El Inicio de la Guerra Fría: Ideología, Conflicto y Disuasión Global
La pugna entre las superpotencias fue de carácter ideológico, político, económico y diplomático. Aunque los países nunca llegaron a enfrentarse directamente, sí se disputaron las áreas de influencia a través de conflictos en terceros países. Ambos bloques difundieron un conjunto de valores que enaltecían su propio sistema y rechazaban el del adversario, haciendo un uso intensivo de la propaganda. Existió también una continua actividad de espionaje. El principal elemento del conflicto fue la carrera armamentística, una estrategia de disuasión nuclear.
La Intervención de Estados Unidos en Europa: Doctrina Truman y Contención del Comunismo
Estados Unidos quiso asegurar el predominio del modelo capitalista ante el temor a la expansión del comunismo y del poder soviético, e instaló bases militares en varios países europeos. Esto condicionó sus ayudas económicas y militares a la exclusión de los partidos comunistas del poder. Un ejemplo claro fue la Guerra Civil de Grecia, que enfrentó a monárquicos y comunistas, donde Estados Unidos intervino con la Doctrina Truman, mostrando su disposición a proporcionar ayuda militar y económica a todos aquellos países que la necesitasen.
La Sovietización de Europa Oriental: El Caso Excepcional de Yugoslavia
La única excepción a la sovietización de Europa Oriental fue Yugoslavia, que no contaba con presencia del ejército soviético. Al finalizar la guerra, el Mariscal Tito consiguió implantar en Yugoslavia un socialismo nacional independiente de las directrices de Moscú, manteniendo además vínculos económicos con Occidente.
El Plan Marshall: Reconstrucción Europea y Contención del Comunismo
Ante la devastación provocada por la guerra y la desastrosa situación económica en la que se encontraba Europa, el gobierno norteamericano consideró que podía producirse una expansión del comunismo. Para evitarlo, decidió lanzar el Plan Marshall, un programa de ayuda promovido por el secretario de Estado para la reconstrucción económica. Estados Unidos no solo pretendía mejorar la calidad de vida europea, sino también dar salida a las exportaciones de su industria. La mayor parte del dinero recaudado se invirtió en comprar productos procedentes de Estados Unidos y se gastó en bienes de primera necesidad y en productos necesarios para la reconstrucción económica.
Los países beneficiarios, articulados en torno a la OECE (Organización Europea de Cooperación Económica), recibieron 13.000 millones de dólares. Estados Unidos también ofreció esta ayuda a la Unión Soviética, pero esta la rechazó, pues la interpretaba como un mecanismo de subordinación a Estados Unidos. En compensación, la URSS impulsó ayudas bilaterales y procedió a la creación de un organismo de cooperación multilateral, el COMECON (Consejo de Ayuda Mutua Económica), con el objetivo de coordinar las políticas de planificación económica. La Unión Soviética trató de compensar las pérdidas económicas mediante el traslado a su territorio de fábricas y bienes en concepto de reparaciones de guerra, procedentes de la zona oriental alemana y sus aliados.
El Primer Gran Enfrentamiento: El Bloqueo de Berlín
La primera gran crisis entre los dos bloques dio inicio cuando Francia, Reino Unido y Estados Unidos anunciaron su intención de crear un Estado federal en los territorios de Alemania que controlaban, fruto del Tratado de Potsdam firmado tras la Segunda Guerra Mundial. Impulsaron un sistema monetario diferente al de la zona soviética, mediante la creación del Marco.
El objetivo era establecer una Alemania prooccidental, convertida en baluarte del bloque capitalista en el centro de Europa y con capacidad para hacer frente a la presencia soviética en la región. Esta medida implicaba que los barrios occidentales de la ciudad de Berlín quedaban aislados del resto de los territorios controlados por los aliados. Para solventarlo, Estados Unidos estableció un puente aéreo. La medida resultó un éxito y se convirtió en una clara demostración de fuerza frente a los dirigentes soviéticos, quienes un año más tarde se resignaron a levantar el bloqueo.
Se confirmó así la división de Alemania en dos: dio origen a la República Federal Alemana (RFA) en el oeste, mientras que los soviéticos impulsaron la creación de la República Democrática Alemana (RDA) en el este. La partición del territorio germano sería, durante las siguientes cuatro décadas, el símbolo más evidente del nuevo orden internacional surgido tras la Segunda Guerra Mundial.
