La Esencia Humana: Pensamiento, Lenguaje y la Construcción Sociocultural

Pensamiento y Lenguaje: Pilares de la Humanización

Todos los factores de humanización apuntan a la necesidad de una capacidad cada vez mayor con la que realizar operaciones mentales cada vez más complejas. Esta capacidad es el pensamiento. Gracias al pensamiento, interpretamos toda la información que llega al cerebro mediante la razón y la imaginación, haciendo posible la aparición de la vida afectiva, que regula y reprime los instintos y sirve de base a la vida moral, que nos permite ser libres y responsables. También la temporalidad es un rasgo humano, gracias al cual podemos entender el pasado y proyectar planes futuros que nos empujan a actuar.

Uno de los rasgos que caracterizan al ser humano y lo diferencian del resto de los animales es el lenguaje articulado. Esto es así debido a que el lenguaje humano se caracteriza por ser simbólico, lo que significa que elabora y emplea signos convencionales. Una palabra es un signo lingüístico porque sustituye a la cosa que nombra; se trata de un signo convencional porque es arbitrario, es decir, no guarda ninguna relación con el objeto al que se refiere. Sin embargo, esa convención o acuerdo que todos aceptamos entre la palabra y lo que simboliza, une a toda una comunidad y la separa de aquellas que utilizan símbolos distintos, que hablan diferente.

El Carácter Social y Cultural del Ser Humano

Durante el proceso de humanización, las técnicas para fabricar hachas o recipientes de barro no están impresas en el ADN de los homínidos. Por tanto, si queremos entender quiénes somos, no podemos quedarnos en el nivel físico o biológico. El ser humano, sobre la base de su condición natural, ha generado una realidad nueva, un mundo propio en donde habita y que llamamos cultura. Naturaleza, cultura y sociedad constituyen las tres dimensiones fundamentales del ser humano.

Naturaleza, Cultura y Sociedad: Dimensiones Fundamentales

Como regla general, la naturaleza proporciona a cada especie biológica el equipamiento necesario para adaptarse al medio en donde vive. Pero entre los seres vivos hay una especie en la que no se cumple esta regla: el ser humano. Nuestra especie nace inadaptada al medio, mientras que los individuos de otras especies vienen al mundo dotados de una serie de instintos. Los seres humanos carecemos de esos instintos. Esto nos obliga a fabricar nuestra propia adaptación al medio. La cultura es, precisamente, la respuesta adaptativa propia de los seres humanos. Transformamos el medio natural en un mundo cultural que lo hace más habitable, más a nuestra medida. En este sentido, se dice que la cultura constituye una especie de segunda naturaleza para el ser humano.

La cultura es ese complejo conjunto que incluye el conocimiento, las creencias, las artes, la moral, las leyes, las costumbres y cualesquiera otros hábitos adquiridos por el ser humano. Vivir en sociedad es tan consustancial al ser humano como lo pueden ser sus rasgos anatómicos o fisiológicos más característicos. Al estudiar el proceso de humanización, debemos destacar que, en tanto que la cultura es una respuesta adaptativa, está sujeta a un proceso evolutivo semejante a la evolución natural. La diferencia está en que la evolución cultural, al ser intencional y consciente, posee un ritmo mayor que la evolución natural en otras especies biológicas.

Algunos pensadores han considerado que la cultura es un producto de la naturaleza humana que acaba oponiéndose a ella y han querido ver una confrontación entre naturaleza y cultura. Así, J.J. Rousseau, un filósofo ilustrado del siglo XVIII, consideró que la cultura complicaba la existencia humana porque la alejaba de la felicidad natural que de otro modo le hubiera correspondido.

En el siglo XX, el psicoanalista alemán Sigmund Freud también concibió la cultura como fuente de insatisfacción en la medida en que sus normas y su rigidez impiden una razonable satisfacción de los instintos naturales que aún posee el ser humano, entre los que cabe destacar el instinto sexual y el instinto de destrucción. Por último, en nuestros días, Jürgen Habermas nos advierte del peligro de que la cultura dominante, al concentrar todos los esfuerzos en el dominio de la naturaleza, nos lleve a olvidarnos de intereses verdaderamente humanos.

Diversidad e Identidad Cultural: Actitudes y Fenómenos

Las culturas no son realidades inmutables ni están aisladas unas de otras, sino en permanente contacto. Este hecho provoca un fenómeno llamado aculturación, por el que una cultura asimila e integra elementos de otras culturas. El crecimiento del contacto entre distintas sociedades, provocado por el desarrollo de los medios de transporte y por la difusión cultural que realizan los medios de comunicación, ha ocasionado una mayor penetración de unas culturas en otras. Este hecho ha tenido tres consecuencias perceptibles:

  1. La amortiguación de las diferencias interculturales: hasta el punto de que en muchos casos se han hecho imperceptibles.
  2. El crecimiento de las diferencias culturales en el seno de una misma sociedad, provocado por la diversa receptividad que sus miembros tienen de las culturas vecinas.
  3. La aparición del multiculturalismo: fenómeno novedoso que consiste en la convivencia, dentro del ámbito de una misma sociedad, de personas procedentes de culturas diversas.

