La Transición Española: Del Franquismo a la Democracia Constitucional
1. Introducción: El Fin del Franquismo y el Inicio de una Nueva Era
La transición española hacia la democracia se inicia formalmente el 20 de noviembre de 1975, con el fallecimiento de Francisco Franco, y la proclamación de Juan Carlos I como Rey el 22 de noviembre de 1975. En este momento, el Estado se encontraba firmemente controlado por los aparatos del régimen franquista: el ejército, la administración y las fuerzas del orden. Los sectores afines al franquismo esperaban que el nuevo monarca mantuviera los principios del régimen, estableciendo una monarquía autoritaria.
Inicialmente, existía un cierto consenso social y político sobre la necesidad de cambio, aunque este consenso se erosionaría hacia el final del proceso.
Periodización de la Transición
La delimitación temporal de la Transición es objeto de debate entre los historiadores:
- Algunos la sitúan a partir de las primeras elecciones democráticas celebradas el 15 de junio de 1977.
- Otros la extienden hasta la aprobación de la Constitución en diciembre de 1978, considerando este hito como la culminación del paso de un régimen dictatorial a uno democrático y constitucional.
- Se mencionan también las primeras elecciones conforme a la nueva ley fundamental en marzo de 1979.
- El intento fallido de golpe de Estado del 23 de febrero de 1981 se considera un punto crítico, evidenciando la persistente amenaza golpista por parte de sectores del ejército.
- Las elecciones de octubre de 1982, con la victoria del Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y el fin del gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD), que lideró el cambio, marcan otro hito importante.
- La entrada de España en la Comunidad Económica Europea (CEE), actual Unión Europea, en 1986, se ha propuesto como fecha de finalización.
- Sin embargo, se propone fijar el fin de la transición en las elecciones generales de marzo de 1979, marcando el inicio de los gobiernos democráticos consolidados.
2. El Gobierno Continuista de Arias Navarro (1975-1976)
Tras la muerte de Franco, Juan Carlos I mantuvo a Carlos Arias Navarro como Presidente del Gobierno. A pesar de ello, se vio obligado a realizar cambios en su gabinete, incorporando figuras como Manuel Fraga y José María de Areilza. El objetivo era situar personas de confianza en puestos estratégicos y, al mismo tiempo, impulsar una primera amnistía general que liberase a miembros de la oposición. Su gobierno recuperó la ley de asociaciones políticas de 1974.
La grave crisis económica de la época provocó una congelación salarial que desencadenó numerosos conflictos laborales y huelgas. La respuesta del gobierno fue, en general, represiva y violenta. Destacan trágicamente los sucesos de Vitoria el 3 de marzo de 1976, donde la Policía Armada abrió fuego contra trabajadores en protesta, resultando en cinco muertos y más de ciento cincuenta heridos. Otro incidente grave ocurrió el 9 de mayo de 1976, con un enfrentamiento entre carlistas que dejó dos fallecidos.
La escasa y lenta apertura reformista del gobierno, sumada a los problemas económicos y la creciente conflictividad social y laboral, llevaron al Rey a prescindir de Arias Navarro en julio de 1976.
3. Los Gobiernos de Adolfo Suárez (1976-1981): La Construcción del Nuevo Régimen
El nombramiento de Adolfo Suárez como Presidente del Gobierno marcó el inicio de cambios decisivos hacia la democracia. Bajo su liderazgo, se legalizaron partidos políticos, se celebraron elecciones generales y se aprobó la Constitución.
3.1. Primer Gobierno de Suárez (Julio 1976 – Junio 1977)
En sus primeras apariciones públicas, Adolfo Suárez manifestó su intención de establecer una democracia, estableciendo contacto con la oposición democrática sobre tres puntos innegociables:
- La Monarquía como forma de Estado.
- La unidad de España.
- La no exigencia de responsabilidades por lo sucedido durante la dictadura.
Se aprobó una Ley para la Reforma Política, que inició el desmantelamiento del franquismo desde dentro, instaurando unas Cortes bicamerales (Congreso de los Diputados y Senado) con miembros elegidos democráticamente. Para asegurar la participación ciudadana, la ley fue validada mediante un referéndum a finales de 1976, con una participación del 77% y una aprobación del 94%.