Desafíos y Conflictos Durante la Guerra Fría
Las Primeras Discrepancias en el Bloque Soviético
Las primeras grietas en el bloque soviético surgieron a raíz de la resistencia interna a las políticas impuestas por Moscú:
República Democrática Alemana: Represión y Resistencia
En la República Democrática Alemana (RDA), la resistencia de la población a aceptar las severas políticas económicas decretadas desde la URSS obligó al gobierno a desplegar tanques en las calles de Berlín y otras localidades para salvaguardar el régimen comunista. La protesta provocó decenas de muertes.
Polonia: Reformas y Emancipación de la Iglesia
En Polonia, el malestar social propició que Władysław Gomułka accediera al poder. Sin llegar a romper con Moscú, Polonia afrontó notables cambios económicos y políticos, como la suavización de las medidas colectivistas agrarias o la emancipación de la Iglesia Católica.
Hungría: La Revuelta de 1956 y su Represión
En Hungría tuvo lugar una revuelta protagonizada por estudiantes universitarios y sindicalistas. Al frente de este movimiento estaba el ministro Imre Nagy, que decretó la neutralidad política de Hungría. Finalmente, Nagy fue detenido, juzgado y ejecutado.
Rumanía: La Política Exterior Independiente de Ceaușescu
En Rumanía, Nicolae Ceaușescu se fue desentendiendo progresivamente de la política exterior soviética, hasta el punto de negarse a participar en la invasión de Checoslovaquia por los países integrantes del Pacto de Varsovia. Rumanía adoptó así una política de corte neutral en el exterior.
La Agitación Social de 1968: La Primavera de Praga
Las protestas sociales que se dieron en numerosos países del mundo capitalista alcanzaron también la Europa Oriental. El caso más relevante fue el de Checoslovaquia, con el movimiento conocido como Primavera de Praga. Este fue propiciado por la llegada al frente del partido comunista de Alexander Dubček. Las tropas del Pacto de Varsovia acabaron con la disidencia y situaron en el gobierno a Gustáv Husák, quien frenó las ansias reformistas y emprendió un masivo proceso de depuración de los responsables políticos de la Primavera.
La China de Mao Zedong: Construcción, Gran Salto y Revolución Cultural
Mao Zedong fue el líder de la República Popular China. Su obra de gobierno se divide en tres etapas principales:
Construcción del Estado Socialista
Mao adoptó una estructura de Estado según el modelo soviético. El Partido Comunista pasó a ser el único legal y asumió las tareas de gobierno y de dirección social. En la economía se aplicó el modelo de planificación centralizada.
El Gran Salto Adelante
Mao pretendió impulsar una aceleración de la industrialización y, sobre todo, potenciar la agricultura. Esta etapa estuvo marcada por el deterioro de las relaciones con la URSS, lo que puso fin a los tratados de colaboración entre ambos países.
La Revolución Cultural
Mao quiso reactivar el impulso revolucionario. Para ello creó un ejército de Guardias Rojos y difundió sus ideas a través del Libro Rojo. Mao intensificó el culto a su persona y fue frecuente el epíteto que lo definía como el Gran Timonel. En política internacional, se establecieron relaciones diplomáticas con EE. UU. y se logró la incorporación de China al Consejo de Seguridad de la ONU.
China Post-Mao: Crecimiento Económico y Represión Política bajo Deng Xiaoping
Tras la muerte de Mao, ascendió al poder Deng Xiaoping, quien dio más relevancia a las consecuencias políticas y económicas que a las ideológicas. Con Deng se iniciaron unas reformas basadas en la liberalización económica que siguen vigentes en China.
En la agricultura, el abandono del dirigismo estatal supuso un aumento muy significativo de la productividad. En la industria, se concedieron mayores cuotas de autonomía a las empresas y se adoptó un sistema abierto al mercado exterior que facilitó los intercambios comerciales con los países occidentales y las inversiones de compañías multinacionales en China.
El crecimiento económico no impidió los conflictos con quienes defendían la liberación política y social. Intelectuales y estudiantes universitarios denunciaron la rigidez del sistema. La respuesta del gobierno fue la represión, que costó la vida a centenares de personas.