La diversidad cultural es un hecho innegable que constituye la base sobre la que se edifican los estudios de la antropología.

Se han dado, a grandes rasgos, tres actitudes ante la diversidad cultural: el etnocentrismo, el relativismo y el interculturalismo.

  • El etnocentrismo considera la cultura propia como superior a las demás. Toma los elementos que la integran como ideales. En muchas ocasiones, el etnocentrismo puede ser considerado más un prejuicio que una actitud, y como tal, ha entorpecido las relaciones entre culturas.
  • El relativismo sostiene que no existe un patrón único con el que medir el desarrollo de cualquier cultura. Cada una debe juzgarse y analizarse desde consideraciones y valoraciones que tengan su origen en ella misma. En su versión más radical, el relativismo considera cada cultura como un sistema cerrado que no admite comparación con otra. Esta postura conduce a considerar inútil cualquier intento de estudio antropológico externo.
  • El interculturalismo defiende la interculturalidad, concebida como un fenómeno de comunicación e interacción entre culturas en el que ninguna es considerada superior a las demás. Se construye desde la base del respeto a la diversidad cultural. La determinación de estos límites se basa en valores universales que todo ser humano debe respetar y debe ser un resultado en el que todo el mundo pueda participar.

Los Universales Culturales: Elementos Comunes de la Humanidad

Los universales culturales son elementos comunes presentes en la gran mayoría de las culturas conocidas.

El Lenguaje como Universal Cultural

Desde la antropología cultural, el interés por el lenguaje humano es diferente. Ahora interesa saber qué papel desempeña este en el seno de la cultura. No solo interesa la importancia de la presencia universal del lenguaje en toda cultura, sino también su diversidad.

El Arte y el Pensamiento Simbólico

El arte parece estar vinculado a la aparición del pensamiento simbólico, convirtiéndose en una forma de canalizar la necesidad de representar la realidad. El lenguaje y el arte constituyen dos formas diferentes de usar un mismo recurso humano: los símbolos.

Mitos: Narrativas y Función Social

Los mitos están presentes en todas las culturas con temáticas bastante similares. Sus funciones principales son:

  • Hacer accesible a la mente humana lo que no lo es por medio de la razón. El mito ofrece narraciones fantásticas para suplir la carencia de explicaciones racionales.
  • Proporcionar un origen sagrado a las instituciones sociales que garantizan el orden social. De este modo, se las protege y se asegura su estabilidad.

La Religión: Tipos y Creencias

La religión. Los antropólogos distinguen varios tipos de religión, entre los que cabe destacar:

  • Chamanismo: Defiende la existencia de espíritus en la naturaleza, representados por los chamanes.
  • Politeísmo: Se caracteriza por la proliferación de dioses con características antropomórficas.
  • Monoteísmo: Profesa la creencia en un dios único que se considera omnipotente.

Los Ritos: Símbolo y Cohesión Social

Los ritos son conjuntos de acciones que tienen un carácter simbólico y tradicional. Sus principales objetivos son:

  • Potenciar la identificación del individuo con el grupo al que pertenece.
  • Fortalecer la estructura social.

Los Tabúes: Prohibiciones y Regulación Social

Los tabúes son prohibiciones de carácter general y de origen ancestral que afectan a todos los miembros de una determinada cultura, con excepciones reguladas. Toda cultura cuenta con diversos tabúes. La determinación concreta de esta prohibición universal varía dependiendo siempre de cuáles sean las relaciones de parentesco que se establezcan en la sociedad de que se trate.

El Proceso de Socialización: Formación del Individuo

El proceso de socialización implica:

  • Aprendizaje de patrones culturales: Los valores y conductas aceptables en un determinado grupo social son algunos de los modelos culturales que el individuo debe aprender para formar parte de la sociedad.
  • Interiorización: Todo lo que ha aprendido el niño cuando es pequeño queda interiorizado.
  • Estabilidad psicológica: Al adoptar los patrones externos que se le imponen, el individuo puede relacionarse con los demás y entender su mundo.

La socialización es un proceso que dura toda la vida, pero es determinante en la niñez. Alrededor de los 5 primeros años de vida, el ser humano se socializa en un contexto eminentemente familiar y emocional.