al absolutismo.
Debido a que el Estado estaba en una situación financiera crítica, Fernando VII se vio obligado a utilizar medidas más modernas, similares a las de los liberales, creando un Estado absolutista con una administración parcialmente liberal. Esto no fue bien visto ni por los liberales ni por los absolutistas más radicales (los ultrarrealistas).
El Pleito Dinástico
El rey no tenía descendencia masculina, por lo que su hermano, Carlos María Isidro de Borbón, era el sucesor legítimo según la Ley Sálica.
Sin embargo, Fernando VII se casó con su sobrina María Cristina, quien tuvo una niña. Para que su hija pudiera gobernar, el rey derogó la Ley Sálica mediante la Pragmática Sanción en 1830.
En 1832, el rey enfermó gravemente, y se produjo una conspiración conocida como los Sucesos de La Granja, donde fue obligado a anular la Pragmática Sanción e implementar de nuevo la Ley Sálica. Fernando VII se recuperó, volvió a implantar la ley para que su hija gobernara y se apoyó en los liberales moderados.
Fernando VII murió en 1833. Su hija, Isabel, se convirtió en reina. Como solo tenía tres años, su madre, María Cristina, obtuvo la regencia. La gente que apoyaba al hermano de Fernando (Carlos María Isidro) se levantó en armas, iniciando las Guerras Carlistas (1833-1868).