Conflictos Regionales y Descolonización en la Era de la Guerra Fría
La Guerra de Indochina y la Guerra de Vietnam: Un Conflicto Prolongado
Grupos independentistas y comunistas se movilizaron para liberar el territorio de la presencia colonial francesa. El Viet Minh, liderado por Ho Chi Minh, proclamó la República Democrática de Vietnam en el norte del país. Se estableció un protectorado francés, que no reconoció la independencia del norte. Ho Chi Minh se propuso unificar Vietnam bajo un régimen socialista. Se desató un conflicto bélico entre el Viet Minh y el ejército francés.
Mediante los Acuerdos de Ginebra, Francia decidió abandonar el territorio y se reconoció la división de Vietnam en tres estados: la República Democrática de Vietnam (Norte), y la República de Vietnam del Sur. Tras la Guerra de Indochina, la más que probable victoria de los comunistas, que habría supuesto la reunificación del país, se interpondría a Estados Unidos. El gobierno estadounidense apoyó la instauración de una dictadura anticomunista en Vietnam del Sur, que proclamó una República independiente. Vietnam del Norte maniobró intensamente para conseguir la reunificación del país.
Ngô Đình Diệm (Diem) fue derrocado por un golpe de Estado y asesinado. El presidente Lyndon B. Johnson decidió la participación directa de las fuerzas militares norteamericanas. A pesar de la contundencia y el carácter indiscriminado de sus ataques, Estados Unidos no pudo doblegar la resistencia del Viet Cong, que infligió severas derrotas a las tropas norteamericanas. Además, el conflicto tuvo la capacidad de extenderse a los países fronterizos de Laos y Camboya.
En Estados Unidos, la intervención militar en Vietnam cada vez contaba con menos respaldo social. La oposición a la guerra era cada vez mayor, y las numerosas manifestaciones y actos de protesta generaron un gran debate en la opinión pública, provocando una grave crisis en la sociedad norteamericana. Esto provocó la paulatina reducción de tropas y el inicio de contactos para la finalización del conflicto. La aproximación diplomática entre Estados Unidos y China facilitó los Acuerdos de París, por los que se declaraba el alto el fuego y la retirada de las fuerzas del ejército norteamericano.
El Fin de la Guerra Fría y las Transformaciones en Europa Oriental
Las Revoluciones Democráticas en Europa Oriental: El Colapso del Comunismo
El compromiso de no intervención soviético propició la transformación política de los países de Europa del Este. Los partidos comunistas cedieron el poder y, en algunos casos, se disolvieron. Todos los países adoptaron sistemas políticos basados en la democracia parlamentaria e implantaron reformas económicas tendentes al capitalismo.
La República Democrática Alemana: Caída del Muro y Reunificación
Las dificultades económicas padecidas por la ciudadanía y la incapacidad del gobierno comunista dirigido por Erich Honecker hicieron que se articulase un movimiento de protesta que pedía medidas democratizadoras. Las protestas forzaron la dimisión de Honecker como líder del SED (Partido Socialista Unificado de Alemania). Su sucesor, Egon Krenz, no logró sofocar las manifestaciones y dimitió. Un miembro del SED anunció el levantamiento de las restricciones para viajar al extranjero. La población de Berlín interpretó que esto significaba la apertura del Muro de Berlín. El SED acabó renunciando al marxismo-leninismo y se redefinió como socialista-marxista, adoptando el nombre de Partido del Socialismo Democrático. En las elecciones de marzo, se impuso una coalición cristianodemócrata encabezada por Lothar de Maizière. La principal labor de gobierno que se fijó fue la reunificación con la RFA. En mayo se firmó el Tratado de Unión Monetaria, Económica y Social entre la RFA y la RDA. En agosto se firmó en Berlín el Tratado de Unificación.
Polonia: El Auge de Solidaridad y la Transición Democrática
La oposición al comunismo se había organizado en torno al sindicato Solidaridad, encabezado por Lech Wałęsa. La fuerza del movimiento opositor obligó al gobierno militar de Wojciech Jaruzelski a adoptar medidas de carácter democratizador y liberal. La presión de Solidaridad logró la convocatoria de elecciones libres en las que el sindicato se alzó con la victoria. El nuevo gobierno inició la transición hacia una economía de mercado, un proceso que estuvo plagado de dificultades.
