La Desamortización en España (S. XIX): Proceso, Protagonistas y Consecuencias Agrarias

El Proceso de Desamortización del Siglo XIX y los Cambios Agrarios en España

1. Introducción: La Propiedad de la Tierra en el Antiguo Régimen

La agricultura española del siglo XIX estaba profundamente atrasada. La propiedad de la tierra en el Antiguo Régimen estaba monopolizada por el Estado, la Iglesia, la nobleza y los municipios. Estas tierras eran conocidas como «manos muertas», ya que no se podían vender, hipotecar ni enajenar.

El proceso de reforma liberal implicó un triple fenómeno destinado a cambiar el régimen de propiedad: la abolición de los señoríos, la desvinculación de los mayorazgos y la desamortización de los bienes eclesiásticos, municipales y otras «manos muertas». Estas tierras, a menudo, ni eran cultivadas ni pagaban impuestos, lo que impedía la generación de riqueza.

La solución propuesta por el Estado liberal fue apropiarse de ellas y ponerlas a la venta libre a través de la subasta al mejor postor. El importe obtenido sirvió para amortizar la deuda pública, impulsar el ferrocarril o sufragar las guerras carlistas. Sin embargo, este proceso no logró una verdadera reforma agraria.

(Contexto Histórico: Las desamortizaciones, iniciadas en el siglo XVIII bajo una óptica ilustrada, se convirtieron durante el siglo XIX en la principal arma política liberal para cambiar el régimen de la propiedad del Antiguo Régimen.)

2. La Situación de la Agricultura Española en el Siglo XIX

Según el Censo de Godoy de 1797, el 80 % de la población activa trabajaba en la agricultura. Esta actividad presentaba graves lastres estructurales:

  • Mediocres rendimientos por hectárea.
  • Uso del arado romano.
  • El abono seguía siendo de origen animal.
  • Continuación del barbecho y seguimiento de la trilogía mediterránea (trigo, vid, olivo).
  • España era autosuficiente en trigo, y el vino y sus derivados eran los principales productos de exportación.

Grupos Humanos Ligados a la Tierra:

  • Los estados señoriales.
  • Los campesinos propietarios de tierras y ganados que a menudo arrendaban sus fincas a otros campesinos.
  • Los campesinos arrendatarios.
  • Los jornaleros y pelentrines andaluces.

3. Las Reformas Estructurales Necesarias

Eran necesarias reformas estructurales profundas para lograr una Revolución Agrícola. Siguiendo el modelo británico, los liberales buscaron garantizar la propiedad privada y aumentar el número de propietarios mediante tres medidas fundamentales:

  1. La abolición de los señoríos.
  2. La desvinculación de los mayorazgos.
  3. La desamortización eclesiástica, municipal y de otras «manos muertas».

Con esto se pretendía liberalizar las tierras, reducir el papel económico de la Iglesia y desarrollar el capitalismo en el sector agrario.

4. Las Desamortizaciones y Desvinculaciones del Siglo XIX

4.1. La Desamortización de Godoy (1798)

El reinado de Carlos IV experimentó una grave crisis de la hacienda, lo que obligó a emitir vales reales. Por ello, Godoy impulsó la Desamortización de 1798. El Estado expropió tierras eclesiásticas (de hospitales, hospicios, casas de misericordia), capellanías y bienes de los jesuitas. Estas tierras fueron vendidas en subasta pública y podían ser pagadas con vales reales. Se puso en venta un sexto de las propiedades de la Corona de Castilla. También se permitió la venta de tierras de mayorazgos.

4.2. La Desamortización de José I Bonaparte

José I ordenó suprimir las órdenes regulares mendicantes para abastecer a los soldados franceses y financiar la guerra.

4.3. Medidas Desamortizadoras de las Cortes de Cádiz (1810-1814)

  • La Ley de Señoríos de 1811: Suprimió los señoríos y los privilegios jurisdiccionales de los señores.
  • El Decreto de 4 de enero de 1813: Expropió las tierras de los conventos con menos de 12 frailes, y estableció la venta de baldíos y comunales.
  • El Decreto de 1813: Nacionalizó los bienes de los afrancesados, jesuitas y de la Orden Militar de San Juan de Jerusalén.

4.4. El Trienio Liberal (1820-1823)

Durante el Trienio Liberal, las medidas desamortizadoras continuaron, distinguiéndose dos fases de aplicación (gobierno de los moderados y gobierno de los exaltados).

4.5. La Desamortización Eclesiástica de Mendizábal (1836-1837)

Durante el gobierno progresista de Juan Álvarez Mendizábal, la principal medida fue la desamortización eclesiástica a través de tres decretos: la supresión de órdenes religiosas, la ley de 1836 y su posterior venta en subasta pública.

