La Reforma Agraria Liberal en el Siglo XIX
El nuevo sistema liberal, implantado a lo largo del siglo XIX, significó el impulso de una reforma agraria que derribó la propiedad señorial y estableció los nuevos principios de la propiedad privada y de la libre disponibilidad de la tierra. Esta reforma tuvo tres componentes esenciales:
- La supresión de los mayorazgos.
- La supresión de los señoríos.
- La desamortización de las tierras.
1. La Supresión de los Mayorazgos
Los mayorazgos eran bienes inseparables que, con la reforma, pasaron a convertirse en propiedades plenas y libres que podían ser objeto de venta, donación y hasta embargo.
2. La Abolición del Régimen Señorial
Se suprimieron los derechos señoriales jurídicos y las tierras de los señoríos se transformaron en propiedades plenas y libres de sus legítimos dueños.
3. Las Desamortizaciones
La desamortización consistió en la expropiación por parte del Estado de tierras eclesiásticas y municipales para su posterior venta a particulares en pública subasta.
Desamortización de Mendizábal (1837)
Esta desamortización afectó principalmente a propiedades de la Iglesia y tuvo un triple objetivo:
- Sanear la deuda de la Hacienda Pública.
- Financiar la guerra civil que se estaba librando contra los carlistas.
- Convertir a los nuevos propietarios en apoyo a la causa liberal.
Las compras de estos terrenos desamortizados fueron concentradas, en gran parte, por la burguesía madrileña.
Desamortización de Madoz (1855)
Conocida como “La General”, se centró en las tierras eclesiásticas no vendidas todavía y, principalmente, en la propiedad municipal. Su objetivo principal era reducir la deuda pública. En Navarra, la desamortización de Madoz tuvo una escasa incidencia debido a que la Diputación controlaba la gestión de bienes en los ayuntamientos, por lo que fueron pocas las propiedades comunales desamortizadas.
Consecuencias de las Desamortizaciones
Uno de los objetivos de las desamortizaciones era que la mayoría de los medianos y pequeños campesinos se convirtieran en propietarios, pero esto no se consiguió, ya que compraron tierras quienes ya las poseían. Estos compradores pretendían conseguir beneficios rápidos, sin interesarse necesariamente por el cultivo de dichas tierras.
En conclusión, las desamortizaciones cumplieron algunos de sus objetivos, como financiar la guerra contra el carlismo, sanear la Hacienda Pública y permitir la construcción del ferrocarril.
La Industrialización en España: Desarrollo Lento e Incompleto
La industrialización en España se inició en la década de 1830. Se desarrolló de forma lenta e incompleta, al producirse solo en algunas regiones, destacando principalmente Cataluña y el País Vasco.
Factores Limitantes de la Industrialización
El desarrollo industrial se vio obstaculizado por diversos factores:
- Ausencia de un mercado interior consolidado: La escasez de demanda y las malas comunicaciones interiores dificultaron el transporte de mercancías y subieron sus precios.
- Escasez de recursos energéticos: La falta de fuentes de energía y de algunas materias primas restó competitividad a la industria.
- Retraso tecnológico: El país se vio obligado a importar maquinaria del exterior.
- Inestabilidad política: La grave inestabilidad desanimó la inversión.
A pesar de estas limitaciones, las medidas proteccionistas permitieron sobrevivir a la industria española.
1. El Sector Textil
El primer sector industrial fue el textil, desarrollado en Cataluña. Se experimentó un proceso de mecanización que redujo los costes y precios de venta, favoreciendo un aumento de la demanda. Sin embargo, la escasez de carbón, la debilidad del mercado español y la carencia de algodón causada por la Guerra de Secesión Americana limitaron su crecimiento. El tamaño del sector algodonero catalán fue suficiente para industrializar solamente Cataluña y no el resto del país.
2. El Sector Minero
El sector minero se vio beneficiado por la Ley de Minas de 1868. Destacaron los yacimientos de plomo, cobre, mercurio y cinc. El aumento de la demanda de carbón favoreció a los yacimientos asturianos por el abundante combustible y el fácil transporte. La minería de hierro se desarrolló sobre todo en el País Vasco, exportando gran parte de la producción a otros países europeos y convirtiendo a España en el mayor abastecedor de hierro de Europa.
3. El Sector Siderúrgico
Se inició en Málaga, gracias a la existencia de mineral de hierro en la región, pero acabó fracasando. Este foco se trasladó a Asturias y, posteriormente, al País Vasco, donde triunfó por su eje comercial: se exportaba el hierro vizcaíno a cambio de carbón galés. Aparecieron nuevas empresas de construcción metalúrgica y naval, y se creó un importante sector bancario que proporcionó apoyo financiero a la industria.
4. El Ferrocarril
La construcción del ferrocarril fue clave para la creación de un mercado interior y el desarrollo industrial. Su mayor impulso se dio durante el Bienio Progresista, gracias a la Ley General de Ferrocarriles de 1855, la cual constituyó un importante estímulo, ya que otorgaba incentivos económicos a las empresas que promovían la construcción de líneas férreas. La primera trazada fue entre Barcelona y Mataró.
Problemas del Trazado Ferroviario
El trazado de la red ferroviaria se diseñó de forma radial, con centro en Madrid, lo que dejó mal comunicadas entre sí a las zonas más industrializadas. Además, se utilizó un ancho de vía superior al europeo, lo que dificultó los intercambios por ferrocarril con el resto de Europa. La importación libre de impuestos de todos los materiales y maquinarias necesarios para la construcción del ferrocarril denegó el crecimiento industrial interior.
A pesar de todo, el ferrocarril tuvo efectos positivos, ya que favoreció el transporte y la formación de un mercado nacional integrado.
Conclusión
El fracaso de la revolución agraria y, por tanto, la industrialización incompleta supusieron un retraso en la economía y una conflictividad social que explican, en buena medida, la inestabilidad política que sufrió el país durante el resto del siglo.