Hungría: Hacia una Nueva República Parlamentaria
El proceso fue liderado por Miklós Németh, quien legalizó los partidos políticos independientes y reconoció la libertad de expresión y de manifestación. Las elecciones libres significaron la creación de una nueva República Húngara y el tránsito hacia una democracia parlamentaria.
Checoslovaquia: La Revolución de Terciopelo y la División del Estado
Las manifestaciones populares forzaron la dimisión del gobierno de Gustáv Husák. El dramaturgo Václav Havel fue nombrado presidente de la república y encabezó la Revolución de Terciopelo. Alexander Dubček regresó a la escena pública como presidente del Parlamento. Havel encabezó una reestructuración profunda del sistema económico hasta orientarlo hacia el capitalismo. El nacionalismo eslovaco demandaba mayores cuotas de autonomía. En enero de 1993 se pactó la división del Estado en dos países: la República Checa y Eslovaquia.
Rumanía: Una Transición Convulsa y la Caída de Ceaușescu
Rumanía vivió una transición convulsa hacia la democracia y el capitalismo. Una insurrección derrocó al régimen de Nicolae Ceaușescu ante sus negativas a la modernización del sistema.
Yugoslavia: El Inicio de la Fragmentación
Aunque no dependía de la Unión Soviética desde 1948, Yugoslavia también experimentó profundas transformaciones. Las tensiones nacionales entre repúblicas desembocaron en una guerra de múltiples frentes que supuso la fragmentación del Estado.
La Inestabilidad de los Balcanes: Las Guerras Yugoslavas
La desintegración del bloque comunista afectó a la región balcánica, aunque Yugoslavia estaba lejos de la órbita soviética. Yugoslavia era un Estado federal con seis repúblicas: Eslovenia, Croacia, Bosnia, Serbia, Montenegro y Macedonia. En este territorio convivían tres religiones y una profunda mezcla étnica.
El Estado yugoslavo se mantuvo unido durante la posguerra europea por un ideal socialista común y por la figura carismática del Mariscal Tito. Tras su muerte, comenzaron a hacerse evidentes las dormidas disensiones entre comunidades. Ante la crisis comunista en Europa Oriental, los partidos nacionalistas liderados por Slobodan Milošević y por Franjo Tuđman ganaron cada vez más adeptos.
En Eslovenia existía un profundo malestar por el trato fiscal que consideraban que beneficiaba a Serbia. Serbia era la república con una concepción más unitarista y centralista del Estado y trataba de imponer esta concepción al resto del territorio. A esto se oponían las repúblicas que contaban con tradiciones políticas federales. En el seno de Serbia, había una persecución política y social contra la población de Kosovo.
Con este telón de fondo, Eslovenia, Croacia y Macedonia proclamaron su independencia. Fue el principio para que Serbia lanzara a su ejército contra las nuevas repúblicas soberanas. Así se inició un conflicto bélico que asolaría los Balcanes y causaría miles de víctimas. En este conflicto pueden determinarse cuatro frentes diferenciados:
La Guerra en Eslovenia
Como no tenían frontera directa con Serbia, los enfrentamientos no duraron unas semanas y se resolvieron con la consumación de la independencia eslovena.
La Guerra en Croacia
En Krajina, la población serbia contó con el apoyo del ejército yugoslavo en sus enfrentamientos con las fuerzas croatas.
La Guerra de Bosnia
Bosnia proclamó su independencia en marzo, y los serbios de Bosnia declararon la guerra al nuevo Estado, proclamando la República Serbia de Bosnia. La OTAN y EE. UU. se involucraron en los Balcanes y empujaron a las partes a firmar los Acuerdos de Dayton, que refrendaban las fronteras de las repúblicas que se habían proclamado independientes. También mantenían la integridad territorial de Bosnia-Herzegovina, que se regiría por un gobierno a dos bandas entre bosnios musulmanes, croatas y serbobosnios.
La Guerra en Kosovo
Milošević lanzó una ofensiva policial y militar contra la población albanesa en Kosovo, que fue respondida con las armas por las milicias independentistas del Ejército de Liberación de Kosovo (ELK). La intervención de la OTAN contra Serbia propició la retirada de sus tropas y la proclamación de la independencia kosovar.