La tesis en el comentario de texto

Se trata de un texto de género periodístico, de opinión, ya que el autor intenta persuadir al lector y llamar su atención para que sea capaz de cambiar su escala de valores que le conduzca a una ética adecuada.
Esta es precisamente la tesis del texto, que se encuentra al final del mismo a modo de conclusión.
El artículo comienza con el planteamiento o introducción del tema, seguido del cuerpo argumentativo o de desarrollo y concluye con la tesis.
Por lo tanto su estructura es inductiva/circular.
Es un texto expositivo-argumentativo, aunque predomina esto último.

Entre los rasgos objetivos, que caracterizan a la exposición, cabe destacar distintos procedimientos lingüísticos encaminados a aportar esa ¨aparente¨ objetividad para dar mayor verosimilitud a los argumentos del autor, como es el caso del uso del indicativo, modo de la realidad ¨sostienen, permite, fomenta, empiece…etc.
¨, predominio de la modalidad enunciativa; la tercera persona verbal es utilizada principalmente cuando se refiere a las medidas tomadas por el PP ¨ ha ocurrido l-9, sostienen l-10, y a la situación actual de los españoles ¨vivimos, malversamos, tenemos…¨´.
La adjetivación especificativa, a través de adjetivos calificativos y relacionantes ¨fiscal l-11, social l-14¨, Sprep.-CN ¨de corrupción l-1, de Gürtel¨ l-8, ¨de conciencia social l-14 ´ y subordinadas adjetivas ¨que ahora vivimos l-18, que este país l-13¨, con las que el autor amplía y especifica la significación del sustantivo al que complementa. Con valor de generalidad y sin pretender señalar el sujeto concreto de la acción, aparecen diferentes infinitivos ¨haber visto l-1, haber nacido l-14, convertir l-23. Si aparecen impersonales ponerlas aquí.

Pero si de algo se caracteriza el texto es por la abundancia de procedimientos lingüísticos que aportan subjetividad al mismo, tan propios de la función expresiva o emotiva del lenguaje, con la que el autor expresa sus ideas y sentimientos a cerca del tema tratado. De ahí que aparezca la primera persona ¨me pregunto l-7, me temo l-22¨, y la primera del plural con la que el emisor incluye al receptor en su argumentación, procedimiento que produce una cercanía entre el autor y el lector ¨creíamos l-1, malversamos l-3, somos l-5, reconozcamos l-8, tenemos l-21¨.
La deixis personal está muy presente con pronombres y determinantes posesivos de primera persona ¨dejarnos l-2, me l-7, a mí me l-11, nuestra l-13, nuestros l-21, me l-22¨, aunque el autor utilice en ocasiones la tercera persona al anteponerle un pronombre reflexivo de primera persona, aporta subjetividad a su exposición.
Lo más carácterístico es la adjetivación valorativa, e incluso en muchos casos despectiva, con fuerte tono irónico ¨bárbara, golfos, asquerosa, delirante, defraudadores, absurdo, guarros¨, casi todos ellos pospuestos aunque a veces antepuestos, para enfatizar el valor del adjetivo ¨asquerosa crisis l-20, añeja y bárbara carencia l-13¨.
A su vez, se presentan términos de distintas categorías gramaticales, con connotaciones negativas, referidos a la corrupción y a su entorno ¨cueva de ladrones, latrocinio, petardas¨; en cursiva destacamos dos vocablos ¨pelucos, peperos, l- 8 y 10¨con valor despectivo, burlón e irónico.
Es muy significativa la elección, por parte del autor, de los verbos, llenos de connotaciones negativas ¨malversar, robar, defraudar…¨ o positivas (…), con fuerte carga expresiva.
La función poética del lenguaje está representada en las metáforas ¨maldita cueva de ladrones l-13, y en comparaciones ¨como el coto…l-16, como unas lumbreras l-17¨.
La adjetivación se encuentra en ocasiones cuantificada por adverbios de cantidad, que los intensifican ¨más guarros l-20, más competentes l-23, menos listo, bastante más guarros, l-19¨.
Otro rasgo muy subjetivo son las expresiones coloquiales ¨rizar el rizo l-2, horterada l-9, a troche y moche l-3, por todos los Santos l-5¨, que reducen la distancia entre el autor y el receptor del texto. Aparecen incisos aclaratorios, entre paréntesis, con los que se pretende expresar de forma irónica una explicación que para el autor es importante ¨presuntamente l-6, reconozcamos…horterada l-8 y 9¨ y complementos oracionales ¨en cualquier caso ¨l-21¨menos mal l-18¨.
La función apelativa o conativa del lenguaje se manifiesta en el uso de la primera persona del plural, de la modalidad exclamativa ¨por todos los Santos, ¡ya es …¨l-5 y 6, con lo que se logra llamar la atención del receptor, principal intención del autor. Es importante señalar la perífrasis verbal modal de obligación ¨tenemos que cambiar l-21¨, como el uso de verbos de pensamiento ¨creíamos l-1, me pregunto l-7, me temo l-22¨, tan carácterísticas de los artículos de opinión predominantemente argumentativos, muy subjetivos y dos verbos en modo subjuntivo ¨sea l-13, empiecen l-19¨, modo de la irrealidad, de la suposición, quizás para señalar lo que no desea el autor que ocurra.

