La opera en el clasicismo

Nacíó en Bonn, una pequeña ciudad del centro de Alemania, pero pronto se trasladó a Viena, donde estudió con algunos de los principales compositores del momento (entre ellos Haydn), y fue en Viena donde transcurríó toda su vida productiva. Se le considera uno de los primeros músicos libres de la historia de la música, ya que vivíó exclusivamente de su producción como compositor y sus conciertos, sobre todo como pianista. Entre sus composiciones destacan sus 9 sinfonías (la parte más conocida de su producción), obras para piano, música de cámara y una ópera (Fidelio). La 9ª sinfonía de Beethoven (o sinfonía en re menor) fue estrenada en Viena en 1824. Es una obra monumental de grandes dimensiones e importantes innovaciones. La novedad más relevante fue su 4º
movimiento, que incluye el uso del coro, lo que en su momento creo a la vez estupor y admiración. Representa la madurez de Beethoven como sinfonista y es una de las obras más influyentes de la historia de la música. Función social: Las sinfonías son la obra más compleja e importante que hay dentro de la música instrumental, y por ello, se supone que el autor debe desarrollar en ella todos sus recursos como compositor. En la Viena de la época, la música sinfónica se consideraba música “absoluta” y tenía un estatus de música más culta y elevada que la música vocal (la ópera) que era más popular. Por esa razón su estreno era todo un acontecimiento cultural en la ciudad, teniendo en cuenta, además, el gran prestigio que tenía Beethoven. Voces e Instrumentos: Esta obra requiere una orquesta sinfónica completa, con sus cuatro familias de instrumentos. Además, en el movimiento final se necesitan 4 solistas (soprano, contralto, tenor y barítono) y coro mixto de cuatro voces. En la actualidad, y debido a la monumentalidad de la obra, se suele aumentar el tamaño de la orquesta y el coro. Forma de la novena sinfonía: Se trata de una típica sinfonía clásica en 4 movimientos, aunque de una extensión mayor de lo común. Toda la sinfonía dura aproximadamente una hora y cuarto. El primer movimiento es un Allegro compuesto como forma sonata de grandes dimensiones. El segundo es un Scherzo, movimiento en ritmo ternario que suele ir en tercer lugar. El tercer movimiento es un Adagio, el típico movimiento lento que suele ir en segundo lugar y también bastante ampliado. El cuarto movimiento es muy complejo de forma y tempo, con distintas secciones, parecíéndose más a una gran cantata que celebra la alegría y la fraternidad universal. Texto: El texto en el que se basa es un poema de un famoso poeta alemán, Friedrich Schiller, titulado Oda An die Freude (“Oda a la Alegría”), que había sido publicado unos años antes. Está formado por una introducción, tres estrofas de 8 versos cada una y un estribillo en tres partes de 4 versos cada una. 2 Textura: En las diferentes secciones y variaciones de este movimiento puede apreciarse todo un muestrario de texturas diferentes. Podemos encontrar secciones en las que el coro canta en homofonía (en la melodía principal), otras secciones en forma de fuga (contrapunto) tanto en el coro como en la orquesta, incluso secciones en monodia acompañada, como si fuera un recitativo. También hay varios ritmos dentro del movimiento, binarios y ternarios. Y con distintas velocidades o tempos: momentos en adagio, andante, allegro o presto, incluso prestissimo. Armónía: En principio el movimiento está en tonalidad de Re mayor, aunque sus distintas secciones van modulando a otras tonalidades tanto mayores como menores. Esta tonalidad tan desarrollada, muestra ya una evolución hacia el Romanticismo. 


Sus principales carácterísticas son su cosmopolitismo, su gran musicalidad y su pasmosa facilidad para desarrollar melodías e ideas. A pesar de haber muerto a los 35 años compuso una gran cantidad de obras de altísimo valor y de todos los tipos. En cuanto a sus óperas no fue un reformador, pero creó obras cumbre en su género. Compuso algunas óperas serias pero, sobre todo, se dedicó a las óperas bufas. De su colaboración con el libretista Lorenzo da Ponte surgieron sus principales composiciones: Las bodas de Fígaro, Don Giovanni y Cosí fan tutte. En las óperas de Mozart destacan de un modo especial sus números de conjunto, dúos, etc. Que dan brillantez y continuidad a la acción. Obra: Título: Don Giovanni ossia il dissoluto punito. Fue estrenado en Praga en 1787, dirigida por el propio Mozart, y poco después se representaría en Viena. En ambos casos tuvo un gran éxito. Había sido un encargo del Teatro Nacional de Praga. Mozart era un músico independiente y trabajaba por encargo ya que no dependía de ningún mecenas. Estructura de la ópera: Tiene dos actos, con diferentes escenas: arias, recitativos, coros, números de conjunto (dúos, tríos, etc), especialmente importantes al final de cada acto, y números orquestales. Antes de los dos actos hay una obertura instrumental. Texto: El libreto es de Lorenzo da Ponte, y está basado en el personaje de Don Juan creado por Tirso de Molina (El burlador de Sevilla). En él se mezclan elementos cómicos y trágicos, por lo que es una mezcla de ópera seria y ópera bufa. Está escrita en italiano (era el idioma en el que se compónían las óperas). Personajes: El personaje central (Don Giovanni) es un seductor empedernido, una especie de héroe rebelde, amoral, individualista, osado e irredento. Contrasta con su criado, Leporello, más cómico y apegado a la realidad. En total son ocho personajes, cinco masculinos y tres femeninos. Unos son serios y otros son bufos. Instrumentos y voces: Se utiliza una orquesta completa, con todas las familias de instrumentos (cuerda, viento, madera y percusión). Destaca el uso de los trombones en los momentos más dramáticos; ya que añaden un tono sobrenatural e infernal. Voces: Ocho voces solistas, cada uno con su propia tesitura y coro. En la escena XV intervienen tres personajes: Don Giovanni (barítono), su criado Leporello (bajo bufo), la estatua del Comendador (bajo profundo) y un coro de diablos. Textura: Se trata de un típico número de conjunto: los tres personaje principales forman un trío pero en el que cada uno desarrolla su propia psicología y tiene su 2 propia personalidad musical y su propio texto. En un primer momento, los personajes dialogan, cantando uno tras otro, pero después van superponiendo sus voces creando una textura contrapuntística. La orquesta no sólo acompaña sino que, además, subraya las frases importantes del texto o remarca la entrada en escena de cada personaje. Interpretación: En una ópera de este tipo el cantante debe cumplir con unas intensas exigencias musicales, pero es también actor y debe representar un papel dramático. Este aspecto es cada vez más importante en la ópera actual En la ópera destaca también la complejidad del montaje: decorados, escenografía, ambientación, etc. Que permite nuevas reinterpretaciones o puestas en escena de las óperas clásicas. En este sentido, no sólo tienen una función artística el cantante o el director, sino también el director artístico (encargado la puesta en escena) cuya figura es muy importante en la ópera de hoy en día.