Lacan y Descartes

Descartes afirma que poseemos las ideas innatas de alma y Dios y estas ideas son obtenidas por la pura acción de la razón o Entendimiento. Es inútil pretender alcanzarlas por medio de los sentidos, pues éstos sólo nos informan de la realidad material y eso de un modo dudoso por cuanto la imaginación y los sentidos no nos ofrecen de ella una idea clara y Distinta, es decir, evidente.Es la razón la única facultad humana que puede llevarnos a alcanzar un Conocimiento seguro, es preciso dejar de lado y rechazar como falsas todas Aquellas afirmaciones que no se hayan obtenido deductivamente a partir de una Primera verdad evidente.Lo primero que hay que hacer, es rechazar todo el saber aceptado hasta ahora, dudar de todo y considerar provisionalmente como falso todo aquello sobre lo Cual es posible albergar alguna duda
.Descartes, sin embargo, no es un Escéptico; así sería si pretendiera quedarse en la duda como una actitud Definitiva ante las cosas. Por el contrario, Descartes utiliza la duda tan sólo Como un procedimiento metodológico, cuya finalidad es encontrar una verdad Indudable que confía alcanzar: la duda cartesiana es una duda metódica.Este procedimiento se aplicará sistemáticamente a todas las creencias, con una Salvedad: solamente en lo que se refiere a la vida práctica se pueden seguir Opiniones dudosas como si fueran ciertas dado que, de lo contrario, estaríamos Condenados a la inacción. Ahora bien, teóricamente, ningún conocimiento se Sustrae a la duda: se debe dudar, en primer lugar, de los conocimientos Sensibles, por ser los sentidos humanos engañosos porque de los que nos han Engañado alguna vez, podemos suponer que nos engañen siempre; también es Posible dudar de nuestros razonamientos ya que, a veces, nos equivocamos y Cometemos errores hasta en las cuestiones más sencillas. Por esta razón tampoco Las matemáticas se sustraen a la duda. Finalmente es posible dudar, incluso, de La realidad del mundo que nos rodea ya que, del mismo modo que cuando dormimos Los sueños nos parecen reales, lo que llamamos realidad podría no ser más que Un sueño para nosotros.descartes se permite suponer, incluso, la existencia no ya de un Dios que, por Naturaleza, es bueno y veraz, sino de un genio maligno que con su enorme poder Hace posible que cada vez que creamos estar razonando correctamente en realidad Nos estemos engañando. Así pues, la duda se hace exagerada o hiperbólica, y al Afectar a todo se convierte en absolutamente universal.Yo puedo admitir que me engaño o soy engañado, puedo suponer que no existe Dios, ni los cuerpos que me rodean o que yo mismo carezco de él; pero para Dudar y admitir que, quizá, todo es falso es necesario que yo, que en este Preciso instante estoy dudando, sea algo y no nada. Pues ¿cómo siendo nada Podría dudar o ser engañado? Presenta Descartes aquí algunas coincidencias con S. Agustín quien afirmaba, en contra de los escépticos que creían que era Imposible mantener ninguna verdad, que la proposición “Si me equivoco, soy” Debe ser aceptada como verdadera por el espíritu.De manera que la afirmación “Pienso, luego soy” se presenta como  la primera certeza, capaz de Resistir a todo posible motivo de duda por hiperbólico que sea. De todo ello se sigue que mi existencia es verdadera por el Hecho de que estoy pensando pero, respecto a mi propio cuerpo y al resto de las Cosas, ninguna prueba tengo aún de su existencia. Por eso a la pregunta ¿Qué Soy?, responde Descartes: yo soy una cosa que piensa, una res cogitans; es Decir, una cosa o sustancia cuyo atributo o esencia es pensar y que posee Diferentes modos tales como dudar, entender, afirmar, negar, querer, imaginar o Sentir.Si yo pienso que el mundo o que Dios existen, lo único realmente cierto es que Yo lo pienso, Alcanzar la primera verdad no supone ninguna garantía respecto de Las demás cosas mientras subsistan motivos de duda.Descartes necesitará iniciar un recorrido que le conduzca Nada menos que a la existencia de Dios, pues sólo él podrá, en definitiva, Echar