La legalización de los partidos políticos a finales de 1975, a través de la Ley para la Reforma Política, permitió la actividad de la oposición. El PSOE celebró su XXVII Congreso en Madrid. En enero de 1977, el gobierno disolvió el Tribunal de Orden Público, el Sindicato Vertical y el Movimiento Nacional, autorizando una amnistía y una ley que impedía perseguir los delitos cometidos durante la dictadura. La legalización de los partidos avanzó, aunque el Partido Comunista de España (PCE) y otros partidos republicanos no se beneficiaron inicialmente. El PCE fue legalizado el 9 de abril de 1977, Sábado Santo.
Se convocaron las primeras elecciones democráticas desde 1936, con una gran diversidad de formaciones políticas. Suárez lideró la Unión de Centro Democrático (UCD), una coalición de centro destinada a instaurar la democracia. La izquierda y los nacionalismos periféricos se agruparon en diversas candidaturas, mientras que la derecha se organizó en torno a la Alianza Popular (AP), que reunía a franquistas y reformistas moderados.
Las elecciones del 15 de junio de 1977 fueron ganadas por la UCD, seguidos por el PSOE, el PCE y AP, confirmando el avance hacia la democracia.
3.2. Segundo Gobierno de Suárez (Junio 1977 – Enero 1981)
En 1977, la sociedad española estaba profundamente afectada por la crisis económica. Se hizo necesario alcanzar un consenso económico para poder avanzar en la consolidación democrática, abordando el estancamiento del PIB, la alta inflación, el aumento del déficit público y el desempleo.
Los Pactos de la Moncloa, firmados el 25 de octubre de 1977, establecieron un plan coordinado para solventar la crisis económica. Tuvieron un efecto inmediato en la reducción de la inflación y la mejora de la balanza de pagos, aunque no lograron detener el aumento del paro.
Tras los pactos, se implementó una reforma fiscal, se reorganizó la Seguridad Social y se creó el Instituto Nacional de Empleo (INEM).
La Constitución Española de 1978
Durante el segundo gobierno de Suárez, se redactó la Constitución Española, el texto fundamental que sentó las bases de la democracia española y estableció las reglas de organización política y territorial del Estado, así como las relaciones entre las instituciones.
Para su redacción, se formó una ponencia de siete diputados (tres de UCD, uno del PSOE, uno del PCE-PSCU, uno de AP y uno de CDC), representando las distintas tendencias políticas. La Constitución, con 169 artículos, se definió por los siguientes principios:
- Monarquía Parlamentaria: España se configuró como una monarquía parlamentaria, con el Rey como Jefe de Estado, sin poder ejecutivo, pero con la máxima representación del Estado en el exterior y la jefatura suprema de las Fuerzas Armadas, a las que se exigía absoluta lealtad.
- Derechos y Libertades: Se proclamaron los derechos y libertades de los españoles, fundamentados en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1945, e incluyendo deberes para el mantenimiento del Estado, como el pago de impuestos.
- División de Poderes: El poder legislativo recayó en las Cortes bicamerales (Congreso de los Diputados y Senado), elegidas por sufragio universal directo y secreto para un mandato de cuatro años. El poder ejecutivo correspondía al Presidente del Gobierno, y el poder judicial a jueces y magistrados, con el Tribunal Supremo como órgano superior.
- Tribunales y Defensor del Pueblo: Se creó el Tribunal Constitucional, encargado de velar por la interpretación y los límites de la Constitución, y el Defensor del Pueblo, cuya misión principal era atender a los ciudadanos y proteger sus derechos y libertades.
- Descentralización del Estado: Se promovió la descentralización del Estado, permitiendo que las regiones y nacionalidades optaran por convertirse en comunidades autónomas, dando lugar al llamado “Estado de las Autonomías” o “café para todos”.
Tras su aprobación en el Congreso de los Diputados, la Constitución se sometió a referéndum popular el 6 de diciembre de 1978.
Conclusión
La aprobación de la Constitución marcó el fin del consenso para la consolidación democrática en España. Se convocaron elecciones en 1979, resultando nuevamente vencedora la UCD. Con este gobierno se inició el camino de la democracia, un proceso complejo y con desafíos pendientes para su plena consolidación. El gobierno de Suárez se enfrentaría a problemas como la segunda crisis del petróleo, la puesta en marcha del Estado de las Autonomías, el terrorismo y la presión militar.