La Crítica Nietzscheana a la Cultura Occidental y la Racionalidad
Friedrich Nietzsche (N.) parte de la crítica a la cultura occidental, la cual describe como dogmática y decadente, que se empeña en instaurar la racionalidad. Predominan las morales que indican al hombre qué hacer y que lo obligan a cumplir una serie de normas, sometido por la cultura, la filosofía, la religión, la moral y la autoridad.
La Moral de Esclavos y la Muerte de Dios
Nietzsche define toda obligación moral como la moral de esclavos, en la que el hombre acepta la imposición y se refugia en la multitud, sin dejarse llevar por el instinto. Principalmente, N. critica el cristianismo que impide al hombre ser hombre.
Como solución propone la muerte de Dios, pero advierte que este es sustituido por la ciencia y la tecnología, convirtiéndose el hombre en esclavo de nuevo. Todos estos valores (religiosos, morales, democráticos) hacen referencia a un mundo engañoso y decadente, contrario a lo auténtico: la vida.
El Nihilismo Pasivo: La Enfermedad de Occidente
Esta Europa occidental está enferma, y esta enfermedad tiene un nombre: nihilismo pasivo, incapaz de generar individuos creadores, sino que crea aquellos que someten todas sus acciones y creen en los valores eternos.
La Triple Crítica de Valores
La crítica de todos estos valores se divide en tres:
- Crítica a la religión (directa al cristianismo).
- Crítica a la moral (la más profunda), que se opone a la vida, basándose en el bien común, la generosidad, la igualdad, la tolerancia, el perdón y el sacrificio. Todo esto se resume en la moral de los esclavos.
N. considera que los hombres deben crear una moral alternativa a través de la moral de los señores, propia del poder, la grandeza, el placer, el amor a la vida, el individualismo, la libertad y la creación.
Nietzsche y los Maestros de la Sospecha
En cuanto a la crítica de la filosofía tradicional que falsea la realidad, N. se centra principalmente en la filosofía platónica con sus dos mundos (el de las ideas y el sensible) y un ser estático e inmutable, frente al ser que define Heráclito como dinámico.
N. critica las bases de la sociedad occidental y desconfía del ser humano racional, al igual que otros filósofos como Darwin, Marx y Freud. Todos ellos son denominados, junto a N., los Maestros de la Sospecha, a pesar de pertenecer a corrientes filosóficas diferentes.
Derrota de la Racionalidad: El Paso del Mito al Superhombre
Mientras que Darwin, Marx y Freud habían dejado cierto margen para la razón, N. va a derrotar absolutamente la racionalidad. El filósofo critica que el paso del mito al logos no es más que el paso de un mito a otro mito, y que la moral cristiana esclaviza a los humanos. Como solución surgirá el Superhombre.
Genealogía y Crítica del Lenguaje
N. utiliza el proceso genealógico para llegar a la realidad, aunque, como dice Heráclito, «ninguna verdad es eterna, todo cambia, todo fluye».
El Lenguaje como Pacto Gregario y Olvido de la Realidad
Según el proceso de formación, este empieza con la sensación de algo, pasando mediante metáforas a la imagen. Por comodidad de haber tenido sensaciones parecidas, se utiliza la misma metáfora para otras cosas, creándose la palabra. Por lo tanto, pierde cierta realidad, ya que hemos confundido similitud con igualdad.
Así, como fruto de un pacto universal y gregario, se crea el concepto, olvidando que son metáforas que han olvidado que lo son. Este pacto gregario es aceptado por el hombre para poder vivir en paz con los demás seres humanos, agrupándose en rebaños.
Los filósofos momias se encargarán de que los conceptos pactados se usen correctamente, ya que son un acceso a la verdad. Sin embargo, N. denuncia que cuanto más nos acercamos a la realidad con imágenes y palabras, más nos acercamos al olvido de la misma. En definitiva, el lenguaje no produce realidad en sí, sino que parte de una realidad individual que termina generalizándose; es decir, se utiliza una metáfora como concepto de cosas parecidas pero diferentes.
Del Nihilismo Pasivo al Superhombre: La Transformación
A esta enfermedad de Occidente (el nihilismo pasivo y decadente) se le opone el nihilismo activo, que consiste en la destrucción de la moral de esclavos.
Tomando como punto de partida la auténtica creación, la moral de los señores, el hombre asume el significado correcto de la muerte de Dios: la liberación de la idea de un más allá. Dios impide al hombre ser hombre, por eso ha de morir.
Una vez muerto, el ser humano será por fin un ser libre y creador de nuevos valores (cambiantes y no eternos): un hombre fuerte, solitario, activo, artista, que tiene que superarse y transformarse en Superhombre. Por eso, el hombre es un puente entre el mono y el Superhombre.
Las Tres Metamorfosis del Espíritu
Esta transformación pasa por tres cambios:
- El Camello: Símbolo de obediencia al amo sin quejarse. Es lo que ha llevado a Europa occidental al nihilismo pasivo, por lo que debe ser eliminado.
- El León: Se revela contra su amo y lo derriba. Simboliza el nihilismo activo. El León pretende conquistar su libertad, pero aún no sabe para qué. Es el encargado de anunciar la muerte de Dios.
- El Niño: Una vez muerto el amo, el hombre puede convertirse en su propio dios con la transformación al Niño, que es capaz de crear debido a sus cualidades.