abajo el más grave motivo de duda la suposición de un genio maligno que Procura que yo me equivoque permanentemente.Si analizamos cualquier pensamiento, por ejemplo, que el mundo existe Descubrimos ahí tres elementos diferentes: el yo que lo piensa, cuya existencia Es indudable; el mundo como realidad exterior, cuya existencia es dudosa en Virtud de que Descartes lo ha sometido a una duda exagerada, pero posible; y Por último las ideas de mundo y de existencia que indudablemente poseo .De este análisis se puede concluir que el objeto del pensamiento no son las Cosas sino las ideas lo cual le lleva a despreocuparse en principio de aquellas Y le conduce a un análisis de éstas últimas. Según Descartes, pueden Distinguirse dos aspectos de las ideas: las ideas en cuanto actos mentales y Las ideas en cuanto que poseen un contenido objetivo, o  representan algo. En cuanto al primer aspecto todas las ideas poseen la misma realidad por cuanto Todas se parecen y parecen estar en mi del mismo modo, no hay diferencia Ninguna entre ellas; pero en cuanto a su contenido, su realidad es muy Diversa.Descartes distingue tres tipos de ideas:Ideas adventicias. Son aquellas que parecen provenir de nuestra experiencia Externa a través de los sentidos (idea de árbol, de hombre..)Ideas facticias. Son aquellas que la mente construye a partir de otras ideas (una sirena, un caballo alado)Ninguna de estas clases de ideas puede servirnos como punto de partida para la Demostración de la existencia de una realidad extramental. Las primeras, porque Parecen provenir del exterior cuya existencia es problemática; las segundas, Porque pueden ser arbitrariamente construidas por el pensamiento.Ideas innatas. Son aquellas que no procediendo de fuera de mí, ni siendo Construidas por mí, tienen que formar parte de la naturaleza del propio Pensamiento y nacer con él. Son pocas, pero son las más importantes. Así, por Ejemplo, las ideas de “pensamiento” o “existencia” que ni provienen del Exterior, ni son construidas por mí, sino que me las encuentro en la intuición Misma del “cógito”.Así Descartes sostiene la existencia de las ideas innatas. Entre éstas, las únicas de las que puede poseer evidencia se encuentra las ideas de perfección e Infinitud (que el atribuye a Dios). Esta idea requiere una causa real que la Explique: no es adventicia ya queTodo lo que me rodea es, en efecto, finito; no Es tampoco facticia pues no la puedo construir yo, que soy una cosa imperfecta Y finita. Así pues, tan sólo una naturaleza infinita y perfecta -Dios- puede Poner su idea en una naturaleza finita e imperfecta que la piensa.Descartes aporta otras pruebas de la existencia de Dios, entre ellas una nueva Formulación del argumento ontológico ya usado por S. Anselmo: la existencia Pertenece a la esencia de Dios; es decir, del mismo modo que no podemos Concebir un triángulo sin sus tres lados o una montaña sin valle, no se puede Concebir a Dios sin su existencia, esta es una intuición clara y distinta.En todo caso, interesa resaltar que Dios, la res infinita, es el elemento que Sostiene todo el sistema cartesiano. Porque si Él existe, es una garantía de Que las ideas claras y distintas son siempre verdaderas, ya que según lo Concebimos es un Dios bueno y veraz y no un genio maligno, que haya podido Dotar al ser humano de una facultad de conocimiento que le induzca a error. Así, la existencia del mundo o res extensa es demostrada a partir de la Existencia de Dios, ya que éste no puede permitir que me engañe al creer que el Mundo existe, pero ¿cuál es el mundo del cual yo puedo estar seguro? El que Puedo percibir con claridad y distinción, es decir, un mundo geométrico, cuyas Propiedades son matematizables (altura, anchura, figura), pues en cuanto al Sonido, el color,  el olor, no son propiedades percibidas con claridad y Distinción como formando parte de este mundo, sino que están en el sujeto. Según Descartes el conocimiento del mundo sensible queda limitado a las ideas Claras y distintas de extensión, movimiento y figura.