lengua

El gracioso:
Además de ser un personaje que permite dialogar al protagonista y expresar sus inquietudes, tiene otras diversas funciones: o Sirve para crear momentos cómicos que rebajen la tensión dramática acumulada en la obra.
O Es un contrapunto cómico o irónico a su señor al que, a veces, parodia. O Desempeña el papel de narrador de sucesos no escenificados en las tablas. O Tiene, a veces, una función distanciadora muy moderna, al advertir al púbico con su actuación de que lo que allí ve no es realidad, sino literatura. Este personaje es una creación de Lope de Vega, pero hunde sus raíces en un pers carácterístico del teatro español anterior: el pastor simple de las obras religiosas medievales; el pastor rústico y chistoso del teatro de fines del XV y principios del XVI; el bobo de Lope de Rueda. Este pers ha evolucionado: ahora es un personaje en muchas ocasiones inteligente e ingenioso y, frente a sus precedentes, es un individuo urbano. Por otra parte, la figura del gracioso tiene especial fortuna en una época en la que abundaban los criados y donde eran celebradas las bromas y críticas del gracioso con respecto a su amo. No obstante, finalmente predomina en el gracioso su vertiente placentera y simpática, con lo que sus actitudes y comentarios satíricos quedan integrados a la perfección en el sistema de valores del Barroco.// Los temas de las comedias barrocas son variadísimos: T religiosos: asuntos bíblicos, vidas de santos, leyendas, tradiciones piadosas… /T históricos y legendarios: de la Antigüedad, de la Edad Media europea, leyendas locales, asuntos tomados de crónicas hispánicas medievales, del Romancero…/T pastoriles y caballerescos, novelescos, costumbristas, de campesinos agraviados, mitológicos, filosóficos… /T amoroso: son las más frecuentes. Se desarrollan en un ambiente desasosegado, propicio para el enredo, con profusión de quejas, riñas, celos. En estas comedias el final feliz es lo normal, aunque existen excepciones. Es muy importante también la presencia del tema del honor, concebido como una fuerza superior que se superpone a los deseos de los personajes y que los obliga a actuar conforme a unas normas preestablecidas. Toda afrenta a la honra era considerada un asunto muy grave y debía ser reparada. El tema interesaba al público y el uso del código del honor en las comedias facilitaba la inclusión de episodios dramáticos.

Visión del mundo de las comedias barrocas Pese a la variedad argumental y temática, existe en las comedias españolas del Siglo XVII una visión del mundo esencialmente idéntica. Se presenta una sociedad jerarquizada, en la que cada cual conoce muy bien el lugar que le corresponde. En la cúspide de la pirámide social se halla el rey, encarnación de la monarquía, concebida como institución teocrática cuya fuente de poder se encuentra en Dios mismo. Evidentemente, se trata de una sociedad cristiana en la que no caben disensiones ni herejías. Se defiende asimismo la necesidad de un orden que, de ser alterado, ha de ser restaurado, lo que explica que las jerarquías resulten imprescindibles. El teatro Barroco defiende, por tanto, el sistema social del momento y sirvió como eficaz medio de propaganda de las ideas que sustentaban este sistema social, sin olvidar que el elemento cómico resultaba también un medio de evasión de la realidad. El teatro Barroco contó con la oposición de moralistas diversos que pretendieron su prohibición porque decían que era una fuente de malos ejemplos y enseñanzas, criticaban a los cómicos por su vida licenciosa y censuraban a los dramaturgos por contribuir a la degradación moral. Por breve tiempo, lograron la prohibición del teatro (en 1588 y en 1644), pero la importancia institucional del fenómeno y la propia estructura de las compañías sirvieron de freno a la prohibición porque tanto los municipios, como corona y la Iglesia se servían de él para sus fines económicos, propagandísticos o ideológicos.  

Tiende a respetar la unidad de acción: respetando el trazado de los argumentos y evitando la acumulación de accidentes y de intrigas secundarias.  Limita el número de personajes y prefere destacar uno sobre todos los demás para convertrlo en el eje sobre el que gira la acción de las obras y en torno al que se organizan los demás personajes.  Los protagonistas suelen tener un carácter intelectual y refeeivoa exponen sus ideas a través de largos parlamentos, aunque siempre trata de equilibrar en sus obras los monólogos y los diálogos. Son personajes que se ven sometdos a una norma moral que los obliga a comportarse de una forma determinada. No obstante, pueden utlizar su libertad y no respetar esa libertad moral. En esos casos funciona en los textos calderonianos una justcia poétca que da a cada personaje su merecido.  El lenguaje de Calderón es mucho más artfcioso que el de Lope y se advierte el uso tanto de recursos conceptstas como culteranos, aunque con cierta preferencia por la lengua gongorina. Esto tené que ver, claro está, con el tpo de público (cortesano y culto) al que va dirigido su teatro.  El carácter cortesano de las obras de Calderón explica la riqueza decoratva, la aparatosa escenógrafa, la música, la alternancia de textos recitados y cantados, la mayor elaboración estlístca, etc  Calderón incluye, como Lope, fragmentos líricos, pero estas canciones surgen de la acción y las acciones y no se pueden extraer del contexto como con Lope.  Destaca especialmente en Calderón el uso del símbolo y la alegoría como medios para transmitr determinados contenidos y para plantear problemas universales de la existencia humana.