Objetivos de Mendizábal:
  1. Obtener dinero para saldar la deuda pública del Estado.
  2. Pagar soldados para poner fin a la Primera Guerra Carlista.
  3. Atraer a la burguesía a las filas liberales.
Resultados:
  • Afectó al 15-20% de las tierras cultivadas del país.
  • Las tierras fueron adquiridas principalmente por la burguesía enriquecida.
  • El Estado consiguió más de 300 millones, lo que permitió financiar la guerra carlista y saldar una parte de la deuda pública.
  • Mendizábal disolvió numerosas órdenes religiosas (más de 30.000 frailes fueron secularizados).

La cuestión de la compensación a la Iglesia se resolvió posteriormente con el Concordato con la Santa Sede (1851), estableciendo la «dotación de culto y clero».

4.6. La Desamortización de Espartero (1841)

Esta fase afectó a los bienes del clero secular, vendiéndose también en subasta pública. El retorno de los moderados al poder hizo que las ventas quedaran paralizadas.

4.7. La Desamortización General de Pascual Madoz (1855)

Conocida como la desamortización civil o total, Pascual Madoz nacionalizó y puso en venta no solo los bienes del Clero regular y secular restantes, sino también los bienes de los seguidores de Carlos María Isidro, los bienes del Estado, y, crucialmente, los «propios» y «comunales» de los ayuntamientos.

El procedimiento de venta fue similar al de Mendizábal, pero con una diferencia clave: los pagos debían hacerse obligatoriamente en metálico. El dinero obtenido se dedicó principalmente a la expansión del ferrocarril.

Resultados de Madoz:
  • El año 1855 fue el de más ventas en todo el siglo.
  • Duplicó en volumen y valor a la de Mendizábal, lo que provocó los primeros motines agrarios.
  • La burguesía fue la gran beneficiaria al comprar las fincas más caras.
  • El campesinado pobre fue el gran perjudicado, ya que perdió el acceso a los bienes comunales (leña, pastos, etc.). Aunque Madoz les entregó tierras gratis, estas eran de mala calidad y fueron presionados para venderlas.
  • Provocó la quiebra de las haciendas municipales por la sustitución de las rentas de los propios por títulos de la deuda, lo que causó el cierre de escuelas y el despido de médicos.
  • Hubo un aumento de la superficie cultivada, pero no de la productividad.
  • Significó la ruina definitiva de las órdenes religiosas.

En 1856, Narváez suspendió la desamortización, pero se reanudó dos años después y continuó hasta 1924, bajo la dictadura de Primo de Rivera.

5. Las Consecuencias de las Desamortizaciones

A lo largo del siglo XIX, el 39% de la superficie nacional pasó a manos de particulares.

5.1. Consecuencias Económicas

Según el historiador Jordi Nadal, el objetivo principal no fue una verdadera reforma agraria, sino conseguir dinero para la deuda pública, ganar la guerra carlista y financiar la expansión del ferrocarril. Aunque se recaudó menos dinero del previsto, las consecuencias fueron:

  • Las tierras fueron compradas por la burguesía adinerada y no repartidas entre los necesitados.
  • Se aumentó el fenómeno del latifundismo en el sur de España.

5.2. Consecuencias Sociales

  • Supuso la ruina de las órdenes religiosas, y el clero secular pasó a depender de la «dotación de culto y clero».
  • La nobleza mantuvo sus latifundios, y surgió una nueva clase terrateniente (la burguesía compradora).
  • Los pequeños campesinos salieron muy perjudicados con la pérdida de los bienes comunales, lo que generó un gran número de jornaleros sin tierra.

5.3. Consecuencias Culturales

  • Destaca la pérdida de obras de arte (dispersión o destrucción de patrimonio eclesiástico).
  • La desaparición de las escuelas parroquiales, que dependían de las rentas de las tierras expropiadas.

5.4. El Fracaso de la Revolución Agraria y la Industrialización

Las desamortizaciones no solucionaron los problemas estructurales del mundo rural. Estas fueron causas directas del subdesarrollo agrario y del lento proceso de industrialización en España:

  • Crecimiento demográfico menor que en el resto de los países industrializados debido a la alta tasa de mortalidad.
  • Escasa industrialización y muy desigual en el territorio, causada por la demanda interna insuficiente, la escasez de fuentes de energía, el atraso agrario y la inexistencia de una burguesía emprendedora interesada en invertir en industria.
  • Subdesarrollo del mercado interior debido a los transportes deficientes y la escasez de demanda.

Todo esto causó el fracaso de la revolución agraria y, por tanto, de la industrialización, lo que supuso un retraso en la economía y una conflictividad social tan acusados que explican en buena medida la inestabilidad política que sufrió el país a lo largo de los siglos XIX y XX.