Son distintos los procedimientos con los que el autor logra una progresión cronológica: uso del presente, para señalar situaciones actuales, pasados para acontecimientos anteriores, tanto con aspecto imperfectivo ¨creíamos l-1¨, como perfectivos ¨fue l-8, han sido l-17¨, que señala acción totalmente finalizada y el futuro ¨cumplirán l-10¨, cuando se refiere a lo que acontecerá a la juventud dentro de unos años. Termina el texto con un condicional hipotético o de suposición ¨conseguiría¨. También las perífrasis aspectuales con las que se incide en el momento concreto en el que una determinada acción tiene lugar, ¨empiecen a aparecer l-19¨, incoativa y la durativa para señalar que esa circunstancia perdura en el tiempo, se está produciendo y desarrollando en ese momento ¨está haciendo l-18¨.

Por otro lado abunda la sustantivación abstracta, propia de los textos de tema humanístico y muy adecuada para expresar ideas ¨corrupción, elegancia, profesionalidad, conciencia, formación, regeneración, ética¨, etc.

Respecto al nivel del lenguaje podríamos señalar que es estándar, aunque con abundantes coloquialismos e incluso vulgarismos, como ya hemos señalado anteriormente, y algún cultismo ¨bisojos l-2, añeja l-13¨, que junto a la función poética del lenguaje, hacen que se trate de un texto con variedades léxicas y registros.

En cuanto a la sintaxis alterna la coordinación ¨ni l-5, y l-2, pero l-11, sino l-12 ¨, con la subordinación sustantiva, para expresar ideas ¨si será l-7, que enseñar l-22, haberlo visto l-1¨, adverbial, propia para introducir el autor sus distintos argumentos, de causa ¨porque …l-11¨, de finalidad ¨para no defraudar l-12, a rizar el rizo l-2¨, de modo ¨saliendo algo bueno l-20¨;
Para situar la acción en un momento concreto, hace uso de las subordinadas adverbiales de tiempo ¨cuando creíamos, l-1, al ser mayores l-11¨.
En alguna ocasión también aparece la yuxtaposición, que confiere agilidad al texto ¨social; haber nacido¨l-14.
Por lo tanto podemos afirmar que estamos ante una sintaxis elaborada y variada.

Entre los principales procedimientos tanto gramaticales como semánticos, que cohesionan el texto, destaca un núcleo temático ¨la corrupción¨, alrededor del cual aparecen sinónimos conceptuales que logran la progresión temática a lo largo del texto ¨malversar, irregularidades, robar, latrocinio, defraudar, trucos fiscales, defraudadores…¨.
Se presentan familias léxicas ¨competitivos, competentes¨, ¨defraudadores, defraudar¨, ¨ladrones, latrocinio¨, sinónimos ¨educar, enseñar¨, ¨malversar, robar, defraudar¨.
Las anáforas, pronombres que se refieren a una realidad nombrada anteriormente, y que sirven para no incurrir en repeticiones ¨le l-9, lo que l-12, que l-10, quienes l-16, así como elipsis verbales ¨sino (tener) moral l-12¨; deixis temporales ¨ahora, l-2 y 18¨.
Encontramos nexos que actúan de conectores entre unas ideas y otras, a la vez que cohesionan el texto:

¨Porque l-11, por eso l-16, ¨pero l-11¨que introduce un argumento de contraste o refutación. Si aparecen conectores discursivos ponerlos ahora.

La subjetividad presente en todo el texto es también muy palpable en el tono crítico e irónico del autor, que tiene la finalidad de persuadir al receptor, conducir y orientar su opinión, carácterística primordial de un artículo de opinión.